Resumen: Un error cambio todo, sus vidas tomaron un giro de 180°. Ahora la batalla está mas cerca de lo que ellos esperan. Todo parece tranquilo, hasta que se dan cuenta de que alguien del futuro vuelve para acabar con el mal del pasado. ¡Pasen y lean!
Advertencia: Los personajes no son míos, son de Rumiko Takahashi, no quiero tener problemas con los hombres de negro
Capítulo 1:
Pasos rápidos se escuchaban en lo profundo del bosque. Ya estaba atardeciendo y el invierno empezaba a despedirse de la región, ¡Oh vaya, que alivio sería eso! No más noches frías, no más agua congelada ni resfriados, ellos continuarían la búsqueda de fragmentos sin problemas o retrasos. Aunque lo bastante extraño era que el bastardo de Naraku no estaba por ningún lado destruyendo aldeas o recolectando monstruos para ser más poderoso, como que si se lo hubiera tragado la tierra y tampoco había dejado alguna pista, el maldito sabía esconderse demasiado bien.
Mientras tanto, en la espesura del bosque, un grupo de viajeros en busca de los fragmentos de la Perla Shikon caminaban en una marcha liderada por una sacerdotisa con mirada fría y calculada, de pelo lacio y negro como la noche, que lo contrariaba su piel blanquecina. La seguía muy de cerca una exterminadora pensativa, con una coleta alta de color castaño, llevando en su espalda un boomerang gigante y en su hombro una pequeña gatita de dos colas. Al lado de ella se encontraba un monje de unos hermosos ojos de color azul oscuro, en una de sus manos estaba cubierta por una tela amarrada con un rosario de cuentas celestes y en la otra llevaba su báculo, era un hombre muy apuesto sinceramente. De cerca los seguía un pequeño zorrito pelirrojo, con un paso algo más rápido que el de los demás por ser más pequeño pero de todos modos su cara demostraba una tristeza que venía desde hace tiempo y el solo hecho de recordarla lo ponía en un estado muy vulnerable. Y finalizando la marcha se encontraba un híbrido de ojos dorados como el sol, tan apuesto como los mismísimos dioses griegos, un peli plateado con orejas caninas que se veían tan adorables y suaves al tacto, aunque la verdad en la época del Sengoku no lo miraban asi, para la mayoría era un monstruo que debe ser exterminado, una amenaza. Pero parecía que a él no le importase la opinión de ellos o quizás no de todos ellos, prefería mantenerse callado en el trayecto, que solo se escucharan el crujir de las hojas y ramas al pisar el suelo.
Y la pregunta del millón ¿ Por qué estaban caminando en medio del bosque? La respuesta era bastante sencilla.
-Estoy segura que vi el destello de un fragmento hacia el sur de aquí, podría jurarlo- dijo la sacerdotisa, intentado darse ánimos a ella misma de encontrar ese preciado fragmento que había visto en segundos y luego ¡puf! desapareció de la nada. Además no podía equivocarse, no encontraban algún fragmento hace 3 semanas atrás y cada vez menos seguido. Tenía en total cinco fragmentos de la perla, algunos debería tenerlos Naraku, otros dos con Koga, uno con Kohaku, pero y el resto ¿donde está?. Existía la remota posibilidad de que alguien pudiera estar recolectando también pero ¿quien? Los fragmentos traen más tragedias que bendiciones al poseedor, sería alguien bastante estúpido para meterse en esto o quizás sea alguien fuerte que tenga algún resentimiento contra Naraku. Pero la posibilidad seguía siendo escasa.
-Kikyo puede ser que te hayas equivocado- dijo el hanyou a la sacerdotiza y luego dió un sonoro suspiro. Cruzó sus brazos ocultando las manos en sus mangas y puso la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, Kikyo era bastante testaruda para esto, hasta que ella no lo comprobara con sus ojos, seguiría firme en su decisión.
-InuYasha estoy más que segura, lo vi en unos cuantos segundos nada más, pero sentí su presencia- caminaba con un paso algo más acelerado, se notaba su preocupación. El camino era bastante resbaloso como para correr, de seguro terminaba con la cara plantada en el suelo.
De pronto le cayó algo en la nariz, algo helado, con la mano lo retiró de ella y resulta que era nieve derretida. El aviso del término de invierno y la temporada de primavera. No tendrían problemas con los youkais, de seguro. Porque esta la primavera era la temporada de apareamiento de los youkais, estarían ocupados buscando su pareja y en esos momentos no les interesarían los fragmentos en absoluto. Aunque de seguro que su pobre nariz tendría que soportar varios malos olores provenientes de las uniones ¡Que fastidio!.
-Maldición….- murmuró InuYasha, casi inaudible. A él también le afectaba la temporada antes, pero se encontraba luchando contra youkais o estaba muy malherido como para que sus instintos afloraran con su hembra elegida. Pero esta temporada no debería haber algún problema ¿no? Ella no estaba cerca, ni si quiera sabía si aun estaba viva, no le afectaría para nada este período. Pero si estaría algo inquieto en las noches…
-¿Qué pasa InuYasha?- preguntó el monje.- pareces preocupado-.
-Es que….. el invierno esta por acabarse…- dijo el hanyou mirando hacia otro lado, si se encontraba con la mirada del monje de seguro que no le quedaría más remedio que decirle su malestar.
-No me digas que te da nostalgia eso- comentó divertido el monje.
-¡Keh! Claro que no Miroku….es solo que me di cuenta de que no tendremos tantos encuentros con youkais- dijo InuYasha. Ese maldito monje, al final termina saliendo con la suya.
-¿Y a qué se debe eso?-
-Es….- giró la cabeza hacia otro lado para que no viera el tono rosado por el cual se teñían sus mejillas de vergüenza- es… la temporada de apareamiento de youkais- dijo algo nervioso.
-Oh….- salió de la boca del monje- ya veo…-.
Era un poco incómodo el tema, al menos para la mayoría que no tenía una actitud como la del monje hentai. Con su manía de tocarle el trasero a cuanta señorita hermosa se le cruce por delante o a preguntarle si podría tener un hijo con él. En el Sengoku, el tema del apareamiento era algo serio, más cuando se trataba de youkais. En la primavera, era el mes para que los youkais jóvenes cortejan o se unen con su hembra, esto requería de mucho cuidado y determinación Porque con la pareja escogida, si se consumaba la unión, esta sería para toda la vida. Era una ley que se debía respetar, si un integrante de la pareja moría, el otro también lo hacia, por la simple razón que al morir su pareja, esta debería seguirla hasta la muerte. Había que tener mucho cuidado a quien se elegía como pareja y la infidelidad, se pagaba muy caro.
El hanyou soltó un bufido, odiaba esta temporada, su edad era la de un macho joven, la edad perfecta para aparearse. Pero él por lo menos no lo haría aun, no hasta que la encuentre. Myoga le había hablado mucho sobre ese tema, esa pulga si que sabía muchas cosas.
-¡ay!.- dijo el kitsune que ahora se encontraba tirado en el piso, se había resbalado con la nieve derretida.
-¡Shippo-san! ¿estas bien?.- preguntó preocupada la taijiya.
-Eso creo.- dijo limpiándose la nieve y lodo que se le ha quedado pegado al hakama.
-Ten más cuidado Shippo-san.- dijo Miroku ayudándolo a levantarse.
-No nos podemos retrasar- dijo en un suspiro Kikyo.
-Kikyo-sama acordamos claramente que si alguien del grupo se lastimaba, la búsqueda se pausaba.- dijo con un aire de enfado el monje. Algunas veces Kikyo parecía inhumana con su nivel de frialdad. InuYasha lo había mirado con algo de enojo a Miroku.
Kikyo simplemente contestó
-Pero por pequeñeces como esa, creo que esta exagerando houshi-sama.-le dijo acompañado de una mirada congelante a Miroku, quien solo dirigió su mirada hacia otro lado, no pensaba intimidarse. Algunas veces la miko de lodo podría parecer que ni sentimientos tenía, pero otras veces se mostraba más cálida con las personas y seres que la rodeaban.
El cielo empezó a adquirir un tono rosado con nubes anaranjadas, la nieve ahora era de un tono amarillo brillante y lo mismo pasaba con las ramas de los árboles. Ya estaba atardeciendo.
-Deberíamos acampar y dejar la búsqueda del fragmento para mañana.- propuso InuYasha a lo que casi todo el grupo estuvo de acuerdo, menos Kikyo que seguía empecinada con ese maldito fragmento.
Pero en cierta forma, cuando ya estaban cansados ni la misma Kikyo los podría obligar a continuar. Y tampoco discutía por eso, cuando se había unido a ellos prefirió que su presencia fuera lo menos conflictiva posible, además, no quería causarle más problemas a InuYasha. Ella sabía perfectamente lo que había pasado y que parte de la culpa era suya.
En el grupo se notaba el cansancio de caminar tanto para no conseguir nada ¡maldita sea!.
Mientras, el houshi, por una apuesta con la taijiya,intentaba encender una fogata, pero por más que refregase la leña, no prendía fuego. Sango lo miró de soslayo y se empezó a reír del pobre Miroku.
-Hey, no te rías-. Dijo Miroku jugando.
-Pero es que así nunca lo lograrás-. Comentó ella.
-Pero si así lo haces tú-. Se defendió Miroku.
-Se nota que no miras bien-. Dijo entre risas Shippo.
-Son malvados conmigo juuummmmmmm-. Hizo un puchero el houshi.
-Vamos es muy sencillo, mira-. Sango tomó dos piedras y las restregó, en un par de segundos Shippo ya se estaba calentando las manos con el fuego, mientras que InuYasha se reía junto con Sango de Miroku.
-Bueno, houshi hentai, le debes algo a Sango-. Le recordó InuYasha divertido.
-¡Ay no!-. Exclamó aterrado.
-¡Ay sí!-. Dijo Sango victoriosa.- mmmmm ¡ya sé!-. Miró malvadamente al houshi.- no podrás tocar traseros ni hacer propuestas de tener hijos por...¡un mes!-. Dijo feliz la taijiya.
-¡NO! Sanguito por Kami-sama, no me hagas esto, mi mano se controla sola-. Gritó suplicante Miroku, incluso ya estaba arrodillado enfrente de Sango. A lo que InuYasha y Shippo estaban que casi lloraban de la risa, la taijiya sabía donde clavar la daga para que Miroku se encontrase arrodillado a sus pies suplicando piedad.
-Aunque me supliques, no cambiare de opinión. Sino la cumples, pues no me quedará otra más que Inuyasha te obligue-. Sentenció Sango.
Miroku miró con cara de pena a Inuyasha, pero este le dirigió una mirada tan maliciosa, que el houshi empezó a temblar de miedo. Para asustarlo más, se subió las mangas de su haori y hizo tronar sus huesos de las manos.
-¡AY ya ya la cumpliré! Lo juro, lo juro-. Dijo derrotado Miroku.
Sango y Inuyasha sonrieron triunfantes los dos,mientras que Shippo lloraba de la risa en el suelo. Y no tardó en unirse todos los demás.
Pero cuando llegó Kikyo, luego de su recolección de almas para seguir manteniéndose con "vida". Callaron poco a poco sus risas, ya que una de las condiciones que había puesto ella para que participara junto con ellos en la búsqueda era que no quería alborotos o escándalos, a lo que los ataques de risa quedaban tachados de la lista de cosas que le gustan a Kikyo.
En cierta forma, el grupo entendía un poco porque no le gustaban. Era normal que los muertos buscansen la tranquilidad, la paz. Pero a Kikyo la habían resucitado sin su consentimiento, por lo que se podría comprender que en su estadía en el Sengoku quisiera por lo menos un poco de paz.
-Esto va de mal en peor-. Dijo Shippo sin más. Mientras Kikyo se sentaba apoyada en un árbol y los demás preparaban la cena, el comentario de Shippo distrajo a todos de su tarea.
-¿Por qué dices eso Shippo-san?-. Preguntó extrañada Sango.
-Solo lo digo por conclusión-. Dijo mientras entrecerraba los ojos y se acomodaba más en Kirara.- cada vez encontramos menos fragmentos, hemos estado viajando por toda la región sin mucho éxito, los youkais siguen atacándonos y el maldito Naraku, ni pistas de él-.
-Pero Shippo-san debemos ser un poco optimistas-. Intentó subir los ánimos Miroku.
-Pero no podemos negar que él tiene razón-. Dijo la miko de barro mirando hacia el lado.- cada vez son menos las veces que encontramos fragmentos-.
-Yo...-. Dijo InuYasha.-...yo tengo el presentimiento de que alguien más esta en busca de ellos-. Concluyó.
-Pero eso es improbable, todos saben que traen desgracias-. Alegó el houshi.
-No del todo-. Interrumpió Kikyo.- hay una posibilidad de que en este tiempo transcurrido, alguien esté detrás de ellos ¿no creen?-. Los miró a todos, quienes tenían una cara en la cual se notaba la duda. Ella sonrió suavemente.- debe ser alguien con un gran poder-. Concluyó ella.
-Pero ¿Quién?-. Preguntó la taijiya.
-Es obvio que Seshomaru no es-. Dijo InuYasha, a lo que todos lo miraron raro.- ¿Qué? Él mismo lo dijo, solo estaba tras de Naraku, no los fragmentos-. Dijo el híbrido.
-Yo ya no se que pensar-. Dijo Shippo y dio un sonoro bostezo.
-Mejor dejémonos de machacarnos la cabeza y durmamos-. Propuso Miroku.
-¡Sí!-. Respondieron todos.
Sango se acurrucó junto a Shippo en el lomo de Kirara, el houshi se apoyó en un árbol y cruzó sus piernas, más que dormir, parecía que meditaba. Mientras que InuYasha se subió a la copa de un árbol y se recostó en una gruesa rama. Estaba pensante, sus ojos dorados tenían el reflejo de la luna creciente en el cielo. Una brisa movió sus cabellos platinados, mientras que cerraba los ojos y removía su haori de rata de fuego con una mano, buscando algo. Hasta que por fin lo encontró, el objeto más preciado que tenía, un simple collar con un corazón.
Lo miró nostálgico, es increíble que aún lo tenga, después de todo es el único recuerdo tangible de ella. Abrió el corazón y pudo observar en una de sus tapas su propia cara enojada, gritando por alguna tontería, mientras que al otro lado se encontraba la cara de una chica, también enojada y gritando. Era de ojos chocolates con un brillo especial en ellos, cabellos azabaches con algunos rizos en las puntas y de piel blanca. De solo verla no puede evitar sonreír recordando ese día, se habían metido en una extraña caja mágica que sacaba papeles brillantes con sus caras retratadas perfectamente en ella. Pasó su dedo pulgar en la foto de ella, acariciándola, añorando su reencuentro.
-Ya han pasado tres años...-. Murmuró a la nada.- tres años desde que me quitaste el sello que me mantenía dormido en el Goshimboku...-. Apretó con fuerza el corazón, ya cerrado, mientras su fleco cubría su mirada.- juro...juro que cuando por fin te encuentre...cuando por fin te mire a los ojos y sepa que eres tú...-. Susurró a la nada esa promesa.- ...juro que haré lo imposible con tal de que me perdones...-
Guardó el collar entre sus ropas y se acurrucó he intentó dormir, aunque sea un poco pero descansar la vista le hacia falta. La verdad que mucha falta, por que al poco tiempo ya estaba dormido.
Mientras que una persona del grupo, pudo ver y escuchar la hermosa promesa de InuYasha dirigida hacia esa mujer. Lo miró con tristeza, porque sabía que él sufría en su interior con esa foto, era masoquista atormentarse con su foto, pero no lo culpaba, en sí ella también era igual de masoquista que él. Solo que ella lo tenía a su lado, pero InuYasha no. Ni si quiera sabía donde se encontraba y solo tiene el recuerdo de ella, era marchitar lentamente su corazón.
"Como deseo InuYasha..."Pensó Kikyo "...como deseo de que seas feliz. No conmigo, pero que lo seas...". Sabía perfectamente que InuYasha no se iría al infierno con ella, pero era muy posible que lo hiciese si no la encontraba o si ella ya no estaba en este mundo. Pero ella preferiría ver a InuYasha feliz, aún así sea con otra, pero con una sonrisa. Su deseo sería saciado y podría irse al infierno en paz.
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Aquí Reportándome chicos!
Primero que todo les doy las gracias de antemano por leer este primer capitulo de mi primer fic. Wooho ni yo me lo creo ^.^U , pero estoy feliz de haber empezado en esto y espero terminarlo (claro si es que no me da pereza) ._. Soy terriblemente perezosa xD pero intentaré poner todo mi esfuerzo para terminar aunque sea un fic xd (realidad: mas nerviosa que virgen en su primera vez). Bueno ¿por que Kikyo está en el grupo?¿qué paso con Kagome?¿porque se culpa Kikyo?, todo esto y más en los próximos capítulos Respondo a todas sus dudas y tengan piedad de mi xD acepto críticas pero que sean ammm suaves (sin insultos por el estilo). Tengo a InuYasha secuestrado c: xd se lo quite a Kagome por un rato. Así que él pagará :D
Inu: suéltame maniática D: no me as dejado libre desde el 2004, ya hace 8 años D:
Si no lo hice ayer, no esperes que lo haga hoy (hay hablo demasiado .-.)Bueno mi despedida cordial, cualquier duda no tengo problemas en que me pregunten. Hasta el próximo martes (o mes xd okno# hasta el aproximo martes c:) ¡Polvos mágicos! * desaparezco*.
Cambio y fuera chicos!
