Ñam ñam..ps este es un fic que hice ya hace algún tiempo, pero ahora lo arreglé para que quedara decente...Me gustaría recibir comentarios!! Espero les guste!!

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de JK Rowlind etc etc, excepto Artemisa, su familia y amigos ^^

Cap. 1 Te conocí...

Vaya si ha sido difícil este verano...me la he pasado en casa entrenando Quidditch hasta el cansancio (ser cazadora no es trabajo fácil), me dejaron demasiados deberes para todas las vacaciones, debo ayudarle a mi madre con las tareas del hogar, mi padre me tiene como loca asistiéndole con su trabajo (a buena hora se le ha ocurrido que quiere que sea como él), en fin...

Me encuentro en mi habitación, disfrutando (por fin) de un momento de calma y relajamiento luego de un día atareado. Es domingo, y no deben ser más de las dos de la tarde. Desde hace unos cinco minutos me tumbé en la cama, a mirar el techo. Aunque sé que esta calma no va a durarme mucho tiempo.

-Kamy Artemisa Weasley Tonks

Dragones. Mi madre, y me ha llamado por mi nombre completo, eso no es bueno. Volteo a mirarla. Estaba parada en el marco de la puerta.

-¿Ahora qué hice?-pregunté con algo de hastío

-Más bien, qué no hiciste-me miró con severidad-te pedí que fueras a casa de tus tíos. Molly está esperando que le lleves las cazuelas.

-Madre, estoy exhausta. ¿No puedes mandar a mis hermanos?

-Adam no está. Y sabes bien que Cyrenne y Walter son pequeños aún. Levántate y lleva eso, por favor.

Suspiro y ruedo los ojos. Me levanto de la cama, mi madre se fue. "Adam no está..." pues claro que no está, nunca está cuando se le necesita para ayudar en algo. "Cyrenne y Walter son pequeños aún..." pequeños... tienen 12 y 13 años respectivamente. Además, como si la Madriguera estuviera tan lejos de aquí. En fin, siempre es Artemisa la que tiene que hacer todo.

Salí de mi habitación, crucé el pasillo y bajé las escaleras. Me dirigí a la cocina.

-¿Qué cazuelas son?-pregunté a mi madre al entrar. Ella estaba lavando algunos trastos. O mejor dicho, su magia lavaba los trastos.

-Las que están sobre la mesa-me indicó sonriendo

Tomé las dos cazuelas.

-Me voy a quedar allá el resto de la tarde-le anuncié a mi madre y me di la media vuelta

-No vuelvas muy noche

No le respondí. No era necesario que me dijera eso. Ya sabía mi hora de llegada. Y repito: ni que la Madriguera estuviera tan lejos de aquí. Salí de la casa con las cazuelas cargando.

-¡Arte!

Volteo. Al cruzar la calle se encontraba un chico alto, de tez clara y cabello lacio. Mi mejor amigo y vecino de enfrente. Cruza de acera a acera y se me acerca.

-Hola Ray-respondí sin mucho ánimo

-¿Y esa cara?-arqueó una ceja mi amigo Raymond.

-Estoy algo cansada

-¿A dónde vas?

-A casa del tío Arthur a dejar esto-le mostré las cazuelas-¿nos vemos después?

-Seguro-se encogió de hombros

Continúo mi camino. Ottery St. Catchpole no es muy grande, y yo vivo justo a la orilla. Me pregunto si estará en casa... no, dijo que saldría de vacaciones. Suspiré. Lo extraño tanto... Bajo con cuidado una pequeña loma cubierta de césped, hasta llegar a un caminito de tierra. Sigo por él unos diez metros más, y al final se encuentra una casa de campo, algo desvencijada, pero luce bien. Al llegar ahí, con trabajo abro la puerta de la cerca del jardín. Qué extraño, no veo pelirrojos persiguiendo gnomos. Estando en la entrada de la casa, toco la puerta tres veces.

-¿Quién va?-preguntaron desde adentro

-Soy yo, tía Molly. Artemisa-contesté

Me abrieron la puerta casi de inmediato.

-¡Querida! ¿Cómo estás?-saludó mi tía alegremente

-Bien, gracias. Mi madre me dijo que te trajera esto.

-Te lo agradezco-me quitó las cazuelas-pasa, pasa. Ya sabes que estás en tu casa.

Entramos a la casa. Amo esa casa, es tan acogedora. Nos dirigimos a la cocina.

-¿Dónde están mis primos y mi tío?-pregunté mirando hacia todos lados.

-Percy encerrado en su habitación, estudiando. Ya sabes-me respondió mi tía al tiempo que colocaba la cazuelas sobre la mesa-Fred y George en el jardín trasero, buscando no sé qué. Ron y Ginny en sus habitaciones.

-¿Cómo les fue de viaje?-pregunté al tiempo que me sentaba en una silla-supe que volvieron ayer. ¿Cómo está Billy?

-Oh, excelente. Egipto es muy interesante-sonrió mi tía, sacando cosas de la nevera-Bill muy bien, su trabajo lo absorbe mucho. Debiste verlo al pobre, no tiene tiempo ni de irse a recortar el cabello. Le he dicho que podría darle una recortada, pero no quiso...

-Ay tía, Bill jamás va a aceptar que le cortes el cabello. Es parte de su esencia-Sonreí

-¿Cómo están Aaron y Marie? Arthur estuvo un poco molesto porque "su hermanito menor"-remedó eso último-no lo felicitó, por lo del premio.

-Sí lo hizo-dije entre risas-o al menos lo intentó. Mi despistado padre estaba de viaje en Irlanda, y cuando volvió creyendo que recién iban a irse, ustedes ya tenían cuatro días en Egipto. Luego intentó mandar una carta, pero Summer se perdió. Lechuza tonta. Le dije a mi madre que no la comprara, es muy joven y torpe.

Mi tía se rió.

-¿Ya te has enterado? Nombraron Premio Anual a mi Percy-me dijo con claro orgullo

-Algo escuché-sonreí forzadamente. Y desde que lo escuché, he tratado de evitar a mi pedante primo-¿Puedo quedarme aquí el resto de la tarde? Necesito algo de tranquilidad.

-Por supuesto que sí-respondió con amabilidad-pero dudo que encuentres tranquilidad. La especialidad de Fred y George es acabar con ella por completo.

-Voy arriba entonces, con Ginny-sonreí y me levanté

-Yo los llamo cuando la comida esté lista

-Gracias-y salí de la cocina. Subí las escaleras, caminé por el pasillo hasta la tercera puerta a la izquierda.

Es mejor estar ahora con Ginny, así tendré tranquilidad. Fred y George serán mis consentidos, pero ahora no tengo muchas ganas de seguirles el juego. Cielos, que Ron no me oiga un día diciendo eso... Toco tres veces la puerta, y me abre la pequeña pelirroja.

-¡Arte!

-Hola primita, ¿cómo te va?-pregunté sonriéndole. La tía Molly me había subido los ánimos con su conversación.

-Bien, pasa.

-Ginny, ¿te molesta si tomo una pequeña siesta mientras es la hora de comer?-le pregunté

-Seguro, no hay problema. Acomódate en mi cama, yo estoy terminando unos deberes.

-Te lo agradezco-me recosté en la cama, del lado. Ginny se sentó en su escritorio a seguir escribiendo. Cerré los ojos para tratar de dormir.

¿Cómo estará? ¿Se la estará pasando bien de vacaciones? ¿Me extrañará?

Siempre había estado enamorada en secreto de un chico cuyos ojos hechizan con sólo mirarte...esos ojos grises. Su reluciente cabello moreno... Su sonrisa tan encantadora...Un chico verdaderamente atlético y un gran jugador de Quidditch...hasta era capitán. ¡¡Vaya si tiene buen tipo!! Chico más prefecto no puede haber. Definitivamente, Cedric Diggory es el único dueño de mi loco corazón.

Yo siempre pensé que jamás se fijaría en mí... ¿Cómo podría un chico como él fijarse en alguien como yo? Entonces, recordé lo que había sucedido el curso anterior en Hogwarts.

--Flash Back—

Un día, estando yo aún en quinto año, en el mes de noviembre, iba camino a la primera clase del día, la del profesor Flitwick. Ya se me había hecho un poco tarde, la noche anterior me la había pasado estudiando para Historia de la Magia, el profesor Binns nos había dejado muchos deberes, redacciones, investigaciones, entre otras cosas, así que me dormí muy tarde, y por la mañana desperté igualmente un poco tarde (o al menos eso creía).

¡¡Tenía que correr!! Me paré de la cama como un rayo, fui a darme una ducha rápido, me puse el uniforme y tomé mis cosas... (¡¡Oh vamos!! Ni siquiera desayuné) mis amigos Isis, Raymond y Lenna ya debían haber llegado al aula. Ni siquiera me fijé si estaban sus cosas aún en los dormitorios, sólo quería apresurarme. Corrí y corrí a través de pasillos, esquivando alumnos al por mayor... (incluso creo que pisé sin querer a esa chica Granger, la que es del mismo curso de mi hermano, y al doblar una esquina la profesora McGonnagall me regañó, gritándome que no debería correr) Seguí corriendo, ya sentía que no iba a llegar... Sólo faltaban ya unos cuantos pasillos y estaría en el aula...

Doble casi resbalando la esquina. No me fijaba muy bien por dónde iba, sólo quería llegar ya. Y entonces, choqué tremendamente con algo... ¿¿o era alguien?? Caí al suelo, regando por doquier mis cosas... Me sobé mi pobre cabeza estando yo tirada en el suelo, y abrí los ojos...

-¿Estás bien?- Me dijo un chico mirándome con preocupación y extendiendo su mano para ayudarme a levantar.

-Eso creo...-y entonces lo miré, era él, Cedric, el chico de quien tanto tiempo llevaba enamorada...

-¿No te golpeaste?-me preguntó cuando me ayudaba a pararme

-Eh...yo...no...creo que no...-Estaba embelesada, hipnotizada por su mirada. Finalmente me levanté y me puse a recoger mis cosas, él me ayudó- Siento haber chocado contigo, no me fijé por dónde iba-dije rápidamente por culpa de los nervios, pero parecía que si me había entendido

-No, no te preocupes, pero sería bueno que la próxima vez te fijaras- me dijo con una gran sonrisa...esa sonrisa que me mataba lentamente...

-Este...sí...tienes razón-sonreí pero sin poder dejar de mirar su sonrisa-Bueno, tengo que irme, se me hace tarde para mi clase.

-¿Tarde?-Sonrió una vez más- ¿Es que has perdido la noción del tiempo?-me sonrojé-Todavía falta un buen rato para que comiencen las clases, apenas es hora de desayunar...

-¿En serio?- me sonrojé muchísimo-debería comprarme un reloj-dije rascándome la nuca, bromeando-Bueno entonces creo que iré a desayunar.

-Vaya, que coincidencia, yo voy para allá, ¿Qué tal si desayunamos juntos?-me propuso como si nada, sin dejar de sonreír

No podía creer que Cedric Diggory estuviera preguntándome eso. Creí que jamás en la vida iba a poner sus hermosos ojos sobre mí, aunque fuera por un momento.

-Me...me parece una idea... maravillosa-le dije roja como un tomate

Y comenzamos a caminar hacia el gran comedor los dos juntos, me presenté con él, y él conmigo, ya nos habíamos conocido de antes, (en los partidos de Quidditch) pero nunca habíamos platicado ni habíamos sido presentados formalmente.

En fin, desde entonces comencé a tratar a Cedric, y me di cuenta que además de ser un tipo muy guapo, también era una gran persona, un buen y leal amigo, un duro trabajador, y le gustaban las cosas justas, un chico bueno, y valiente. Teníamos mucho en común, además de la afición por el Quidditch. Teníamos juntos algunas de nuestras materias, así que siempre buscábamos sentarnos juntos para practicar o platicar si se podía. Bueno, un chico verdaderamente formidable. Yo sentía que cada día que pasaba con él era maravilloso, cada minuto era mágico. Hasta que un día de mayo (ese día era mi cumpleaños) me citó en los jardines del colegio, dijo que me tenía una sorpresa.

Yo asistí encantada al encuentro a la hora de la comida, tal como habíamos quedado. Lo esperé sentada justo debajo de un árbol, miraba el lago, contando cada segundo para verlo de nuevo. Y entonces él llegó, me levanté y lo saludé.

-¿A que no adivinas que traigo aquí?- me dijo mientras me mostraba su mano sosteniendo algo, pero no se podía ver que era.

-No sé, ¡dime qué es!- le dije muy emocionada.

-Mmmm no, tendrás que adivinar-puse mi carita de corderito- ¡Vamos que no es complicado!-me dijo viendo mi rostro que siempre lo lograba convencer

-¿Que será? ¿Qué será?-me comencé a decir a mi misma, pensando y pensando

-¿No das?-me preguntó, casi incrédulo-Está bien, ya te diré

Y abrió su mano, tenía una pequeña cajita redonda, con un moñito decorativo. Me la dio y dijo:

-¡Feliz cumpleaños!

Yo tomé la cajita, feliz y con una gran sonrisa de oreja a oreja, lo abracé tan fuerte que casi se asfixiaba

-¡Cedric! ¡te acordaste!-le dije soltándolo, extremadamente contenta

-¿Cómo no me voy a acordar de tu cumpleaños?-me dijo, y yo me sonrojé, como siempre que el me miraba de aquella manera.

-¡Ah! ¡Eres tan lindo!- y destapé la caja, me quedé atónita-¡Cedric! Yo...yo...no sé qué...qué decir...esto es...MARAVILLOSO!!

Era un pequeño dije en forma de media luna, color plateado. Y en él estaba inscrito con pequeñas letras "Artemisa".

-¡Es el dije que vimos en Hogsmade!-dije sin podérmelo creer

-Así es, ¿Te gusta?-me preguntó

-¿Qué si me gusta?¡¡Me encanta!!- y entonces lo abracé de nuevo con una gran sonrisa

-¡Vaya! ¡Voy a hacer cosas así más seguido para que me abraces así!- me dijo muy sonriente, yo no cabía de felicidad-Misa, además de tu regalo, quisiera preguntarte una cosa...

-Dime, ¿que te ocurre?-le pregunté mientras me ponía la cadena con el dije

-Mmmm, pues...verás...-me comenzó a decir, algo vacilante

Lo miré a los ojos, con una mirada interrogativa.

-Bueno, pues antes que preguntarte, quiero decirte que eres una persona única, nunca había conocido alguien como tú, de verdad...

-Vaya gracias-le dije roja como tomate.

-Ya va, lo que te quiero preguntar es...pues... ¿Quieres ser mi novia?-dijo rápido, con las palabras pegadas, pero entendí perfectamente

¡Me quedé pasmada! lo miré, el me miró... no sabía cómo responder...

-Bueno, no importa, si no quieres no hay ningún problema, podemos seguir siendo amigos...-dijo rascándose la nuca, se veía apenado.

Y entonces reaccioné, lo miré como nunca antes lo había mirado, ¡Mi sueño se había hecho realidad! El chico de quien tan perdidamente había estado enamorada desde el momento en que lo vi, en la ceremonia de selección de primer año. ¡Y lo abracé aún con más ganas! Estaba feliz. Me aparté de él, lo tomé del rostro, lo acerqué poco a poco a mi... Y lo besé. Nos hundimos en un beso tan romántico, tan suave, tan especial... Cuando nos separamos el me dijo:

-Vaya, ¿Eso es un sí?-me dijo riendo y sonrojado

-¡¡Pero claro que sí!! por supuesto que quiero ser tu novia...¡¡Me has hecho la chica más feliz del mundo!!- le dije muy contenta y con una gran sonrisa

--Fin del Flash Back—

-¡Tú!

Medio abro los ojos. Están parados en la puerta los gemelos.

-¡Fred! ¡George! ¡Fuera de mi habitación!-les reclamó Ginny enfadada.

-No te metas hermanita-dijo Fred, sin quitarme la mirada de encima

-Tenemos un asunto pendiente-continuó George-¿cómo es eso de que vienes a casa y nos ignoras?

-No los ignoro-me senté en la cama-sólo quería dormir un poco. En casa no me dejan.

-Vamos, tenemos algo que mostrarte-Fred me tomó de la mano y me jaló.

No muy de ganas, los sigo. Generalmente los seguía con mucho gusto, y les hacía segunda en todo, pero justo ahora, tengo sueño. Salimos de la habitación de Ginny y caminamos hacia la de ellos, y justo entonces se le ocurre a Percy salir al pasillo.

-¡Arte! ¡Qué gusto verte!-dijo al tiempo que se acercaba

-Igual, primo-respondí sonriendo forzadamente

-Tengo una excelente noticia, no vas a creerlo-me tomó del brazo y me encaminó a su habitación-¡me han nombrado Premio Anual! Te mostraré la placa...

Volteo a ver a los gemelos con los ojos entrecerrados. Ellos, aguantándose la risa, se encogen de hombros. Total, ni ahí pude tener momentos de tranquilidad.