Esta historia participa en el "Baile de Navidad" del Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Disclaimer: Potterverso de J. K. Rowling.

Palabras: 250

Colegio: Beauxbatons


Roger Davies estaba pasándolo francamente mal. Y eso no era algo que le hiciera especial ilusión.

Llevaba media hora enfrascado en la ardua tarea de terminar su cena, pero apenas era capaz de ensartar el tenedor en los pedazos de ternera. Sus ojos buscaban constantemente a la deslumbrante rubia que esperaba a su lado con disimulada impaciencia.

Finalmente, el Ravenclaw se dio por vencido y se puso en pie, rodeando a Fleur Delacour por la cintura y llevándosela al centro de la pista de baile. Una vez volvió a tenerla ante sí, Davies tragó saliva.

Aquella francesa que representaba a Beauxbatons en el Torneo de los Tres Magos era indudablemente preciosa, con sus grandes ojos garzos, su fina y clara piel y esa melena de cabellos áuricos que acaparaban su atención por completo.

Davies cerró los ojos, mareado por tanta hermosura. Las rubias eran, definitivamente, las mujeres más bellas del planeta.

"¿Rubias?"

Como si fuera el bombardeo de una de las luces navideñas que les rodeaban, la imagen de otra joven atravesó la mente del chico. Se trataba de una bruja de su casa, con exóticos rasgos asiáticos y una lacia cabellera negra.

Cuando Davies abrió los ojos, la Cho Chang de sus pensamientos se materializó ante él… colgada del brazo de Cedric Diggory con una sonrisa soñadora arañando sus finos labios.

Con rabia, Davies apretó la cintura de su preciosa y rubia pareja de baile.

Porque por desgracia para él, era una morena la que le robaba el aliento.