¡Hey! ¿Que tal? Bueno, hace un tiempo descubrí que amo a ésta pareja. (Es que son tan cuties) Aw.
Así que decidí hacer un one-shot... pero no creo que saliera muy bien.
Me desvié del tema principal, creo... (Queria describir a Hinata usando una chaqueta de Kageyama y salió esto)
De igual manera a la final pude hacerlo. Pero las dejo a ustedes para que hagan su propia critica al respecto.
Sin más las dejo leer... sino se aburren conmigo aquí(?
¡Disfruten!
¡Buenos días Kageyama!
—¡Buenos días Kageyama!
Dijo Hinata mientras el armador de Karasuno llegaba hasta él para caminar juntos al colegio como todos los días.
̶ Buenos días Hinata. ̶ Respondió como siempre el pelinegro mientras comenzaban a caminar.
No sabía cómo habían empezado esta costumbre; de llegar juntos al colegio.
No era como si se llevaran bien. Ni porque tuvieran una charla amena durante el trayecto. (En realidad, Kageyama no mostraba signos de querer hacer conversación y Hinata tenía miedo de decir algo imprudente o que lo molestara más de lo habitual) así que sus caminatas matutinas juntos eran en un completo y no tan incómodo silencio.
Claro está que hace mucho tiempo que el pelinaranja había notado tal situación pero nunca pasó por su mente cambiar este hecho, ya que a Kageyama no parecía molestarle particularmente.
Pero había estado toda la noche anterior en vela tratando de encontrar algo que decir para romper aquel sepulcral silencio. Porque de hecho; quería hablar con Kageyama.
Ahora que lo pensaba, ¿Por qué tanto interés en hablar con él?
Su único interés era romper aquel silencio. Nada más.
No es como si estuviera interesando en él ni nada por el estilo.
¿O sí?
— Hey… Hace frio, ¿No?- Dijo Shouyo de manera tranquila. (Aunque muy internamente no lo estaba)
— ¿Hmp? Sí, eso creo.- Respondió Tobio tranquilamente.
— Eh… Kageyama. ¿Puedo preguntar algo?
— Ya lo haces.
— Bueno… eh… quería saber; ¿Por qué caminamos siempre juntos al colegio? – Dijo mientras lo observaba.
El silencio de nuevo se hizo presente en aquel ambiente. El rumor de sus pisadas y el viento gélido era el único sonido entre los adolescentes. Eso no le gustaba. ¿Tan mala había sido su pregunta? Quizás él tampoco sabía el por qué. A lo mejor le gritaría ahora que era un idiota por preguntar cosas tan insulsas…
̶ No lo sé.- Fue lo único que dijo.
Su cabeza estaba inclinada al suelo y su cabello tapaba su cara, así que no tenía ni idea de su expresión en aquel instante.
Hinata bajó mi mirada al suelo.
Oh, así que él tampoco lo sabía.
Se sintió un poco decepcionado… pero, ¿Qué se supone que estaba esperando?
—¿Por qué lo preguntas? ¿No quieres que caminemos juntos en las mañanas de nuevo?- Lo miró directamente a los ojos.
—¡No! ¡No es eso! Yo… ahg. No lo sé. Simplemente empezamos con esto y nunca lo entendí. Pensé que me odiabas… y además, nunca hablamos. Es difícil leerte ya que no dices nada*esto en cursiva ¿Sabes?
El de menor estatura bajó rápidamente la cabeza.
Se reprendió mentalmente varias veces. Sus pensamientos salieron de su boca sin analizarlos. Ahora sí que le gritaría.
— Yo tampoco lo entendí. Pero de alguna forma, ahora que lo pienso… me gusta caminar a tu lado. Me gusta que seas la primera persona en ver en la mañana. Y no digo nada porque temo alejarte. Y pensé que con tu hiperactividad común tú serias el que hablaría… pero no sucedió. Así que simplemente lo deje pasar. Y… - Bajó el tono de voz y lo último que dijo se perdió en un murmullo imperceptible.
Estaba impresionado. ¿El rey de la cancha pensaba eso de… nosotros?
Le gustaba caminar a mi lado.
El pelinaranja aún no salía de su estupor. ¿Y si le decía que a él también le gustaba? Aunque no fuera de la misma manera amistosa o compañera de Kageyama.
Pero no sería una buena idea… ¡Al diablo con lo que crea o no crea! Kageyama era una persona difícil de leer últimamente. Y ahora que estaban en un momento de honestidad, el pequeño también se arriesgaría.
Corrió hasta ponerse de frente al de mayor altura y encararlo (aunque con sus diferencias notables de altura no se podría describir de esa manera)
Notó que estaba a punto de decirle algo como: ''¡Hinata idiota! ¡Apártate del camino!''
Pero no fue así.
—¡Kageyama! ¡Tú también me gustas!- Enunció en voz alta.
Su rostro se puso a arder.
Y luego…
Silencio.
De nuevo.
—¿Qué rayos dices? ¿Cómo te gusto? ¡Somos hombres!
— Uh, estamos en el siglo XXI, es completamente normal.
—¡Eso no importa! ¿Cómo es que te he llegado a gustar?
—¡Pero tú acabas de decir que te gusto!
—¡Imposible! Me has mal entendido. He dicho que me gusta caminar contigo. No es algo romántico-amoroso de mi parte, ¡Idiota!
Algo dentro de él empezó a doler. Había leído sobre esto una vez. Le llamaban ''Decepciones amorosas''
Uhg… que mal se sentia eso.
—Pe-pero…
— ¡Oye! ¿Por qué lloras?
¿Estaba llorando? ¿Por qué?
Gustar de alguien era un sentimiento completamente nuevo en el menor. Siempre había tenido al Voleibol primero en sus pensamientos. Pero últimamente aquel armador se hacía cada vez más y más presente en su cabeza. Ahora podía ponerle un nombre a aquello que sentía cuando lo miraba. O su insistente curiosidad por saber por qué caminaba con él todos los días. Aquella punzada de alegría cuando le había dicho hace momentos que le gustaba caminar con él. Y, ahora que era consciente de ello; le gustaba verlo caminar. Obvio que lloraria, porque le gustaba Kageyama.
Secó las pequeñas gotas de agua salada que sin permiso corrieron por su cara. Lo miró fijamente.
Su rostro (siempre con el ceño fruncido) pero con un abismo de preocupación surcando disimuladamente su expresión le regresó la mirada.
En ese momento el pequeño quiso hacer algo atrevido. Se las jugaría de nuevo.
—¿Ya estás mejor? Lo siento por lo que dije y…-
Lo besó.
Fue un beso corto. Igual a todos los primeros besos del mundo. No tenía experiencia, y los nervios le ganaban. Tuvo que ponerse de puntas y aprovechar que su rostro estaba más o menos cerca.
Luego de unos milisegundos se separó lentamente y (dándose cuenta de lo que acababa de hacer) trató de salir corriendo.
Trató.
Una mano en su brazo lo detuvo.
—… ¿En serio te gusto?
¿Qué clase de pregunta era esa? Estúpido Bakeyama. Seguro era sordo o algo por el estilo.
—Te lo dije hace unos momentos. Sí, me gustas. Y no preguntes por qué. Ni yo mismo lo sé. Eres un idiota con problemas de ira y además un ególatra. Me gritas mucho y peleamos constantemente. Igual me gustas. Con todos esos defectos… lo haces, Tobio.
Dijo todo eso mientras le daba la espalda y él seguía agarrando su brazo.
Bien, lo llamé por su nombre. Eso fue un poco apresurado, creo. Pensó.
Giró su cabeza y lo observó.
Lo miraba con los ojos muy abiertos y con un ligero carmín en sus pómulos.
¿Lo había hecho sonrojar? Eso sí que era impresionante.
— Eres un idiota si crees que te dejaré ir fácilmente.
Dijo al tiempo que lo jaló hacía si y luego abrazaba.
— Yo… solo sé que me gusta estar acompañado por ti. Me gusta tu intensa presencia. Me gusta que recibas mis pases. Y muchas cosas más. No puedo decir si me gustas tú.- lo pegó más a él como si la vida se le fuera en ello. ̶ Pero, si me lo permites… puedo corresponderte. No pierdo nada en intentarlo.
— ¿De verdad harías eso?
— Si… lo haré. Y te perdonaré por llamarme idiota con problemas de ira. Pero la próxima vez te golpeare con una pelota en la cara.
El pequeño soltó una ligera risita entre los brazos del armador.
— Estas frío… Shouyo.- murmuró esto último. Oh, jaque-mate.
Su rostro enrojeció por completo y enterró su cara en el pecho del más alto. Una de las ventajas de ser bajo.
El mayor lo alejo un momento y el pequeño escuchó el sonido de una cremallera bajar. Un pedazo de tela cayó en su cara. La apartó un momento y se dio cuenta de que era una chaqueta… su chaqueta.
— Póntela. No quiero que mi novio pase frio.
¿Novio?... ¿¡NOVIOS!?
— ¿¡Y tú!? ¡Tendrás frio también!
— No te preocupes por mí. Estaré bien.
— Hmp.- Refunfuñó el pelinaranja.
Y luego se le ocurrió.
Se quitó su bufanda y se la colocó en el cuello.
—Ya. Estamos a mano. Algo tuyo y algo mío. No pasaremos frio.
— Eres muy cursi Shouyo.
— Tu también Tobio.- Contestó. ̶ Esto de llamarnos por nuestros nombres es vergonzoso.
— Es lo que hacen los novios, Hinata.
—¿Somos novios?
—Claro que sí. Te dije que lo intentaríamos. Y ahora, vámonos. Llegaremos tarde.
Empezó a caminar mientras Hinata se quedó parado en donde estaba. ¿Cuántas cosas habían pasado esa mañana?
Se colocó la chaqueta de Kagey… Tobi… su novio.
Wow, que bien sonaba eso.
Las mangas le sobraban y tapaban sus manos. Que caliente era. Y olía como él.
Corrió hasta alcanzarlo y tomó su brazo.
Era feliz.
—¡Te quiero Tobio!
Se sobresaltó.
Se pegó más a él de tal forma que solo el menor lo escuchara. Aunque no hubiera nadie más cerca.
—Quizás también me gustes, Shouyo.
Ese quizás marcaba la diferencia. Pero era una posibilidad, y Hinata estaba bien con eso.
¡FIINNN!
¿O...no?
En realidad no estoy segura de si debo escribir una continuación... con más drama y eso.
Por eso amo los finales abiertos.
¿Les gustó? ¿Lo odiaron? Acepto cualquier critica, así que dejen su reviews :'D
Y tengo otro one-shot de estos cuties por allí así que pronto lo subiré... y haré que quede mejor, lo prometo.
¡Gracias por leer! Besos.
