Guardianes

1ª Parte: El viaje

Sentada junto a la ventanilla de un avión a varios miles de pies de altura, una joven de cabello castaño enmarañado fijaba su vista en las nubes del exterior. Aunque sus pensamientos se centraban en el destino de aquel avión que se dirigía a la capital de Italia. Pero ella no se preocupaba por las maravillas que la ciudad podía ofrecerle, lo que rondaba su mente en aquellos momentos eran sus dos mejores amigos, ya los estaba echando de menos. Ellos eran los únicos que sabían toda la verdad. Todos pensaban que en Italia estudiaría para ser Auror, pero eso no era cierto, ella estudiaría para ser Guardián. En la segunda y última carta que había recibido unos días antes de graduarse en Hogwarts, se le recomendaba que no fuese divulgando el motivo real por el cual estudiaría en Italia y nunca debían saberlo más de dos personas. Ella decidió que esas dos personas serían Harry y Ron, sintió que a ellos no podría mentirles de ese modo. Dio un largo suspiro y su mente vago hasta el otro asunto que le preocupaba. En la carta solo se le decía que debía llegar hasta el aeropuerto Leonardo Da Vinci de Roma entre el 28 y el 31 de agosto y que allí alguien iría a buscarla, no debía preocuparse de nada hasta más tarde. Pero ella se preocupaba, como iba a reconocerla esa persona que debía recogerla si ni si quiera la conocía. Ella había elegido el 29 por si algo se complicaba y se retrasaba, era mejor salir con tiempo de sobra. Metió la mano en el bolsillo del pantalón y toco una especie de moneda, por un lado era completamente lisa y por el otro tenía grabado el escudo de la escuela sobre el cual se encontraba la palabra "Mnemósine", el nombre del colegio. Aquella extraña moneda iba junto con la carta y le decían que debía llevarla encima al llegar a Roma. Suponía que tal vez contenía un hechizo que atraería a la persona que debía recogerla o algo así, pero aquello solo era una suposición suya. De repente escucho a la azafata anunciar que comenzaban a descender para tomar tierra y debían abrocharse el cinturón. Minutos más tarde ya se encontraba en la terminal del aeropuerto, recogiendo su maleta y a Crookshanks. Apenas pasaban de las diez de la mañana, pero ya hacía bastante calor en la capital italiana. Acababa de coger a Crookshanks que bufaba molesto por el incomodo viaje dentro de su "jaula" cuando un hombre se le acerco. Vestía una especie de uniforme y en seguida vio el escudo de la escuela en el lado izquierdo bordado en la camisa con hilo plateado.

- ¿La señorita Hermione Jane Granger? - pregunto el hombre con gesto serio.

- Si - respondió ella.

- Bien, sígame, por favor - indico el hombre y comenzó a caminar.

Hermione cogió a Crookshanks y su maleta para seguirlo. El Hombre se detuvo junto a un chico que parecía esperarlo y le hizo una seña para que le siguiera también. El chico tenía el pelo castaño y los ojos negros. Ella y el chico se dirigían hacia la salida siguiendo a duras penas al hombre entre la gente que abarrotaba el aeropuerto.

- Hola, soy Nataniel Aile - la saludo el chico amablemente.

- Hermione Granger - respondió ella.

- Un placer. Te daría la mano, pero….. - dijo Nataniel que iba más cargado que ella haciendo una mueca divertida a la vez que sujetaba mejor una bolsa de viaje que llevaba bajo el brazo y se le estaba escurriendo.

- Te entiendo, iba a ser complicado - dijo ella que llevaba una pequeña bolsa de viaje y una maleta en una mano y a Crookshanks en la otra.

Por fin llegaron al exterior y el hombre los llevo hasta un monovolumen de cristales oscuros. Ahora entendía porque le recomendaban en la carta que utilizase un conjuro reductor de tamaño para condensar todo su equipaje en una maleta. Había que meter todo el equipaje de varias personas en aquel coche.

- Yo guardare sus equipajes, ustedes suban al coche - les dijo el hombre llevándose sus maletas hacia la parte trasera para guardarlas en el maletero. Nataniel se encogió de hombros y abrió la puerta. Dentro ya había alguien esperando y todo parecía más amplio que desde fuera, lo cual hizo suponer a Hermione que el coche había sido ampliado con magia.

- Ah, por fin llega alguien, llevo aquí metida por lo menos 10 minutos y comenzaba aburrirme - dijo una chica que parecía realmente contenta de verlos.

La chica tenía el cabello de color púrpura que llegaba hasta los hombros y los ojos azules. En otra persona tal vez se hubiese visto algo extraño aquel color de pelo, pero a ella le quedaba bastante natural.

- Pero pasad, pasad y sentaros - les dijo haciéndoles señas para que entrasen puesto que los dos se había quedado parados en la puerta mirándola - Soy Lillian Devlin ¿Y vosotros? - pregunto con una amplia sonrisa.

- Hermione Granger.

- Nataniel Aile.

Vieron al hombre alejarse del coche y dirigirse de nuevo hacia el interior del aeropuerto. Lo siguieron con la vista hasta que se perdió tras las puertas automáticas de entrada.

- Supongo que ira a buscar a alguien más - dijo Lillian y los otros dos se volvieron a mirarla - Antes ha hecho lo mismo y ha regresado con vosotros.

- ¿A cuantos más ira a buscar? - pregunto Nataniel con curiosidad volviendo la vista un instante hacia la entrada del aeropuerto.

- Ni idea, ya habéis visto que habla poco - dijo Lillian.

- Si, algo había notado - comento Hermione.

Aproximadamente quince minutos después, aquel hombre regreso acompañado de una chica rubia de ojos marrones. Los dos venían cargados de maletas y ella parecía disgustada por tener que llevarlas.

- ¿Por qué no usaste el conjuro reductor de tamaño? - pregunto Lillian a la joven cuando entro en el coche.

- Si lo hice, pero necesitaba todas mis cosas - respondió la chica con total naturalidad.

Los tres se miraron horrorizados imaginando cuanto equipaje habría podido llevar si no hubiese utilizado el conjuro.

- Por cierto ¿quienes sois? - pregunto la chica al darse cuenta de que no los conocía.

- Lillian Devlin.

- Nataniel Aile.

- Hermione Granger.

- Encantada, yo soy Danae Williams.

Esta vez el hombre si subió al coche y les pidió que se abrochasen los cinturones, antes de ponerse en marcha. El aeropuerto se encontraba a las afueras de Roma, pero el coche no tomo la dirección hacia la ciudad, sino todo lo contrario. Cuando el coche se quedo solo en la carretera, el conductor saco su varita y apuntando al frente abrió un portal que atravesaron sin problemas. De repente la vista cambio radicalmente, ya no estaban en una carretera principal y a través del parabrisas delantero podía verse un pueblo al que parecía dirigirse. El vehículo pasó de largo frente algunas casas y finalmente se detuvo frente a una de ellas. Al bajar del coche tuvieron la impresión de que allí hacía mucha más calor que en Roma. Una vez sacaron sus maletas del coche, el conductor se fue por donde habían llegado sin darles más explicaciones, dejándolos allí plantados delante de la casa sin saber que hacer.

- ¿Qué hacéis ahí pasmados? - pregunto una voz detrás de ello.

Se trataba de un chico rubio de ojos azules que sonreía burlonamente.

- No te burles, André, tu no estabas menos perdido ayer - le regaño una chica rubia de ojos azules.

- Si, es que dan pocas explicaciones - dijo André echándose a reír mientras los cuatro recién llegados lo miraban extrañados - Ah, perdonadme, creo que no nos hemos presentado. Soy André Blanc y ella es mi hermana Mireille.

Los recién llegados volvieron a presentarse.

- Encantados - respondieron los dos hermanos a la vez.

- Bueno mejor vamos dentro - dijo Mireille señalando la casa.

- Eso, eso, y así os presento al resto - dijo André emocionado.

Cuando André abrió la puerta principal, una ráfaga de aire fresco salio del interior. Ya desde la entrada pudieron ver un amplio recibidor a modo de salón con unas cuantas sillas y sillones pegadas a la pared o alrededor de mesas bajas. De frente al fondo había una gran escalera que conducía a la planta superior. Hacía la derecha había una puerta que daba a un comedor. Las personas que se encontraban sentadas en el recibidor les lanzaron miradas molestas, ya que se habían detenido en la entrada con la puerta abierta dejando que el aire frío del interior se escapase. Se apresuraron a pasar y cerrar la puerta. Algunos les sonrieron agradecidos y volvieron a sus cosas.

- Pensé que no habría tanta gente el primer día - dijo Lillian observando a las personas allí sentadas.

- Nosotros llegamos a primera hora de la mañana - explico Mireille - Como la mayoría, pero unos pocos había llegado de madrugada.

- Os presentare - dijo André soltando las maletas de Danae - Bien, escuchadme un momento, voy a presentaros a los que acaban de llegar - continuo diciendo dirigiéndose esta vez a las personas que había sentadas en la sala.

Todos se volvieron a mirar a André, y guardaron silencio a la espera de que el chico siguiera. Había 3 chicos y una chica. La chica era rubia con el pelo rizado y los ojos marrones, a su lado se encontraba sentado un chico de pelo castaño claro también rizado y con los ojos marrones. Frente a ellos dos había un chico alto de cabello castaño oscuro y ojos azules. Y por último, sentado junto a una de las ventanas, algo apartado del resto se encontraba un chico de cabello castaño claro ondulado y ojos marrones.

- Estos son Lillian Devlin, Nataniel Aile, Hermione Granger y Danae Williams - dijo el chico rubio señalándolos mientras pronunciaba sus nombres.

- Hola - saludaron a coro cuatro que se encontraban desde el principio en la sala.

- Y ellos son Máximo Dellas - dijo señalando al chico alto que los saludo haciendo un gesto con la cabeza - Nidia McCullen y su primo Damián - continuo señalando esta vez a la chica rubia y al joven sentado a su lado que saludaron con un amable "Hola" - y para terminar Elio Haskins - concluyo señalando al chico de la ventana que dio por finalizada la presentación y siguió leyendo sin decir nada.

- Arriba están las habitaciones, subiremos y os diremos las que siguen vacías para que dejéis vuestras cosas -les dijo Mireille antes de llevarlos escaleras arriba hacía la segunda planta.

Nada más subir las escaleras se encontraron con un pasillo que seguía de frente y otros dos más, uno a izquierda y el otro a la derecha. Los pasillos eran largos con bastantes puertas de lo que suponía eran las habitaciones. Los hermanos Blanc les estaban indicando que habitaciones podían ocupar cuando una puerta al fondo del pasillo se abrió y una chica salio. Tenía los ojos verde aguamarina y el pelo castaño le llegaba hasta los hombros.

- Anda, pero si sigues aquí, Iris - dijo André a modo de saludo.

- Si, sigo aquí - respondió la chica con gesto serio.

- Pensábamos que te irías pronto - comento Mireille.

- Tenía en mente salir esta tarde, pero no es muy sensato salir con esta ola de calor, creo que estamos a casi medio día de camino. Así que decidido dejarlo para mañana por la mañana temprano, que hará algo más de fresco - aclaro Iris.

- ¿Tú sabes por donde hay que ir? - pregunto Hermione.

- ¿Y tu quien eres? - le pregunto la chica clavando sus ojos verdes en ella.

- Ah……pues……….soy…..soy Hermione, Hermione Granger - balbuceo Hermione algo intimidada por la mirada de la chica.

- Bien, Hermione, yo soy Iris Deades, y respondiendo a tu pregunta, si, sé a donde hay que ir - dijo la chica ablandando un poco su gesto severo.

André presento al resto de los recién llegados que seguían callados.

- ¿Cómo sabes por donde hay que ir? - pregunto Danae algo molesta.

- Por el acertijo al final de la carta - respondió Iris tranquilamente.

"Cuando llegues a Roma, alguien ira a buscarte para llevarte hasta un pueblo. Allí encontraras a otros que estarán en tu misma situación, y desde ese lugar deberéis continuar solos. El camino que se interna en el bosque deberéis seguir y nunca abandonarlo, hasta que llegue el momento de elegir" Este era un fragmento del final de la carta, donde les daban las instrucciones para llegar a Mnemosine.

- Solo hay un camino que entra en el bosque - prosiguió Iris - Puede verse desde el recibidor. Ahora bajaba a verlo más de cerca. Nos vemos luego, y bienvenidos - les dijo antes de bajar por las escaleras.

Cuando Hermione entro en la que sería temporalmente su habitación dejo la maleta a un lado y saco a Crookshanks que ronroneo feliz rozándose con sus piernas antes de escabullirse por la rajita de la puerta que había dejado entre abierta. La chica de cabello enmarañado se acerco a mirar por la ventana y vio a Iris mirando un sendero de tierra que entraba en un bosque cercano. A lado de Iris había un chico que le pareció no haber visto antes, pero él estaba de espaldas, tal vez era alguno de los chicos del vestíbulo y desde aquella distancia no lo reconocía. Alguien llamo a la puerta sacándola de sus pensamientos.

- Adelante, esta abierta - dijo Hermione volviéndose hacia la puerta.

- Hola otra vez - la saludo Mireille sonriente asomada desde la puerta.

- Ah, Mireille, pasa.

- Gracias. Perdona que te moleste, solo quería preguntarte cuando piensas marcharte de aquí - dijo Mireille entrando en la habitación - Es que los otros y yo habíamos pensado en salir mañana temprano como ha sugerido Iris. Tal vez quieras acompañarnos - le ofreció la chica rubia.

- Eso sería estupendo - dijo Hermione con una sonrisa aliviada - ¿Pero no será una molestia?

- Claro que no, no vamos a cargar contigo, vas a ir caminando como el resto, así que porque habría de importarle a nadie - dijo Mireille con gesto amable.

Un rato más tarde, Hermione bajo de nuevo la sala de entrada. No había deshecho su maleta, pues solo se quedaría en aquella casa por una noche. Echo un vistazo por la sala y en seguida vio a los hermanos Blanc que le hacían señas para que se acercase a sentarse con ellos.

- Hermione, siéntate. Estábamos hablando sobre las escuelas de las que venimos - le dijo André al verla acercarse - Por ejemplo, Mireille y yo estudiamos en Beauxbatons, Nidia y Damián en una escuela de Suecia que no soy capaz de volver a pronunciar, Lillian en una escuela de Suiza, Nataniel estudio en una escuela en el sur de Francia, Danae en Alemania y Máximo en Olimpos una escuela de Grecia. ¿Y tu donde?

- Estudie en Hogwarts - respondió Hermione.

- ¿En Hogwarts? Vaya, que suerte. He oído decir que es un colegio estupendo - dijo Nidia.

- Lo es - corroboro Hermione orgullosa de su antiguo colegio.

- Eso quiere decir que vienes de Inglaterra, ¿verdad? - pregunto Mireille.

- Si.

- Pues hablas muy bien el francés, casi no se te nota el acento - dijo André.

- Es curioso, yo iba a deciros lo mismo a vosotros - contesto Hermione y todos se miraron confundidos.

- No es posible, yo también pensaba, bueno no lo pensaba, es que os estoy escuchando hablar en mi idioma - dijo Máximo cada vez más confundido.

- Eso os lo puedo aclarar yo - dijo una voz a sus espaldas y todos se volvieron para ver a Iris caminando hacia ellos.

La chica de los ojos aguamarina ocupo uno de los asientos vacíos y todos l miraron con gran expectación.

- A que todos lleváis encima el óbolo - soltó de repente y todos se miraron sin entender - Me refiero a esto - añadió sacando la extraña moneda.

- Ah si - dijeron casi al unísono sacando sus óbolos.

- Pues eso no solo servía para que os pudiesen encontrar en el aeropuerto, también permite que los demás os entiendan - les dijo Iris - Veréis, como ya os habréis dado cuenta, cada uno es de un lugar diferente, por lo que se necesitaba un sistema para que no hubiese problemas de comunicación.

- Ahhhhhhh - dijeron todos asombrados.

- Así que ya veis, el óbolo no es solo una especie de pase como decía en la carta.

- ¿Y como sabes tu esas cosas? - pregunto Damián intrigado.

- Eso, es secreto profesional - dijo Iris guiñándoles el ojo - Es broma. Nos lo dijo el chofer cuando nos trajo aquí.

- ¿Quién? ¿Ese hombre que no para de hablar? - dijo con ironía André.

- El mismo. Supongo que pensó que con decírselo a los primeros ya se irían enterando los demás - respondió Iris.

- Que amable - dijo André divertido.

- Iris, ¿Quién es ese chico que ha entrado contigo? - pregunto Nataniel señalando con la mirada a un chico de cabellos castaño y ojos entre marrones y verdes.

- Alejandro Maggnus - respondió Iris con cierto desagrado.

- Si, y es casi tan simpático como Elio - dijo André divertido - Iris, Elio y Alejandro llegaron esta madrugada, fueron los primeros.

- Si, y como ya veis que son de pocas palabras, me entretuve leyendo algunos libros de allí que hablan sobre la escuela - dijo Iris señalando una estantería cerca de ellos - Supongo que los dejaron aquí para quien pudiera necesitarlos.

Iris les hizo un resumen de lo que ya sabía mientras esperaban que llegase la hora de la comida. La escuela de Guardianes tenía unos 2500 años aproximadamente y debía su nombre a su ilustre fundadora, la titánide Mnemosina. El camino hasta la escuela era al parecer otra prueba, la última que debías pasar antes de poder optar los conocimientos que ofrecía. En la escuela había 6 Ordenes: Unicornios, Lobos, Hidras, Halcones, Fénix y Dragones. Antes de llegar eras elegido para formar parte de una de las 6, aunque el método mediante el cual eras elegido, no estaba demasiado claro. Como consejos para el camino hacia Mnemosine, solo se les decían tres cosas, la primera y más importante era que debían seguir las instrucciones de la carta, lo de seguir el camino no era una sugerencia. En segundo lugar se les aconsejaba dejar su equipaje y mascotas en la casa que era el punto de partida, era mucho más como llevar solo lo imprescindible, alguien les llevaría sus pertenencias a la escuela si finalmente alcanzaban su objetivo. Por último entre las cosas que se les aconsejaban llevar estaba la capa, que era algo así como su uniforme y su varita, el resto lo dejaban a su elección.

Después de comer Hermione parecía preocupada, habían pasado ya bastantes horas desde que llego a Italia y no había podido escribirles a Ron y ni a Harry. No tenía ninguna lechuza u otro pájaro que pudiese llevar la carta.

- ¿Qué te pasa Hermione? - pregunto André al ver la cara que tenía.

- No es nada, es solo que me gustaría haberles enviado una carta a unos amigos para que supieran que estoy bien y no se preocuparan - dijo Hermione dejando escapar un suspiro.

- Vaya, lo siento. Nosotros trajimos la lechuza de nuestra familia para poder avisar de que habíamos llegado bien, pero la enviamos en cuanto llegamos - dijo Mireille algo apenada.

- A mi me gustaría ayudarte, pero mi lechuza se ha transformado en un hurón - dijo Iris señalando a un hurón de pelo oscuro que corría por toda la sala.

Hermione la miro algo confundida alzando una ceja y luego miro al hurón con curiosidad.

- Mi mascota puede transformarse, y por lo general hace caso y se transforma en lo que le pides, pero como esta enfadada conmigo por haberla metido en una jaula para subirla al avión ahora no me hace caso - añadió Iris al ver las miradas curiosas de sus compañeros.

- Ahhhhhhhhh - dijeron todos a coro.

- No te preocupes Hermione, mi lechuza puede llevar tu carta si quieres - le ofreció Damián.

- ¿De verdad? - dijo Hermione feliz con la idea.

- Claro, yo iba a enviarla a casa cuando terminase mi carta, pero puedo esperar a que escribas la tuya y que lleve las dos. Aunque tardara un poco más, espero que no te importe - dijo el chico sonriendo tímidamente.

- Muchísimas gracias. En seguida escribo la carta - dijo ella y sin perder tiempo se puso a escribir la carta para sus dos amigos.

Al caer la tarde cuando ya había refrescado algo, aunque casi no se notaba, Damián saco a su lechuza. Ato las dos cartas y le dio las últimas instrucciones al animal antes de que alzara el vuelo y se perdiera en el horizonte. Harry y Ron no recibieron la carta de Hermione hasta bien entrada la noche. Harry estaba pasando los últimos días de vacaciones en la Madriguera con los Weasley, cuando empezara el nuevo curso él y Ron se instalaría en Grimmauld Place con Sirius. Los dos estaban en la habitación de Ron, algo adormilados por la hora. Comenzaban a creer que no recibirían noticias de su amiga ese día cuando escucharon unos picotazos en la ventana. Al ver una enorme lechuza parda los chicos se levantaron de un salto y corrieron hasta la ventana. El pájaro voló y entro en la habitación posándose sobre el respaldo de una silla. Harry se acerco y la lechuza estiro una pata para permitirle retirar la carta que levaba atada.

- Mira Harry, ahí lleva otra - dijo el pelirrojo señalando la otra pata de la lechuza donde había atada una segunda carta.

Cuando Ron intento retirar la otra carta la lechuza le lanzo terribles picotazos y tuvo que retroceder para esquivarlos.

- Déjalo Ron, esa no es para nosotros y no te dejara cogerla - le dijo Harry comenzando abrir la carta de Hermione.

- Léela - pidió Ron alejándose del pájaro y sentándose en su cama para escuchar a Harry.

"Queridos Harry y Ron:

¿Qué tal estáis? Aquí hace mucho calor y os hecho mucho de menos. El vuelo ha ido bien, aunque todavía no he llegado a Mnemósine. Nos recogieron en el aeropuerto y nos han llevado hasta…….bueno, no sé bien donde esta este sitio. Dicen que debemos estar bastante al sur porque hace más calor que en Roma. Desde aquí tenemos que seguir a pie, pero ya saldremos mañana por la mañana cuando haga algo más de fresco. Me han prestado esta lechuza para que pueda enviaros esta carta, así que ya volveré a escribiros cuando llegue a Mnemósine, con una de las lechuzas del colegio, y os contare que tal es todo.

Hermione"

- ¿Y ahora que hacemos? Le contestamos y le damos la carta al pajarraco ese - pregunto Ron lanzando una mirada desconfiada a la lechuza que seguía esperando en el respaldo de la silla arreglándose las plumas sin hacerles ni caso.

- Creo que a eso esta esperan - respondió Harry mirando a la lechuza.

Rápidamente sacaron papel, la tinta y una pluma, para escribir su respuesta. Cada uno escribió un trozo y en pocos minutos tuvieron la carta lista para enviarla. Ron se acerco a la lechuza y cuando estaba a unos pasos el animal alzo la mirada clavando sus ojos en él haciendo que se detuviera en seco.

- Mejor dásela tu que le caes mejor - dijo Ron riendo nervioso mientras le daba la carta a Harry.

Harry cogió la carta y la ató en la pata libre de la lechuza. En seguida levanto el vuelo y salio por la ventana que seguía abierta. Esperando que Hermione recibiera pronto su carta y deseando tener cuanto antes una nueva respuesta.

Hasta aquí el primer capitulo. Aun no lo tengo muy decidido, pero es probable que vaya alternando la historia de Hermione en su nuevo colegio con la de Harry y Ron en la escuela de Aurores. Al menos al principio, porque tengo algo en mente para más adelante, no me termina de gustar que estén tan lejos.

Aprovecho para agradecer a los último reviews de "El velo de la muerte" y los de Poción de San Valentín.

o0osherlino0o: Gracias. Espero que te guste la continuación.

jOHHr: Muchas gracias por tus comentarios. Espero que esta también te guste.

Emma Feltom: Gracias por los ánimos.

Nice-Girl: Me alegro de que te haya gustado.

Por último me gustaría darle las gracias a una persona que me ha ayudado a elegir el nombre de la escuela de Guardianes y muchos de los nombres que han salido o saldrán más adelante.

Espero poder poner pronto la 2ª parte porque la tengo casi terminada, solo me falta un trocito del final. No os olvidéis de dejar reviews por favor.