Gente, acá les dejo un nuevo KakaSaku! Me encanta esta historia, la inspiración me pegó de lleno :E
En fin, espero que les guste. De más está decir que los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, pero por las dudas...
Saludos, y espero que lo disfruten tanto como yo ^^
Sonrisa
Las mañanas de Sakura Haruno siempre habían sido iguales: levantarse temprano, desayunar algo rápido, ir al colegio, volver y hacer alguna que otra cosa. Pero eso quedó atrás, ¡el secundario ya había terminado! Hacía pocos meses que se había graduado, con honores y todo. Gran parte de las vacaciones de verano se las pasó disfrutándolas al 100%: saliendo con sus amigos a la pileta para matar el calor, ir a bailar a la noche, salir de shopping con sus chicas y demás… era verdad que la estaba pasando genial, pero también estaba esa tristeza que sentía de vez en cuando cuándo se acordaba de él, de Sasuke Uchiha. Lo amó desde la primera vez que lo vio, toda la primaria y toda la secundaria amándolo. Hasta que lo enfrentó y le dijo lo que sentía, siendo ese el peor de sus errores. El morocho aceptó salir con ella y al poco tiempo estuvieron de novios, sólo por tres cortos meses…
"No es momento de pensar en eso" se dijo mientras se miraba en el espejo. La chica vestía un pantalón chupín de jean oscuro, junto con una camisa con volados en el pecho de color blanco, y unas valerinas negras en los pies. Su pelo largo y rosado estaba atado con una cola de caballo pero tirada para su costado izquierdo, junto con una bincha negra con un moño encima de ésta, adornando su cabeza. –Linda.- se dijo a sí misma, con una sonrisa divertida. Agarró su bolso gris y la carpeta donde tenía los últimos papeles que tenía que presentar ante la dirección de la facultad para que su inscripción en el lugar estuviera completa. –Acá voy mamá y papá.- dijo con determinación, después que salió de su apartamento. Hacia algunos meses que sus padres se fueron a seminarios y conferencias por diferentes países, es que al ser tan grandes médicos, reconocidos mundialmente, era de esperarse. Ella, a diferencia de sus padres, no quería ser médico, quería ser abogada.
Caminó por las calles de la gran ciudad, y en media hora llegó a la facultad de Konoha, ya que sólo quedaba a cuatro cuadras de su casa. Miró el imponente edificio, y siempre la hacía sentir pequeña… incómoda. Es que la Facultad de Konoha era una de las mejores en el país, y allí iban todas las personas con gran poder económico, que podía costearla, claro. Ella les había insistido, no, suplicado, implorado a sus padres que NO la mandaran a esa facultad; pero los mayores negaron esa petición, diciendo que allí fue donde ellos estudiaron y por ende, tenía que seguir la 'tradición'. "Ni siquiera conozco a nadie, y seguro todos son unos malditos millonarios egocéntricos" pensó molesta. Sí, era verdad que ella tenía una buena economía como todos en ese lugar, pero su familia era humilde, jamás andaría presumiendo sus millones enfrente de todos, ni por eso se sentiría superior a nadie. Por eso era que NO quería ir a esa facultad, por el simple hecho de que jamás encajaría con gente así. Suspiró cansada, ya había hecho la mayoría de los trámites y sólo le faltaba ese para dentro de dos días empezar la facultad, y les había prometido a sus padres ir a ese lugar… y no podía faltar a su palabra.
"Al menos… podré verlo a él" pensó más tranquila, acordándose de cierto chico peligris. Ese chico que vio el primer día que pisó ese lugar, buscando información de la carrera de Derecho. Su cabello gris llamó su atención en primer lugar, lo segundo fue su gran y fuerte espalda, y lo tercero… su perfecta cara que vio cuando él se dio vuelta. No supo cómo o porque pero él también la miró, y en sus ojos negros vio calma y paz, nada que ver con los de cierto morocho. Desde ese día, siempre que iba a llevar los papeles correspondientes a su inscripción, lo veía. Y fue así como ese chico la empezó a intrigar. ¿Cómo se llamará? ¿Será bueno? ¿Será sólo un tonto egocéntrico como los demás? ¿Qué carrera estudiaría? ¿Tendría novia? ¿De verdad la miraba tanto como ella sentía o era su imaginación? Siempre sentía esa mirada vaga posada sobre ella, como si de un halcón se tratara. Pero jamás pudo cruzar una palabra con él, por esas cosas raras del destino, tal vez nunca lo haría. "Seguro estudia Administración de Empresas" pensó la pelirosa. "Tiene pinta de eso" agregó divertida, y así era. El chico siempre tenía ese semblante tranquilo, despreocupado, ideal para un trabajo así. "¿Alguna vez perderá la paciencia?" se preguntó curiosa. "¡Ay! ¡Ni sé cómo se llama!" pensó con ironía.
Volvió a suspirar otra vez, de nada servía anda especulando o interesándose en alguien que jamás conocería personalmente, lo único que podía hacer era conformarse con mirarlo. Caminó con paso tranquilo hasta entrar en el edificio, tomó el ascensor para llegar al 4º piso y vio la extensa cola que había para inscribirse. "¿Por qué TODOS dejan TODO para ÚLTIMO minuto?" pensó molesta, aunque eso era bastante hipócrita, ella también lo había hecho. Inhaló y exhalo para encontrar paciencia, miró su reloj -15:30hs.- musitó para así. "Va a ser un laaaaaaaaargo día" pensó cansada, imaginando el calvario que le esperaba en esa cola. Iba a estar ahí, fácil, hasta las 18:00hs o más, así que mejor tranquilizarse. (¿Dónde estará?) Le preguntó su voz interior. "¿Ya estás molestando? ¿No va a haber UN día que me des un respiro?" preguntó cansada. (¡No!) Contestó con burla la Inner. (¿Dónde está esa preciosura? ¿Podes buscarlo?) Le pidió. "Inner…" se quejó. (¡Vaaaamos! ¡Por favor! ¡Sólo una miradita! ¿Sí?) Dijo con voz de nena chiquita. "Está bien" aceptó al final, suspirando cansada.
Se movió un paso a su derecha, buscando entre la muchedumbre esa cabellera gris característica del chico, pero no lo encontró. (¡Ohhh!) Dijo con desilusión su Inner. "Tal vez no venga hoy" comentó la pelirosa en su mente. (Y yo que quería ver esa cara perfecta otra vez…) Dijo desanimada su voz interior. "Tampoco es para tanto" le dijo tranquila, volviendo a su lugar. Pero tropezó con el pie de la persona de atrás, cayendo encima de ésta. -¡Perdón!- pidió rápidamente, una vez que sintió que esa persona la agarraba. –No importa, está bien.- le contestó una voz masculina. "Qué linda voz" fue lo que pensó al escucharla. Dio media vuelta, para encararlo, diciendo -¿Estás…- pero se sorprendió tanto al verlo a él. -… bien?- preguntó con voz incrédula. (¡Por Kami! ¡QUÉ LINDO ES!) Gritó su Inner, baboseándose. –Sí, claro.- contestó tranquilo. -¿Vos estás bien?- le devolvió la pregunta. –E-eh… sí.- afirmó atontada, con un leve rubor en sus mejillas. –Qué bueno.- le dijo el chico, y algo parecido a una sonrisa se formó en sus labios, gesto que la pelirosa no pasó por alto y le encantó. (¡Este hombre me va a matar!) Pensó extasiada la Inner. Y el rubor de Sakura se hizo más evidente, puesto que el comentario de su 'yo' interior era verdad: ese chico era hermoso, y la estaba matando. Rápidamente dio media vuelta, dándole la espalda, y volviendo a la cola.
Y así estuvo toda la tarde, pensando en lo hermoso que era el peligris, y lo amable y caballero que había sido con ella. Se notaba que no era un ricachón asqueroso, claramente él era diferente, cosa que la hizo sonreír. Cualquier niño mimado le hubiera dicho 'arruinaste mis nuevas zapatillas Nike' o 'son de cuero, estúpida, fijate donde pisas' y tantas otras desagradables, ¡pero él no! Él le dijo que no había sido nada, le preguntó cómo estaba, ¡y hasta dijo 'qué bueno' sonriendo! "Parezco una colegiala" pensó divertida, algo apenada por esos pensamientos. "19 años y haciendo tanto alboroto por un chico" pensó con ironía. Pero ella sentía, que él, no era cualquier chico. Después de todo, no cualquier chico es tan lindo y amable con una completa desconocida, ¿no? "¿Cuántos años tendrá? ¿20? ¿21?" se preguntó en su mente, mientras la fila avanzaba y ya faltaban dos personas antes que ella. (¡Qué importa! ¡Nos habló y es endemoniadamente sexy!) Chilló con emoción su voz interior. "I-Inner..." pensó apenada, sonrojándose en el exterior; pero su Inner tenía razón, era endemoniadamente sexy. (¿Sentiste esos brazos y ese pecho? ¡Por Kami!) Pensó baboseándose. "Sí… muy fuerte" afirmó igual que su Inner. (¿Cómo puede existir alguien así? Tendrían que prohibirle salir a la calle… deja mucho a la imaginación) Comentó su voz interior, haciendo sonrojar más a la chica.
Sintió cómo alguien la llamaba en su espalda, y sólo podía ser él. Giró sorprendida, ¿de verdad la había llamado? -¿S-sí?- le dijo nerviosa. –Te toca.- le contestó él, señalando el lugar vacío delante de ella. La pelirosa siguió esa dirección, y se sintió TAN tonta cuando se dio cuenta que la llamó para eso… y ella pensó que él la llamaba para entablar una conversación. (Qué desilusión…) Comentó desganada su Inner. –G-gracias…- le dijo, sonriéndole. –Ummm…- fue lo que recibió por parte del peligris, quien sólo la miró. Dio media vuelta y empezó a hablar con la mujer de la administración. Dejó los papeles y abonó la primera cuota del mes de la facultad. –En en el 2º piso está la fotocopiadora, ahí están los horarios, pasa a buscarlos.- le informó la mujer, y ella después de un 'gracias, hasta luego' caminó hasta el ascensor, para después bajar al 2º piso y encontrarse… con otra cola larguísima de gente, bueno, ésta era más corta que la otra ¡pero estaba CANSADA de esperar! "Hoy no es mi día" pensó desanimada la pelirosa, poniéndose al final de la fila, sin quererlo, chocando con alguien. –Perdón.- pidió a la espalda de esa persona. -¿Eh?- dijo el aludido, volteando a verla. –Perdón por chocarte.- volvió a pedir la pelirosa, mirando los ojos negros del chico, qué extrañamente, se parecían a los de Sasuke… sólo que estos tenían un brillo de calidez, y no de frialdad. -¡Jaja! Está bien, no hay problema.- le dijo el morocho risueño. –Me llamo Obito, Uchiha Obito.- se presentó. -¡Wow! Eso me salió como a James Bond.- comentó divertido. –Jaja.- rió la pelirosa. –Sí, es verdad.- dijo la chica.
"Espera un momento… ¿¡Uchiha!" pensó sorprendida. "¿Tendrá algo que ver con Sasuke?" se preguntó curiosa. "Él nunca me contó sobre un tal Obito…" recodó la chica. -¿Y vos tenes nombre?- le preguntó divertido. –Ah, sí.- musitó, saliendo de sus pensamientos. –Sakura, Haruno Sakura.- contestó con una sonrisa. -¡Un gusto, Sakura!- le dijo con emoción. -¡Jaja!- rió tiernamente la pelirosa. –El gusto es mío, Obito.- le dijo tranquila, ese chico le hacía acodar a Naruto, su mejor amigo. –Supongo que venís a buscar algún horario, ¿no?- le preguntó el morocho. –Sí, como todos.- contestó ella, al parecer, él era más inteligente que Naruto. -¿De qué carrera?- preguntó curioso el Uchiha. –Derecho.- contestó ella. -¡Yo también!- exclamó emocionado. "Sí, definitivamente es igual a Naruto" pensó la pelirosa, aguantando el dolor de sus oídos. -¿En qué años estás?- le preguntó el chico. –Este es mi primer año.- respondió ella. -¡El mío también!- contó él. -¡Vamos a ser compañeros!- dijo con emoción. –Así parece.- comentó la pelirosa con una sonrisa. –Mi mejor amigo también va a cursar Derecho, así que vamos a estar juntos.- contó Obito. –Pero el muy vago dejo todo para último minuto y ahora yo tengo que estar acá sacando el horario por él, mientras él hace el último trámite.- contó con algo de molestia. –Sos muy buen amigo.- comentó la chica. –Supongo, siempre fuimos así con él. Es trabajo en equipo.- le dijo sonriendo. –Qué bueno.- respondió ella, sonriendo también.
No pudieron seguir con esa charla amena, ya que fue el turno de Obito en sacar las fotocopias. Como todo un caballero, sacó también una copia para Sakura, quien se lo agradeció e insistió en pagarle la hoja, pero el chico negó rotundamente. –Bueno, gracias Obito.- las dio con una sonrisa. –No hay por qué, es lo menos que puedo hacer por Sakura-chan.- le dijo sonriendo, y eso la hizo acordar al rubio. –Gracias.- volvió a decirle, sonriéndole con cariño, recordando a su amigo. –Nos vemos la semana que viene, ahora tengo que irme con Kakashi.- contó con algo de molestia el Uchiha. –Nos vemos, Obito-kun.- le dijo ella, caminando hasta uno de los ascensores. -¿Obito-kun?- le preguntó sorprendido, esperando el otro. –Sí, ¿puedo llamarte así?- le preguntó la chica. -¡Claro!- exclamó contento. -¡Jaja!- rió dulcemente la pelirosa. –Nos vemos, Obito-kun.- lo saludó otra vez, entrando al ascensor. Lo último que vio fue la sonrisa divertida del chico, antes de que las puertas se cerraran. Salió del aparatejo, una vez que llegó al 1º piso. Ya eran las 20:30hs y el Sol ya se había ido, dándole paso a la noche. "Genial, perdí toda la tarde" pensó molesta, caminando de vuelta a su casa. "Al menos lo vi…" pensó acordándose el peligris. (¡Y te habló!) Agregó con emoción la Inner. "Y me habló…" dijo sonriendo. "Y conocí a Obito, jamás pensé que podría existir alguien como Naruto, pero estaba equivocada" pensó contenta. En menos de lo que imagino, ya estaba entrando al edificio de su apartamento, subió al 8º piso en el ascensor, y entró en la puerta 21 C, siendo ese su hogar.
Entró al lugar, cerrándola puerta detrás de ella. Dejó su bolso colgado en el perchero a su derecha y caminó por el corto pasillo hasta llegar al final. A su derecha estaba el living, constituido por un juego de sillones que se encontraban enfrente de la tv, y a un costado los grandes ventanales que daban paso al balcón. A su izquierda estaba la cocina, que era abierta, con el desayunador. Caminó entre esos dos ambientes, para después doblar a la izquierda, caminar unos pasos más, y entrar a su cuarto. Su pieza estaba pintada de un color amarillo, siendo ese su favorito. Su cama se encontraba en el medio del lugar, adornada con almohadones verde manzana, igual que su cubrecama, a los lados de ésta había dos mesitas de luz. A la izquierda se encontraba su guardarropa, un pequeño escritorio enfrente de la cama, y a la derecha unas repisas con varios libros, y a su lado un espejo de cuerpo entero. Se descambió tranquila, guardando esa ropa con cuidado y poniéndose algo más simple: un short de jean y una musculosa gris. Una vez que estuvo lista, ató su cabellera rosada con una hebilla negra y salió con rumbo a la cocina. –Veamos…- musitó mirando su heladera, pensando en qué cocinar. –Mmm…- pensaba, pero la verdad era que no tenía ganas de cocinar. Cerró la heladera, y en la puerta de ésta se podía ver el número de una pizzería. –Lucci, no sé qué haría sin vos.- le dijo divertida al señor de bigotes que se veía en la calcomanía.
Caminó con el número en la mano hasta la sala, para agarrar su teléfono fijo y marcar. Después de un rato de escuchar el tono sonar, la atendieron. Ordenó una pizza, les dio la dirección, y le digieron que para las 21:30hs estaría lista. Una vez que cortó, se tiró en el sillón grande de su sala, que era de un color gris. Cerró los ojos por unos minutos, descansando un momento de su día tan largo. Pero el relax le duró poco, ya que su celular empezó a sonar. –Kami, dame un respiro…- le pidió al cielo. Con pesadez se puso de pie, caminó unos cortos pasos hasta el desayunador donde estaba su celular, y lo atendió. –Hola…- dijo cansada. –Hola, frentona.- la saludó con burla una voz femenina. –Cerda, ¿cómo estás?- le dijo ella igual, Ino-cerda era su mejor amiga de toda la vida, junto con Hinata y Naruto… y en mucha menor medida, Sasuke. –Muy bien, ¿vos?- devolvió con emoción la chica. –Bien, hoy terminé con los papeles de la inscripción de Konoha.- contó la pelirosa, caminando devuelta a la sala. -¡Genial! Bueno, no tanto, yo quería que fueras a Furinken con nosotros.- contó con algo de molestia su amiga. –Ino, sabes que yo quería ir con ustedes. Pero se los prometí a mis padres.- recordó la chica. –Sí, lo sé.- contestó con desgana. –Pero bueno, te llamaba para decirte ¡que esta noche salimos!- chilló con emoción. –Bueno, ¿dónde siempre y a la misma hora?- preguntó Sakura. –Claro, en Soho a las 22:30hs.- contestó la chica. –Ahí voy a estar, cerda.- le dijo con burla la pelirosa. –Más te vale, frentona. ¡Nos vemos!- la saludó con emoción. -¡Jaja! Nos vemos.- le dijo igual, antes de cortar la comunicación.
Dejo su celular en la mesita del medio de la sala, y se sentó en el sillón donde estaba. –Espero que no vaya con ella…- musitó con algo de tristeza, acordándose de su ex… y su nueva novia. (Esa reventada, ¡la odio!) Comentó molesta su Inner. –Pero a él le gusta…- dijo desanimada. Después de un tiempo de haber terminado con ella, el Uchiha se puso de novio con una pelirroja llamada Karin. La verdad es que a Sakura le molestaba ¿ni media año había pasado y ya estaba con otra? Eso no es ser un hombre. –Pero… sí a él le gusta…- dijo sin importancia. Ya no sentía nada por el morocho, le daba tristeza que después de tanto tiempo amándolo él la dejara con una excusa tan poco creíble, pero 'si fue así, es porque así tenía que ser' era el pensamiento de la pelirosa, y si Sasuke no estaba más con ella, era porque Sasuke no era para ella. Le tomó bastante entenderlo, pero nada es imposible, ni siquiera logar olvidar un amor enfermizo. Lo único que la molestaba era Karin, ¡de todas las chicas del mundo tenía que elegirla JUSTO a ella! La pelirroja siempre le tuvo envidia a ella, sabe sólo Kami-sama por qué, y vivía molestando a la pelirosa, y aún más cuando se puso de novia con Sasuke. Ahora, que ella era la novia del Uchiha, seguro que iba a tener el ego por los cielos. –Eso es lo que más bronca me da, que sea tan egocéntrica.- dijo en voz alta. –Pero no importa, ni él ni ella me van a arruinar mi noche.- decidió determinada. No la iba a pasar mal por ellos, ¡claro que no!
El tiempo se pasó volando entre su baño, el secado de su cabello y decidir lo que iba a ponerse esa noche. A las 21:30hs llegó su pizza, bajo a recibirla y subió otra vez. La degusto con ganas, ¡se moría de hambre! Guardó los sobrantes en la heladera, miro el reloj de su cocina y marcaban las 21:50hs, tenía que empezar a vestirse. Caminó a paso ligero hasta su pieza, y una vez que estuvo allí empezó a cambiarse. Eligió ponerse un short negro, un poco inflado, que mostraba sus largas y contorneadas piernas. En la parte de arriba, se puso una remera de un solo hombro color lavanda, y sus zapatos de brillos eran negros con un taco no muy alto. Se miró en el espejo de cuerpo completo que tenía, y le gustó lo que vió. –La cerda no se va a poder quejar.- comentó divertida. Se maquilló un poco, sólo brillo en los labios, base y un delineado fino. Buscó un bolso que combinara con sus zapatos, y una vez encontrado, lo llenó de cosas que podría necesitar: como maquillaje, un peine, etc. Su cabellera rosada estaba decorada con la misma bincha que se había puesto en el día, la verdad que le encantaba ese accesorio. Buscó un abrigo, un saco corto acuadrillé de color lila y negro; se puso un poco de perfume y salió para la sala.
Una vez que llegó, agarró el teléfono y pidió un taxi, que llegaría en 20 minutos. Miró su reloj pulsera y marcaba las 22:10hs –Bueno, porque llegue tarde UNA VEZ no me van a matar…- musitó divertida, y se sentó en el sillón del lugar, a esperar. En 20 minutos, el taxi llegó, ella bajo y se subió en el auto. Le dijo al conductor la dirección y el señor emprendió la marcha. Eran las 22:35hs cuando su celular sonó, ella lo buscó en su bolso y lo atendió. –Hola.- saludó la chica. –Frentona, ¿¡Dónde estás!- preguntó molesta su amiga. –Cerda, estoy en el taxi.- contestó cansada. -¡Estás llegando tarde!- chilló su rubia amiga. –Perdón…- pidió rodando los ojos. -¿Te falta mucho?- le preguntó con molestia. –No, dos cuadras.- contestó, fijándose el camino. –Bien, estamos afuera, buscanos en la fila.- avisó su amiga, y después cortó. –Qué actitud…- dijo con sarcasmo. –Ya llegamos, señorita.- le avisó el hombre, parando enfrente del lugar. –Muchas, gracias.- le dijo ella, pagándole. Salió del auto y buscó a sus amigos en la fila, que por suerte no estaban últimos. -¡Frentona!- chilló Ino. –Ya sé, perdón…- volvió a pedir. –Hola, Shikamaru.- saludó al chico al lado de su amiga. –Hola, Sakura.- devolvió el aludido, con voz aburrida. -¡Sakura-chan!- gritó un rubio hiperactivo. –Naruto, no grites.- le ordenó la pelirosa. – ¡Jaja!- rió el chico. –Hola, Sakura.- la saludó la dulce voz de Hinata, que estaba parada al lado del rubio. –Hola, Hinata.- le devolvió, con una sonrisa.
-Ahora sólo falta el teme.- comentó el rubio. -¿Todavía no vino?- preguntó incrédula la pelirosa, Sasuke siempre era puntual. –Sí, desde que está con esa se puso así.- contó molesto el Uzumaki. –Cuando estaba con voz no era así…- agregó con melancolía. Sakura le sonrió a su amigo, gesto que lo sorprendió. –Tal vez, así tenía que ser.- le dijo con voz tranquila. Naruto parpadeó un par de veces, era increíble lo fuerte que era su amiga. Él bien sabía cuánto amó al Uchiha, y lo mucho que sufrió por él; y ahora verla así, tan tranquila y contenta, era algo que lo ponía feliz. –Sí, ¡Es un tarado!- dijo con emoción, sonriendo divertido. –A parte de vos, ¿quién?- preguntó una voz fría. Naruto vio a su amigo venir, con la pelirroja colgada de su brazo. –Vos.- le dijo con una sonrisa burlona. –Hmp.- musitó el morocho. –Hola, Sakura.- la saludó la chica, con burla en toda su cara. Sakura la miro "No voy a caer ante vos, ni lo sueñes" pensó segura. –Hola, Karin.- la saludó con una sonrisa. –Hola, Sasuke.- lo saludó, con la misma sonrisa. –Hola…- devolvió él, suavemente. –Hace mucho que no te veo, Sakura.- comentó la pelirroja. -¿Cómo estás? ¿Tenes novio?- le preguntó con voz forzadamente dulce. –Estoy muy bien.- contestó ella. –Y no, no tengo novio.- negó tranquila. –Oh, qué lástima.- dijo Karin, fingiendo tristeza. –No te creas, es mejor estar solo que mal acompañado.- comentó risueña, ganándose una mirada de completa extrañeza por parte del morocho.
No pudieron seguir con esa charla tan 'linda', ya que era su turno de entrar al club. Buscaron un par de mesas, sillas y se sentaron. Pidieron algunos tragos, pero la pelirosa sólo tomó uno, ya que sabía lo horrible que se sentiría si se pasaba de eso. Durante la mayoría de la noche, Karin estuvo abrazada a Sasuke, haciéndole caricias y dándole besos, mirando las reacciones de la pelirosa; quien sólo reía ante las ocurrencias del rubio y de su mejor amiga, ignorando por completo a la pareja. –Vamos a bailar, Sasuke.- dijo molesta la pelirroja, viendo que sus 'ataques' no daban resultados. –Hmp.- musitó el aludido, poniéndose de pie. Los vieron alejarse y empezar a bailar, y después Ino comentó. -¡Ay! ¡La odio!- con molestia. Sakura la miro sin entender -¿Por qué?- le preguntó. –Porque es una arrastrada.- contestó igual que antes. –Ay, cerda….- dijo cansada la chica. –No te pongas así, ¡disfruta la noche!- le dijo con emoción. La rubia miró a su amiga, y vio sinceridad en ella… de verdad el morocho ya no le importaba. –Sí, frentona, tenes razón.- contestó sonriendo la rubia. -¿Y cuando no?- le preguntó con divertidos aires de grandeza. –Bueno, bueno.- dijo Ino, rodando los ojos. –Vamos a bailar.- le dijo a su amiga. -¿Me dejas, Shikamaru?- le preguntó con burla al chico, puesto que sabía que al aburrido no le gustaba bailar. –Por favor.- pidió el chico, con voz aburrida.
Ambas chicas salieron a la pista de baile, disfrutando de la música que sonaba. Pasaron un buen rato bailando, hablando entre ellas, riendo… de verdad Ino sabía cómo hacerla reír, no por nada era su mejor amiga. –Frentona, me voy con Shikamaru un rato. No quiero que se quede dormido.- bromeó la rubia. -¡Jaja! Está bien.- le dijo la pelirosa. –Busca un chico lindo con quien bailar.- recomendó su amiga, guiñándole un ojo. –Voy a intentarlo.- le contestó divertida. Vio como su amiga se alejaba, hasta llegar con su novio, siendo él el único en la mesa. "Seguro Naruto y Hinata están bailando" pensó la chica. "Bueno, voy al baño" decidió, dando media vuelta. Pero chocó contra alguien, sin quererlo, claro. -¡Perdón!- pidió rápidamente, ¡pero se quedó sin habla al ver que era el peligris! "Por Kami…" pensó embobada ¡estaba T-A-N lindo! El chico tenía puesto un jean oscuro, junto con una camisa azul que tenía los dos primero botones sin abrochar, dejando ver algo de su pecho, a demás de su cabello gris despeinado. (¡Por favor! ¡Mira lo que es!) Gritó como loca su Inner. (¡Sexy, sexy, sexy!) Chilló baboseándose. –E-eh…- musitó nerviosa, muy sonrojada. Y su sonrojo aumentó más cuando vio esa 'sonrisa' dibujada en sus labios. Sorpresivamente, el chico la agarró de la mano, guiándola al centro de la pista. Una vez ahí, empezaron a bailar al ritmo del merengue.
Algo en tu cara me fascina,
algo en tu cara me da vida,
será tu sonrisa,
será tu sonrisa,
En tu cara veo cosas
que no dejo de mirar,
tu sonrisa dulce y tierna
no dejo de imaginar
no dejes de sonreír,
te lo pido por favor
Ella sólo se dejaba llevar, y de verdad le gustaba estar bailando con el chico… ¡pero cómo es qué llegó a eso! En un momento estaba despidiéndose de Ino, para ir al baño, y al otro estaba bailando con ese hombre que, desde ahora, le iba a robar el sueño más de una vez.
Que esa sonrisa hermosa
es la que quiero yo,
esa sonrisa hermosa
es la que quiero yo
Algo en tu cara me fascina,
algo en tu cara me da vida,
será tu sonrisa,
será tu sonrisa
Su piel era tan suave, pero también le quemaba… y le gustaba. El agarre de sus manos era tan fuerte, que deseaba que JAMÁS la soltara. Y sus ojos negros tan profundos no se despegaban de los verdes de ella, haciéndola temblar por dentro.
Algo en tu cara me fascina
algo en tu cara me da vida
será tu sonrisa
tu sonrisa, eh, eh
Sonríe muy bonita,
no te me pongas triste
Alegra tú mi vida
y empieza a sonreírte
"Por Kami…" pensó la pelirosa, totalmente hechizada por el peligris. "¿Cómo es que es TAN sexy?" se preguntó. Era increíble lo que él le producía ¡ni siquiera lo conocía! No sabía nada de él, ni su nombre, ni su apellido, N-A-D-A. Y un completo desconocido la hacía sentir TANTAS cosas que nunca sintió… ni siquiera con Sasuke.
En mi mente imagino
que está a mi lado
y mientras más sonríes
mas te digo te amo,
mientras más sonríes
mas te digo te amo
Algo en tu cara me fascina,
me da vida
será tu sonrisa,
será tu sonrisa
Podía sentir que podía estar toda la noche bailando con él, sólo bailando y mirándolo… que nunca iba a cansarse de eso, que nunca iba a ser suficiente. "Qué extraño es todo esto…" pensó incrédula. Siempre lo veía, siempre lo admiraba, ese día cruzaron pocas palabras, y ahora estaba bailando con él… pero ¿iría a conocerlo alguna vez? ¿Él estaba en su destino o simplemente el destino se burlaba de ella?
Algo en tu cara me fascina,
algo en tu cara me da vida
Será tu sonrisa,
será tu sonrisa
El merengue terminó, haciéndolos parar, mientras las demás personas seguían bailando el otro tema. Ambos se quedaron mirando, ¡estaba tan confundida! Y él tenía ese semblante tranquilo y pacífico que no entendía. El peligris volvió a mostrarle esa semi-sonrisa que a ella enloquecía, se acercó a su oído para decirle –Me gusta como bailas.- Sakura al escuchar eso, se sintió nerviosa, pero el aliento de él chocar contra su piel le gustó demasiado, tanto así que se sonrojó. El chico se alejó de ella, para verla a los ojos una vez más. –E-eh…- musitó la pelirosa. –Nos vemos.- la saludó él, sonriéndole por última vez, dándose vuelta para irse. La pelirosa lo vio alejarse, hasta que se perdió entre la muchedumbre. "Que algún alma bondadosa me explique ¡QUÉ FUE LO QUE PASÓ!" pensó emocionada. (¡Por Kami, por Kami, por Kami!) Decía loca su Inner. Volvió con sus amigos, quienes al parecer habían visto todo, ya que las preguntas por parte de la rubia y el rubio llegaron como bombas. Estuvieron casi toda la noche hablando de eso, y la pelirosa siempre decía lo mismo 'No lo conozco' y sus amigos se quejaban, diciéndole que tuvo que haber hablado más con él.
Pronto se hicieron las 5:00hs de la madrugada, y todos acordaron en irse. La pelirosa se despidió de sus amigos antes de entrar al taxi que la llevaría a su casa. Por los vidrios del auto veía algunos débiles rayos del Sol que iba apareciendo, diciéndole que el amanecer se avecinaba. En pocos minutos llegó a su casa, le pagó al señor y salió del vehículo. Caminó unos pasos hasta por fin entrar en el edificio, tomo el ascensor y en segundos ya estaba enfrente de la puerta de su casa. Buscó las llaves y la abrió, para después cerrarla una vez que estuvo dentro. Dejo su bolso en el sillón de la sala, junto con el saco. Caminó hasta su pieza, donde se descambió con cansancio y se puso el piyama, para después entrar en su cómoda cama y dormir. Morfeo no tardo nada en tomarla, puesto que el cansancio que tenía su cuerpo y mente era enorme. Pero se durmió con una sonrisa plasmada en su cara, puesto que esa noche iba a ser inolvidable.
