Disclaimer:
Los personajes de CCS no me pertencen a mi si no a CLAMP
Amour irrésistible
Los labios delgados y curvulientos no pudieron evitar sonreír, ocasionando que sus finos y pálidos pómulos se contrajeran dándoles un aspecto de haber sido esculpidos por el más prestigiado artesano, su delgada y grafilada nariz proporcionaba y despejaba el aire de sus pulmones. Mientras que para desagrado de muchos sus ojos tan verdes como la mismísima esmeralda eran opacados por una gruesas y desalineadas gafas, sus brillantes dientes eran "corregidos" por los incómodos frenillos que borraban deseo alguno de querer besarlos.
Sakura Kinomoto era el tipo de mujer que podía pasar desapercibida por cualquier hombre debido a su aspecto, su esbelto y delgado cuerpo siempre iba cubierto por blusas y pantalones holgados que imposibilitaban hacer sentir los deseos del hombre hacia ella. Pero eso a ella no le molestaba en lo absoluto, al contrario le hacían sentir protegida y abrigada del calor que ella pensaba que nunca llegaría a su cuerpo y vida.
Siempre caminando con los pasos acompasados pero nada elegantes se dirigía hacia su oficina con el rostro serio y la mirada en alto, las sonrisas y las burlas de sus compañeras siempre eran bienvenidas, después de todo no le afectaban en lo más mínimo. No le importaba si no llamaba la atención de hombre alguno, el hombre debe quererla por su interior no por el físico que ella no cargaba.
Era feliz así como estaba, independiente, soltera y en compañía de su gran y fiel amigo Kero. Un sonrisa llena de dulzura inundo su delicado rostro, le encantaba más que nada en el mundo recordar que había alguien muy especial para ella esperándola de regreso a casa. Después de todo su perruno amigo no se podía alimentar solo.
Un golpe fue lo único que detuvo a XiaoLang en su chequeo de papeleo, siendo apenas trasladado de su empresa para hacer el favor de atender la empresa "All The Things You Need" haciéndose cargo del puesto como presidente a cargo de todos los encargos y ejecuciones en esta.
Lo primero que se le vino a la mente fue gritarle sus verdades a la persona encargada de hacerlo caer, sea hombre o mujer. Bajo su ambarina mirada para observar con desprecio el como la joven mujer de largos cabellos castaños con un leve toque rubio observaba los documentos regados con algo de vergüenza y odio. XiaoLang lanzó un bufido con exasperación mientras que con la rapidez y gracia de un felino arreglaba los papeles acomodándolos en el mismo orden.
- Mujer, en otra ocasión fíjate por donde vas, no creo que tengas en mente perder su empleo solo por insignificantes distracciones -Sakura no podía estar más sorprendida, este tipo de situaciones le habían ocurrido en anteriormente, pero nunca, nunca alguien los había recogido como lo había hecho ese hombre. Ella siempre terminaba en el piso con humillaciones y burlas, comprendía que había sido su culpa el haber chocado con ellos puesto que estaba soñando despierta, pero eso no les daba el derecho de tratarla así.
Con algo de recelo levanto su verde mirada observando minuciosamente la ancha y esbelta espalda masculina, deleitándose con los fuertes músculos que se delineaban en su blanca camiseta. - "Como si de un príncipe azul se tratara" -pensó con los ojos soñadores y un leve rubor coloreando sus morenas mejillas.
Su ensoñación término al oír la estridente alarma de la empresa que significaba que pronto iban a cerrar las compuertas, ciertamente era un último aviso que se oía a media ciudad, para avisar a los faltantes trabajadores que se apresuraran. Eso fue un golpe en seco para traer a la realidad a Sakura, el recuerdo del encuentro con el hombre que ciertamente despertó en ella sus ensoñaciones infantiles, en el que en algún lugar del mundo estaría su príncipe azul esperándole con su gallarda sonrisa, tan solo le trajo a su mirada un deje de amargura que dejo calladas a sus compañeras de trabajo.
Todos conocían a Sakura por su dulce y tierna sonrisa o por lo menos la conocían los conserjes del lugar, jamás en su vida la joven castaña había mostrado signo algún de enfado o disconformidad, siempre era seria y distante con sus compañeros, jamás había mostrado alguna otra emoción, hasta este día.
XiaoLang miro con seriedad a su oficina y secretaria, jamás en su vida se le llego a ocurrir que en cuanto abriera la puerta se encontraría un sofá de cuero negro y una extravagante rubia vestida con un mini falda que apenas y le podía tapar los muslos y una camisa manga corta con un exagerado escote. Claro que era hombre y tenía esos pequeños defectos en su sistema, pero cuando se trataba de trabajo siempre intentaba dar lo mejor de sí y en cierto modo de esa forma no podía, resultaba tentativa pero era muy molestosa
- Disculpa crees que me podrías dejar a solas un momento -la rubia le miro con lujuria mientras a pasos lentos y sensuales se acercaba a un ya enojado Xiao Lang- si quiere conservar su empleo de recomiendo que me haga caso -la mirada fría e irritante en el rostro varonil hizo salir corriendo a la rubia, sacándole una sonrisa cargada de cinismo en los morenos y seductores labios del empresario -odio a las mujeres -se dejo caer con toda la pesadez de su cuerpo en el acolchonado sofá de cuero, ignorando las fuertes corrientes de sueño que golpeaban su cabeza.
El recuerdo de la joven con la que choco golpeo su mente como si de una ráfaga de luz se tratara. Sus labios pequeños y carnosos, su cuerpo completamente desalineado y sus brillantes e inocentes ojos verdes que le miraban como si de un príncipe se tratara. Ciertamente esa actitud se le había hecho muy infantil de su parte, pero extrañamente enternecedora. Pues pensándolo detenidamente la mujer parecida un fino trozo de pétalo que con tan solo tocar se podía romper. Sus ojos ámbares brillaron levemente, mientras en su recta y sensual boca se dibujaba una mueca de disgusto y exasperación.
- "Maldita sea Syaoran…tienes treinta y dos años, dos hijos y una difunta esposa, que aparte de estar muerta te había abandonado al momento de dar a luz" –sus gruesas y bien formadas manos tomaron con ansiedad su rostro, tratando vanamente de ocultar sus lagrimas que desfilaban por sus ahora pálidas mejillas –"Y yo que te amaba tanto Meiling…¿porque me hiciste el acto más vil que puede haber en una mujer?...porque me abandonaste sin tener consideración alguna por tus hijos –la sonrisa y mirada cínica de su ex esposa le golpeo el estomago como si estuviera en sus últimos días de vida.
La puerta se abrió sorprendentemente de golpe imposibilitándole a Syaoran el poder ocultar los rastros de lagrimas en sus mejillas y ojos –Lamento mucho mi intrusión si su debido respeto, pero lo que pasa es que…se me hizo tarde y…-los ojos verdes de Sakura se abrieron de golpe, cubriéndolos con una fuerte manta de culpabilidad y dolor al ver al apuesto hombre con el que había chocado derramar lagrimas –¡Dios mío! Dígame que no esta así por mi culpa… yo no tenía intención alguna de hacer que lo despidieran –el hombre le miro sorprendido mientras que un leve rubor se comenzaba a mostrar en las morenas mejillas de ella –en este mismo instante me largare a hablar con el nuevo presidente de la empresa y le diré que fue mi culpa por estar distraída, estoy segura de que lo entenderá y, y…si mi petición no es comprensible, en ese caso le pediré que otorguen mi puesto…-sin poder entenderlo, toda la tristeza desapareció en su interior, para ser replazaza por una capa de indiferencia y ternura así esa mujer, ciertamente la joven era toda una joya pero posiblemente igual de egoísta y estúpida igual que las demás –además de que tal vez el ya haya oído de que soy una incompetente, así que eso nos facilitara el trabajo y así obtendrá su empleo… -Sakura se quedo sin argumento alguno al sentir el fuerte dedo del hombre sobre sus labios, quitándole el aliento dejándola con los labios palpitantes por el deseo de algo más.
Como si se tratara de una hoguera Syaoran alejo rápidamente su dedo de los suaves labios de la joven mujer que ahora le miraba muda y con un leve sonrojo en sus mejillas –¡Maldición, que estúpido soy –con la poca fuerza que le quedaba se dirigió con decisión a la puerta de entrada de su oficina y la cerro.
No tenía que ser bastante estúpida como para no notar la tensión que se había creado por el simple hecho de cerrar una puerta común y corriente con una mano común y corriente, la desesperación se adueño de su ser al sentir la fuerte fragancia masculina pasarle por un lado –"En que maldito lío te metiste ahora Sakura Kinomoto, ahora tienes que inventarte un plan para no caer redondita con tu nuevo jefe" Disculpe, mmhm, lamento el no haberme presentado antes, mi nombre es Sakura Kinomoto, un placer en conocerlo señor… -la mirada seria y fría que le dirigió el hombre la dejo sin palabra alguna, cosa que le molesto tanto que sin poder evitarlo apretó los labios fuertemente que los dejo palpitando un con un leve tono rosado –no tiene que ser tan grosero sabe, yo tan solo quería saber su nombre –esperando alguna reacción de enojo o indiferencia se quedo sorprendida al oír un leve risilla escapar de los labios de aquel hombre tan sensual –"¡Maldita seas Sakura! Que no se te ocurrió que se podía ver todavía más sexy con una sonrisa en su rostro" –sin poder evitarlo el rubor le llego hasta las orejas enrojeciéndolas fuertemente.
- Tal parece señorita Sakura que usted no esperaba de mi una reacción como esta –Syaoran estaba divertido a más no poder, le encantaba por alguna extraña razón hacer rabiar a esa señorita que al parecer sus palabras le habían caído como un balde de agua fría - mon nom est XiaoLang mais si vous voulez m'appelle seulement Syaoran, gentil de vous rencontrer amoureux(Mi nombre es XiaoLang pero si usted quiere puede llamarme solamente Syaoran, un placer conocerte amorcito) –el coraje y la vergüenza se adueñaron del cuerpo y mente de la joven de ojos verdes, que no midió la distancia entre el y ella y le trato de plantar una sonora bofetada en le mejilla que Syaoran evito con facilidad. Lo que si no pudo evitar fue el placentero contacto del cuerpo de Sakura sobre el suyo que lo dejo sin aliento y con el deseo palpando cada uno de sus sentidos.
Sus brillantes ojos verdes podían evitar mirar la dura boca del hombre que se encontraba abajo suyo, ciertamente su cuerpo intentaba levantarse, pero sus piernas se encontraban enredadas con las de Syaoran que le imposibilitaban hacer movimiento alguno. El sonrojo se volvio a adueñar de sus mejillas, junto con un nuevo sentimiento que la ponía nerviosa sin saber porque.
Continuara… Pusha ToT me quede sorprendida de cómo me quedo, puesto sinceramente no se si
les va a gustar o no u.u yo espero que sí. Así que porfavor dejen me saber su
opinión y si quieren que le continué dejando me un review n.n, gracias por su
atención, se despide Takemiya Hikaru-desu o.o!
