Endo Mamoru atravesó la puerta del hotel de Inazuma Japan silenciosamente.

El aire del exterior era frío y la tranquila noche hacia que sus pasos resonaran. Trató de ver en la oscuridad pero no lo logró,encendio la luz de la sala y miro el reloj de ía pasado tanto tiempo entrenando que ni se dio cuenta de la hora que era.

Dio un vistazo hacia afuera, hacia la luna blanca, su luz entraba por la ventana y llegaba hasta el sofá. Sintió que se quedaba sin aliento.

Había una chica en el sofá, bajo la luz de la luna, era asombrosamente bella. Pequeños mechones de cabello verde caían sobre su tranquilo y durmiente su corazón se llenó de culpabilidad.

/Aki . . .Me estaba esperando despierta . . ./

Se inclinó y con los dedos le apartó de la cara un poco de cabello. Con la mano tocó suavemente su brazo. Hasta le dolió. Estaba frío y tenía la piel de gallina.

Se preguntó si debía llevarla a su habitación. Después de un rato, decidió que no seria bueno arriesgarse a despertarla y se balanceó un poco en el pasillo tratando de estar en silencio. Al fin encontró lo que buscaba. Regresó con ella y la cubrió gentilmente con una manta.

Aki se movió. Él hizo un gesto y dio un paso atrás, listo para recibir su castigo. Pero nunca llegó. Solo un leve suspiro escapó de sus bellos labios, nada más. Respiró aliviado y se hincó, mirando atentamente su rostro.

Ella estaba muy despierta, aunque él no lo notara. Desde el momento en el que la tocó se había despertado, pero sabiendo que estaría desilusionado si no lograba hacer algo por ella, había fingido estar dormida. Era astuta y él no pudo percibir que no tenía los ojos completamente cerrados.

Por eso, lo había estado observando. Y ahora que estaban tan cerca se aseguró de que no pudiera descubrirla.

Lo engañó totalmente. El solo veía a su 'bella durmiente'. Y mientras la observaba tan tranquila y bella, repentinamente sintió algo dentro de él, una sensación que lo incitaba a hacer algo impulsivo.

La besó.

No fue mucho, solo la sensación de piel con piel, el beso más sutil, pero igual, un beso. Y cuando se alejó de ella, se encontró con dos grandes ojos mirándolo. Se sorprendió mucho.

Tenía los ojos abiertos cuando los labios de él tocaron los suyos. No pensaba cuando sus ojos se abrieron; estaba tan sorprendida. Él abrió su boca para decir algo pero lo único que salía eran torpes: "Uh . . .uh. . . "

Su corazón latía fuerte, y se preguntaba porqué. Pero incluso con el corazón así, controló su voz, aunque sea un poco. "¿Porqué . . ." su suave voz sonaba ronca y baja. Tragó. Él esperó la inevitable pregunta, "¿Porqué llegas tan tarde?" preguntó.

Su corazón latía tan fuerte como el de ella, pero sabía porque, conocía sus sentimientos. Y agradecía este cambio, pero aun se sentía egoísta, por alguna razón que no conocía. "Estaba entrenando," se sorprendió al escuchar su voz ronca y baja como la de ella. "Deberías . . .ir a la cama. Es tarde."

Aceptó y dio la vuelta para irse, pero entonces volvió hacia él. "Endo-kun. . ." Cuando su nombre salió de esos labios, no pudo contenerse más. Aunque se maldecía por ser débil, la acercó, envolviéndola en un fuerte abrazo.

Sintió su delgado cuerpo contra el suyo, sintió cada sonido, cada latido, cada suspiro. Fue tan cálido. Fue muy cálido. Y algo más . . .

Gentil y suavemente, la alejó un poco, mirando a esos ojos que reflejaban a los suyos. Sus labios temblaron, y ella dijo una palabra. "Endo-kun . . ."

"Aki . . ."

Solo esas palabras fueron necesarias, y fue entonces cuando entendieron sus sentimientos. Porque no existen palabras para describirlos. No necesitaron más.

Y se besaron bajo la luz de la luna.