El máximo sacrificio.
By Sato Vamp
N. A:
Pues de nueva cuenta queridos lectores eh venido con una nueva entrega para la sección de fics Digimon. Como llevo realizando "En el ultimo momento" pensé que algo genial seria escribir una historia de los hermanos Yagami algo mas acorde a lo que muchos lectores gustan leer, y que mejor si es algo más real que una lección de vida. Una lección d hermandad…
Aprovechando la oportunidad que tengo de cumplir un compromiso para un plan de auto-superación eh creado esta historia que espero sea una mas de su total agrado, sin olvidar que sumaria otro fic a la sección de Tai & Kari fics en esta sección.
Disfrútenla tanto como yo lo hago al escribirla.
Sinopsis
Kari siempre ah sido una chica de salud delicada, pero. ¿Que pasaría si su mal pasara a ser algo mayor? ¿Algo considerablemente mortal? ¿Podrá Tai hacer algo al respecto? ¿Este podría ser su compromiso de hermano más importante en su vida? Una historia que nos enseñara una valiosa lección del significado verdadero de la palabra "Hermandad"
Capitulo I: El lamento de Hermes.
Aquella noche, el temporal se había desatado con repentina y gran fuerza. Las gotas golpeaban duramente contra el vidrio del ventanal de nuestro cuarto. Aquel golpeteo me había arrebatado el poco sueño que había acumulado en estos últimos dos días. Míseramente abrí mis ojos. Amplias ojeras pronunciadas se habían acentuado en torno a mis cuencas. Mi expresión era tal que cualquiera diría que estaba muriendo. La verdad, es que si bien mi salud era buena, yo me estaba muriendo.
Cuando tuve mas noción de mi mismo, me encontraba recostado en mi litera, apenas cubierto por una sabana y con mis ropas aun puestas. Mi ánimo era tal que no me importo en lo mínimo la imagen. Una de mis manos descansaba sobre mi frente mientras la otra yacía sobre mi pecho. Mi rodilla derecha se encontraba levantada sobre el colchón, mientras mi pierna izquierda se hallaba colgando al borde de la cama. Mi pie, se encontraba solitario apoyado en el piso de madera.
Finalmente después de unos minutos consciente, mire hacia mi izquierda. Entre las penumbras de aquella noche torrencial podía ver el resto de mi habitación. De nuestra habitación. Era como cualquier otra habitación típica de unos adolescentes. Lo era en si; El piso de madera pulida era quizá lo mejor. La pared tapizada en un tono azul celeste neutral, que quizá hacia que la oscuridad no dominase totalmente el sitio... Un escritorio se vislumbraba entre la penumbra y encima suyo entre libros y estantes, entre útiles, una taza vacía y una lámpara de lectura. Un reloj digital que latente marcaba la hora en dígitos rojo luminoso.
2:55AM.
Los dígitos rojizos pausaban el la penumbra. Mire entonces hacia arriba. El techo de mi litera opacaba mi campo superficial. La cama de arriba…verla una vez más me deprimió nuevamente. Algún destello cristalino se asomo en mis castaños ojos. Ignorándolo entrecerré mis parpados a fin de alejarlo. Presumí mi valor, aquel sentimiento que tanto me había caracterizado en el pasado y que ahora era cada vez mas esquivo.
Mire de nueva cuenta la litera. Ese valor escaso fue suficiente para incitarme a ver. Quizá si me levantaba y miraba hacia la cama de arriba…quizá la encontraría ahí. Quizá la encontraría a ella, estaría durmiendo ahí de nuevo como siempre lo había hecho. Podría ser…que tal vez todo esto hubiese sido más allá de una pesadilla. Solo un mal sueño, provocado por no sé que causas pero que ahora, en medio de esta noche de tormenta, me lanzaban a un abismo de penas y agonías. Llevándolo a tal grado que pareciera ser real.
Real…
Mi situación desde hacia varios días había sido muy real. Porque pensar de momento en medio de esta noche, que aquello vivido con tanta intensidad fueran más que un simple mal sueño. Porque pensar que ahora en medio de esta noche de tormenta, fuera a despertar, descubriendo todo aquello envuelto en una simple pesadilla.
Las pesadillas pueden ser realmente aterradoras…pero aquello que había sufrido de un tiempo acá, no tenía comparación con las más aterradoras de las pesadillas, imaginadas o no imaginadas siquiera. Porque para empezar, todo aquello había sido real.
En todo caso. Pensar que esto era acto de mi psique necesitaba una prueba palpable para ser definida de una vez. Y esa prueba seria… corroborada seria, si miraba a aquella cama arriba de mí. Pero seguramente la duda me aquejaría de nuevo. ¿Qué había de especial e revisar la litera de arriba mio? No tenia que ser un genio o un imbécil para saberlo. Una vida entera acreditaría mis palabras…y es que de ser verdad mi hipótesis: Esto seria una pesadilla. Si ella, se encontrase durmiendo arriba en esa litera.
Ella… ¿Quien es ella…? Yo no necesitaba recitarlo. Solo necesitaba verla, era todo lo que quería. Así que con renovado entusiasmo y controlada emoción, me levante pesadamente de mi lecho. Como esperando la sorpresa…evite ver arriba solo hasta estar preparado para aquello. Por leve momento una sonrisa mezquina se asomo por mis labios muertos. Mi piel estaba pálida y seca, así que la mueca salió forzada, pero era el brillo de mis ojos lo que explicaba mi sentimiento genuino.
Preparado para la mayor alegría de mi vida…me asome mientras buscándole pronuncie su nombre:
Kari… ¿Estas ahí…? Casi juguetonamente pregunte.
Un silencio prolongado y relativamente incomodo me asalto cuando finalmente eche un vistazo hacia la litera superior. Pues buscando alguna señal de ella, la simple imagen de una cama tendida y sin notable inmutación se abría ante mí.
Casi con la misma rapidez que mi ánimo y emoción renovados habían aparecido. Ahora se disipaban en la nada, desmoronando la sonrisa mezquina que había formado. Y es que el simple hecho de haber visto aquella cama sin usar, trajo bruscamente un matiz de imágenes, brevemente vistas a lo largo de estos últimos días. Días en los que de ser mas propio, llamaría un infierno en la tierra. La comparación no es en lo mínimo exagerado. Para nada lo es…
Kari…
Musite en susurro. La acuchillada en el estomago fue dada por un sentimiento de dolor, algo nada físico pero que dolía con la misma intensidad. Casi perdí el equilibrio, y como resultado final termine en el piso sentado mientras apoyaba mis manos tras de mi.
Todo fue tan claro como el agua. Ahora lo era. Ahora entendía que había pasado y como paso. Ahora podía entender porque ella no estaba aquí. Esta noche ella no estaba durmiendo en esa litera, durmiendo y soñando como la hermosa y tierna niña que es. Durmiendo conmigo. Soñando en paz y calma y a su vez dándome la paz que ahora me había abandonado.
Mi visión se nublo, mis ojos cristalinos derramaron un par de gotas, gotas…que inconsciente yo de su presencia, recorrieron mis mejillas hasta caer por los bordes de mis pómulos. Un gimoteo fue lo único que salió de mis labios, ahora apretados a fin de evitar siquiera separarse entre si y dejar soltar el llanto que yo quería lanzar.
No se cuanto tiempo estuve así, estático, indeciso y sin otra opción que aceptar la verdad. Aceptar que aquella niña no estaba esta noche a mi lado. Aceptar que mi sangre…se enfriase ante la verdad que ya sabia…y que me negaba a aceptar. Aceptar que aquella niña…esta noche, estaría en una cama ajena, débil, cansada y prácticamente luchando por su vida. Sintiéndose sola y abandonada…sin nadie que pudiese hacer su carga menos dura.
¿Que seria de ella? ¿Que seria de la pobrecilla ahora que estaba sola e indefensa? ¿Que haría sin mí…?
¿Sin mi…?
¿Sin su…
Hermano…?
Entonces reaccione poco a poco. Levantando mi vista pude contemplar mejor esta habitación. Esta recamara era nuestra. Y desde que tenía consciencia la habíamos compartido. Siempre estaba ocupada por uno o por otra. Llena de juguetes, peluches, pelotas y libros. Un escritorio doble donde podíamos estudiar juntos y hacer la tarea. Y lo mejor de todo…un ventanal que nos permitía admirar el cielo claro de día y el firmamento estrellado de noche.
Pero ahora este cuarto, me resultaba tan grande y vacío…y es que no era por el hecho de que ya no usáramos juguetes o peluches, ni nada relativo a nuestro cambiar con la edad. Nada de eso. Esta habitación se sentía así de sola y frígida, porque simplemente no estaba ella. Porque mi hermana…Kari no estaba aquí.
Preste atención al reloj digital en el escritorio. Eran las 3:35AM. ¡Es que había tomado tanto tiempo todo lo que había hecho! No lo sabía con exactitud. Pesadamente me puse de pie. Al parecer el tiempo que había estado en esta posición había tomado la fuerza de mis piernas y la había drenado. Torpemente me apoye en el escritorio. Y entonces…vi algo que había pasado por alto.
Era un pequeño portarretratos que estaba sobre el escritorio.
Una fotografía aparecía enmarcada en el cuadro. Dos niños me saludaban con gestos realmente alegre. Un pequeño, quizá de unos 10 u 11 años se mantenía en una postura de tres cuartos mientras sonreía hacia la cámara y su espalda, servía de respaldo a la pequeña niña, unos años menor que él. Quien se recostaba contra el chico. Ambos sentados en lo plano de un césped. Con un claro día soleado en segundo plano. El parecido leve así como las características físicas eran muy obvias. El chico poseía un cabello castaño revuelto de un tono un tanto opaco, con una tez morena bronceada. Y unos ojos castaño canela de tonos realzados.
La niña a su vez, tenía un dejo de cabello mas suave pero era el mismo color castaño, su piel era como el durazno, suave y blanquecí. Y sus ojos eran de un color canela más claro que los del chico. Las coincidencias son certeras. Se trataba de unos hermanos, que con todo el amor que sus infantiles corazones derramaban, se había acomodado en una pose de apoyo mutuo. Símbolo de su compromiso para la posteridad.
Para mi fue como una escena fantasiosa, prácticamente fuera de esta vida. Era algo que ciertamente contrastaba con lo que se vivía hoy día. Si…hoy día. Porque si de algo estoy seguro mas que nunca, que se muy bien, que ese niño…soy yo.
Bueno…era yo, en esa vida anterior.
En cuanto a la pequeña…
"Kari…" mi voz nuevamente susurro en soledad. Clamando el nombre de la que siempre ah sido mi mayor tesoro. Mi ángel verdadero. Mi adorada hermana.
Y las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos. Las lágrimas en esta ocasión fueron las que acometieron con mayor renuencia. Ya no podía ignorar esa espina en mi interior. Estaba llorando…
Digan lo que sea…pero si estuvieran en mi piel…y supieran lo que yo se. También llorarían. Llorarían por no poder hacer nada, por faltar a su compromiso. Por faltar a su hermandad. Por no poder ayudar a ese angelito a quien llamo…mí hermana…Kari
/
Llego el amanecer. Casi por acto milagroso, del temporal que aconteció la noche anterior, no hubo ningún rastro en el cielo matinal de ese amanecer. Yo estaba de pie. Usando una sudadera de gorro que cubría mi cabeza, unos pantalones de mezclilla azul protegían mi cuerpo del aire frio, y unos tenis de tonos marrón y negro, evitaban que mis pies se mojasen con el agua estancada en la azotea del edificio departamental donde se hallaba nuestro hogar.
Un brillo falso apareció en mi iris pero sabia que era por causa del naciente sol, de cuyos tonos naranja y rojizo anunciaba el comienzo del nuevo día. Pero en mis ojos, ese brillo parecía no tener el mismo efecto que solo siento cuando estoy con ella. Con mi hermana…
Finalmente ah amanecido. Pero sigue siendo relativamente temprano para poder ir a donde ella se encuentra. Mire por un momento hacia la baranda de seguridad que se levantaba frente mio en el borde del edificio. Se alcanzaba a ver las calles de más abajo. Las actividades matinales ni siquiera habían iniciado. Tal vez por ser temprano, tal vez por ser un día de asueto. La verdad no lo sabía.
Lo único que quería era saber cuando podría visitar a mi querida hermana, para poder verla de nuevo y saber que aun podía contar con ella. O mejor dicho; para saber si aun podía contar conmigo.
Eso no importaba de momento. Lo que si importaba, era esperar con impotencia la hora preciada para ir al hospital. La hora para poder visitar a mi hermana.
Mi nombre…mi nombre es Tai Kamiya…y estoy muriendo sin morir…
Muriendo porque la persona mas preciada en mi vida, esta muriendo.
Muriendo sin que yo pueda hacer nada. Nada…
Bienvenidos…a mi infierno.
Bienvenidos a…mi máximo sacrificio…
Continuara…
Bueno son cerca de las doce de la noche de este día pero no importa cumplí con este primer reto. Ahora permítanme ofrecerles este nuevo fic que espero poder hacer de sus favoritos y de ser posible arrancar una o dos lagrimas de sus ojos…si lo logro. Esto habrá valido mucho más. Sino. Bueno, al menos lo intente.
Sale lo veré en la próxima entrega. Buenas noches a todos.
Sato Vamp fuera…
