Despertó, abrió los ojos lenta y perezosamente y se sentó en su cama, odiaba que el despertador arruinara sus sueños pero al fin y al cabo al parecer hoy le presentarían a alguien, una persona que vendría a ser su "fighter", no tenía mucho interés al respecto, pero si faltaba Nagisa- sensei de seguro la castigaría ya que al parecer la odiaba, esa era una duda bastante molesta, decidió preguntárselo en cuanto la viera. Vio la hora en su reloj de pulsera y notó que nuevamente iba tarde, apresurada, salió de su habitación sin decirle nada a sus "padres adoptivos", pero no importaba, total, no se comunicaba mucho con ellos, de seguro no lo notarían.
Empezó a sonar su celular, dudó si debía contestar pero decidió no arriesgarse, quizás era algo importante, quizás se había cancelado el evento y podría volver a dormir, pensó con felicidad.
Yamato?! Soy yo – anunció Nagisa-sensei desde el otro lado de la línea.
Ah… hola…Nagisa-sensei – respondió la muchacha con voz entrecortada por el esfuerzo que le significaba correr a toda velocidad y hablar por celular simultáneamente.
Ya te retrasaste otra vez! Que te pasó esta vez! – inquirió con algo de enfado.
Lo siento!... no pude evitarlo! Pero ya voy llegando!
Está bien… apresúrate! – dicho esto, colgó.
Guardó su celular y empezó a correr más rápido, la verdad es que no estaba tan cerca del lugar y no quería empezar mal el día, después de un rato de esfuerzo llegó al sitio señalado y entró, había un largo pasillo que contaba, a su lado derecho con una hilera de ventanas que daban al exterior y que daban una tenue luz amarillenta al oscuro espacio.
Ese día conoció a su "fighter", a Kouya.
Ya habían pasado unos cuatro años de eso, ya todo estaba bien, aunque hace poco había tenido que sufrir su mayor derrota contra Agatsuma Soubi y su "sacrifice" Aoyagi Ritsuka, pero bueno, ahora era "libre", ahora no tenía que ocultar que tenía sentido del tacto, ya no era una "Zero", pero aún así, su "fighter", Sakagami Kouya lo seguía siendo, y en cierta forma, le incomodaba el hecho de que no pudiera sentir nada, de que no pudiera sentir cuando la tocaba o la abrazaba, cuando…
Nakano-san?! – llamó su maestra de escuela
Ah?
Podrías hacer este ejercicio? – preguntó señalando un difícil ejercicio de matemáticas escrito en el pizarrón.
Mmm…no… no puedo sensei – respondió sin preocuparse.
Todos rieron ante la extremadamente honesta respuesta de parte de la joven.
El timbre de salida sonó, era tiempo de volver a "casa", como si tuviera una, desde que habían renunciado a seguir con Nagisa, si, Nagisa a secas ya no tenía porque decirle "Nagisa-sensei ¿no?, en fin, después de que habían decidido dejar a esa mujer de lado no tenían a dónde ir, paseaban por ahí buscado algún refugio, pero nada importaba, si estaban juntas ¿verdad?
Yamato! Nos vamos juntas? – preguntó una de sus compañeras que estaba reunida con un grupo de otras jóvenes.
Mmm… - miró su reloj de pulsera, faltaba media hora para que Kouya saliera de sus clases y su escuela estaba un poco lejos, pero coincidía con el camino que tomaban las otras chicas – está bien, lo haré – respondió sonriendo.
Así salieron del instituto Sakura-ga-Oka caminando tranquilamente, conversando de cosas triviales y sin darse cuenta, pasó el tiempo y llegaron a la entrada del instituto donde estudiaba Kouya, pero había un inconveniente, Yamato había olvidado despedirse de sus amigas para encontrarse a solas con su pareja.
Jajaja! – rió una de sus amigas – si, es muy tonto! No crees Yamato?
Ehm…si, claro.
En ese instante Kouya y sus compañeras salían del instituto, Yamato la divisó enseguida y se dirigió hacia ella mientras Kouya se despedía de aquel grupo de jóvenes con las que compartía el día.
Hola Kouya! – saludó.
Hola Yamato
Te ocurre algo?
Yo…
La pelinegra se vio interrumpida por las compañeras de curso de Yamato, quienes aún no se habían ido y observaban con curiosidad la escena.
Mi primer capitulo!! Dejen reviews—porque si no les gusta para que seguirlo no?
