Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de S.M y la historia está basada en un dorama con el mismo título.

Summary: Bella escribe una carta con sus sentimientos para el chico que le gusta, pero se la da accidentalmente a Edward Cullen, el cual la obliga a que sea su esclava a cambio de no revelarla. Basada en un dorama.

Devil beside you

Capitulo 1: Esclava

Soy el que te hará perder, llorar y te romperá el corazón
El idiota que te hará odiar toda tu vida
Soy el que hará que no te puedas ayudar a ti misma
Es imposible tener esperanza de lo impredecible
Soy el idiota al que odiaras toda la vida
.

Bella POV

El ambiente era simplemente perfecto, Él estaba frente a mí, mirándome con ternura.

—Jasper, tú me gustas mucho —confesé, no tenía miedo de su rechazo, porque estaba segura que el me diría que yo también le gustaba.

—No puedo creer que hayas dicho eso —me contestó. Estaba muy confundida, esa no era la respuesta que esperaba.

—¿Por qué? —pregunté aturdida.

—Debí de ser yo quien lo dijera primero —me respondió—; porque antes de que yo te gustara, tú ya me gustabas.

Sonreí ampliamente de oreja a oreja. Era increíble que yo también le gustara, después de dos años de compartir clase en la universidad, yo creía que no existía para él, yo no era nadie, y el era el capitán del equipo de baloncesto además de ser un completo caballero; siempre ayudaba a los necesitados, defendía a los indefensos. Y yo... le gustaba.

—Dilo —le pedí.

—Bella, tú me gustas mucho.

—Y tú a mi Jazz —nuestros labios se fueron acercando lentamente, ya casi se rozaban...

—¡Señorita Swan!

—¡Bella! —sentí que algo me golpeaba en la cabeza, y entonces abrí los ojos.

—Si se aburre tanto en mi clase, le aconsejo que se marche —dijo la profesora muy enfadada.

Me sonrojé fuertemente al darme cuenta de lo que había estado soñando en clase. P Me di la vuelta para verle a él. Me estaba mirando.

Sentí como el calor golpeaba mi cara, seguro que ahora parecía un tomate. Rojo.

Para mi alegría, la clase acabo rápidamente y todos salieron de clase. Sólo nos quedamos mis amigas y yo.

—¿Se puede saber en qué pensabas, o mejor dicho, en quien pensabas? Tenías una cara de felicidad mientras dormías... —se burló mi amiga Alice—. Empeoras a cada segundo.

—¡Jo! Estaba teniendo el mejor sueño de mi vida; Jasper me decía que le gusto —suspiré.

—Bella, ¿por qué no se lo dices en la cara?, así ya sabrás si le gustas o no y dejas de parecer una estúpida; que ya llevas dos años así —dijo Ángela.

Desde que había entrado en al universidad no había apartado mis ojos de él. Desde el primer día él me había gustado.

—Si, si te da vergüenza, podrías escribirle una carta con tus sentimientos —apoyó Alice.

Lo de la carta me pareció una buena idea, ya que yo era una persona muy tímida, pero se me daba bien escribir.

—¡Alice, eres un genio! Mañana le voy a entregar una carta donde le voy confesar que me gusta.

—Seguro que luego te busca y te dirá que tu también le gustas y os casaréis y tendréis hijos —comenzó a divagar mi amiga. Yo intenté contener la risa—, y viviréis felices y comeréis perdices; sería como un cuento de hadas.

—Alice deja de divagar —dijo Ángela propinándole un golpe en la cabeza.

—¡AUCH! —se quejó—. Quiero ser la madrina de tus hijos, Bella.

Salimos riendo de la clase. Habíamos organizado un plan en el que cabía ningún error. Alice y Ángela vigilarían en la entrada de la universidad y cuando él llegara, me darían un toque al móvil. Yo le estaría esperando en su taquilla, que estaba en el edificio numero dos, donde tenía clase de historia contemporánea a primera hora, luego tenía economía –que era la única clase que compartíamos-. Sólo esperaba que todo saliese bien.

Estaba muy nerviosa, las manos me sudaban y mi corazón latía fuertemente. No puedo, me dije. Pero tenia que hacerlo, era el momento, no podía estar toda la vida escondiéndome. Vamos Bella, sé fuerte, me repetí por quinta vez.

En ese momento mi móvil sonó unos cuantos segundos y luego... silencio. Era la canción que tenía para cuando Alice me llamaba y eso sólo significaba una cosa.

Era la hora.

Ya no había vuelta atrás.

Él ya estaba en camino.

Tomé aire, tratando de llenar al máximo posible mis pulmones. Podía sentir mi pulso acelerarse aún más, como si eso fuera posible. Podía imaginar mi rostro rojo como un tomate, y lo estaba sintiendo así.

Tal vez sería mejor que le dejara la carta en la taquilla, él la leería y luego me vendría a buscar, o tal vez no. No me sentía capaz de entregarle la carta por mí misma. Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no sentí que había alguien detrás de mí. Solo fui consciente de ello cuando Él me toco el hombro para llamar mi atención.

Era la hora, ya no había posibilidades de huir.

Tomé aire, llenando al máximo mis pulmones.

—Hola. Yo… sólo quería darte esto —le tendí la carta mirando el suelo, más roja que nunca. Craso error.

Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, cuando vi unos ojos verdes en vez de los ojos azules de Jasper, fue cuando me di cuenta que me había equivocado de persona.

—Lo siento… yo me he equivocado de persona.

El muy idiota sonreía, como si la situación fuera graciosa.

Tal vez lo fuera, sólo si lo mirabas desde fuera, porque podía asegurar que vivirlo no era para nada gracioso.

—¡BELLA!

Escuche como alguien me llamaba, era Alice. No lo dudé ni un momento. Salí corriendo de ese lugar olvidando el porqué había ido.

—No recuerdo como salí de ahí; estaba tan nerviosa —dije.

Estaba en un bar que quedaba cerca de la Universidad, al que solíamos ir después de clase.

—Además, ese chico es uno de los de la facultad de Artes. ¿De verdad no sabes quién es? —preguntó Ángela.

Negué con la cabeza.

-No me importa quién sea, se veía que era un arrogante con esa sonrisa de paleto.

—Pues deberías saber quién es —agregó Alice—. He escuchado que es el hijo del director de la universidad y por eso siempre hace lo que quiere, falta a clase y actúa como un rebelde. Siempre causando problemas.

—Sí, siempre seguido de ese grupo que tiene, más que estudiantes parecen gangsters —secundó Ángela.

—Las chicas siempre lo persiguen. En Internet lo llaman… El príncipe de la Seducción.

Con cada palabra que escuchaba de Ángela o Alice, me iba hundiendo más en mi silla. Esto no me podía estar pasando a mí, yo era una chica buena, ayudaba a mi madre, era buena estudiante y nunca me metía en problemas. Definitivamente todo esto había sido una mala idea.

—Mierda... Qué mala suerte tengo al haberme equivocado con ese chico.

—No pasa nada —me animó Alice—. Al menos el chico que te gusta no te odia.

—Sí, ya encontraremos otra oportunidad para que te le declares.

Suspiré, ellas tenían razón, no había porque preocuparse. Otro día le entregaría la carta.

La carta.

—¿Qué ocurre? —preguntó Alice.

Me levanté de mi sitio bruscamente haciendo que la silla en la que había estado sentada hace unos minutos estuviera en el suelo.

—¿Dónde esta mi carta?

—¿Cómo voy a saberlo? —me respondió Alice con brusquedad. Estaba tan alterada, había perdido la carta, se me había caído cuando salí corriendo, si alguien la encontraba se daría cuenta y Jasper podría enterarse.

Fui a al Universidad, con un poco de suerte la encontraría, ya me habían pasado muchas cosas malas ese día, no podía empeorar.

Gracias a Dios los pasillos estaban desiertos y podría buscar mi carta con mayor facilidad.

Estaba muy concentrada mirando el suelo con detenimiento observando cada esquina. Mirando en la basura. Cientos de personas pasaban por lo pasillos de la universidad, podían haberla tirado a la basura o haberla recogido y leído. Eran tantas las posibilidades.

—¿Qué estás buscando? ¿Te puedo ayudar?

—Yo estoy buscando una car… —un momento, esa voz me era conocida, de hecho podría reconocerla en cualquier parte del mundo. Levanté mi vista para comprobar lo que ya sabía. Ahí estaba él haciendo gala de su caballerosidad, una sus tantas cualidades que me gustaba, siempre ayudaba a la gente— … un pendiente.

—¿Un pendiente? —preguntó incrédulo.

Soy una idiota, pero no se me ocurrió nada más. Buscar un pendiente en los pasillos del instituto era como buscar una aguja en un pajar. Sentí su mirada fija en mi.

Yo llevaba mis dos pendientes, sentía como pesaban en mis orejas.

—Sí, es que perdí uno ayer y son importantes para mí.

—Te ayudaré a buscarlo aunque dudo mucho que lo encontremos —yo asentí, no me podía creer que estaba hablando con él—. Por cierto, soy Jasper Whitlock, vamos juntos a clase de Economía.

—Sí, a la de Economía. Yo soy Be…

—Isabella. Isabella Swan —no me lo podía creer; él sabía mi nombre. Grité internamente.

—Sólo Bella.

—Bien Bella, ya van a cerrar la Universidad, será mejor que nos vayamos.

Aún no podía creer todo lo que me había pasado, porque después de todo había sido un buen día.

Él se ofreció a acompañarme a casa, pero le dije que no pasaba nada, que podía ir sola, además tenía que pasar por el trabajo de mi madre. No me sentía capaz de estar cerca de él por más tiempo sin que me temblaran las piernas.

Caminaba distraídamente cuando sentí que mi móvil vibraba. Era un SMS de Alice, como no, en el que me preguntaba si había encontrado la carta. Le respondí lo obvio, que no. Aunque tenía muchas cosas que contarle...

Sólo esperaba que la carta estuviera en la basura y que nadie jamás la encontrara.

—¿Mamá? —Pregunté entrando a casa.

Era extraño que mi madre no estuviera en casa cuando llegaba de la universidad.

Habían pasado ya cuatro años desde que papa murió, él era policía, Jefe de policía Swan.

Era tan extraño no tenerle en casa.

Mis padres se habían conocido muy jóvenes y poco después se habían casado, cuando solo tenían veinte años de edad, mi madre me tuvo a mi con veintiuno, era muy joven pero a pesar de ser tan ello y la responsabilidad que implicaba tener un hijo, mi madre siempre me dice que soy lo mejor que le ha pasado en la vida.

Últimamente había estado tan distraída en mis cosas que no había notado su cambio, no me había dado cuenta que su corazón ya había sanado, que ya estaba listo para volver a enamorarse.

Porque no había otra explicación ahora que pensaba en cómo se ha comportado las últimas semanas, pensativa, distraída, como si algo la estuviera afectando, como si quisiera decirme algo y no pudiera.

—¿Bella?- la voz de mi madre me saco de mis pensamientos.

—Hola mamá.

—Has llegado pronto— Me dio un beso en la frente.—¿Qué tal la universidad?

—Bien, ya sabes lo de siempre. —Respondí —¿Todo bien en el trabajo?

—Si, ya sabes lo de siempre —respondió sentándose a mi lado en el sofá.

-¿Mamá? Tenemos que hablar.

—Lo sé —bajo su mirada a sus manos que se mantenían fuertemente unidas en su regazo. —¿Te has dado cuenta verdad? Eres tan observadora.

Cogí una de sus manos, la apreté para infundirle ánimo.

—¿Por qué no me lo has dicho?

—No sabía cómo te lo ibas a tomar, han pasado cuatro años…—Una lagrima cayó en su falda, aun no me miraba. ¿de verdad pensaba que estaría enfadada?

—Mama, no estoy enfadada, te mereces un hombre que te haga feliz, ya ha pasado mucho tiempo— le explique— es solo que me extraña que no me lo hayas dicho, entre nosotras nunca ha habido secretos.

Mi madre me miro aun con lágrimas en sus ojos y me sonrió.

—Lo siento Bella.

—No tienes que disculparte, más bien cuéntame ¿cómo se conocieron? ¿Cómo es él?

—En realidad fue muy gracioso. Fue en el trabajo, recuerdas el día que me doble el tobillo.—Asentí— Bueno pues resulta que mi jefe me había mando a que fuera por lo nuevos diseños para un cliente— mi madre trabaja en una empresa de diseños de interiores, era la asistente personal del director, pero también diseñaba, era muy buena en su trabajo— Además de dos cafés, porque era un cliente importante y la secretaria no estaba, así que primero fui por los diseños y luego a por los cafés, iba caminado hacia la sala de reuniones cuando tropecé con algo, es decir alguien y bueno era el nuestro cliente importante, le manche su camisa de café, estaba muy apenada y me disculpe un montón de veces, pero él me dijo:

—No pasa nada, me preocupa más su tobillo— Estaba tan avergonzada que no me había dado cuenta que al tropezar me había doblado el tobillo.

—Mama eso fue vergonzoso, pero ¿Cómo es él?— Tenía mucha curiosidad de saber cómo era físicamente.

—Bueno el es alto y rubio, tiene uno hermosos ojos azules, además de que tiene una bonita sonrisa.

—Vaya mama, tu sí que sabes ligar— me reí—Pero no entiendo porque no me lo habías dicho antes, que pasa es que es menor que tu o…

—No, el tiene mi edad, pero es que hay un problema veras…

—Está casado, mama te has metido con un hombre casado.

—¡No! Claro que no, el es divorciado y tiene un hijo de tu edad.

—De mi edad ¿Voy a tener un hermano?

—Isabella, no lo sé. ¡Apenas nos conocemos!—me gritó.

Me reí, mi madre a veces podía ser muy histérica.

El sol brillaba anunciando el inicio de un nuevo día. Solo esperaba que esta fuera mejor que el de ayer, porque aunque si me habían pasado cosas buenas, también estaba el asunto del aquel chico rebelde, ya podría dejar de existir.

Camine distraídamente el camino de casa a la universidad, cuando llegue me dirigí a mi casillero para sacar mis libros. Mi primera clase era de economía y eso me ponía muy feliz. No porque me gustara la economía sino porque la clase de economía significaba que vería a Jasper. Después de lo de ayer y de presentarnos ¿me saludaría cuando llegara? ¿me hablaría? ¿Quedaríamos algún día fuera de la universidad?

—¿Has perdido algo?— el sonido de una voz conocida pero que me resultaba desagradable interrumpió el hilo de mis pensamientos.

Me gire y me encontré cara a cara con la persona que menos deseaba ver en el mundo.

Grite internamente cuando vi que en sus manos tenía nada más y nada menos que una de mis mayores preocupaciones.

La carta que había escrito a Jasper. ¿Por qué entre todos los estudiantes que había en la universidad él tenía que haber encontrado mi carta?

La vida me odiaba y el mundo me despreciaba.

Sonreí de manera inocente al tiempo que intentaba arrebatarle la carta.

—Gracias por encontrar mi car…

Pero desgraciadamente él fue más rápido.

—No me agradezcas no seas estúpida, no he venido tan temprano para entregarte tu carta—. Me dijo seriamente —Te ordeno desde este momento que seas mi esclava.

—Es una broma de muy mal gusto. Devuélveme mi carta—. Le dije seriamente.

—¿regresarla? No creo que entiendas la situación. Si yo hiciera copias de esta carta, unas mil por ejemplo y las dejara caer desde la azotea ¿Qué crees que pasaría?— me quede fría ante sus palabras, de verdad ¿sería capaz de hacer algo así? Algo en mi interior me decía que no quería averiguarlo.

—Puedas llamarme Edward o Amo, como prefieras.

No tenía otra opción, aunque no era popular en la Universidad, no quería que todos se enteraran de mis sentimientos, mucho menos Jasper, el no merecía que le hiciera algo asi.

—¿Quién es esta chica?— Pregunto un chico bastante alto y musculoso, pelo castaño y ojos dorados.

—¿Dónde la encontraste?— Pregunto otro menos musculoso y de sonrisa juguetona.

Ellos me miraban como si fuese un espécimen raro, observándome de cerca, demasiado cerca como para sentirme cómoda.

—Ella es Bella y hará cualquier cosa que le pida—. Dijo Arrogantemente Edward.

—¿cualquier cosa? Genial ¿puedo ver tu ropa interior?

—Modales—interrumpió el chico de ojos dorados—. Ignóralo, yo soy Emmet y no te hare daño soy un chico agradable así que deja que te bese.

—¡Pervertidos!—grite.

Esto iba a ser peor de lo que pensaba.

—Háganse a un lado—Dijo Edward llevándome con él. Como protegiéndome de sus amigos— ¿Qué es lo que no entienden?—continuo, mirándolos seriamente— Ella es solo mía, solo me obedecerá a mí.

—¿Verdad?—susurro en mi oído—Obedéceme o revelare tu carta.

Notas de Allie:

Hola a todos! Bueno una nueva historia, llevo trabajando en ella mucho tiempo y en teoría iba subirla a principios de Junio, pero por desgracia caí enferma y estuve tres semanas en el hospital. Pero ya estoy bien y con muchas ganas de escribir, aunque debería estar estudiando porque me examino en septiembre.

Tengo una capítulo más completo y espero seguir escribiendo seguido para que no tengáis que esperar mucho tiempo. Coma ya dije arriba la historia está basada en un Dorama Taiwanés que es uno de mis favoritos, asi que espero que disfrutéis mucho leyendo la historia.

Un beso y dejad RR.