Muy poco que decir.
Solo ete es otra historia para otro reto se llama "encuentro conmigo mismo" del foro "Yo amo Hetalia ¿y tú?"
Ya saben Hetalia no me pertece solo la historia. Espero agrade.
Personajes a nombrar:
Escocia y chibi Escocia - Scott A. Kirkland
Mónaco - Lucille
El teléfono sonaba, era una mañana soleada, cierto pelirrojo ignoró el sonido pero lo que no pudo ignorar fue el que le picaran las costillas, entreabrió un poco los ojos y vio una silueta de un pequeño él.
-Suena el teléfono, ¿no contestaras?-.
-No, la contestadora lo hará… tú-tú ¿quién eres?- habló levantándose un poco de la cama, el pequeño lo vio de pies a cabeza-.
-Creo soy una versión más cool de ti-.
-¿Cómo llegaste aquí?-.
-No lo sé, ¿magia?, oye dime ¿tienes comida?-.
El mayor se talló los ojos, tomó un tazón de cereal, le dio la caja del cereal, una cuchara y le dio la leche.
-Hazme un favor, no rompas nada- Scotty en cambio le enseñó su comida en la boca- diag solo… come-.
El pequeño vio que se fue a la ducha y fue a ver la contestadora, picó un botón y se sentó aa escuchar.
Usted tiene 3 mensajes, reproduciendo primer mensaje; mensaje de:
-Arthur- Scott lo siento pero quiero que seas mi padrino ďe bodas, sé que será un poco incómodo para tí ya que irá… ya sabes quién a la ceremonia. Por favor contesta la boda será en dos meses, llámame… ¿quieres?
Segundo mensaje de:
-Arthur- Scott ya solo falta un mes aún puedes confirmarme por favor… ven.
Tercer mensaje de:
-Arthur- Scott falta solo una semana estoy nervioso y bueno quisiera… no sé un… ¿apoyo? Aunque de ti solo veo que me regañes quiero… que estés ahí y perdón.
Fin de los mensajes.
-¿Conejo se casará?-.
-¿Quién te dio permiso de leer mis mensajes?-.
-Nadie… yo me lo di- Scott vio a otro lado secándose la cabeza con una toalla y la otra cubriendo le de la cintura hasta antes de las rodillas- ¿quién es a quién no quieres ver?-.
-A nadie-.
- Dìmelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dím-.
-Ya cállate, a quien no quiero ver es a tí-.
-DÍMELO!-.
-¡NO!-.
-DÍMELO O SI NO LE MARCARÉ A CONEJO A PREGUNTARLE-.
-AAAHH CÓMO ERES DE TERCO! QUE NO TE DIRÉ!- el pequeño tomó el teléfono y se encerró en un cuarto-.
-No le marques niño!-.
-Marcaré si no me dices!-.
-Está bien tú ganas, abre la puerta y te diré-.
-No, porque ya sé que harás- se escuchó un *Tsk* al otro lado de la puerta-.
-Bien… yo no la quiero ver… porque me siento un imbécil a su lado, ella fue muy especial en mi vida, antes de ser mi vida… ella era mi amiga-.
-¿Françine?-.
-Si… y no quiero ver a conejo porque sé que la veré a ella- se abrió la puerta y le dio el teléfono-.
-Toma-.
-Gracias, no quería decírtelo así-.
-Descuida, entonces… ¿qué haz hecho?-.
-Perderme en el trabajo, hice un negocio, ahora es mi empresa y solo tengo una socia conmigo, es la hermana de Fran… Lucille ¿te acuerdas?-.
-Creo que si… la de trenza con moño ¿verdad?-.
-Sí, esa misma-.
-Recuerdo que no dejaba de hablar con un perdedor a nuestro lado y Fran me retó a callarla-.
-Oh! Y me acuerdo que la besaste en los labios diciendo "haber si así guardas silencio"-
-Sí! Fue muy divertido- ambos rieron hasta que quedaron en silencio- ¿Y ahora que haremos?-.
-No tengo idea…- el grande se puso ropa de vestir- por lo mientras… tú me acompañarás a -fue interrumpido por el golpeteo ďe la puerta -.
-¿Y eso?- el mayor negó y fue a ver la puerta- ¿quién es?-murmuró el niño-.
-De quien hablamos- murmuró y ambos se pusieron pálidos-.
-¿Qué harás?-pegó a la puerta de nuevo y siguieron susurrando-.
-Tú ocúltate yo hablaré con ella- el niño le hizo caso y Scott mayor abrió la puerta-.
Era Lucille mås enojada que nunca, su vestido común rosado hasta cubrir su rodilla y sus botas cafés ya no las llevaba con ella, en cambio portaba un vestido ligero azul rey como sus ojos y zapatos con poco tacón de igual color.
A pesar del cambio repentino, ella seguía con sus lentes de armazón, su trenza a un lado, con un moño casi a la altura de la oreja y un mechón suelto rubio como el de su hermano.
-Scott… ¿eres sordo o simplemente seguías dormido?-.
-Ok, no. Solo que… no entiendo ¿qué haces aquí?- cuando menos lo pensó la chica estaba adentro sentándose en un sillón individual-.
-Vine por… curiosidad-.
-No te creo nada, sal de mi casa-.
-Bueno… me cachaste... ya sabrás de la boda-.
-¿Cuál boda?-.
-No te hagas, bien que lo sabes-.
-¿Y qué importancia tendría mi presencia?-.
-Scott, es la boda de tu hermano-.
-¿Y? Tengo otros dos-.
-No seas un niño y ve-.
-¿Por qué tanta insistencia? ¿será acaso…? Espera, no tienes pareja- en el momento de ser descubierta trató de huir pero el muchacho no le dejó-.
-Me descubriste… ¿qué quieres?-.
-Nada -vio al cuarto-, espera -entró y ya no había nadie, sonrió y dejó la puerta abierta- bien, Lucille… acepto-.
-Vale pero no me dejes como soltera, ďaccord?-.
-Je juré-.
