¡Hey! What´s up everybody?

Soy DN164, muchos ya me conocen por aquí, y quienes no lo hagan pues ya me presente. Recordarán mi primer Fic "El Diario de la Reina de los Vampiros", bueno, esta es lo continuación, y para quienes no han leído mi anterior Fic, les recomiendo que primero empiecen por ahí, porque si no, no le van a entender a este nuevo Fanfic.

A diferencia del anterior, tomaré más el presente, el pasado claro está e incluso el futuro.

En la historia anterior nos enfocamos a Marceline y Marshall, sus pasados, sus vidas humanas, sus romances, sus tropiezos, sus equivocaciones y todo lo referente a esto sexys y guapos vampiros. Pero en este Fic nos enfocaremos más a los pasados de Finn y Fionna, ideas que yo tengo de lo que pudieron ser sus antecedentes. Además, sus emociones hacia ambos vampiros, por lo que este Fic será FinnXMarceline y FionnaXMarshall Lee.

Nuevos personajes, claro está que meteré, como la Princesa Ámbar, pero otros no tan nuevos como Susana, quien aunque no viajará todo el tiempo con nuestros héroes, desarrollara un papel más que importante.

Pero bueno, mejor les dejo el primer capítulo del segundo Fic, espero que sea de su agrado y que me vaya bien igual que en el anterior.

¡Bienvenidos lectores ya conocidos y Bienvenidos lectores nuevos!

¡Disfrútenlo!


Alianzas, Lazos y Promesas.

"Una promesa es como una cadena. No te podrás liberar hasta que la cumplas."

-Es el momento- dijo una voz, demacrada por la maldad- Pensé que no vendrías-

-Da suerte que estoy aquí- respondió el otro ser, parecido a un cadáver con harapos, putrefacto.

-Siempre tan grosero- dijo la voz malévola- ¿Dónde han quedado tus modales?-

-No soy igual que tú, Duque del mal- respondió al calavera putrefacta- Yo a veces la paso arriba, ya que estoy desterrado de todo el mundo, del infierno incluso, no puedo hacer más que vagar-

-Deja de lamentarte- le dijo la voz- Debemos actuar ahora que el chico y esa niña han salido de los países de Aaa y Ooo-

-¿Aun les tienes rencor?- preguntó la calavera sin mover la boca, pues así se comunicaba- Que La Reina de los Vampiros te haya desterrado a la Nocheosfera por tu maldad no es mi culpa-

-¡NO OSES MENCIONAR A MARCELINE LEE EN MI PRESCENCIA!- gritó la voz malvada, sonando más que los quejidos de las almas y demonios del limbo.

-Vale, vale…-respondió la calavera- ¿Para que querías verme?-

-Te tengo un trato- dijo la voz, sonando más calmada- Ahora que al menos el humano sabe la verdad y que está lejos de la protección de la Reina de los Vampiros, es el momento de actuar.-

-¿Qué es lo que quieres hacer?-

-Quiero su alma- respondió la voz- La de él y la de esa patética niña-

-¿Y qué consigo yo si te las traigo?- preguntó la calavera.

-Tú tendrás sus cadáveres, comiéndolos para poder fortificar tu putrefacto cuerpo- dijo la voz, casi con repugnancia.

-¿Y que tienen de especial esos dos niños?-

-Son humanos.- Respondió la voz- Sus almas son tan puras como las de sus vidas pasadas, y su sangre es rica por su heroísmo-

-Suena interesante- dijo la calavera- Espera, pero si esa chica, La Reina de los Vampiros, los alcanza y se pone pesada para protegerlos ¿Qué voy a hacer?-

La voz le lanzó un amuleto con una gema morada al suelo.

-Colócale en el cuello esto- dijo la voz- Una vez ya se lo puso y fue absorbida por el poder de maldad que tenía ese amuleto-

La calavera se agachó con dificultad y tomó el amuleto, examinándolo.

-Vale- luego volteó de nuevo hacia la voz- Pero ¿Y si tu hijo se pone pesado también?-

-Entonces lo atraviesas con el hacha roja- contestó la voz.- De todas maneras, cuando pueda, iré a arriba a echarte una mano, después de todo es a esos chicos a quienes realmente quiero-

La calavera asintió y se guardó el amuleto entre sus ropajes.

-¿Cuento contigo, Litch?- preguntó la voz, él Litch lo miró con una increíble sed de venganza.

-Cuente conmigo, Conde Bonesteir-


La pólvora lo cegaba, la sangre le mareaba, las bombas le retumbaban en los oídos y el polvo lo aturdía, sin embargo sostenía la espada con fuerza, degollando a cualquier criatura que se fuera contra él. Gracias a su increíble manejo, derrotaba a una de estas como si las despachara.

Luchaba por su sobrevivencia…pero también por ella, quien estaba más lejos, luchando también por su amor mutuo. Daría su vida si era necesario para salvar lo que era suyo.

Un perro mutado se abalanzó sobre él, pero el humano, más listo, le corto la cabeza de cabo a rabo, dejando que el cadáver cayera, derramando sangre verde. Nunca sintió tal repugnancia ante aquel animal, de hecho su hermano era uno…pero eso solo era producto de la envenenada ambición que tenían los humanos y las criaturas de Ooo, por esos hongos. Sintió que desvanecería, que no podría más con ello, por eso se volteó y la buscó con la mirada, para reunir ese valor necesario, el suficiente como para seguir peleando por su vida.

La encontró, pero no del modo que a él le hubiese gustado. Miró que su primo miraba a unos metros con los ojos desmesuradamente abiertos y a su amiga rubia igual, su hermano y la hermana de la rubia miraban, atentos a cualquier movimiento.

Por un momento se le olvidó que estaba en la guerra.

Ahí se encontraba ella, con los ojos tan rojos y salvajes como siempre, pero estaba en desventaja. Aquel hombre que quería destruirlo la tenía acorralada entre una enorme hacha roja, y ella se encontraba en el suelo…pero le sonreía de manera burlona, dejando claro que aunque la atravesara no ganaría nada.

Tal vez aquel vampiro sanguinario no, pero el si perdería mucho: perdería el impulso de su corazón palpitante.

Vio como intercambiaban algunas palabras, su chica con una sonrisa torcida y aquel hombre con cierto miedo…pero decidido a partirla en trozos con ese hacha.

Miró como ese hombre tomaba impulso y se temió lo peor…sin pensarlo, de manera estúpida, corrió hacia ahí, desesperado, ignorando las bombas y toda la guerra y disturbio.

-¡MARCELINE!- ese grito le salió del pecho, igual que un suspiro o un gemido de dolor. No lo pensó dos veces.

Antes de que el hacha tocara el cuerpo de la muchacha…él se interpuso…

Después de eso un dolor agudo en la espalda le recorrió todo el cuerpo, la sangre le ardió y su cuerpo se comenzó a volver más frío.

A lo lejos alguien gritó su nombre…

-¡AHHHH!- de un brinco, Finn se despertó agitadamente y enderezándose de golpe. El corazón le latía en los oídos a un ritmo peligroso, su pecho se inflaba y desinflaba rápidamente, sudaba demasiado y temblaba. Miró a su alrededor, esperando encontrarse con ese terrible momento…pero en realidad no halló nada más.

Solo estaba en el lugar donde se habían quedado dormidos. Estaban en esa cueva, cerca de la entrada, a pesar de que era un lugar pobre, la flama incandescente de la fogata bastaba para calentar agradablemente l lugar. A su lado estaban Marshall, Cake y Jake, tendidos en el suelo, durmiendo profundamente. Al parecer no les había despertado con sus gritos entre sueños.

-Fue solo un sueño…- suspiró, más tranquilo.

-¿Finn?- una voz suave lo llamó, el fijó su mirada más allá de sus amigos, y Fionna estaba despierta, enderezada y con la respiración agitada también. Esto le sorprendió.

-¿Fionna? Perdona, ¿Te desperté?- preguntó, tallándose los ojos y enfocando la mirada.

-No- respondió la humana en voz baja, para no despertar a los demás- Yo…tuve una pesadilla- Finn no dijo nada, pero en sus adentros le pareció extraño. Ambos teniendo pesadillas y despertándose al mismo tiempo. No quería asustarla más, de por sí parecía que ella también estaba nerviosa, y aunque le cayera mal, su caballerosidad no estaba de más.

-Tranquila, solo fue un mal sueño- respondió Finn. – Vuelve a dormir-

Fionna asintió, pero luego lo miró, minuciosamente.

-¿Tu no dormirás?- preguntó la rubia, mirándolo algo culpable.

-No, me quedaré despierto a vigilar un rato. Duerme, yo te despertaré si sucede algo- dijo Finn.

-De acuerdo. Dijo Fionna con una mueca y volviéndose a acomodar al lado de Cake- Buenas noches-

-Buenas noches-

Luego de unos minutos, Finn escuchó la respiración calmada de Fionna, por lo que se enderezó y se recargó en una roca de la cueva.

Ya no podría dormir, así que era mejor que vigilara definitivamente. Miró el fuego y le recordó a los ojos de ambos vampiros que vio en su sueño. Sabía porque había tenido esa pesadilla; el asunto del diario le estaba dando vueltas en la cabeza y no dudaba que esa escena fue la misma que la que le contó Marshall Lee. Sin embargo le pareció tan real pero tan, tan lejana.

Sentía el pánico en sus piernas aun, sentía que se podía morir si dejaba que atravesaran a Marceline, pero le aterraba ver su muerte….incluso aun sentía una pequeña punzada en la espalda.

Marceline… ¿Qué estaría haciendo en esos momentos? ¿Dormir tal vez? ¿Ya se habría dado cuenta de que no estaban en casa y que cada vez se alejaban más y más de la pradera? ¿Estaría furiosa porque leyeron su diario?

No lo sabía, ese era el problema. Hubiera dado lo que sea para que ella estuviera así, solo para calmar los nervios producidos por ese sueño tan vívido. Solo intentó recordarla; su piel azul-grisácea, sus ojos rojos rubí, su cabello largo, sedoso, y brillante color negro y esa simpática y temeraria sonrisa. La extrañaba mucho.

Miró hacia las estrellas de la noche entrada y no pudo evitar soltar un suspiro.

-Marceline…-


Finn bostezó sonoramente, siendo un poco zangoloteado por el movimiento de Jake bajo sus piernas.

-¿No dormiste bien, eh?- dijo Marshall, viendo unas ligeras ojeras en los ojos de Finn.

-Cualquiera dormiría mal si tuviera mal la cabeza...-dijo Fionna, burlándose de Finn, quien la miró con desaprobación.

-Será mejor que vayas cerrando la boca…- le advirtió, casi sacando fuego por los ojos, pero Fionna solo sonrió maliciosamente.

Marshall solo suspiró cansinamente…así habían estado toda la semana.

Así es, llevaban una semana desde que dejaron las praderas y de su "encuentro". El viaje hasta el momento estaba marchando bien, pero estaban que explotaban ya.

Con cada paso que daban, mas les tentaba volver a las praderas, pero estaban ya muy lejos de su hogar, sin embargo, Finn conocía el paisaje, pues había estado así por lo menos una vez en su vida y lo sabia reconocer, igual Jake. Sin embargo el viaje se tornó pesado por sus continuas discusiones.

Fionna peleaba regularmente con Finn, se ofendían el uno con el otro, y aunque no habían peleado a golpes de nuevo, Marshall sabía que solo era cuestión de tiempo. Al final uno heriría tanto al otro y se le abalanzaría, continuando con una pelea, pelea que él tendría que detener.

Pero había ratos en los que Finn y Fionna estaban en paz, pero entonces él y Fionna comenzaban a discutir, entonces la situación se volvería irritante y triste para él a la vez. Generalmente eso pasaba en las noches, después de instalarse en algún lugar y cuando cenaban se decían de cosas. No era agradable, ni para Finn, Jake o Cake, quien a veces salía la defensa de su hermana y ella salía peleando también. Aunque a veces hablaban por cosas indispensables, como para saber la ruta, saber que iban a comer o si se les ofrecía algo o para que tuvieran cuidado. La peor discusión que tuvieron fue durante la noche del segundo día, al segundo no se hablaron para absolutamente nada y Finn tenía que decirle al otro lo que el otro quería decir, pero para el cuarto día ya se hablaban tal y como habían comenzado el viaje.

Por eso la situación estaba tensa, pero no dejaban que los detuviera, además Marshall tuvo que optar por ser más descuidado de lo normal. Teniendo a dos humanos, no podrían viajar como Finn y él habían quedado. Por lo que avanzaban más en el día y en la noche se paraban a descansar, lo cual era difícil para el vampiro. Estaba todo tapado con su sudadera, capucha, lentes oscuros y guantes, eso le protegía del sol incandescente en Ooo, pero prácticamente era un horno para él, su cuerpo no estaba acostumbrado a ese calor, por lo que incluso le cansaba levitar, y para rematar, pasaba casi todas las noches yéndose a dormir enojado y triste por las peleas que él Fionna tenían.

Para Finn tampoco había sido fácil. A partir del segundo día tenia sueños, sueños terribles, pesadillas de las que no podía escapar por mucho que corriera. Regularmente se basaban en sangre, sangre, sangre y más sangre…guerra, pólvora, dolor, tristeza, un hacha roja…y Marceline, pero tenía cierta certeza de donde venían sus sueños: De todo el meollo del Diario.

Lo traía en la mochila y tan solo de pensar eso le parecía que traía un kilo de piedras sobre su espalda. La nota que le dejó no pensó que fuese apropiada, y sabía que cuando volverán, Marceline los iba a matar, pero tal vez se abstendría cuando supiera que se volvió inmortal por ella.

"Inmortal por ella…" ¿Era por eso por lo que lo hacía? ¿O que quería probar y saber? Aun no lo sabía, lo único que sabía era que Marshall era un excelente guía, pues con cada paso que daban el Reino de la Joya estaba más cerca y el paisaje de Ooo cambiaba.

Habían atravesado todo tipo de lugares, lugares que ellos recordaban muy bien.

La ciudad del los ladrones, La aldea de los Duendes, el Dulce Reino, El bosque Negro, El paso de la Roca Roja, El Lago Azul, incluso el reino de fuego con la ayuda de Flambo. Tuvieron mucha precaución de no ser vistos por la realeza de este reino, pues después de lo que pasó con su princesa, a Finn no le haría gracia que lo encontrara y lo carbonizara o su padre o algo por el estilo. Afortunadamente no pasó nada, solo que toda una hora después de que cruzaron este reino Jake se la pasó molestando a Finn diciendo "¿No quieres ir a visitar a la Princesa de Fuego?"

En ese momento, si no mal calculaban, deberían estar por llegar de un terreno abierto a la Arboleda de la Manzana, donde se detendrían a comer un poco y descansar, para luego seguir con la segunda parte de la caminata del día.

Lo extraño era que, a pesar de que Marshall no vivía en Ooo parecía conocer el lugar tan bien como ellos. Según Finn, el ultimo reino conocida que iban a cruzar rea el Reino Helado. Nunca habían ido más allá, pero estaba algo nervioso por descubrirlo.

-Oye, viejo ¿No te has cansado?- preguntó Finn a Jake, quien la mayor parte del viaje se la había pasado cargándolo.

-Pues, si cierto vampiro volara como todos los de su especie, se me haría menos pesado- dijo, mirando a Marshall. Y era cierto, pues el vampiro iba detrás de Finn sobre la carrocería de Jake.

-Lo siento, Pulgoso, pero el sol, aunque no toque mi piel, me debilita demasiado. Ahora imagínate si volara- explicó Marshall.

-De acuerdo, niño bonito, pero te la cobraré de alguna manera- dijo Jake.

-Está bien- dijo Marshall, sonriéndole.

-Es extraño- dijo Fionna- Ooo parece que es todo lo contrario a Aaa-

-¿De qué hablas, niña?- dijo Jake- A juzgar por tu apariencia y la de Finn, me hace deducir que no es tan diferente tu tierra de la nuestra-

-Fionna tiene razón- dijo Marshall- Aunque es diferente…se parece tanto a Aaa-

-Es extraño- dijo Fionna.

-Tú eres extraña- se burló Finn. Fionna solo le gruñó en su dirección. Se la estaba devolviendo por lo que había dicho hace un rato.

-Cállate, humano- dijo Cake, maliciosamente- Tu estatura tampoco es precisamente normal-

-Al menos no escupe bolas de pelo- dijo Jake, defendiendo a su hermano.

-Mira, perro, tengo mucha más clase que tu. Tengo un amigo en Aaa que puede darte clases de etiqueta ¿Qué te parece?- respondió Jake, a la defensiva.

-¿Por qué no le preguntas a mi trasero?- contestó Jake, groseramente- A este paso van a lograr volvernos locos a todos-

-Hombres…- refunfuñaron Fionna y Cake.

-Mujeres…- refunfuñaron Finn y Jake.

Marshall solo se limitó a rodar los ojos. A veces prefería dejar de meterse en sus peleas. Sabía que algún día esos cuatro se llevarían bien, era una simple corazonada. Mientras tanto, el viaje seguía.


Unos golpeteos estruendosos se oyeron al atardecer en el portón del palacio del Dulce Reino.

-¡Ya voy! ¡Ya voy!- gritó la Dulce Princesa, mientras se apresuraba a la puerta al oír esos golpes desesperados- ¿Quién tocará tan horrible?- dijo, molesta y tomando la manija del portón, pero antes de que pudiera abrirlo por completo, algo la empujo con una fuerza brutal- ¡AAAAAHHHH!- gritó, mientras cerraba los ojos con fuerza y su espalda chocaba contra el suelo. Cuando los abrió, sintió que algo estaba encima de ella, y tal como vio así fue. Lo sorprendente fue ver quien la había atacado.

-¿Marceline?- preguntó sorprendida al ver a la vampiresa montada en ella, inmovilizándola. Como siempre, tenía un aspecto despreocupado, pero sabía de sobra que no estaba ahí por una simple visita.

-Muy bien, Bonnibel, dime ¿Dónde están Finn y Jake?- le preguntó la vampira, echando fuego por los ojos.

La princesa abrió los ojos de golpe ante la astucia de Marceline. ¿Comió se había enterado de que ella sabia donde estaban? ¿Cómo lo descifró?

No podía decirle. No porque no quisiera, al contrario, por ella le decía todo con tal de que los trajera sanos y salvos. Sabía que esa sería su reacción cuando se enterará. Si, ya no eran amigas, pero eso no hacia a Marceline idiota.

-Yo…yo…no lo sé- mintió, para mantener la promesa de Finn en pie. Marceline rió sin gracia alguna.

-¿Crees que soy tonta? Sé de sobra que tu sabes donde están- dijo tomándola del cuello- Y si no me dices, este reino tendrá que buscarse otra princesa-amenazó, sacando los colmillos.

-¡PRINCESA!- llego Mentita, asustado al ver la situación. Miró a Marceline y explotó el pánico- ¡AH! ¡VAMPIRO! ¡GUARDIAS! ¡GUARDIAS!-

En un abrir y cerrar de ojos, el salón se vio lleno de guardia de pan de dulce, apuntando a Marceline con sus flecas y espadas. Pero Marceline fue más astuta. Tomó a Bonnibel del cuello de su vestido y se elevó con ella hasta el más alto rincón de los muros. Una vez ahí, pegó a Bonnibel a la ´pared sin soltarla.

-¡Láncenme una flecha y juro que la vuelvo un zombi!- gritó, mirando hacia abajo. Entonces todos los presentes lo pensaron dos veces antes de atacar a Marceline, quien tenía como "rehén" a su princesa. Luego Marceline encaró a la princesa, quien estaba muy asustada- Muy bien, repetiré mi pregunta: ¿Dónde están Finn y Jake?-

-No lo sé. Ya sabes cómo son esos chicos, deben estar jugando por ahí…-mintió la princesa y lo hizo mal y nerviosa, pues Marceline se dio cuenta y ahora la tomó del cuello, casi ahogándola.

-¿¡TE BURLAS DE MI! ¡Sé que no están en ningún lugar de aquí! ¡Finn y Jake no me dejan en paz ni dos días seguidos y ahora me dices que han estado jugando por toda una semana!- gruñó ñla vampiresa.

-¡No lo sé!- respondió asustada, pero luego supo que si estaba tensa Marceline se daría cuenta de que mentía más y más, por eso solo tragó saliva e intentó relajar (en lo que cabía) su cuerpo, aunque Marceline no la soltó.- Escucha, Marceline, sé que no somos amigas…pero venir aquí y atacarme solo para recargar tu ira contra Finn y Jake conmigo…no te servirá de nada-

-¡Claro que si!- gritó Marceline, viendo que de nuevo le quería tomar el pelo- ¡Sé que tu sabes perfectamente donde están esos dos! Así que dime; ¿¡DONDE ESTAN!-

-¿Cómo supiste que yo lo sabía?- contestó Bubblegum con otra pregunta.

-Alguien muy confiable me lo dijo. Dijo que este lugar fue el último en el que estuvieron- respondió Marceline. De repente, de su nuca se asomó Beemo apenado, quien había estado escondido todo el tiempo bajo la abundante melena de la vampiresa.

-Lo siento- se disculpó también asustado y apenado- Me preguntó donde habían estado- confesó. Bonnibel ni se molesto con él. Ya se imaginaba que clase de táctica había usado Marceline para sacarle la información. Marceline apretó más su cuello.

-Bien, ¡Dime donde están!- gritó la vampira.

-¡No te puedo decir!- jadeó Bonnibel.

-¿¡POR QUE NO!-

-Porque le prometí a Finn que no te dijera hasta que volvieran…-dijo la princesa.-Ellos…querían disculparse en persona por algo que hicieron!-

-¿Estás hablando sobre lo del asunto del diario?- preguntó Marceline, aunque la mirada de la princesa le dijo todo. Esto la hizo enfurecer-¡POR SUPUESTO QUE SÉ LO DEL DIARIO! ¡SINO, NO ESTARIA AQUÍ!-

-¿Entonces, por qué te molestas tanto?- dijo Bonnibel, sin aire- Sabes que solo Finn es un niño…¡Lo que diga esa cosa no le importara en absoluto!-

Marceline amplió de par en par los ojos y se ruborizó entera, no supo si de ira o de vergüenza porque ella sabía la verdad.

No. A Finn le interesaría mucho su diario, no solo por estar de chismoso y saber más sobre ella, sino porque…su nombre y el de él estaban en el diario…y su relación que tuvieron en su vida pasada…todo eso era tan vergonzoso…y peligroso para él. Conocía a Finn; haría cualquier cosa por saber la verdad sobre ella y sobre él.

-No tienes ni idea…- dijo Marceline entre dientes y fulminándola con la mirada- ¡Ese diario es peligroso en manos equivocadas! ¡Y MÁS EN LAS DE FINN Y JAKE!-

-¿¡Por que es tan importante para ti, Marceline!- le preguntó la princesa- ¡Dime! ¿¡Que tiene de malo que un niño como Finn vea eso!

-¡Eso es todo lo que es para ti ¿Verdad?- dijo Marceline, furiosa- "Te hago menos porque eres más joven"…- dijo agudizando su voz y tratando de imitar en aspecto ridículo la de la princesa- ¡PARA TI SOLO ES UN SIMPLE HUMANO! ¡UN SIMPLE NIÑO QUE PUEDE MANIPULAR CUANTAS VECES-SE-TE-DE-LA-REGALADA-GANA!- le gritó en la cara.

-¿¡ENTONCES QUE SIGNIFICA PARA TI, MARCELINE!- gritó Bubblegum, dándole el golpe más bajo que pudo. De nuevo, Marceline se ruborizó.

Cierto, fácilmente pudo ignorarlo, solo reclamarle a Finn y a Jake por haberse metido en asuntos que no le incumbían…¿Por qué le importaba tanto que Finn lo hubiese leído? ¿Por lo de su vida pasada?

A decir verdad, después del incidente y su "pelea" de la cueva comenzó a buscar respuestas. ¿Cómo era posible que después de tantos años, un humano, y precisamente él hubiese nacido y crecido tan bien en una tierra como Ooo? No solo eso…sino la cierta atracción, ya sea inconsciente o conscientemente que había entre ellos.

Ni siquiera sabía a ciencia cierta de cómo fue a parar a su casa esa misma noche que los corrió bajo la lluvia, o cómo fue posible que su encontrara en su mismo hogar.

¡Claro! Ella estaba viajando durante varios años, luego volvió a su hogar y encontró a esos dos en su casa, sin embargo, y aunque no lo demostró en ese momento, se sorprendió de ver a un humano. Debía ser actriz, pues actuó con tanta naturalidad. Luego de todo ese embrollo, ella se quedó con la cueva y ellos con la casa del árbol.

Después ya venían sus encuentros destinados y otros no tanto. Cuando ella vio como jugaba con Jake esa noche, llamó su atención gracias al viejo que antes era su lacayo, haciendo que Finn se convirtiera en el suyo solo para estar cerca de él. Que predecible podía ser ese humano. Luego de que vio que no podía hacerle más bromas lo despidió, sabiendo que no se quedaba hasta ahí.

La vistitas se hicieron más frecuentes, para ensayar, ver películas o hacer otras tantas cosas heroicas y llenas de aventura. Se le olvidó por completo todo el sufrimiento que pasaron ambos en su vida pasada.

Tal vez por eso le ´preocupaba tanto. Le preocupaba que Finn hiciera algo estúpido y volvieran a sufrir los dos, además la idea de que el diario cayera en otras manos no estaba descartada. Aquella era la misma arma para destruir a la Reina de los Vampiros.

También le daba pena porque la dejaba al descubierto.

A pesar de llevarse años de diferencia no podía negarlo, Finn le gustaba. Tal vez en ese momento lo veía pequeño a sus trece-casi catorce años, pero cuando volviera a cumplir la misma edad de cuando lo perdió… ¿Caería de nuevo en sus redes cuando tuviera diecisiete de nuevo?

La idea de ser vulnerable de nuevo hizo que se sintiera como atada a un tragaluz, por lo que apretó más el cuello de La Dulce Princesa.

-¡No estoy aquí para que tú me hagas las preguntas! Yo quiero respuestas, ahora repetiré mi pregunta: ¿¡DONDE ESTAN!-exijió de nuevo la vampiresa.

-No te lo diré…-jadeó Bubblegum al sentir como tu traquea se cerraba con el esfuerzo de Marcline.

-Bien, entonces porque tu lo pediste, serás un zombi de por vida- rió Marceline, volviendo sus ojos rojos y sacando sus filosos colmillos.

-¡No!- gritó Bubblegum asustada, al instante supieron que Marceline no bromeaba. La vampira no le iba a chupar la sangre, solo estaba jugando con eso, pero no dudaría en sacarle la verdad costara lo que costara.

-Voy al fin a beber el rojo de tu bonita cara roja…- siseó, acercándose a su cuello. Todos se tensaron, incluso Beemo.

Bubblegum lo intentó, intentó mantener su promesa, pero más que por salvar su cuello, pensó en sus súbitos. Ya casi había perdido una vez su reino por tratar de ser más joven, ¿Dejaría que de nuevo el tipo ese, Cabeza de Limón, gobernara su reino como lo hizo aquella vez?

La respuesta estaba clara.

Sintió la fría piel de Marceline contra la suya, y por su bien y el de su reino abrió la boca.

-¡FINN Y JAKE ESTAN EN CAMINO AL REINO DE LA JOYA! ¡BUSCAN A LA PRINCESA AMBAR Y LA PERLA DE LA JUVENTUD ETERNA!-

Marceline abrió de nuevo los ojos de golpe y de repente todo su cuerpo perdió la fuerza. Soltó de un momento a otro a Bonnibel, quien cayó algunos metros para al final caer de bruces al suelo, tosiendo un poco por todo el tiempo en el que la vampiresa la había hecho su prisionera.

Marceline no la soltó ´porque le había dicho lo que quería, sino por sorpresa.

No entendía bien, ni siquiera sabía como esos dos pelmazos se habían enterado de ese reino. Solo los Monarcas sabían de su existencia, y por seguridad de todas las criaturas de Ooo y Aaa, nadie podía mencionarlo. Era un pacto que habían hecho con la Princesa Ámbar por el viaje tan peligroso y largo que se debía hacer, y eso pocos la habían conocido, entre ese puñado, ella mejor que nadie.

Una de dos: O Finn se enteró a base de información…o alguien había abierto la boca.

Finn no era precisamente brillante, pero conocía a demasiadas princesas, eso la dejaba con la segunda opción.

Voló hacia Bonnibel, quien apenas se estaba reincorporando y la levantó por los hombros a su altura, encarándola con gran miedo y preocupación.

-No es cierto…- dijo, esperando que eso si fuera mentira- Ellos no saben nada de eso, no pudieron simplemente…-

-No al principio, alguien se los dijo…-tosió Bubblegum.

-¿¡QUIEN!- gritó Marceline algo desesperada y sacudiéndola un poco de los hombros. Bonnibel la miró algo asustada ¿Debería meter a Marshall en problemas?- ¿¡QUIEN, CARA DE CHICLE!- gritó la vampiresa.

-¡Fue Marshall Lee!- gritó la otra algo desesperada para que la soltara. Marceline de nuevo se sorprendió, pero más que nada se enojó muchísimo.

-¿¡COMO DIERON ESOS DOS CON ESE IDIOTA!- le sacudió de los hombros.

-¡No lo sé!- se exaltó Bonnibel- Solo sé que…que vinieron una noche muy tarde, preguntándome acerca de la Guerra de los Champiñones, luego se fueron y al día siguiente regresaron con tu primo, el cual se parece mucho a ti y…-

-¿¡Y QUE!-

-¡Les contó todo!- gritó la otra- ¡Les dijo todo lo que pasó y a mi también! ¡Como murió Finn, como te transformaste en vampiro! ¡La guerra! ¡TODO!-

En ese momento Marceline se sintió peor que cuando Jake le lanzó ese ajo y la expuso al sol (N. de la A.: Aquí hago una referencia a lo que sucedió en el episodio "Lacayo").

Finn lo sabía, ¡Lo sabía todo! Por eso estaba desaparecido, estaba buscando información. Sobre él, su pasado, el de ella, el de Jake, el de Marshall… ¿Cómo diablos pasó eso?

Debió solo gritarles que se largaran el día que paso lo de su amplificador y ya. Correrlos, no mejor aun, nunca debió involucrarse con él.

Debió dejarles la casa y evitarlo por esa misma razón. Finn estaba a punto de hacer la peor aventura de su vida, llegaría hecho trocitos al Reino de la Joya…para colmarla Marshall debió también evitarlo n cuanto lo vio, porque bien sabia que los reconoció. ¡Pero no! ¡Ahí va el muy imbécil y les dice toooodo!

No podía dejarlo así. Independientemente del error que habían cometido todos, Finn y Jake por chismosos, ella por ocultarle la verdad y los otros dos (Marshall y Bonnibel) por darle información, sabía que tenía que salvarlos. Traerlos de vuelta y explicarle todo a Finn.

Si Finn no moría mientras lo encontraba, ella lo haría.

-Bonnibel, se supone que eres la más sensata en Ooo ¿Cómo es posible que te pasara esto? ¿Por qué los dejaste ir?- dijo, esta vez mirándola a los ojos, sintiéndose defraudada, la ñprincesa solo suspiró.

-Lo sé. Peor es que Finn se veía tan decisivo…-confesó- Sabía que esto no te iba a gustar, se lod dije, pero si vas…si vas…solo harás que se sienta más insignificante de lo que se sintió ese día. Por favor, dale una oportunidad.-

Marceline se quedó callada. No sabía como para qué quería Finn la Perla de la Juventud Eterna, pero no estaba muy lejos de saberlo, además ¿Qué importaba? Cuando ella volvió a verlo se prometió a no perderlo de nuevo. No podía hacerse de la vista gorda…no esa de nuevo.

Las palabras de Bonnibel le parecieron poco. Ni ella ni ningún ser en Ooo sabía lo que sentía.

-No le daré la oportunidad para morir de nuevo- dijo, cabizbaja, luego la miró y frunció el ceño, después la botó contra el suelo, haciendo que esta cayera de espaldas y la mirara algo confundida.- Prepara tus cosas, Bonnibel-

-¿Para qué?- preguntó la otra, algo sorprendida. Marceline recogió su sombrero (el cual se le había caído desde que se elevó con ella) y la volteó a ver.

-Nos vamos de viaje-


Y era de noche en Ooo, y los chicos encontraron un lugar bajo la arboleda despejado, hicieron una fogata y prepararon algunas matas para dormir y cubrirse del crudo frio de la madrugada. Cenaban algunas manzanas que Finn había traído…pero no lo hacían tranquilamente. Tal y como era la rutina, Fionna y Marshall estaban peleando de nuevo. La pelea inició porque según Fionna se había comido la manzana de Marshall, y aunque Finn le dio otra a Marshall para evitar problemas, no pudo, pues a esos dos previa que les gustaba discutir.

Sus gritos duraron tanto y como era de esperarse se fueron a hechos del pasado.

Cake incluso ya estaba aburrida, por lo que solo se sentó al lado de Finn a comer su manzana, intentando ignorarlos.

-¿¡OLVIDAS ESA VEZ EN LA QUE TE METISTE A MI CASA Y QUIEN SABE QUE VISTE!- gritó Marshall.

-¡POR LO MENOS NO TE CORRI DE TU HOGAR!- gritó Fionna a la defensiva.

-¡BAH!- gruñó Marshall- ¡ES IMPOSIBLE HABLAR CONTIGO! ¿¡POR QUE NO ADMITES QUE TE COMISTE MI MANZANA Y YA!-

-¡YO NO ME COMÍ NADA!-

-¡SI, CLARO!- respondió Marshall sarcásticamente- ¡QUIEN SABE QUE MÁS TE HABRAS AGARRADO DE MI REGRIGERADOR CIANDO ENTRASTE A MI CASA SIN PERMISO!-

-¡YO NO ROBÉ NADA ESA VEZ!- respondió Fionna, luego miró a Cake-¿¡VERDAD CAKE QUE NO ROBAMOS NADA!-

-En buena onda, no me metan más en sus problemas- dijo la gata indiferente y mordiendo su manzana. Finn la comprendía un poco, pues la mayor parte de los días había estado particionado en la peleas que Fionna a tenía ya fuera con Marshall o él. Fionna se volteó dándose cuenta que incluso a Cake ya le había cansado la situación, pero siguió atacando al vampiro.

-¿¡Y QUE HAY DE TI! ¡TE ESCONDES ES NUESTRA CASA TOOOODO EL TIEMPO!-

-¡PERO NO ROBO NADA!-

-¡NO ME DIGAS!...-

-Psss…Jake- susurró Finn, intentando no causar más problemas y dejando que esos dos se siguieran diciendo de cosas- ¿Cómo hacemos para que ya no se peleen?-

-Ignóralos, Finn- dijo el perro- Si el chico le sigue llevando la contraria a esa niña nunca terminará. Cuando una mujer dice que tiene razón se aferra a eso, son muy tercas-

-Te escuché, perro…-susurró Cake con ira y fulminándolo con la mirada. Jake solo soltó una risita cínica y siguió comiendo.

-¿¡SABES QUE!- gruñó Fionna tomando la manzana- ¡TOMA TU ESTUPIDA MANZANA!- gritó y se la lanzó en la cabeza al vampiro. La fruta solo rebotó como una pelota de plástico y luego cayó al suelo, sin embargo la miró rojo de ira.-¡TODO ARRUINAS MARSHALL! ¡ESPERO QUE ESTES FELIZ!-

-¡SI! ¡ESTOY MÁS QUE FELIZ!- gritó Marshall extendiendo los brazos- ¿¡NO VES MI CARA DE FELICIDAD!- explotó con sarcasmo.

-Chicos…si quieren puedo darle a Marshall otra…-comenzó a decir Finn, levantado una manzana que le podía dar a Marshall en vez de la otra, pero solo logró que los dos se voltearan hacia el echando fuego por los ojos.

-¡CALLATE!- le gritaron al humano, a quien le dio miedo la expresión de ambos. Luego de nuevo volvieron a la arena.

-¡OLVIDALO!- gritó Marshall-¡ERES NECIA, TESTARUDA, TORPE Y TERCA!-

-¡BIEN! ¡PORQUE SI FUERAS MI AMIGO, ME ACEPTARIAS TAL COMO SOY!-

-¡EXCELENTE! ¡ENTONCES YA NO QUIERO SER MÁS TU AMIGO!-

-¡Marshall!- esta vez quien se paró fue Cake, deteniendo la pelea demasiado tarde.

Finn y Jake casi escupen la manzana cuando escucharon eso, y el humano vio todo el dolor que desfiguró la cara de Fionna. Ahora tal vez Marshall debería pedir disculpas.

El vampiro también se calló y vio el daño que le provocó a la humana.

Por un instante todo se quedó en silencio y Finn miró como Fionna estaba más que dolida. Si Marceline le hubiera dicho eso a él, bueno…tal vez ya se habría caído al piso.

-Fionna…yo…yo no quise decir…-intentó disculparse Marshall.

-¡ALEJATE DE MI ENTONCES!- le gritó Fionna y luego se acostó cubriéndose con la manta de lado, viendo hacia el otro lado y dándole la espalda. Sus ojos estaban húmedos, pero no lloraría ahí. Todo el viaje había sido problema una u otra cosa, sino era con Finn era con Marshall, y si no era con Marshall era con Finn. Realmente no entendía a los hombres, por eso demostraría que era fuerte como para recibir todo lo que Marshall dijo en la cara.

Marshall, enojado consigo mismo, pateó una lata de atan que ya se había comido Cake, y gruñó.

-¡Bien! ¡Buenas noches!- luego se acostó paralelo a Fionna pero dándole también la espalda. Los chicos miraron a ambos chicos tirados en el suelo, enojados y Finn suspiró con cansancio.

-Creo que ya termine de cenar- dijo, tirando el rabo de la manzana y mirando a Jake y a Cake- Vámonos a dormir-


Alguien lo llamaba.

-Vamos Finn, entrégate…-

-Que…-susurró algo confundido.

-Únete a las almas del purgatorio y así no recibirá ella mal alguno…, danos tu sangre, danos tu alma, deja que tu cuerpo se pudra, como es el ciclo de la vida…ven…ven…ven…-

¡VEN!...

-¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHH!-

Nuevamente, Finn se reincorporó de golpe con un gran grito, sudando y con el corazón más que acelerado. Su respiración era agitada y miró a su alrededor, buscando a quien le había dicho eso, pero supo que solo se trataba de un sueño. La fogata seguía prendida, pues él se había encargado de dejar la suficiente leña para toda la noche, miro a Cake y Jake de nuevo profundamente dormidos y luego a Marshall. Parecía imposible verlo así de dormido y apacible después de que todo el día se estuvo enojando.

Luego miró a Fionna.

La muchacha nuevamente estaba despierta, pero no parecía que hubiera sufrido una pesadilla como la noche anterior, pero parecía que la había sorprendido con las manos en la masa.

No es que se hubiera comido más manzanas…sino que sus ojos estaban hinchados y sus mejillas húmedas igual que estos. Finn no era un genio, pero sabía que pasaba: Estaba llorando.

-Lo siento- se disculpó frenéticamente- ¿Te desperté?-

Fionna se secó las lágrimas rápidamente.

-No, está bien. Y estaba despierta- contestó tajante y se sentó, abrazando sus rodillas. Finn la miró algo preocupado.

-¿Por qué lloras?- le preguntó, abiertamente.

-No estoy llorando- mintió Fionna.

-Sí, claro- respondió Finn sarcásticamente- Anda, mujer, claro que si estas llorando…porque yo nunca he visto a alguien sudar por los ojos-

-Oh, cállate…-dijo Fionna

- Ok, ok- trató de calmarla Finn- Lamento haber sido tan brusco, solo pensé en que, ya que estoy enredado con ustedes dos, tal vez pueda hacer algo para que las cosas no parezcan tan tensas…-comenzó a explicarse.

-No, enano- contestó Fionna- Esto es algo que solo es una problemática que yo y Marshall tenemos desde Aaa-

-¿Puedo saber qué es?- preguntó Finn- Es que…necesito saber para poder hacer algo…-

-Solo…vuelve adormir…- dijo Fionna- Yo vigilaré que no tengas pesadillas y no te preocupes. Estoy bien-

Finn frunció el ceño no muy convencido. A decir verdad no se tragaba ya eso de que Marshall solo fue de "visita a Ooo", eso había sido producto de la discusión.

-Mira, eres la chica más difícil, terca y poco femenina que yo he conocido- dijo Finn, ganándose una mirada matadora por parte de la humana- Pero ¿Qué clase de héroe seria si dejo que una dama cuide mientras ronco?-

-Bien, tendrás que hacerlo. Y si solo quieres hacerme sentir peor de lo que ya me siento, será mejor que…- comenzó Fionna a decir, pero Finn la detuvo con un gesto de la mano.

-Ya, de verdad, si no me quieres contar, no lo hagas-

Fionna se rascó la nuca apenada.

-No es que no quiera…- comenzó a decir- Es que…me duele mucho que Marshall haya dicho eso-

-Entonces ¿Llorabas por eso? ¿Por Marshall?- preguntó Finn. Fionna se ruborizó un poco.

-¡Por supuesto que lloró por lo que pasó con Marshall!- dijo al mismo tiempo que sus ojos se humedecían. Finn vio lo triste que estaba y la muchacha solo abrazó sus rodillas- No lo sé…creo que ya estoy cansada de ver que todo me sale mal. Y para colmo…perdí a mi mejor amigo-

-Yo no lo creo- dijo Finn- Marshall te quiere mucho, sino no lo hiciera le hubiese dado igual si lo seguías o no-

-No, bobo- contestó Fionna, secándose las lagrimas- Marshall ya no me quiere después de lo que le dije, y la verdad no lo culpo-

-¿Tan malo fue?- preguntó Finn.

-¿Malo?- repitió Fionna, sonriendo con ironía- Es lo peor que le pude decir a alguien, pero esta bien. Él ya me lo está devolviendo-

-Te aseguro que está más triste que tú- dijo el humano, y miró hacia Marshall, quien seguía dándoles la espalda.

-Si- suspiró Fionna, también mirándolo- Pero, como dijo él antes, ya no vale la pena hablar sobre eso-

Finn la miró algo triste por ella. Fionna solo se volvió a acomodar sobre el suelo, cubriéndose con la manta- Como sea, mañana será un largo día, será mejor que durmamos. Buenas noches- se despidió, dándole la espalda.

-Buenas Noch… ¡Oh espera!- la detuvo Finn- Al final no me dijiste que hizo que Marshall se enojara así-

-Te lo diré algún día, humanito- respondió Fionna sin verlo, pues de nuevo le estaba dando la espalda- Buenas Noches-

Finn la miró a ella y luego a Marshall. Ahora él tendría que estar apartidando por ambos, igual que un niño cuyos padres están enojados.

Era la primera platica con Fionna que más o menos tenia de manera pacífica, y fue suficiente como para que supiera que las cosas no iban bien entre ellos, incluso siendo los mejores amigos.

Un frío le recorrió la columna.

Ahora que él sabía la verdad de todo al igual que Marceline, ¿Perdería también a su mejor amiga? La idea se le hacía insoportable.

Él era menor que ella, pero en casi todo el viaje pensó: "Llegará el día en el que me volveré mayor que ella". Y era cierto. Lo quisiera o no, Marceline siempre tendría dieciséis, eso es lo que lo motivaba a buscar esa perla. No quería adelantarse y causarle más dolor a Marceline.

Sin duda el reencuentro que tuvieran no sería un lecho de rosas. Marceline estaría claramente asustada y enojada por todas sus tonterías y por ser chismosos, por otro lado, y a pesar de que la extrañaba tanto como a su hogar, estaba un poco molesto con ella.

No le dijo nada de nada. Ji de su vida pasada, ni de lo que hubo entre ellos, ni lo de la Guerra…solo un poco sobre su padre. Tampoco le contó a cerca de Marshall, quien según el, lograron un convenio que hizo que no se casaran. Menos mal.

Pero sin duda, se agarrarían de la greña. Ya se imaginaba su cara y todos los gritos que le daría. Solo esperaba un poco de piedad.

Se recostó y atravez de las ramas de los arboles frescos, vio las estrellas del cielo de Ooo. La noche le recordaba tanto a ella. Fría pero suave y agradable, fresca y bella. Tal vez no vería a Marceline en mucho tiempo, pero la noche se la recodaría.

Si no volvía nunca, al menos estaría feliz de haber estado intentando una forma para estar con ella todo el tiempo que pudiera, y esa era su mayor aventura en ese momento.

-Marceline…-no pudo evitar suspirar su nombre y cerrar los ojos. ¡Diablos! Realmente la extrañaba.

Sus pensamientos al final cedieron ante el sueño, y sus respiración adormecida se comenzó a escuchar. Se hizo un silencio, pero eso no quería decir que todos estuvieran dormidos.

Marshall, a pesar de que les dio la espalda todo el tiempo y a la vista de los humanos no se movió nada, escuchó todo. Desde el gritó de Finn, hasta ese susurro, y por ende, la plática de los humanos.

Su corazón poco palpitante s ele encogió cuando oyó las palabras de la humana.

¡Mierda! Realmente la había lastimado, y no se dio cuenta hasta ese entonces. Enojado y frustrado ante él mismo, cerró su mano en un puño al igual que sus ojos.

…Y a lo lejos, un par de ojos rojos les acechaban entre los árboles.


¡Hey! ¡Hasta aquí!

Lo sé, lo sé. Sé que no es el principio que ustedes esperaban y mucho menos yo, pero créanme, decidí retomarlo desde aquí para no perder la conexión con "El diario de la Reina de los Vampiros"

Incluso me pueden decir que Marshall y Fionna resultaron ser en este primer capi algo OCC´S, pero déjenme aclarar, no es eso, lo que pasa es que, como ya vieron, todos los personajes están tensos, incluso Marceline. Pero aguaten otros capítulos más y verán como las cosas se irán normalizando, aunque sus problemas serán más y más. Además, como vieron, Finn tiene un extraño sueño, créanme, esto no es mera coincidencia jiji.

Bueno, Bonnibel, Marcy y Beemo ya iniciaran su viaje para alcanzarlos, este iniciara en el Prox capi, además, al principio hay dos personajes que se unen para derrotar y tomar el alma de Finn y Fionna, bueno, estos son el Litch y mi personaje antagónico, el conde Bonesteir o el papá de Marshall Lee. En el Prox capi ya iniciaran los peligros y sabremos un poco acerca de la pelea que Marshall y Fionna tuvieron en Aaa, además de una posible reconciliación (si no será hasta el tercer capítulo). Debo decirles también que, como ven este momento no están Finn y Marceline juntos, me voy a enfocar al principio al FioLee, aprovechando que también amo esta pareja y para ponerle un poco más de romance a la historia. Al menos en los primeros capítulos.

Bueno, ya les he dejado el primer capi y los espero en el segundo.

No voy a responder reviews por mi tiempo, de verdad lo siento, además es el primer capítulo jeje, pero en el segundo comienzo a contestarles individualmente a cada uno de mis grandes lectores.

Sin más que decir, gracias por leer y espero que lo hayan disfrutado. Nos estamos leyendo.

Bye :D