Disclaimer: todo lo relacionado con el mundo de Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling.


Juntos


Ella era todo lo que él buscaba, pero no lo sabía.

Él era de lo que ella se alejaba, pero no podía.

Ellos eran el uno para el otro, pero no querían admitirlo.

Él era rebelde, mujeriego, despreocupado y no le importaban las reglas; pero también era leal, fiel a sus ideales, buen amigo, y eso era lo que a ella le gustaba.

Ella era exagerada, un poco gritona, acataba las reglas y testaruda; pero también era divertida, bonita, leal, y eso lo volvía loco aunque no lo supiera en esos momentos.

Ella le retaba cada vez que hacía alguna de sus típicas bromas, cada vez que rompía las reglas; él simplemente movía su mano, restándole importancia al asunto y, pasando uno de sus brazos por sobre los hombros de la muchacha, le decía que tenía que disfrutar un poco más, y hacía algún que otro chiste para que la joven sonriera porque había descubierto que le gustaba su sonrisa.

Sus amigos decían que estaban destinados a terminar juntos; la muchacha negaba con la cabeza, añadiendo que él nunca iba a sentar cabeza. Y él decía que nunca se iba a atar a una mujer, que era un alma libre disfrutando de su libertad.

Que equivocados que estaban los dos.

Dicen que los opuestos se atraen; y, en cierta medida, Marlene y Sirius eran eso.

Empezaron con miradas casuales, de solo unos pocos segundos; se buscaban el uno al otro. Luego empezaron los encuentros casuales, que iban acompañados de sonrisas y un inocente coqueteo de parte de Marlene; después las noches fueron testigos de sus encuentros.

La luna y las estrellas eran los testigos de las suaves caricias que les proporcionaba el uno al otro, de los besos, de los suspiros.

La luna era quien iluminaba cada centímetro del cuerpo de Marlene, cuerpo que a Sirius le gustaba observar causando el sonrojo de la muchacha; con una sonrisa, Sirius se acercaba a ella y cubría su boca con la suya, empezando una danza sin fin.

Marlene había descubierto que a Sirius le gustaba cuando ella hundía sus dedos en su cabellera y tiraba levemente de ésta; un gruñido salía de su boca causando que la joven riera sobre sus labios, antes de que ella atrapara su labio inferior entre sus dientes.

Sirius conocía cada rincón del cuerpo de Marlene, lo tenía grabado a fuego en su piel; sabía dónde tocar para que la muchacha se estremeciera entre sus brazos y suspirara contra su cuello.

Marlene sabía que acciones sacaban de Sirius el instinto animal que había dentro de él; sabía las caricias con las que su cuerpo se tensionaba, reaccionando a ella.

Marlene sabía que tenía que correr lejos de él para evitar que su corazón no sufriera.

Sirius sabía que tenía que dejar de pensar las veinticuatro horas del día en ella.

—¿Qué pasará después?

A pesar de que había sido solo un susurro, Sirius logró escucharla a la perfección.

—¿Qué quieres decir?—sabía hacía dónde se dirigían los pensamientos de la chica, pero no quería que fueran hacia allí; comenzó a hacer círculos con su pulgar en la piel desnuda de la joven.

Marlene levantó su rostro para poder observarlo a los ojos. —Cuando salgamos de Hogwarts, ¿qué pasará con nosotros, con todos nosotros?

El muchacho no quería pensar en aquello porque sabía que las vidas de todos iban a cambiar luego de que se graduaran de Hogwarts ese mismo año; sabía que la guerra los iba a cambiar. Pero él no quería que su chica cambiara ni sufriera.

Le dio una sonrisa antes de besar su frente; la joven cerró los ojos, disfrutando de la sensación.

—Seguiremos juntos.


Hacia tiempo que quería escribir algo únicamente sobre Sirius, entonces este es el resultados. Espero que les haya gustado. Dejen un review, con su comentario :)