NA: ¡He vuelto y con un proyecto nuevo! Se que tengo millones de proyectos empezados y que hace siglos que no actualizo pero prometo acabarlos, algún día. Antes me gustaría compartir esta historia que llevaba mucho tiempo en mi mente.
Como siempre ni los personajes principales ni el trasfondo no me pertenecen sino a sus respectivos autores y no gano nada con esta historia más que compartirla.
En esta historia habrá en futuros capítulos relaciones amorosas de distintos tipos, tanto hetero como homo, así que si alguien se siente incomodo con alguna de éstas o simplemente no es lo que le apetece leer esta advertido.
Todos los comentarios y opiniones son adorados.
CASO 0: Jacob Rollins
- ¡Danny, tenemos una ubicación!
En respuesta a su compañero Danny dejó los documentos que estaba revisando y salió rápidamente de su oficina para encontrarse con él, llamando a un par de agentes por el camino. En unos segundos la oficina principal cobró vida, todos reunidos alrededor de la gran mesa central, con todas las pruebas del caso reunidas hasta entonces.
- ¿Donde?
- En las afueras, al norte de Witney - le respondieron – Al parecer en un almacén abandonado.
- ¿Witney? - respondió incrédulo. – Pero eso esta cerca de Oxford! Es imposible que haya salido de Londres sin que nos diéramos cuenta, ¿seguro que es él? - preguntó mientras se acercaba al mapa para ver el punto exacto.
- Al parecer ha sido identificado por la policía local en respuesta a nuestra alerta. - respondió un oficial al que nunca había visto, seguramente recién incorporado al equipo. - Nos han enviado una fotografía - la mostró en la pantalla, sin duda era el sujeto que buscaban. - Están aguardando nuestras indicaciones. ¿Les digo que lo capturen?
Danny suspiró. Si, definitivamente nuevo.
- ¡Ni se te ocurra! Por si no te has dado cuenta estamos tratando con un ladrón que ha entrado y salido en tres de los bancos principales de Londres sin alterar ninguna alarma, ¡no es ningún aprendiz! - rugió el detective, sintiendo la sangre acelerándose en sus venas. - Sin tener en cuenta que ha sido capaz de eludir nuestro bloqueo en las carreteras y trasladarse hasta Oxford inadvertidamente, ¡y en menos de 40 minutos! - si había algo que lo pusiera nervioso eran los novatos y sus imprudencias – Ya se nos ha escapado una vez en nuestras propias narices y si se nos vuelve a escapar dudo mucho que lo localicemos de nuevo antes de que abandone el país, ¡así que nada de alertarlo hasta que no lleguemos allí! - bramó finalmente hacia el nuevo para seguidamente girarse y dirigirse a Madison, un oficial veterano con el que ya había trabajado antes. – Avisad a la policía local y decidles que los mantengan vigilados pero que no se acerquen a más de una milla, decíais que era un almacén abandonado verdad? Entonces no les resultara difícil controlarlos a esa distancia prudencial. - giró de nuevo, esta vez hacia Smiterson y prosiguió dando órdenes – Necesitaremos un equipo para cubrirnos una vez estemos allí pero que no actúen hasta que lleguemos nosotros o en caso de que no haya alternativa. Meka, Peter, ¿cuanto tardaríamos en llegar hasta la casa?
- Conduciendo tu unas tres horas, Danny – bromeó Meka. – Pero no te apures, si conduce Peter llegaremos en menos de una hora.
- Entonces no iremos con mi coche – dictaminó Danny y antes de que éste pudiera responder le cortó – No, Peter, aun estoy pagando la reparación de la ultima vez que conduciste mi Camaro. ¡Si tu estas al volante no será de mi coche!
- ¡Vamos Danny! - protestó este – Sabes que el tuyo es el más rápido, sino no llegaremos antes de que desaparezca otra vez.
- ¡Esta bien! - aceptó a regañadientes, lanzándole las llaves – ¡Pero como le hagas un solo rasguño, uno solo, te pulverizo! - exclamó, moviendo las manos simulando una gran explosión. Luego se giro a los demás agentes – Estaremos en contacto chicos, necesitaré que organicéis y coordinéis el equipo de respaldo. Esta vez iremos un grupo reducido y nos acercaremos con sigilo, si hay problemas daré una señal y enviáis refuerzos. No quiero que el pájaro vuelva a volar antes de estar dentro la jaula - afirmó con resolución – ¿Todo claro? - preguntó, todos los demás asintieron y empezaron a movilizarse, cada uno en su tarea. - Buena suerte chicos, confío en vosotros!
Una vez equipados y camino del coche Peter empezó a burlarse de Danny, como ya era tradición.
- Lo digo en serio, cuando ingresé a esta oficina por primera vez estaba convencido de que Danny era el jefe.
- Peter, no empieces – le advirtió Danny fingiendo un enfado que no sentía en realidad.
- Es verdad, con lo mandón que es y con el hecho de que todos le obedezcan sin chistar – prosiguió sin inmutarse – ¿Que se suponía que iba a pensar?
- ¡No soy mandón! - se quejó Danny. - Se llama don de liderazgo.
Meka empezó a reír de la nueva ocurrencia de su amigo. Hacia pocos meses que Peter se había unido a la oficina y aun menos que empezó a emparejarse con ellos dos pero indudablemente Danny y él simplemente conectaban de una forma que a él le costó muchos meses lograr. Las pequeñas disputas y bromas mutuas se habían vuelto una tradición antes de cada operación. Los calmaba a los tres.
- Vamos, Peter, sabes de sobra porque todo el mundo le hace caso - empezó Meka cuando ya estaban llegando al coche.
- Ya os lo he dicho chicos - insistió Danny - ¡Porque saben reconocer a un líder inteligente, experto y hábil como yo!
- No Danny, Meka y yo sabemos por que es, ¿verdad compañero?
- ¡Por supuesto!
- ¡Para no tener que soportar tus interminables monólogos! - dijeron al unisono justo antes de entrar en el coche, evadiendo la riña que Danny ya les estaba echando, efusivos movimientos de brazos incluidos.
Meka sonrió desde el asiento trasero mientras veía a sus dos compañeros seguir discutiendo incluso cuando ya estaban en la carretera, con las luces policiales encendidas y Peter conduciendo como un loco. Si, con amigos así daba gusto ir al trabajo.
Llegaron a la casa en cuestión en 52 minutos, cortesía de Peter y sus maneras suicidas al volante. Una vez hablado con el agente local al cargo para saber los detalles del lugar y de la situación se prepararon para entrar cautelosamente al edificio. Se trataba de un almacén considerablemente grande, con dos entradas y pocas ventanas pequeñas y elevadas. Un lugar solitario y apartado ideal para esconder y repartir un botín.
Los refuerzos se mantendrían a distancia, a unos 200 metros aproximadamente, por precaución. Esa era la segunda vez que intentaban atrapar a ese ladrón después de que en la primera desapareciera delante de sus propias narices. Literalmente. Por suerte Danny había sido el único de verlo y había sido lo suficientemente prudente como para no mencionarlo a sus compañeros. No era la primera vez que veía o notaba cosas extrañas a su alrededor. Le pasaba a menudo. Por desgracia.
- Danny, ¿crees que es prudente acercarse con un grupo tan reducido? - susurró Meka mientras observaban la casa a unos metros de distancia. – No seria mejor entrar rápido con un equipo mayor para cubrir mas terreno?
- No lo creo, lo hicimos de esa forma la última vez y se escurrió de nuestros dedos – murmuró Danny mientras observaba la entrada principal con sospecha, tenia una sensación extraña recorriéndole el cuerpo. Extraña pero familiar, y usualmente vinculada a malas noticias. - El oficial comentó que había una puerta trasera, ¿verdad? Daremos un rodeo.
- Pero Danny, no se ve a nadie por los alrededores. - comentó Peter. - Ni guardias ni cámaras. No creo que sea necesario.
Danny desvió la vista un segundo de la puerta para verlo y en ese preciso instante le pareció ver de reojo un reflejo azulado en ésta. Sintió un escalofrío. Definitivamente había "algo" allí.
- Confía en mi, Peter - insistió empezando a moverse hacia la parte posterior de la casa. - Tengo un mal presentimiento.
- Pero... - empezó Peter frunciendo el ceño con escepticismo antes de ser interrumpido por Meka.
- Hazle caso, Peter. Tiene como un sexto sentido para estas cosas - le tranquilizó – No sabes la de veces que sus presentimientos nos han salvado la vida.
Danny respiró mas aliviado. Nunca le había hablado a Meka de las cosas que a veces veía o sucedían a su alrededor pero estaba claro que se había dado cuenta por si sólo de ese "sexto sentido" como él lo llamaba. Ni siquiera entendía que era eso que le sucedía ni desde cuándo. Al principio pensó que se estaba volviendo loco pero cuando ignoraba esas escalofriantes sensaciones solían ocurrir cosas aun más extrañas, muchas veces con explosiones implicadas. Fugas de gas, estructuras en mal estado, incendios fortuitos. O al menos esas eran las razones oficiales de las múltiples explosiones. Muchos hombres habían sido lastimados en esos primeros casos hasta que aprendió a hacer caso de esas sensaciones. Algunos incluso habían sufrido pérdidas de memoria. Danny había tenido suerte.
La puerta trasera tampoco tenia vigilancia aparente, ni cámaras de seguridad y, lo más importante, no le provocaba esa electrificante sensación en la nuca. Hizo señas a sus compañeros y se apostó al lado de la puerta, escuchando atentamente. A su señal entrarían de golpe y arrestarían a quien hubiera allí dentro. Hizo la señal y Peter abrió la puerta de golpe, entrando los tres al recinto. Una vez dentro se encontraron con tres sujetos vestidos con capas y sombreros, dignos de un desfile de Hallowen, en el centro de la sala, aparentemente contando y repartiendo un botín en tres cajas enormes. En el resto del almacén había estanterías llenas de cajas en su lado izquierdo y lo que parecía material de obra a la derecha. En el centro, en cambio, todo parecía haber sido movido de sitio. Cómo habían podido mover un tonel lleno de vigas de hormigón era un misterio.
- ¡Policía! ¡Levanten las manos! - Gritó acercándose lentamente al trío, mientras que a sus lados sus compañeros se separaban un poco para comprobar que no hubiera más individuos en la sala.
Los tres iban con las armas desenfundadas y apuntando a los sujetos mientras procedían a arrestarlos. Éstos se giraron de un salto asustados para relajarse al verlos. Danny no se lo explicaba. ¿Cómo podían relajarse con tres armas apuntándoles? Se trataban de dos hombres y una mujer, uno de ellos era Jacob Rollins, el sujeto implicado en los robatorios pero de los otros no tenia ni idea de quienes eran. Óbviamente estaban implicados así que pronto lo iban a averiguar.
- ¿Es que no me habéis oído? ¡De rodillas en el suelo y las manos en la cabeza! - chilló de nuevo con voz autoritaria, pudo ver como el hombre desconocido temblaba y alzaba las manos.
- ¡¿Pero que haces Michael?! - exclamó la mujer levantando la barbilla con superioridad.- No son más que unos simples muggles, ¿de que tienes miedo?
Muggles. No sabia que significaba esa palabra pero por el desprecio con que había sido escupida tampoco quería saberlo, seguro que no era nada agradable. Al parecer alguien tendría que bajarle los humos a esa mujer, lastima que tuviera unas reglas que seguir, no le habría importado dispararle a esa cara arrogante. Sentimiento que al parecer Peter compartía con él.
- ¡Os ha dicho que al suelo! - gritó Peter y al ver que Jacob seguía repartiendo el dinero y la mirada retadora y de superioridad de la mujer disparó una vez. Falló a propósito pero la bala pasó lo suficiente cerca de la mujer y el otro hombre como para que saltaran asustados.
- ¡¿Como te atreves asqueroso muggle?! - bramó la mujer, roja de la rabia, mientras sacaba lo que parecía un palo del cinturón - Ahora vas a ver.
Que una mujer te amenace con un palo de madera no debería ser amenazante. Ni tampoco oírla murmurar unas palabras incomprensibles. Pero de alguna forma lo era. Tardó unos segundos en notar el cosquilleo en sus brazos, todo el bello de punta, justo antes de ver un rayo de luz roja salir de ese palo hacia Peter. Al impactar en el asustado policía salió despedido hacia atrás, derribando una de las estanterías con doloroso estruendo.
- ¡Peter!- bramó antes de notar de nuevo el cosquilleo en los brazos, sus reflejos haciéndole saltar hacia un lado justo a tiempo de evitar otro rayo rojo. - ¡Meka! Ponte a cubierto y por lo que más quieras no dejes que te toquen esos rayos! - gritó mientras él mismo se escondía detrás de las estanterías que aún se mantenían en pie, disparando y acercándose a Peter a la misma vez.
- ¿Lo veis como vuestros juguetitos no sirven contra nosotros? - rió de manera escalofriante la mujer.
"¡Que te lo has creído!" pensó Danny antes de salir de su cobertura unos segundos, disparando y acertando a la mujer en el hombro derecho. El del brazo que sostenía el arma. Luego activó la alarma que llevaba en su cinturón para avisar a los refuerzos que de seguro ya estaban a punto de entrar al oír los disparos.
- ¡Meka, cúbreme! - Gritó y aprovechó esos segundos para llegar hasta Peter. Aún respiraba pero no se movía.
- ¡Danny! - gritó Meka asustado, llamándole la atención y dejándolo estupefacto con la escena que había delante de él.
Una especie de campo de fuerza amarillo bloqueaba las balas que Meka disparaba sin cesar mientras que del otro lado la chica recuperaba el palo con la otra mano y se hacia algo en el brazo con él. Jacob al parecer había terminado su trabajo y apuntaba hacia la barrera con otro palo de madera parecido al de la chica, de éste en cambio parecía que emergía la misma luz amarilla del escudo. Y el otro hombre parecía a punto de correr. La situación se complicaba por momentos, pronto se les terminarían las balas y esa gente utilizaba un armamento con el que no podían competir; ¡necesitaban los refuerzos ya! Y entonces sintió un escalofrío que lo recorrió entero.
- ¡No puedo! - chilló de repente el tal Michael claramente asustado – ¡No puedo aparecerme!
Los demás lo miraron unos segundos antes de mover sus armas frenéticamente en círculos y cerrando los ojos. En seguida los abrieron asustados.
- ¡Mierda! - dijeron segundos antes de que se desatara el infierno.
De repente empezaron a aparecer sujetos de la nada, un par cerca de la puerta principal al otro lado de la sala, dos más simplemente aparecieron allí en medio del almacén y otros dos iban sobre escobas y parecía que flotaran en el aire. Todos sin excepción vestían sombreros y capas de color azul oscuro. Danny se quedo congelado en su sitio. Y entonces empezaron los gritos y los rayos de luz de múltiples colores inundaron el almacén
- ¡Aurores! ¡Estáis detenidos! - gritó uno de los sujetos con capas azules en tono autoritario.
Los tres delincuentes ahora si que parecían asustados y empezaron a lanzar rayos en todas direcciones y a correr buscando una salida. Uno de ellos lanzó un rayo a la pared cercana a Danny y la hizo estallar, abriendo un agujero suficientemente grande como para escapar pero tuvo que retroceder para evitar un rayo violeta proveniente de uno de los voladores. Un par de sujetos con capas azules habían caído pero uno de ellos seguía disparando rayos desde el suelo. Los que volaban creaban escudos de fuerza de múltiples colores protegiendo a los demás y éstos iban acorralando a los tres delincuentes. Michael cayó envuelto en cuerdas pero los otros dos parecían poseídos por cómo luchaban y se defendían sin cesar. Danny observaba la batalla atónito, sin ni siquiera encontrar fuerzas para moverse.
De repente un rayo impactó en un bloque de cemento cerca de la ubicación de Meka, haciendo volar una nube de polvo que lo cubrió todo cegándolos a todos por unos instantes. Y entonces lo sintió, más que vio. Alguien corría directo hacia el agujero, dispuesto a huir. ¡Era Jacob! No, no lo permitiría. Afianzo la pistola y disparó al sujeto que corría, fallando por milímetros pero ciertamente obligándolo a retroceder y llamando la atención sobre su persona de varios de los presentes.
- ¿Quien demonios?- oyó por encima suyo.
- ¿Que hace aquí un muggle? - por su derecha, de nuevo esa dichosa palabra.
Sin hacerles caso apunto a Jacob de nuevo y le advirtió por última vez.
- Me da igual lo que esta sucediendo aquí pero tu, Jacob, ¡estas detenido! - gritó con toda la fuerza de sus pulmones.
- Ni lo sueñes – recibió por respuesta junto con un rayo azul impactando directo en su pistola, que se congeló de repente en su mano.
La soltó de inmediato, asombrado, para notar enseguida que un escudo amarillo era puesto a su alrededor
- ¡Aléjese de aquí! - le gritó alguien desde arriba. - ¡No tiene ninguna posibilidad!
- ¡Y una mierda! - gritó esta vez él, lanzándose a correr tras Jacob que ya estaba casi saliendo por el agujero, atravesando el escudo amarillo sin ninguna dificultad.
A su alrededor las luces y los chillidos reanudaron mientras seguía sintiendo la voz por encima de su cabeza pidiéndole que se detuviera. Sin embargo él siguió corriendo, esquivando los rayos por puros instintos y reflejos guiados por su sexto sentido. Lo único que tenia en mente era atrapar a Jacob antes de que se volatilizara en el aire otra vez, no entendía cómo no lo había hecho aún pero estaba claro que esa era su intención. El susodicho se percató de que lo estaba siguiendo y giró el brazo para lanzarle otro de esos rayos pero Danny lo vio venir así que logró esquivarlo girando sobre su propio eje y sin dejar de moverse. En esos segundos alcanzó a Jacob que estaba estupefacto al ver que había esquivado su ataque y le dio un buen derechazo que lo mandó a tierra.
Enseguida pateó el arma de su mano y lo empezó a esposar mientras le recitaba sus derechos. A su alrededor se había terminado la batalla y podía oír los murmullos de los demás encapuchados. Enojado se giró hacia ellos y comprobó que le estaban mirando todos atónitos, eso lo enfureció aún más.
- En vez de estarme mirando, ¿no deberían estar atendiendo a los heridos? - Espetó. - ¿Y porqué no tengo aquí ya a mi equipo de soporte? ¿Les habéis hecho algo?
Miradas incómodas fueron intercambiadas delante de él. No necesitó más respuesta.
- ¡¿Al menos vais a ser capaces de retener a Jacob mientras atiendo a mis compañeros?! - insistió empezando a sentirse histérico - ¡¿Y que no se les ocurra moverlo de aquí, esta claro?! ¡Este ladronzuelo se vuelve conmigo a Londres!
Tan pronto como una mujer joven le sustituyó sacó el movil del bolsillo de su pantalón y avisó a los refuerzos y a una ambulancia mientras corría al lado de Meka. Parecía que estaba bien, respiraba con normalidad pero tenia un brazo en una postura antinatural, probablemente roto. Se levantó y se giró para solicitar una explicación pero al hacerlo se topó con varios encapuchados apuntándole directamente con esos palos de madera, con un hombre alto y moreno encabezándolos. El miedo y la adrenalina lo recorrieron, había visto lo que hacia una sola de esas armas y ahora le apuntaban tres. Iba a morir. Y Meka y Peter con él. No volvería a comer Donuts ni a sentarse en su oficina. No volvería a discutir con Peter o ver la sonrisa complaciente de Meka. No volvería a ver a Grace. Grace. Entonces sintió la rabia llenándolo, quemándole por dentro. No le arrebatarían a Grace. Y entonces su cerebro estalló. Sintió algo ardiendo por dentro y un estremecimiento que lo recorrió entero hasta salir por sus manos extendidas. Vio atónito a los hombres de azul volar por los aires mientras una onda de energía parecía salir de sus propios dedos. Y entonces se sintió débil y mareado. Antes de darse cuenta notó el suelo bajo él moverse y se desplomó en la oscuridad.
