Los Malfoy ¿mi nueva familia?
Los personajes no nos pertenecen, son de J.K. Rowling y la historia es completamente nuestra.
Bien pues llegamos con ésta nueva historia, esperamos que les guste.
Capítulo 1
Mi nueva vida
La soledad es algo que no le deseo a nadie, la verdad nunca pensé sentirme tan sola, tenía unos padres que me adoraban, amigos que podía considerar como mis hermanos, lo único que podría decir que me faltara era un novio… pero jamás le tomé mucha importancia a esas cosas del amor, únicamente tenía cosas más importantes en las que pensar como mis estudios en el colegio Hogwarts de magia y hechicería.
Mi nombre es Hermione Jean Granger y todo comenzó cuando empezaban las vacaciones de fin de curso de mi cuarto año en Hogwarts, ese año Harry, mi mejor amigo estaba en el torneo de los tres magos, un torneo en el cual si no poseías la fuerza tanto intelectual como física, no tenías la esperanza de salir vivo… y así fue como en la última prueba Harry y Cedric Digory, un alumno de la casa Hufflelpuff, se enfrentaron al regreso del-que-no-debe-ser-nombrado y Digory no salió vivo de ese enfrentamiento.
Cuando comenzaron las vacaciones me fui a mi casa para las vacaciones, tendría 2 meses y medio para descansar y prepararme para mi próximo año escolar, pero poco después de un mes de estar en casa de mis padres un terrible accidente automovilístico les arrebató la vida. Venían de regreso a casa, después de una larga jornada de trabajo en su consultorio dental… me quedé sola en la vida, con tan solo 14 años de edad.
El ministerio de magia rápidamente se hizo cargo de mí y me dejo quedarme con los Weasley mientras terminaban las vacaciones y, según ellos, mientras encontraban un hogar adecuado para mí, al no tener familia muggle, ya que mis padres habían perdido ya a mis abuelos y según tenía entendido mis padres eran hijos únicos, al ser menor de edad, tendrían que encontrar un hogar para mí.
Harry se había ofrecido rápidamente para que yo viva con él, pero el ministerio al no reconocer que el señor tenebroso había regresado y considerar a Sirius Black un asesino, pensaban que el Gryffindor solo tenía a su familia muggle, la cual nunca me aceptaría. Claramente la primera persona en ofrecerse a hacerse cargo de mi era la señora Weasley, pero al tener ya muchos hijos, el ministerio la dejó como segunda opción. Solo en caso de que no encontrasen a otra persona, sería parte de la familia Weasley.
…..
Los tacones resonaban por todo el pasillo que llevaba a la oficina del ministro, una despampanante y elegante mujer se dirigía con toda la determinación para hablar con el ministro.
-Bien señora, ¿A qué debo su agradable visita? -la voz del ministro, Cornelius Fudge no se hizo esperar
-Me he enterado de esa pobre chica, no tiene a nadie en la vida, y la verdad dudo que los Weasley, puedan con una boca más que alimentar…
-¿Ha venido por eso? –el ministro no cabía en su asombro que en una señora de su posición le estuviera hablando de Hermione Granger.
-Efectivamente, la verdad es que mi familia está de acuerdo en acoger a esta chica –La hermosa mujer estaba mintiendo tan solo un poco, pero algo tenía que hacer por su familia y esa chica era su salvación.
-¿Está bromeando? ¿No es Así? -la cara del ministro era todo un poema, no podía creer que estuviera hablando con esa mujer sobre la chica.
-Claro que no, ¿Cómo se atreve? -la señora empezaba a sentirse ofendida.
-Perdóneme señora mía, pero ¿está realmente segura que usted y su esposo quieren ser los tutores legales de la señorita Granger?
-Sí, completamente segura.
-Bien pues, solo necesitamos su firma y la de su esposo en estos papeles
-Mañana regresaré con las firmas, pero aún no le diga nada a la chica… creo que ya tiene suficiente con lo que ha pasado.
-Como usted desee –el ministro sacó unos papeles de un cajón, entregándoselos– Que tenga una buena tarde señora Malfoy.
Sabía que su esposo jamás hubiera aceptado adoptar a una sangre sucia, porque ellos eran los Malfoy, pero Narcissa sabía perfectamente que el Lord tenebroso había regresado y si no hacía algo al respecto su familia, su esposo y su hijo, estarían condenados por siempre y la verdad no quería ir a visitar a su única familia a Azkaban.
Por eso, cuando se enteró de la tragedia de la muchacha, se le ocurrió la idea, tener la hija que siempre quiso… pero sobre todo sangre sucia, así su hijo y tal vez su esposo cambiarían de parecer con respecto a Voldemort… solo esperaba que su familia tuviera salvación gracias a la Gryffindor.
…..
Hermione había sido llamada al ministerio de magia con todo y sus pertenencias, únicamente quedaban unas dos semanas para entrar a clase y al parecer alguien había aceptado a ver por ella, tendría tutores y estaba bastante nerviosa por conocerlos.
-¿Pero madre, cómo pudiste?, ¡Es la sangre sucia amiga de san Potter!... ¿¡cómo lograste convencer a padre!? –Draco estaba más que enojado, tendría que vivir con Granger porque a su madre se le ocurrió la grandiosa idea de adoptar a ésa pelo de arbusto.
-Draco, Draco… compostura- su padre hablaba tranquilo y arrastrando las palabras – veras, al principio yo también pensé que tu madre se había vuelto loca… pero tiene la más grande idea.
-Tu madre sabe que es amiga de Potter y que el Lord tenebroso ha regresado, lo he sentido en mi marca –comenzó a hablar Lucius bajando cada vez más la voz para que ningún entrometido supiera de que estaba hablando- si tenemos a Granger cerca, sabremos los planes de Potter… y así el triunfo del lord será evidente.
Bueno, tal vez Narcissa también le había mentido a Lucius con respecto a sus intenciones… todo lo que hacía por su familia.
-Buenas tardes, ustedes deben ser mis nuevos tutores -La chica entró diciendo esto sin haberse dado cuenta de quienes eran. La familia Malfoy estaba frente a ella cuando alzó la mirada se quedó pasmada, procesando lo que estaba ocurriendo, hasta que por fin recuperó el habla- perdonen… creo que me equivoque de oficina –la chica estaba a punto de cerrar la puerta cuando la voz de Narcissa se elevó.
-Ningún error señorita Granger, nosotros decidimos hacernos cargo de usted.
-No… no lo entiendo
-No hay nada que entender, simplemente queremos que usted sea parte de nuestra familia…
-¡Debe ser una broma! –Hermione empezaba a impacientarse… ¿acaso le estaban tomando el pelo?
-Señorita, compórtense, esa no es actitud de una dama –el ministro entró a la habitación regañando a la chica.
-Perdone señor –esa era la chica a la que Hermione odiaba… ¿Por qué no podía revelarse y decir lo que pensaba ante el ministro?
-Bien, ya están todos los documentos listos… cuando quieran pueden retirarse a su mansión.
-Creo que ha sido suficiente, es hora de irnos –La voz de Lucius seguía sin demostrar ninguna emoción – Draco ayuda a la señorita… Granger con su equipaje.
Draco de mala gana hizó lo que su padre le ordenó y salió detrás de él.
Hermione estaba sin poder reaccionar… no, no era posible que ellos… ¿Por qué a ella? Era demasiado evidente que algo se traían entre manos.
-Señorita Hermione, ¿nos acompaña? –Narcissa le dedicó una de sus mejores sonrisas y cuando la chica estaba a punto de decir de la manera más grosera que conocía un "No" rotundo se fijó en la mirada que le dirigió Narcissa… era como su madre cuando le sonreía y en ese momento Hermione ya no tuvo fuerzas de negarse y la siguió en silencio.
…
Llegamos a la casa de los Malfoy por medio de una aparición, estaba asombrada al ver la Mansión de la que tantos años el insufrible de Draco Malfoy había presumido, la verdad sí que era hermosa e imponente la casa.
Aun no podía creer como mi vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, la muerte de mis padres ya me no afectaba tanto pues me había cansado de llorar, y después de tantos días de reflexión pensé que a mis padres no les hubiera gustado verme de aquella manera, lo mejor era recordarlos con una sonrisa y seguir con mi vida, la verdad gracias a los Weasley salí adelante… pero ahora ¿vivir con los Malfoy? Imposible, ni en sus mis más locos sueños.
-Draco ¿Por qué no llevas a Hermione a su nueva habitación?... después ¿Qué te parece darte un baño? –Ahora la señora Malfoy se dirigía a mí – mañana nos espera un gran día, tenemos que comprar sus cosas para el colegio, ¿no lo crees Lucius?
La señora Malfoy únicamente recibió un gruñido por parte de su esposo, el cual se apresuró a entrar a la mansión… sin darme cuenta me quede sola con Draco Malfoy.
-Bien sangre sucia ¿Qué esperas?, vamos –Malfoy ya se había tardado en insultarme. El chico estaba de un terrible humor. ¿Y quién lo culpaba?, pues obviamente, al igual que yo, no estaba nada de acuerdo con la idea de que viviera en su casa.
-¡No me digas sangre sucia, Malfoy!-Ahí estaba el chico que conocía.
-Pues es lo que eres, acostúmbrate, que no porque mi madre este haciendo obras de caridad te convertirás en una sangre limpia, ni mucho menos en una Malfoy –al escuchar esto estaba deseosa de contestarle con mi ingenio, pero la verdad estaba realmente cansada, tantas cosas habían pasado en el día que en mi cabeza no quedaba espacio para discutir y lo único que quería hacer era bañarme, así que lo seguí en silencio.
La mansión era realmente grande, sabía que si no hubiera estado Malfoy, me hubiera perdido con una mucha facilidad.
-Bien ya llegamos, no me molestes más- el hurón azotó la puerta detrás de él, dejándome sola en esa habitación.
Era una habitación enorme, no era mi favorita, nada se podía comparar con mi cuarto de la casa de mis padres o incluso las pequeñas alcobas de los Weasley, pero podía estar a gusto al menos esa noche. Desempaqué mi ropa guardándola en un armario enorme, se veía insignificante la poca ropa que tenía en ese espacio tan grande, después encontré un librero… tal vez Malfoy le habría dicho a Narcisa que me encantaba leer, así que acomodé mis libros y ya… Eran todas las pertenencias que tenía… tal vez pudiera convencer a Narcissa de traer a Crookshanks.
-Creo que el único refugio que tengo por ahora es la señora Malfoy… al menos ella se portó amable.
Me metí al baño y pensé que sería una simple regadera, pero era mucho más que eso, había una tina parecida a un jacuzzi en cuanto al tamaño y a un lado, en una repisa había todas las sales de baño imaginables… tomé un poco con esencia de vainilla y decidí relajarme en esa bañera.
Salí y lo único que podía ocupar mis pensamientos eran mis amigos, Harry y Ron, ellos no sabían nada… decidí escribirles una carta contándole todo, pero ya mañana la entregaría. Me recosté en la enorme cama que ocupaba espacio en mi nueva habitación y sentí los deliciosos edredones de seda bajo mi piel y me quedé dormida sin darme cuenta.
A la mañana siguiente vino una elfina domestica a despertarme, era inhumano el trato hacia la pequeña criatura, si iba a estar viviendo con los Malfoy…. Todavía de recordarlo hacía que me sintiera mareada… iba a intentar cambiar unas cosas por aquí, y lo primero que sería es que los elfos domésticos tuvieran un sueldo y buenas condiciones de trabajo.
-¿Está bien tu desayuno Hermione?, ¿Puedo llamarte Hermione cierto? –Narcissa intentaba por todos los medios que el desayuno fuera tranquilo, pero Malfoy hijo, solo me miraba con desprecio y Malfoy padre, bueno el simplemente me ignoraba, tenía la nariz metida en el diario "El profeta".
-Sí a ambas preguntas señora Malfoy –no tenía que ser desagradable con la persona que ha intentado que mi estadía aquí sea agradable, aunque aún no entendía del todo sus intenciones.
-Puedes llamarme Narcissa o Cissy, como prefieras Hermione
-Gracias...
Después de que todo se sumiera en un silencio Narcissa nos indicó al hurón albino y a mí que nos esperaba en la chimenea en 10 minutos, ya que iríamos al callejón Diagón.
…
Después de aparecernos por polvos flu en el callejón Diagón mi madre nos dijo que primero iríamos a la librería y, como siempre, a la asquerosa sangre sucia se le iluminó el rostro, sé que mi madre quiere ser amable con ella, pues siempre quiso tener una hija, pero aun no entendía por qué… ¿Por qué ella?
-Al menos intenta ocultar que eres un ratón de biblioteca –dije con burla, provocando una mirada asesina por parte de la chica
-Lo que pasa Malfoy es que estas celoso
-¿¡Celoso!? ¿Yo? ¿De ti? –No puedo creer que me haya dicho eso
-Vaya al parecer puedes formular muchas preguntas al mismo tiempo, me asombras…. Y si estas celoso de que sea más inteligente que tú- justo después de eso me sacó la lengua, pero de una manera un poco… ¿amigable? No sé y no me importaba la bipolaridad de Granger, me di la media vuelta con la intención de ir a pagar cuando la voz de mi madre me detuvo.
-Draco cariño, ¿no piensas ayudar a Hermione?, anda, sé un caballero y ayúdale con sus libros- esto provoco una pequeña risa de parte de la Gryffindor, ¿acaso mi madre estaba en contra mía?, de mala gana hice lo que ella me pidió, mi día cada vez empeoraba más.
….
Después de la librería fuimos al boticario, compramos las plantas que necesitábamos para este curso y Malfoy no me dirigió la palabra, después fuimos a la tienda de Quidditch donde yo me aburrí enormemente mientras que el hurón parecía un niño, y por último fuimos a la tienda de Madame Malkin y la señora Malfoy pidió tres juegos de uniformes de diario, dos capas de gala y dos pares de zapatos. A decir verdad esos eran más uniformes de lo que estaba acostumbrada, por lo que intenté demostrar mi desacuerdo, pensaba decirle que no era necesario pero al parecer Narcissa adivinó mis pensamientos y me dijo:
-No tienes por qué replicar Hermione, son los uniformes que necesitas para todo un año escolar, así que por favor deja que te los compre –iba a volver a replicar, pero al ver la cara de la señora Malfoy no pude evitarme, realmente intentaba ser una persona amable conmigo. Tal vez no tenía nada entre manos y solo tenía lástima de mí.
-Está bien -Acepté finalmente- pero creo que los uniformes tendrán que ser una talla más grande de la que soy
-Tonterías, será de tu talla y tú Draco vete a que te tomen las medidas para tus uniformes.
Al final del día, la cuenta se hizo tan grande que yo jamás hubiera podido permitirme tantos lujos ni con los ahorros de toda mi vida, pero al parecer para los Malfoy era algo normal.
-Por cierto, ¿no tienes ninguna mascota?
-Pues verá señora yo…
-No me digas señora, creo que habíamos quedado que era Narcissa o Cissy
-Perdona Narcissa, tengo un gato…
-Si a esa cosa se le puede llamar gato –El rubio hizo acto de presencia, interrumpiéndome
-¡Sí es un gato! –chillé un poco irritada
-Bueno ¿Y qué paso con tu gato? –Narcissa interrumpió antes de que Hermione y Draco se batieran a duelo
-Pues esta con los Weasley, ya que yo no conocía a mis tutores y no pensé que les gustara que llegara con un gato
-Bueno, creo que en la mansión hay espacio de sobra para un integrante más
-¿Enserio? –no pude evitar el tono de voz que use, pero eso me ponía bastante feliz, así que no pude evitarlo.
-Si claro, puedes traerlo cuando quieras
-Muchas gracias
-¿Tienes una lechuza?
-No, yo…
-Bien, es momento de que te compremos una, todos en la casa tienen la suya
-Madre, ¿no crees que ya fue suficiente caridad?, ahora hasta le compramos lechuzas a los sangre sucia
-¡Draco!, no te permitiré que hables así, y menos de la nueva integrante de los Malfoy
Cuando Narcissa dijo eso me puse aún más triste, una integrante de los Malfoy, no era lo que yo quería ser… y aunque intentaran ser buenas personas, creo que jamás volveré a ser parte de una familia otra vez, no de esa manera.
Creo que no fue un día tan bueno, después de que Narcissa regañara a Malfoy fuimos por una lechuza y al no tener otra opción escogí una de color blanco con las plumas cafés, era como Hedwig pero al estilo Hermione.
…
-¡Es una carta!... y es de Hermione –gritó una chica pelirroja haciendo que su voz resonara por toda su casa.
-¿Qué dice? –preguntaron Fred y George al mismo tiempo
Querida familia Weasley… y Harry
Quería contarles como han sido estos días con los tutores que se hicieron cargo de mí, antes de decirles quienes son, quería contarle que estoy bien, y que a pesar de todo, mi tutora me trata muy bien y tengo muchos lujos que antes jamás imaginé. Pero ya saben que eso no es lo importante, creo que ha sido un poco duro por las personas que son, pero por el momento no encuentro malas intenciones.
-¿Malas intenciones? –preguntó Harry observando que todos los Weasley estaban reunidos escuchando como Ginny leía la carta
-Déjame continuar Harry
-Perdón
La familia que decidió hacerse cargo de mí son los Malfoy, estoy viviendo en la mansión y no quería contarles todo por una carta, ya que en unos días iré por Crookshanks y les contaré todo con detalle.
Los quiere. Hermione.
-¿¡Que Hermione está con los Malfoy!?- Ron no pudo evitar gritar tanto, realmente estaba muy enojado
-¿Cómo es posible?, ¿Por qué el ministro lo permitió?
-Buenos chicos calma, de seguro Hermione sabe más que nosotros, debemos esperar que ella explique todo –la señora Weasley dijo esto con el fin de dar por terminada la discusión y todos entendieron que debían callarse si no quería ser parte de los famosos regaños de Molly Weasley.
…..
-¿Cuándo planeas ir por tu gato?
-Mañana Narcissa, ¿se le ofrece algo?
-No, nada Hermione gracias… ¿te gustaría que Draco te acompañara?
-La verdad no creo que él quiera y no quiero causar ninguna molestia
-No es ninguna molestia…
-Yo creo que mejor no, lo siento pero él y yo no nos llevamos muy bien
-Lo entiendo Hermione- le dedicó una sonrisa a la chica y desapareció
…..
Cuando llegué a la madriguera lo primero que recibí fue un montón de preguntas, así que procedí a contarles mi historia, pero claramente Harry y Ron estaban buscándole todas las fallas a mi nueva vida y no me agradaba que hablaran mal de Narcissa, no es que fuera mi mejor amiga ni nada, pero al menos había intentado ser amable con todo y los prejuicios de la sangre que tiene su familia…. Eso era admirable.
Accedí a comer con los Weasley y cuando estaba el atardecer en su máximo esplendor me retiré con mi gato a mi nueva casa… la Malfoy Mannor.
-Buenos días señorita, ¿necesita que Zoria haga algo por usted?
-No muchas gracias… bueno si hay algo, ¿me podrías acompañar a mi habitación?
-Claro que sí, Zoria está para servirle, el ama le dijo a Zoria que sería la nueva elfina de la señorita Hermione Granger, Zoria está muy emocionada por servirla señorita
Bueno no me encanta tener un elfo doméstico, va en contra de mis ideales… pero tal vez si la trato bien, tener un poco de ayuda no sería nada malo ¿o sí?.
Después de que llegué e instalé a mi gato en mi habitación, después llegó Narcissa con una enorme sonrisa.
-Lucius me ha dado algo de dinero para comprarte ropa –Narcissa estaba bastante emocionada, a decir verdad, en los días que llevaba con ella se comportaba muy alegre, sin embargo cuando estaba enfrente de otras personas que no fueran su familia era bastante fría.
-No creo que necesite más ropa de la que tengo…
-Por favor Hermione, nunca he tenido una hija con la cual ir de compras, y tenía la esperanza de que pudieras dejar que te comprara algunas cosas –Narcissa sabía perfectamente cómo hacer sentir mal a las personas, ya veo por qué el hurón nunca se niega a los mandatos de su madre –vamos mañana temprano, así podemos aprovechar todo el día, buenas noches.
-Buenas noches.
….
Me levanté algo temprano, pero ¿Qué más da? Soy un Malfoy y nadie me reclama por levantarme a la hora que yo quiero, me asomé por la ventana de mi habitación, la cual por cierto estaba a un lado que la de Granger y eso no me agradaba mucho.
-El día se ve bien para ir a nadar –listo lo he decidido hoy estaré todo el día en la alberca, solo me pondré mi traje de baño y le diré a Paris que me traiga todo lo necesario.
-¡Paris!
-Si amo, ¿Qué le gustaría que Paris hiciera por usted?
-Trae todo lo necesario, hoy estaré en la piscina.
-Claro que si amo, ¿alguna otra cosa?
-Nada más Paris, puedes retirarte.
Por fin, sentía el agua tocando cada musculo de mi cuerpo, hace mucho que no nadaba todo iba a la perfección, los rayos del sol no eran muy agresivos para mi piel y el agua no estaba fría.
-Draco –Oh no, esa es la voz de mi madre ¿Qué querrá esta vez?
-¿Si madre, sucede algo?
-No querido, sigue disfrutando tu día, únicamente quería avisarte que saldré de compras con Hermione, tu padre está en su oficina y quiere verte antes de la hora de la comida.
Volteé a ver y mi madre estaba parada con un atuendo bastante adecuado para el día y a un lado de ella estaba la sangre sucia pero no me estaba mirado, al parecer encontró algo muy emocionante en el suelo… ¿sus mejilla están ruborizadas?, ¡Ah! Lo comprendo, a la mojigata la pone nerviosa verme únicamente con unas bermudas… ya encontré algo con lo que divertirme después.
-Con cuidado madre.
…
No era tan malo estar con Narcissa, de hecho ella era mi único refugio, pero ir de compras con ella era realmente… agotador, habían recorrido muchas tiendas en el mundo mágico, pero nada parecía gustarle para mí a excepción de unas hermosas túnicas; una de color salmón con adornos blanco y una blanca con adornos dorados.
-Creo que tendremos que ir a tu mundo Hermione
-¿Disculpa? -¿mundo? A que se refería
-Sí, al mundo muggle, me gusta la ropa que has estado llevando y no sería tan malo comprarte unas cuantas prendas muggles –la rubia sí que estaba emocionada con esta salida
-De acuerdo, conozco una plaza donde hay muchas tiendas de ropa
-Perfecto, ¿nos aparecemos unas cuadras más atrás?
-Si gusta sí, pero creo que primero hay que cambiar los galeones por dinero muggle.
-Bueno tú eres la experta en esto así que guíame
Una vez en la plaza, me llevó a las mejores tiendas de esta y por supuesto las más costosas, a decir verdad ya estaba harta de discutir por el precio y sabía que aun así ella me las compraría, así que ¿por qué no seguirle la corriente? Después de todo, podría ser divertido.
Me probé muchas prendas y salía a modelárselas, actuando depende de cada prenda, me estaba divirtiendo mucho.
-Que lastima que no podemos hacer magia para tomarte fotos, te ves muy graciosa con ese sombrero Hermione
-Bueno si usted quiere tomar fotos, tengo una cámara portátil, olvidé sacarla de mi bolso hace mucho tiempo y pues casualmente hoy la traigo, serán fotos muggles
-¡Perfecto Hermione! , dime como la tomo y tu posas –le explique lo básico de la cámara y los flashes no se hicieron esperar.
Terminamos las dos modelando la ropa y la dependienta tomándonos fotos, salimos de la plaza con muchas bolsas, zapatos, bolsas, carteras, ropa, vestidos; jamás había comprado en esa magnitud, pero al parecer para Narcissa era algo normal.
-Hermione ¿Cómo podemos ver las fotos?
-Pues si quiere podemos mandarlas a revelar, ir a comer algo y volver por las fotos
-¿Revelar?... ¿enseñaran su secretos?
-No… es poner la foto en un papel especial, ya lo verá –no pude evitar sonreír ante tal ocurrencia.
Fuimos por un helado después de dejar la memoria de la cámara en un centro de revelado y nos encontrábamos sentadas en una mesa de la heladería, platicando de cosas de mujeres, yo sabía que Narcissa no quería preguntarme nada acerca de mis padres y realmente se lo agradecía pues aun no podía hablar abiertamente de eso, aun dolía.
-Bien Hermione, ¿Qué tal me veo que estos lentes para sol?
-Te ves muy elegante Cissy –era la primera vez que la llamaba así, sé que es muy pronto, pero realmente poco a poco Narcissa Malfoy se ganaba mi cariño. Ella se sorprendió por el apelativo que le dediqué, se quitó las gafas y me sonrió de una manera muy tierna, al parecer ella también se había estado encariñando conmigo, en su mirada se podía apreciar su honestidad.
-Gracias querida, ¿Crees que ya estarán las fotos?
-Yo creo que sí, vamos por ellas y regresamos a la mansión.
Después de revisar cada una de las fotos dentro del sobre, Narcissa escogió una en donde yo luzco un bonito vestido amarillo de tirantes y ella unos jeans entubados que la hacían ver realmente sexy , junto con una playera demasiado elegante con adornos plateados. Observó detenidamente la tienda y me preguntó que para qué eran los marcos de las fotos
-Se llaman portarretratos y ahí pones tu foto, para tenerla en un lugar visible y protegida
-Bien, me llevo este señor –señaló un portarretratos bastante lindo –ahí pondré nuestra foto.
Me sentía muy agradecida por el día que pasé, me hizo olvidar mis problemas y divertirme, y hace mucho tiempo que no sentía las dos cosas.
Dejé las fotos encima de mi cama junto con todas las bolsas y me metí al cuarto de baño con el único propósito de darme la mejor ducha posible.
…..
-Tu madre parece bastante feliz con la estancia de esa sangre sucia
-Ya sabes que ella siempre quiso una mujer en su casa y creo que eso fue más fuerte que la condición de sangre de Granger padre
-Tienes razón Draco, pero hoy he venido a hablarte para enseñarte unas cosas importantes de la compañía Malfoy
Mi día empezó bastante bien, pero a decir verdad, hacer las cuentas de la compañía Malfoy no era mi actividad favorita.
Regresé a mi habitación, pero al ver la puerta de Granger abierta no pude aguantar mi curiosidad al ver que tanto compraron esas dos. Entré a la habitación y estaba el horroroso gato de Granger mirándome con aburrimiento y su lechuza estaba dormida en su jaula, estuve a punto de abrir las bolsas cuando un sobre amarillo encima de su cama captó completamente mi atención.
Eran fotos, de mi mamá y de Granger posando ridículamente, pero lo más increíble es que las fotos no se movían… de seguro es algo muggle, estuve a punto de salir de su habitación pues se oían ruidos en el baño indicando que la insufrible comelibros estaba terminado su baño, pero una foto… no podía quitar los ojos de esa fotografía, en ella se encontraba Granger con una falda de mezclilla muy corta y una playera de tirantes inclinada hacia adelante mandando un beso.
Era la foto más ridícula y fea que había visto, pero por alguna razón la tomé y salí de esa habitación.
-¡Genial! ¿Por qué tengo la foto de Granger?
