¡Hola a todos! Esta historia ha estado en mi mente por algún tiempo ya y no sé por qué me dieron unas ganas de escribirlo ahora, así que aquí está...Sombras del Pasado.

Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto (Creo...)

Capítulo 1: Introduciendo a los remanentes del Equipo 7

En la vida no siempre hay finales felices, y mucho menos después de una guerra. Lo único seguro es que todo cambia.

Algunos quizás se sientan victoriosos sólo por haber sobrevivido, otros podrían sentir que lo han perdido todo, pero sin importa qué tipo de persona fuera, la guerra los marcaba a todos de una manera u otra.

Un ejemplo era la persona que estaba parada frente a la piedra de los héroes, cubierta de pies a cabezas por una capa negra y usando una máscara de porcelana blanca con la forma de una babosa*.

Su quietud podría hacerla pasar como una estatua ante cualquiera que la viera, pues ni siquiera era posible detectar movimiento en su pecho como signo de que estuviera respirando.

Unos minutos más tarde, aquella persona enmascarada desaparecía, dejando unas hojas revoloteando de forma circular en el lugar donde había estado parada.

Lejos de aquel lugar, adentrándose en la aldea y llegando al pie de la montaña donde los rostros de todos los Hokages que había tenido la aldea oculta entre las hojas se encontraban tallados, se hallaba uno de los principales edificios de la aldea, la mansión Hokage*.

En su interior, en la oficina donde el líder de la aldea trabajaba, estaba el Rokudaime Hokage* sentado de espaldas a su escritorio. Cualquiera pensaría que estaba contemplando la aldea usando el gran ventanal, pero aquellas risitas repetidas que venían de su posición podían dar otra idea.

—Hokage-sama —saludó una voz con monotonía.

El Rokudaime detuvo cualquier actividad que estuviera ocasionando esas risitas y se volteó a ver a un ANBU arrodillado frente a su escritorio, en un espacio donde antes no había nadie.

—Babosa-chan —contestó el Hokage con un tono emocionado al verlo—, ¿qué te trae por aquí?

—La misión terminó con éxito —respondió simplemente.

—Verdad, la misión —dicho esto, el Hokage se rascó la nuca con su mano libre y dio unas risas nerviosas—. Pensé que venías a ver a este pobre y solitario Hokage.

El ANBU no dijo nada ante la despreocupada e infantil actitud de su Hokage, sólo lo miró de soslayo antes de desaparecer de la habitación con una pequeña explosión de humo.

—Babosa-chan es tan cruel, ni siquiera vino a verme en persona —se lamentó el Hokage dejando un pequeño libro naranja sobre la mesa y tomando la carpeta negra que el ANBU babosa dejó.

Su ojo se desvió antes de leer el contenido, hacia una fotografía enmarcada que yacía a un lado de su escritorio, fuera del papeleo apilado organizadamente en su centro. Era una foto vieja, de tiempos más felices. En ella estaba él, antes de ser Hokage, y su primer y único grupo genin antes de la separación.

El Rokudaime se quedó un momento con la vista fija en la foto, recordando viejos tiempos, sobre cómo todo había terminado de esa manera.

En otro lugar de la aldea, en cierto restaurante de nombre Ichiraku, un hombre joven de cabellos negros un poco puntiagudos comía un tazón de ramen en silencio, mientras escuchaba a los demás consumidores hablando animadamente.

Esta persona vestía con unos pantalones largos ninjas* negros, con su estuche de armas en un lado, y una camisa de manga larga azul. Pero lo más destacable de su atuendo era el símbolo en su espalda, una especie de abanico de papel, seccionado en dos, con la parte superior de un color rojo y la parte inferior más el mango de blanco.

Como era su costumbre, al terminar su tazón de ramen deposito el dinero correspondiente en la mesa y se despidió con un movimiento de cabeza del dueño y su hija.

Sus piernas recorrieron las calles lentamente, dejando que sus ojos miraran la aldea, tal gloriosa como la recordaba en su niñez.

Logró llegar en menos de una hora al campo de entrenamiento siete, encontrándolo vacío. Con apenas una mirada curiosa, decidió subirse a la rama de uno de los árboles y leer de su libro Icha Icha mientras esperaba.

Pasaron muchos minutos antes de que captara el sonido de voces aproximarse. Con deliberada lentitud cerró su libro y se mantuvo escondido, esperando el momento apropiado para aparecerse.

—¿Ven lo que les dije? ¡Nuestro sensei aún no llega! —Exclamó uno de los tres chicos que entraban al campo de entrenamiento.

—Eso no significa que debamos estar llegando tarde Makoto-kun —le regañó débilmente la única chica entre los tres.

—¿Qué más da? —Opinó el tercero cruzándose de brazos.

—No seas aguafiestas Sora-chan, sensei siempre llega tarde —su compañero respondió con una gran sonrisa, emocionado porque su plan de llegar tarde, pero no tan tarde como su sensei usualmente llegaba, había funcionado—. Eso significa que puedo dormir un poco más a partir de ahora.

—Holgazán —le reprochó Sora.

—Así nunca lograrás vencerme —le retó su otro compañero, que tenía otros planes para usar ese tiempo que antes se desperdiciaba esperando a que su sensei se apareciera.

—¿Es eso un reto Ryunosuke? —Preguntó Makoto tronándose los dedos.

—Me alegra saber que se están divirtiendo tanto.

Los tres saltaron de la sorpresa al escuchar la voz de su sensei y verlo parado detrás de ellos con aire aburrido, como si llevara horas esperándolos, cuando ni un minuto atrás nadie estaba ahí.

—¡Llegas tarde sensei! —Makoto fue el primero en salir de su asombro, rápidamente reclamándole para aparentar normalidad.

—¿Es así? —Preguntó con aire inocente, aunque los tres genin podían sentir un tono de amenaza oculto que pronto los tuvo sudando frío.

—¡Cla-claro que es así! —Makoto tartamudeó un poco con su respuesta por lo nervioso que estaba, los otros dos se quedaron callados tragando saliva.

—¿Sora? —se dirigió al único miembro femenino de su equipo.

—¡Lo siento sensei, la verdad es que acabamos de llegar! —Reveló finalmente, incapaz de seguir mintiéndole a su sensei. Los otros dos la miraron asustados.

—Me alegro de que hayan sido honestos conmigo —declaró el sensei curvando sus labios en algo parecido a una sonrisa, los genin se relajaron, soltando suspiros de alivio al pensar que no serían castigados—. Y ahora como castigo, los tres darán la vuelta al campo de entrenamiento 50 veces sobre sus manos.

—¡¿QUÉ?! —Se escucharon tres gritos incrédulos.

—¿A qué esperan?

Con una sola mirada, los tres se apresuraron a realizar el ejercicio. Makoto quejándose de la injusticia del asunto, y sus dos compañeros fulminándolo con la mirada por haberlos convencido de llegar tarde ese día.

En cuanto a su sensei, este simplemente volvió a su lugar sobre la rama de uno de los árboles, se sentó cómodamente y sacó su libro para seguir leyendo.

Fin del Capítulo 1.

*1-No sé si exista tan cosa como una máscara en forma de babosa, pero hagamos de cuenta que sí...
*2-En muchas lugares veo que le llaman La Torre del Hokage y realmente no sé cuál sea el correcto.
*3-Sexto Hokage. Me preguntó si debería quedarme con la terminología completamente en español o poner algunas palabras conocidas en "japonés".
*4-Como los pantalones de Kakashi lol

¡Hola de nuevo! Espero que les haya gustado.
¡Hasta la próxima!