Tousen y Gin únicamente querían vengarce. Esta es la historia de Tousen.
Tousen Kaname era un hombre que adoraba revisar su pasado, pues era en sus recuerdos que podia entender su persona actual.
Su hogar de origen era algo que era incapaz de recodar, pero una misión en 1967 había despertado en él recuerdos cuando escuchó el familiar sonido de una cascada y el bufar del aire en las cuevas que igual que en su niñez parecían cantar en la melodía de los dioses. Angola era bella tanto en el pasado como en el presente.
Tras esa primera visita, estuvo tentado a buscar a su familia, con el intelecto combinado de Lord Aizen y el suyo, solamente era cuestión de ponerse a trabajar y desarrollar un aparato para encontrar familiares vivos. Un prototipo para encontrar a personas relacionadas en la Sociedad de Almas estaba guardado en uno de los cinco laboratorios de Lord Aizen, en teoría debía de funcionar pero jamás pudieron llevar el aparato a la práctica: la Sociedad de Almas era aproximadamente del tamaño del continente Africano y aunque el transporte de un distrito al Seretei era por el uso de al menos dos Senkaimos, realizar una investigación de campo tomaría meses para llevarse a cabo.
Aún así, treinta años después de esa misión en Angola y aunque deseaba volver a ella y encontrase con su pasado, Tousen jamás regresó. Los Capitanes rara vez iban al mundo real a pasear por las calles, además recordar la primera vida siendo shinigami era casi un tabu.
Aún así, Tousen cerraba us ojos, intentando imaginar colores que no había visto y la sonrisa de una madre que vivía en las sombras de su primera vida. En lugar de ello, encontró la memoria de su amiga muerta, de la mujer que lo había ayudado en sus primeros años tras morir.
Ella habia sido una hermosa mujer, con un espíritu cálido que era el principio y el fin de su felicidad en la Sociedad de Almas.
Era un mundo cruel aquel que existía después de la muerte, uno donde seres vesitdos de negro fingían ser dioses y destruían vidas inocentes sin reparo. Dónde ella había sido asesinada por su esposo porque ella era amable con todos sin importar su estatus o creencias. Un mundo donde el asesino vivía en libertad y el nombre de ella manchado por un crimen jamás cometido (era adulterio o suicido lo que el esposo había argumentado, eso era algo que los rumores jamás dejaron claro).
Los shinigami eran seres corruptos sin justicia o verdad, Tousen pensaba en las primeras décadas tras la muerte de ella, por eso decidió reclamar la justicia en sus manos, en volverse fuerte usando a la mismas instituciones que creían estar por encima de todo. Enlistarse en la Academia fue un acto premeditado, era un hombre con una idea en la mente.
Destruirlos, sólo así le daría justicia a Ella y al mundo.
En su quinto año, Tousen conoció a un joven recién ingresado a la Academia llamado Sosuke Aizen.
A diferencia de lo que Ichimaru Gin creía, Lord Aizen había sido manipulado por Tousen y no al revés. Había algo en la presencia del extraño joven que había llamado a Tousen, un odio hacia el mundo cubierto de formalidad.
Aizen era un hermoso pájaro que todos podían escuchar cantar y ver cómo decoración. Un bello animal en cautiverio que moría por volar en el cielo, únicamente Tousen entre todos entendió eso y por ello, decidió meter sus dedos entre los barrotes, intentar manipular al animal enjaulado sin tocar la jaula.
En imvierno, encontró a Sosuke Aizen a solas fuera de la escuela, le contó la historia de su amiga y supo que el otro entendió su sed de justicia. Ambos eran dos personas que querían cambiar el mundo y únicamente tenían ese conocimiento como promesa de lealtad hacia el otro.
Sosuke Aizen ido un plan. Uno sencillo: para derribar a la Central 46 y al Gotei 13 era necesario matar a la gente de Central en una sola noche; los Capitanes y Tenientes a través de algo llamado holloficación, algo en lo que la Sociedad de Almas estaba trabajando desde antes del genocidio Quincy. De acuerdo a Sosuke Aizen, si conseguían implantar fragmentos de hollow dentro del alma de los cegadores, podrían crear un ejército, los cegadores holloficiados tendrían únicamente dos opciones, unirse a Aizen o perecer a manos de la Sociedad de Almas. En el peor de los casos, unos cuantos shinigamis morirían antes de conseguir una transformada exitosa.
Cómo Aizen sabía eso, Tousen jamás preguntó. Aún así ayudó con cada parte del plan del otro sin titubear, cada movimiento planeado en silencio y secreto para terminar con Aizen gobernando sobre todo.
¿Qué eran cientos comparados con los miles que morían fuera del Seretei todos los dias? Una vez que Sosuke Aizen estubiera reinando el mundo seria mejor. Eso pensaba Tousen cada vez que uno de los proyectos terminaba mal o cuándo un hollow se escapaba y mataba a alguien por accidente.
Veinte años después de la alianza, Tousen llevó a cabo su primer gran acto de justicia cuando con una espada modificada infectó al capitán Kensei y a otros miembros del Gotei 13 que se habían creído superiores a lo que eran. Sin embargo, esa primera victoria implicó un periodo de 15 años sin más avance.
Los dos revolucionarios tenían que atender labores de capitán sin serlo y más de una vez debían de cubrir los espacios de los otros Capitanes y Tenientes caídos en desgracia.
Para molestia de Tousen, Sosuke Aizen cambió de plan una vez que se volvió Capitan, en lugar de volver hollows a cegadores el líder de la operación decidió volver cegadores a los hollows, aunque siguió ayudando a Tousen a crear un hollow hecho de puras Almas de cegadores por fines científicos en lugar de militares.
La última vez que pensó en Angola fue en el verano de 1983.
Gin Ichimaru observaba todo con aparente satisfacción, aunque con ese hombre Tousen jamás sabía, era un nido de serpientes enredadas con veneno listo para atacar en cualquier instante. Sentía tanta repulsión hacia Gin, que olvidó completamente su idea de buscar a su familia en Angola cuando al volver las noticias del nuevo Capitán del Escuadrón 3 llegaron a través de una mariposa de la muerte. Un hombre como él, con los recursos de un capitán, era una sentencia de muerte anunciada.
Extrañamente, su muerte ocurrió por su mano propia. Su alma se quebró por la holloficación, suicido del alma, sabía que venía en cuanto cayó al suelo, Hisagi y Sajin a su lado, dos amigos a los que había herido y lo habían perdonado. Más importante aún, lo habían salvado.
Justicia. No, todos esos años lo que quería era venganza y por eso su alma estaba envenenada, la razón jamás había estado a su lado, por ello, mientras miraba por última vez el rostro amable de Hisagi, reencontró la felicidad.
Sousuke Aizen lanzó una rápida mirada a la explosión, Tousen Kaname era un charco de roja sangre en el suelo.
Uno menos.
