No es que Harry no lo hubiese notado antes, era que hasta ese momento no había podido comprender la gravedad de la situación. Se sentó en una esquina de la carpa y de pronto lo invadió una sensación de pesadez y soledad intolerables. Hasta hace unos segundos, la pelea con Ron parecía algo demasiado terrible para que hubiera sucedido en verdad. Nunca antes había experimentado ese tipo de ira, que le invadió cuando vio como Hermione perseguía a su ex amigo por el bosque, gritando una y otra vez su nombre sin obtener respuesta.
No podía entender como alguien era capaz de darles la espalda a sus amigos de esa forma. El jamás hubiera podido resistir la voz de Hermione llamando a gritos. Le tomo una hora a Harry calmarla y convencerla de que regresaran a la tienda. Finalmente se quedó dormida llorando y susurrando el nombre de Ron.
Viéndola descansar, se relajó un poco. Si la situación fuera a la inversa ¿Habría llorado ella por él? –Claro que sí. –se respondió a si mismo.
-¿Y no te puso ni un poco molesto el hecho de que ni siquiera te mirara cuando regresó?- su cabeza siguió atacando
-Vale, era comprensible. La pobre apenas podía ver por donde caminaba
-Siempre en eterna negación. Ron solo dijo mentiras sobre ustedes… ¿De verdad no hay nada?-su subconsciente empezaba a sonar irritado.
- Nunca podrá haber nada- Harry dijo en voz alta. Por un momento le pareció que Hermione se retorcía en su cama. Temió que pudiera estar escuchando y se preparo para confrontarla, pero ella no pareció moverse mal.- Estoy imaginándome cosas.- pensó
-¿Es esa tu mejor excusa? Lo bueno de hablar contigo mismo, es que en teoría no tienes porque mentir.- La vocecilla de su conciencia le susurró antes de que se metiera a la cama.
Mientras tanto Hermione contenía la respiración en su cama. Pensó que Harry la había visto moverse, pero después el se metió a su cama y apagó las luces. No podía pensar en ese momento. Su cerebro se hallaba en estado de shock. Poco a poco se quedó dormida.
