Mi amigo hablo con cautela, casi en un susurro.

-¿Le importa que cerrara las contraventanas?

Holmes se acerco caminando pegado a la pared y las cerró de golpe, echando luego el pestillo.

-Pareciera ser un hombre temeroso de algo mi querido Holmes

-Temeroso, si amigo mio tengo miedo

-¿Y por que teme?

-Temo por mi vida

Lo mire con atención, se encontraba mas delgado y pálido de lo normal, y sus ojos normalmente serenos se movían con nerviosismo de la puerta a las ventanas alternadamente.

-Pero ¿Cuál es la causa de semejante temor?

Una sola palabra salió de sus labios "Moriarty" y a pesar de ser pronunciada con lo que a mis oídos fue el mayor respeto, pude notar la agitación que provoco en Holmes. Yo sabía que mi antiguo compañero de piso tenía numerosos enemigos, pero nunca ninguno había provocado tal reacción en mi amigo.

-No he leído nada en los periódicos

-No, obviamente no, aunque si todo sale como lo calcule podría leer muy pronto sobre el.

Comprendí pronto que no obtendría más información de los labios de mi amigo. Pasamos unos minutos en silencio en los que Holmes aprovecho para acomodarse en el sofá, sacar una cerilla y encender la pipa.

-Necesito un tiempo alejado de la ciudad, unas vacaciones.-Dijo repentinamente. –No tengo asuntos pendientes en Londres, ya deje todo arreglado y creo que me merezco un tiempo en paz.

Yo le escuchaba atentamente.

-Acompáñeme Watson, acompáñeme al continente.

-Con gusto mi querido Holmes, deme tres días para arreglar mis asuntos y entonces lo acompañare.

-Mi tren sale mañana temprano

Su voz fue tranquila pero resuelta.

-Pero Holmes, comprenda que yo no puedo simplemente dejarlo todo e irme, tengo a Mary y pacientes en la consulta…

Mientras hablaba Holmes se levanto del sofá y se acerco mirándome a los ojos.

-Acompáñame John

-Hasta el fin del mundo Sherlock.