1. La sonrisa de la vida

"Pero tú viste más, viste mi parte más profunda.
Con el resplandor de cientos de estrellas.
Me viste despertar y a través de tus ojos me mostraste todo.
Me despertaste nuevamente, trayendome a la vida.
Me había perdido, ahora respiro de nuevo".

RED (The ever)


La tarde apenas comenzaba a caer en la ciudad de Picadilly - Ratónpolis, estaba fresco y la alegría del lugar no merbaba en ningún momento.
Habían pasado 9 años desde que los planes de El Sapo se vieron saboteados por Roddy St. James; un ratón forastero que fué arrojado por el drenaje de su propia casa en la villa real de Kensington, arriba con los humanos. Y sin embargo, su valentía lo hizo arriesgarse para salvar a la ciudad de las alcantarillas; la pequeña versión de Londres; Reino Unido y a sus habitantes, aún sin conocerlos.

Y también por Rita Malone; una astuta y habilidosa ratona, que por ayudar a sus seres queridos y conseguir una vida mejor, junto a Roddy, logró traer la tranquilidad y seguridad que hacía falta a su ciudad.

Ahora, muchas cosas habían surgido, vidas nuevas se habían creado y el universo parecía sonreírles un poco más cada día, sólo al menos se esperaba que fuera así siempre.

Roddy St. James salió por la puerta de una tienda de productos comestibles, con su brazo izquierdo sostenía una bolsa de papel Kraft, de ésta, sobresalían algunos productos pequeños en latas y envases de cartón.
Con su sonrisa dientona e impecable encaró al fresco viento de la tarde, vestía una elegante camisa a cuadros de color azul oscuro, mangas arremangadas hasta los codos, pantalones negros y sus zapatos de vestir.

Caminaba con algo de prisa, sosteniendo firmemente sus compras para evitar dejarlas caer, y devolvía el saludo a todo aquel que lo saludaba por igual, pues era bien conocido por todos, el amor imposible de sus admiradoras, el ídolo de los niños, el héroe.
Lleno de tanto afecto, agradecía la atención, aún sin llegar a acostumbrase del todo.

Finalmente llegó a su destino, sacó un par de llaves de su bolsillo y entró por la puerta de su nuevo hogar desde hace algunos 6 años. Una linda casa de dos pisos cerca del muelle.
Su sonrisa nunca desapareció.

– ¡Rita!– llamó él –ya he vuelto – dijo cerrando la puerta detrás de sí.

– ¡Aquí en la cocina! – respondió ella, mientras asomaba su mano sosteniendo una cuchara por un costado de la pared, avisando su ubicación.
Roddy se acercó y dejo la bolsa en la mesa del lugar.

– Mmm...eso huele delicioso – comentó Roddy olfateando el aroma que desprendía la comida en el fuego. Misma que estaba siendo preparada por Rita.

– Ya lo creo...estoy siguiendo la receta de mi madre al pie de la letra – dijo probando un poco de la cuchara.

– Muero por probar...– mencionó Roddy cuando de pronto alguien más lo llamó.

– ¡Papi! – decía un pequeño ratón muy parecido a Roddy, mientras corría hacía él para abrazarlo, se le veía muy emocionado, por lo que Roddy al verlo, se inclinó a su altura extendiendo sus brazos para levantarlo en un abrazo cuando éste lo alcanzó.

– ¡Campeón!...– le dijo Roddy cargando a su hijo en brazos– ¿te has portado bien?.

– Si y te he extrañado todo el día – el pequeño decía aferrándose al cuello de su padre.

– Yo también...– le dijo Roddy abrazándolo por igual.

– ¿Dondé has estado papi?

– He estado haciendo algunas labores, pero te prometo que puedes acompañarme la próxima vez, ahora, ¿qué te parece si vas a ver televisión un rato? – decía Roddy mientras lo bajaba al suelo.

– ¡Sí! – el pequeño corrió emocionado a la sala de estar.

Roddy lo miró alejarse y una sonrisa se plantó en su rostro, no imaginó lo increíble que sería ser padre, fué entonces, cuando sintió un par de manos sostener su brazo cariñosamente, era Rita, quien lo besó ligeramente en la mejilla.

– Bien hecho...– le dijo ella sonriéndole mientras volvía a la estufa – ¿cómo te fue ayudando a mi papá a pintar su casa?.

– Muy bien, debo admitir que con la ayuda de casi todos tus hermanos, fue muy fácil hehe, por cierto, tu padre nos invitó a comer mañana, tu madre preparará algo especial, creo que es en forma de agradecimiento por haber ayudado hoy. ¡Oh!, y de regreso traje lo que te faltaba para la cena.

– Muchas gracias amor y vale, entonces mañana los veremos...por cierto Roddy, espero que no estés muy cansado, pero el Dodger tiene algunos problemitas en el motor y...– no terminó de decir cuando Roddy la interrumpió.

– No hay problema Rita, yo me ocupo – dijo él cuando se dirigió a la puerta de un armario y de adentro sacó una caja de herramientas– lo haré ahora para no tener complicaciones después, ya que mañana en la mañana hay que cerrar el trato con los Cooper para mudarlos y no me gustaría que Jammie nos dejara varados, gracias por avisarme amor.

–¿Te he dicho que eres el mejor?– le preguntó Rita con una sonrisa amorosa.

– ¿El mejor capitán o el mejor esposo? – inquirió Roddy sonriente

– Ambos– diciendo esto, a su vez, Rita y Roddy se acercaron para besarse, fue un beso dulce pero rápido.

– Tendré la cena lista para cuando regreses – avisó ella.

– Vale – dijo alejándose – te amo – mencionó antes de salir por la puerta.

– y yo a tí – alcanzó a contestar Rita.

A esas alturas, todavía le parecía increíble que tuvieran una vida juntos. Roddy y Rita se casaron después de tres largos años de relación.

Rita recordó divertida cuando Roddy le propuso matrimonio, él le había comprado un enorme ramo de rosas y la invitó a cenar a su lugar favorito, pero cuando Roddy se dispuso a arrodillarse y mostrarle el anillo, provocó que su cabeza se estrellara con la bandeja del camarero que los atendía, ensuciando su cabello y ropa de aderezo y pasta, un desastre, pues él no lo vió cuando se puso de pie, ésto sumado al nerviosismo de Roddy, lo hizo salir muy avergonzado del lugar, Rita dejó el dinero en la mesa y corrió detrás de él, cuando salió lo encontró a lo lejos, sentado de espaldas, cabizbajo en la orilla de una fuente.
Rita se acercó y lo abrazó por detrás, Roddy se sobresaltó un poco ante el contacto, pero al notar que era ella, se relajó, Rita vió en el rostro de su novio una tristeza indescriptible, él estaba a punto de decir algo cuando ella lo besó con todo el amor que le tenía, le transmitió tranquilidad y después lo miró a los ojos amorosamente, con esto, Roddy supo que era hora de actuar, así que se apoyó en una rodilla, tomó la mano de Rita entre las suyas y pronunció las tres palabras que le darían un giro completo a sus vidas:

–Rita...¿Te casarías conmigo?– preguntó Roddy sonriendo nervioso.

– Sí... ¡sí, sí, sí! – contestó Rita más animada al final, saltando a los brazos de Roddy, abrazándose fuertemente.

Con una sonrisa ante el repentino recuerdo, Rita continuó sus labores.

– Mami...¿a dónde fue papá? – preguntó su hijo con el mismo nombre de su padre, acercándose a ella.

– Oh... él bajó a arreglar el Jammie Dodger, cielo.

– ¿Puedo ir con él?– cuestionó entusiasmado.

– Mmm, de acuerdo...sólo procura no estorbarle mucho, ¿esta bien?

–Gracias mami – él abrazo a su madre y enseguida salió corriendo por la puerta para alcanzar a su padre.

Roddy estaba concentrado tratando de reparar el desperfecto en el motor, cuando escuchó a su hijo llamándolo.

– Papi, ¿puedo ayudarte en algo?– decía acercándose

–No es necesario campeón, descuida, tu padre lo tiene todo bajo control – dijo Roddy mientras levantaba una llave inglesa en lo alto, como haciendo gala de habilidad.

– Mmm, papi...¿Porqué el bote de mami y tú se llama Jammie Dodger II?, ¿Qué significa el dos?,¿Existió el número uno?– preguntó intrigado.

– Hehe... creo que nunca te he platicado cómo conocí a tu madre ¿Verdad?– sonrió Roddy.

– No...¡¿cómo se conocieron?!– el pequeño se emocionó.

– Bueno... primero que nada, debes saber algo de mí, hijo...yo... vivía en Kensington, arriba...– dijo señalando hacía arriba –... una villa rica de Londres.

–Wow, ¿enserio?– sorprendido preguntó.

–Así es...yo era la mascota de una niña, que junto con sus padres, cuidaban de mí...pero un día, ellos se fueron de viaje y un ratón forastero entró a mi casa desde el drenaje...

Roddy comenzó a contar su historia, sin perder la atención de sus labores, mientras su hijo lo escuchaba atento y emocionado.

Por la ventana de la casa, Rita se percató de ellos y no pudo evitar sonreír, le llenaba de alegría ver a los dos hombres de su vida convivir como padre e hijo que eran.

Después de un rato más, abrió la ventana para poder llamarlos;
–¡La cena esta lista!

Roddy y su hijo la escucharon y decidieron entrar, afortunadamente Roddy había terminado con el motor, guardo su herramienta y tomando la pequeña mano de su niño, se encaminaron a su casa. Pues el muelle no estaba nada lejos, lo suficiente para poder vigilar y tener cerca a el Jammie Dodger II.

Los tres se sentaron a la mesa y disfrutaron de un delicioso estofado, mientras continuaban contándole la historia de su aventura a su hijo, pues Rita se había unido a la plática.

– Entonces habíamos cerrado el trato... después de eso, tu madre me llevó a su antigua casa para buscar unos mapas... allí conocí a todos tus tíos y a tus abuelos– decía Roddy mientras tomaba el último bocado.

–Mmfh...y tu bisabuela creía que él era Tom Jones, haha, se volvía loca por él– dijo Rita divertida – pero, esa historia continuará mañana, ahora debes ir a dormir.
Rita se levantó y recogió todos los platos, llevadolos al fregadero.

– Jaja, mi parte favorita fué cuando mami te golpeó por haber roto su rubí...jaja – le recordó el pequeño Roddy a su padre.

– La mía no – dijo Roddy sonriendo, y sobándose divertido la nariz como recordando ese golpe.

– ¿La seguirán contando mañana papá?– preguntó Roddyto, como solían llamarlo aveces.

– Claro que sí, pero ahora será mejor que vayas a cepillarte esos dientes...tu madre y yo subiremos en un momento para darte las buenas noches, ¿de acuerdo?– le dijo Roddy.

–¡Vale!– corrió por las escaleras subiendo a la planta alta.

Roddy lo vió un instante, antes de volver su vista hacía Rita, quién estaba terminando de secar los platos, él se levantó de su silla y se acercó a ella por detrás, la tomó suavemente de la cintura y acercó su boca a su oreja susurrando con su voz seductora.

– También tengo las buenas noches preparadas para tí Rita...– acto seguido, comenzó a besarle el cuello muy despacio, provocando en Rita un placentero escalofrío por su columna vertebral.

– R-Roddy...no...el niño puede bajar y vernos...– tenía razón sin embargo, y aunque no quería que él se detuviera, lo haría, al menos por un momento.
Roddy detuvo sus besos a regañadientes y la miró con suavidad deseable.
Rita se dió la vuelta para encararlo y le arrojó los brazos al cuello, a su vez, Roddy la sostuvo de la cintura.

– ¿Te parece si continuamos ésto en nuestra habitación después de arropar a nuestro hijo?– preguntó Rita con voz sensual, sabiendo que hacer esto, encendía a Roddy un poco más.

– Me parece perfecto– respondió Roddy depositando un beso en la boca de Rita, sonriendo.

Ambos subieron por las escaleras agarrados de la mano, entraron a la habitación de su pequeño y se acercaron a él para desearle las buenas noches.
Roddy se inclinó y le plantó un beso suave en la frente.

– Que descanses hijo, te quiero.

– Descansa papi, te quiero también.

Era el turno de Rita, así que Roddy salió de la habitación.

– Descansa cariño – dijo Rita besándole la frente por igual – y adivina qué... mañana iremos a visitar a los abuelos.

– ¡¿Y podré ver a todos mis tíos?!

– porsupuesto, hehe, ahora a dormir...te quiero.

– y yo a tí mami.

Rita cerró la puerta detrás de sí cuando salió y se dirigió a la habitación de ella y Roddy, pero antes de llegar, vió a Roddy apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una mirada pícara en el rostro.

– ¿Y bien...en qué estábamos?– le preguntó Roddy seductoramente a Rita, tomándola del brazo y atrayendola más cerca de él.

– Mmm...tu podrías ayudarme a recordar...– respondió Rita con sensualidad.

Ambos comenzaron a besarse apasionadamente, entrando a su habitación y cerrando la puerta.
Sin duda, su noche aún era joven.