¿Puedo crear otro fic pero no seguir Maids? Se que me van a quemar en hoguera! Pero calma, e pagado el precio de mi osadía por faltar con la continuación y es que fui a la despedida de grado (¡Wow! Por fin terminaron mis clases *w*), fuimos a bañar y... Me queme toda, no pude pasar nada de tiempo con el chico que me gusta (Solo unos pocos momentos: casi me besa pero alguien lo empujo y nos golpeamos las frentes, me anduvo en los hombros pero una hija de su madre me empujo y me tiro al agua y otro compa me salvo TT_TT)
Sin más, les dejo este fic que no me había dejado dormir, espero les guste nwn, es medio "Drama / Humor / Romance / Friendship / etc" XD
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece, ni el anime, el manga, ni los personajes. Solamente la historia.
Aclaraciones: Cursiva = Recuerdos de Endou X Kazemaru.
Memories.
(Endou Mamoru X Kazemaru Ichirouta
Goenji Shuuya X Kazemaru Ichirouta)
Hace 10 años quería decírselo. Hace 8 años pudo hacerlo y ser correspondido. Hace 7 años se fundieron en uno solo. Hace 5 años que lo perdió para siempre… Kazemaru Ichirouta ahora tenía 23 años, su largo cabello azulado había desaparecido, ahora lo tenía corto, un poco más arriba de los hombros, aunque su usual flequillo de lado izquierdo seguía ahí; su piel era mucho más blanquecina y sus ojos demostraban el vacío y profundo dolor que sentía. Vivía solo en un apartamento, que antes era compartido por el y su pareja, Endou Mamoru. Si, "antes" pues el excapitán y mejor portero juvenil de todo Japón, no, de todo el mundo… Había fallecido por un accidente. ¿Accidente? ¿Qué clase de accidente? ¿Avión, auto, descuidos, coincidencias? Eso era, coincidencias. Eso había ocurrido. Fue coincidencia que lo hayan llamado para darle un supuesto "premio al mejor portero juvenil", también fue coincidencia que un hombre desconocido le haya llegado a recoger en un auto, era coincidencia que no le haya tratado de detener sintiendo un mal presentimiento sobre eso, fue coincidencia que el auto en que iba, fuera impactado en el costado donde estaba sentado el por un furgón cargado de materiales de construcción, fue coincidencia que muriera, fue coincidencia que los que iban con el sobrevivieran y… ¡¿Fue coincidencia en que no se dignaran en llamar una estúpida ambulancia para que salvara a su amado? ¿Todo era una coincidencia? No, Ichirouta no era idiota y sabía perfectamente que todo lo que le paso a Endou fue planeado.
¿También había sido coincidencia que 5 amigos más murieran en accidentes similares días después consecutivamente? Kidou Yuuto, Fudou Akio, Kiyama Hiroto, Someoka Ryuugo y Tobitaka Seiya. Accidente en auto, accidente en casa, accidente en su escuela, asesinado a sangre fría y accidente en el trabajo, respectivamente. ¿Verdaderamente eran coincidencias de las cuales culpar al "destino"? No, claro que no. Jirou Sakuma, Midorikawa Ryuuji, Fubuki Shirou y Utsunomiya Toramaru también creían en la versión de Kazemaru. Alguien quiso sacar a sus amigos del camino por razones que todos desconocían. Sakuma llevaba tiempo de estar perdidamente enamorado del estratega de goggles y rastas, pero tuvo que guardárselo para si mismo al saber que este estaba en una relación con Akio desde que se había empezado el FFI, pero hace 7 años, cuando tenía 16 años, empezó a ver a alguien con quien siempre se la pasaba peleando, Genda Koujiro, con quien empezó una relación hace poco. Ryuuji estaba en una relación con Hiroto desde hace un poco antes del proyecto "Génesis" que hizo el padre de Hiroto, al saber lo que le había ocurrido a su pareja no dudo ni un momento en jurar, entre amargas lágrimas de tristeza e ira, que lograría descubrir quien le había hecho tal atrocidad y que al descubrirlo, lo mataría el, con sus propias manos. Shirou se maldecía internamente pues nunca pudo decirle a Ryuugo sus sentimientos, no hasta que lo encontró bañado en sangre y con la mirada pérdida, hasta ese momento pudo abrazarle como siempre quiso hacerlo, pudo besarlo como siempre lo había ansiado, pero esas muestras de cariño no cambiaban el hecho de que su peli-rosa había pasado, por las malas, al "otro mundo". Toramaru, a su corta edad de 12 años había empezado a conocer el sentimiento "amor" junto al buscapleitos Seiya, y un año más tarde estos dos se convirtieron en una pareja que nadie del equipo se esperaba, pero 4 años más tarde lo perdió por que algún bromista sin cerebro ni corazón había cambiado el aceite vegetal por gasolina y había hecho un pequeño hueco en las charolas, así la gasolina se filtro y acabo todo en una explosión que acabo con la vida del peli-morado.
La mayoría de los chicos había logrado superar la muerte de cada uno de sus amores, la mayoría. De esa mayoría solamente Kazemaru no aceptaba el hecho de que Endou se había ido pero que siempre, donde estuviera, jugaría al fútbol y pensaría solamente en el peli-azul. No lograba concebir que su amado muriese y que el lo haya permitido. Pero, ¿Endou ya lo sabía?
- Ichirouta-Kun. – La dulce voz de su novio le llamo.
- Dime Mamoru-Kun. – El castaño acariciaba los largos cabellos de su uke, largas hebras que llegaban hasta su cintura.
- ¿Podrías cortarte el cabello para mañana? – Eso confundió un poco a Kazemaru, ¡Si justo una vez que se lo corto de pequeño, a Endou le iba a dar un infarto!
- ¿P-Para qué? Creí que te gustaba que lo tuviera largo. – En verdad, a Endou le encantaba el cabello largo y azulado de Ichirouta.
- Lo amo. Pero, solo hazlo. ¿Si? – Kazemaru decidió no hacer más preguntas y tan solo asentir.
- Como tú quieras Mamoru-Kun.
¿Por qué le había pedido que se cortara el cabello? Y justo el día en que el murió. La puerta de su departamento sonó, no estaba de ánimo para recibir a nadie; la verdad, desde que se fue Mamoru, nunca ha estado de ánimo de nuevo. La puerta seguía sonando desesperadamente, sabía de quién se trataba y conociéndolo, echaría la puerta abajo si no abría rápido. Tan solo pronunció un "Ya voy" y con paso pesado se acerco a abrir la puerta, encontrándose a sus cuatro amigos.
Tachimukai Yuuki, de 23 años, su cabello castaño claro seguía igual que cuando le conoció, solamente que estaba un poco más largo, sus facciones estaban más delicadas que de niño, sus azulados ojos seguían demostrando un brillo sorprendente que irradiaba alegría en su esplendor, su estatura apenas y había aumentado, comparando con Tsunami, le llegaba un poco y más arriba del hombro. Tsunami Jousuke, de 25 años, su cabello estaba un poco corto, pero con el mismo estilo de palmera (a su parecer), sus facciones habían madurado, pero por la manera de saludo, parecía que seguía siendo el mismo chico de 15 años que conoció. Fubuki Shirou de 23 años, su estatura era igual a la del castaño claro, su cabello platinado estaba corto de atrás mientras que los mechones que tenía adelante estaban un poco largos, sus ojos color verde musgo seguían demostrando paz y tranquilidad, pero también demostraban tristeza y por último el que casi tira su puerta abajo. Midorikawa Ryuuji de 23 años, el largo cabello color manzana verde, seguía siendo recogido en una coleta, ahora le llegaba hasta la cadera, sus ojos oscuros con un toque de brillo y su tostada piel, su estatura igual a la de Ichirouta (eran casi iguales a la estatura de Tsunami, llegándole a quedar un poco más abajo de la nariz), su entrecejo estaba fruncido dando a conocer que estaba enfadado.
- Chicos…
- ¡¿Por qué no abrías? – Midorikawa le tomo por los hombros y empezó a zarandearle de un lado a otro.
- Ryuuji-Kun. Estás mareando a Ichi-Kun. – Mencionaron los dos más bajos.
- ¡Me vale un pepino! ¡Que conteste!
Luego de ese "saludo" y de que Tsunami separara a Midorikawa de Kazemaru, entraron al departamento de este último, todos se asombraron de ver el desastre que había allí, Kazemaru suspiró cansado sabiendo que el peli-verde pronto y le regañaría. Pero no paso, Midorikawa tan solo fue a buscar una escoba y se la aventó, el peli-azul por poco y no la agarra.
- Oye Ryuuji-Kun, luego yo… - Las palabras del peli-azul fueron acalladas por un grito del peli-verde.
- ¡NADA, te pones a limpiar ahora mismo, cuando termines sales a tu nuevo trabajo y cuando vuelvas espero que traigas el número de alguien con quien vayas a salir! – Tanto el peli-rosa, como el platinado y el castaño sonrieron nerviosos. Ryuuji a veces podía sonar como la madre de Kazemaru.
- ¡Limpio luego! ¿Nuevo trabajo? ¡Todos los trabajos que me consigues requieren que me vista de mujer! ¡Y sobre todo! ¡¿QUÉ TRAIGA EL NÚMERO DE QUE…? – Ryuuji siempre le subía el ánimo a su amigo, aunque eso implicara que tuvieran que pelear por largo rato.
- ¡Olvida la limpieza! ¡Vete ya! – Empujándolo a la salida, antes de cerrarle la puerta le dio un papel con la dirección y una tarjeta - ¡Le das esa tarjeta al gerente de allí, suerte! ¡Y no vuelvas tarde! – Sus palabras finales para luego cerrarle la puerta.
- ¡Espera! Ah… Bueno. – Vio la dirección y suspiro – Que más da. – Se encamino a dicha dirección.
- Yuuki-Chan. – Menciono con voz melosa Ryuuji mostrándole un traje de mucama, Yuuki se sonrojo.
- ¡N-No me pondré eso!
- Ohh, que mal. Jousuke-Kun quería verte en este trajecito. – Moviéndolo de un lado a otro, Tachimukai volteó a ver rápidamente al chico de piel canela el cual estaba levemente sonrojado, un hilito de sangre saliendo de su nariz y la mirada dirigida a otro lado.
- ¡J-Jousuke-San! – Gritó Tachimukai aún más rojo.
- ¡L-Lo siento! – Se disculpó el peli-rosa un poco asustado. Quien se había mantenido en silencio hasta el momento, Shirou, estaba ahora asaltando la alacena, el refrigerador, la nevera, etc.
- ¡Oye Ryuuji-Kun! Aquí hay helado. – Todo el departamento quedo en un silencio hasta que se rompió por las carcajadas de todos los presentes, menos de Midorikawa.
- ¡No es nada gracioso! – A pesar de los años seguían siendo igual que antes.
Por tanto apuro de Midorikawa, Kazemaru no tuvo oportunidad de coger un suéter para el frío, bueno, no era que estuviera tan helado, pero los vientos de octubre podrían dejarte con un lindo resfriado.
- ¡Demonios! Ese Ryuuji-Kun… - Por ir maldiciendo a su peli-verde amigo no se fijaba ni por donde iba, hasta que tiro los libros de alguien al suelo. - ¡A-Ah! ¡Lo siento! – Se agachó a ayudarlo.
- Esta bien, fíjate por donde vas – Su voz sonaba un poco molesta, su cabello era en punta de color crema, sus ojos eran castaños pero parecían negros y su piel era un tanto tostada, tal vez de 15 o 16 años de edad. Los dos terminaron de recoger los libros. – Gracias.
- P-Por nada, y de nuevo… Lo siento. – Sonrío medio nervioso y continuo su camino hacía su nuevo trabajo.
Kazemaru llegó a la dirección, el edificio no tenía letrero, ni nada. Ichirouta entró y se sorprendió de encontrar a una chica de cabellera larga, muy larga, de color rubio, ojos carmesí y por lo que se veía a simple vista, con una personalidad muy demandante pero también agraciada, aparentaba unos 24 o 25 años. Se acercó al mostrador en donde estaba "la chica".
- Disculpa… - Su voz sonaba nerviosa, los orbes carmesí de la "chica" se fijaron en el.
- Ka… ¡Kazemaru! – Dijo alegre.
- ¿Me conoces? – Pregunta tonta. ¡Todo mundo interesado en el fútbol (y hasta a los que no les gustaba le llamaba la atención) sabia de todos los integrantes del gran equipo Inazuma Japan!
- Veo que no me reconoces. Soy Terumi. – Kazemaru todavía no captaba – Ah… - Suspiro - ¡Aphrodit! – El ex peli-largo se sorprendió.
- ¿A-Aphrodit? – El rubio asiente – Si, no te reconocí, disculpa. – Sonrió nervioso.
- No te preocupes, si no fuera por ese flequillo tuyo no te hubiera recordado – Los dos rieron – Ne, ¿Y qué haces aquí?
- Ryuuji-Kun me "consiguió trabajo" – Mostrándole la tarjetita que le había dado Midorikawa. El rubio la tomo.
- Ese Midorikawa. Pues tu trabajo es simple, sencillo y normal – El peli-azul alzó una ceja.
- Eso es lo que suele decir Ryuuji-Kun cuando me consigue un trabajo en el que estoy en peligro.
- No, no. Solamente tienes que estar de poste aquí. – Sonríe, Kazemaru le miro incrédulo.
- ¿Poste? ¡¿Cómo así? – No todos los días encontrabas un trabajo así.
- Bueno, literalmente poste. Tienes que entregar estas llaves – Le muestra una caja donde hay millones y millones de llaves – A las personas que entren. Nada complicado.
- ¿Al azar? – El rubio asiente – Creo que… Puedo hacerlo.
- Te dejo a cargo de todo. – En un abrir y cerrar de ojos el peli-largo había desaparecido. Ichirouta suspiró.
- Ah. Ojala no vaya a pasar nada malo en mi casa.
El día pasó largo y aburrido para Ichirouta, entregaba y recibía llaves al azar, como no había mucho que hacer se dedicaba a criticar (mentalmente) a las demás personas que llegaban pues había que decir que estas eran cada vez más raras. Pero algo le llamó la atención, vio entrar al mismo chico al que le había tirado los libros.
- H-Ho… - Estaba a punto de saludarle pero fue interrumpido.
- Ah, el tira libros. – Kazemaru quedo de piedra.
- ¿T-Tira libros?
- Es tu mote. – Ichirouta cayó al suelo.
- B-Bueno. Perdona por ser entrometido pero… ¿Qué haces aquí? – Su pregunta tenía fundamento, ¿Qué hacía un menor de edad en algo que sería como un hotel barato?
- Asuntos privados. – Se encogió de hombros.
- ¿Privados? – Millones de imágenes que solo se clasificarían como pervertidas, se le vinieron a la mente, sacudió rápidamente la cabeza – ¡E-Esta bien!
- Aja. ¿Y qué? ¿Trabajas aquí?
- Por un amigo e empezado hoy. – Explicó.
- Ya veo. ¿Cuál es tu nombre?
- Kazemaru Ichirouta. – Sonríe. - ¿Tú?
- Goenji Shuuya. ¿Qué edad…? – Su pregunta fue interrumpida por una chillona voz atrás de su espalda y un peso en su espalda.
- ¡Goenji-Kun! – La chica era de cabello violeta, grandes ojos azules y piel blanca, tal vez de la misma edad que el joven.
- Fuyuka. – Con tono cansado.
- ¡Hace tanto que no te veía! – Ante esto Kazemaru tan solo alzo una ceja y Shuuya suspiro cansado. - ¿Qué haces aquí? ¿Quieres una habitación? – Con tono lascivo. Kazemaru se aburrió y sacó una botella de agua de su bolso.
- No Fuyuka. Estoy ocupado.
- ¿Ocupado?
- Estoy hablando con mí… Novio. – Ichirouta casi se atraganta con el agua que estaba bebiendo y Fuyuka quedo perpleja.
- ¡¿El qué? – Preguntó alarmada la chica - ¡Estas bromeando!
- No. Ichirouta es mi novio. – Kazemaru procesaba su información, ¡Tan solo había hablado con el chico, había llegado la chica y se habían hecho novios! – Si me permitieras dejarnos solos… - Fuyuka tan solo salió enojada hacía la salida, Goenji giró a donde estaba el peli-azul un poco sonrojado. – Siento eso. – Kazemaru niega.
- Esta… Esta bien. Por cierto, tengo 25. – Goenji arqueo su ceja. - ¿Qué pasa?
- Yo tengo 16 y no parece que tengas 25. – Kazemaru ladeo adorablemente su cabeza.
- ¿Por qué lo dices?
- Por que te ves tan… Tan delicado y femenino. – Dirigiendo su mirada a otro lugar, escondiendo (efectivamente) su sonrojo.
- Gracias… - Pasando algunos mechones de cabello de su lado izquierdo a la oreja de ese lado.
- ¡Y LINDO! – Corrió escaleras arriba rápidamente, Kazemaru se sonrojo al instante pero sonrío melancólicamente recordando algo.
- Gracias… - Pronunció suavemente al aire. – Mamoru-Kun… Shuuya-Kun…
- I-Ichirouta-Kun… - Llamó el castaño de banda naranja.
- Dime Mamoru-Kun. – Sonríe dejando de lado lo que estaba haciendo y volteando a ver al portero, corrió algunos de los mechones de cabello que habían caído en su rostro.
- E-Esto… T-Te…
- ¿Eh?
- ¡T-TE VEZ MUY LINDO CON EL CABELLO SUELTO! – Dicho esto el portero salió corriendo cual rayo de luz de allí dejando al peli-largo sonrojado.
- M-Mamoru-Kun… - Sonríe cálidamente – Gracias Mamoru-Kun…
Que sea de su agrado nwn
Y no se desesperen! Pronto (para mañana tal vez) les tengo la conti de Maids! owo
