Nos leemos luego.

Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi. Escribí esto simplemente porque tengo 40 grados de fiebre y estoy delirando. (Mentira)

IGUAL

|Capitulo Único

Habían sido tres largos años, pero por fin volvía a tenerlo junto a mí.

Estábamos en un hermoso claro cerca del pozo, en una manera que tenia de sentirme cerca de mi familia cuando los extrañaba, e InuYasha siempre me acompañaba. Yo ordenaba los tipos de plantas, desde las dulces a las amargar y desde las fuertes a las normales.
Por su parte, InuYasha se encargaba de hacer nada. Y no es que realmente no estuviera hacinado nada, él estaba muy atento a cualquier ruido extraño, a cualquier indicio de que algo o alguien intentaran hacerme daño.

Y aún no podía entender por qué siempre estaba tan atento a esas cosas. La perla había desaparecido, y junto con ella, el mayor peligro que pudo haberme asechado por tenerla.

Levanté la vista desde las hiervas hasta él, su semblante era sereno, casi relajado, mientras me miraba dividir las hiervas.

¿Ahora estábamos juntos? Pues sí,… o eso creo. Las cosas no habían cambiado casi nada entre nosotros. Las discusiones seguían, los enfados, los 'siéntate' seguidos. Solo podía decir que pasábamos todos nuestros tiempos juntos, y nos desesperábamos cuando el otro no estaba a nuestro lado.
No sabía lo que él sentía realmente cuando estaba lejos de mí, pero yo solo podía pensar en aquellos tres largos años en que no pude verle, y la desesperación me llenaba. Pero estaba casi segura que él también lo sentía, ya que su cara al verme era muy similar a la mía al verlo.

— ¿Quieres ayudarme InuYasha? —le sonreí mientras le enseñaba la gran cantidad de hierbas amontonadas a mi lado.

—Huelen fatal —arrugó la nariz y volteó el rostro hacia otro lado. Con extrañeza llevé una hierba de color oscuro hasta mi nariz. Ag, realmente olían mal.

Y esto era a lo que me refería con que nada había cambiado. Él seguía igual de frío y distante como siempre.

Pero bueno; ¿Tenia que quejarme de algo? Yo me había enamorado de ese InuYasha. No de uno tierno y cariñoso, si no de uno que tenia un carácter muy similar al de un ogro.

Curvé mis labios en una pequeña sonrisa y dejé las hierbas a un lado. Me apoyé en el césped verde inclinándome hacia el.

—Hey, InuYasha —le llamé y él volteó el rostro hacía mi.

Entonces, deposité dulcemente un beso en sus labios y volví a sentarme sobre mis pies.
Lo miré por un segundo, sonrojada y sonriendo antes de volver a mi tarea.

—Keh —susurró antes de rascarse la nariz y mirar hacia otro lado nuevamente, sonrojado.

Amplíe mi sonrisa. Él no había cambiado, pero yo sí.
Ahora sabia que si quería algo de InuYasha, sentarse a esperar era esperar que nunca pasara.

—Es un lindo día —dije.

—Si.

Fin

Es que ellos me matan, de verdad xd por más que intento ponerlos cariñosos, escribo algo y es como "No, éste tío no es para nada nuestro Inu" y termino escribiendo cosas así.

Como sea, ya saben, si quieren comentar, sea bueno o malo, están en su derecho.