Disclaimer: CCS No me pertenece sólo hago esto sin ánimos de lucro...aunque no me molestaría que Syaoran fuera mío XD...la historia si es de mi autoría y no está permitido publicarla en otro lugar sin mi consentimiento, ahora si pasemos a leer (?)
Después de la llamada de su amiga, con el corazón en la mano y un millar de sentimientos aún no confesados, corrió rápido, lo más rápido que sus piernas le permitieron. Al ver la imponente estructura alzarse frente a sus ojos no pudo más que sonreír y correr, aún, más rápido.
No podía dejar que se fuera, no sin antes aclarar las cosas… atravesó el lugar, buscando entre la multitud. Su corazón dio un brinco: lo encontró. Él se hallaba junto a su fiel mayordomo, con su típico semblante serio y sus hermosos ojos color ámbar buscando entre la gente.
–¡Syaoran!–gritó como si la vida se le fuera en ello.
Vio cómo el aludido se detenía y volteaba incrédulo.
–Ten–pudo articular después recobrar el aliento.
–Gracias–dijo con un leve sonrojo al tomar lo que le ofrecían, ella le entregaba algo muy valioso, no sólo un osito de felpa, le entregaba su corazón.
Wei, el mayordomo, se acercó anunciando la próxima partida del avión, para después alejarse dándoles tiempo de despedirse.
Las palabras no salían, era imposible decir tantas cosas en tan poco tiempo, lo único que se escuchó ese día fue una prometedora despedida:
…regresaré, lo prometo.
Un anhelo congelado en el tiempo y memoria de quienes la escucharon. Sin embargo el tiempo es tu mejor aliado o tu peor enemigo.
– ¡Sakura, Sakura, despierta! – Escuchó los insistentes llamados de su amiga, y se obligó a regresar del pasado.
–Perdón, Tomoyo– Se disculpó con una sonrisa.
–No te preocupes, pequeña Sakura.
Caminaron por los amplios pasillos de Sêijo, en donde ahora estudiaba, a pesar de escuchar a su amiga, su mente no estaba ahí, hacía tanto tiempo que no pensaba en él. Cuatro años habían pasado desde su partida, tantas lágrimas derramadas, tanto sufrimiento…
Aunque no entendía, desde hacía más de dos años que no pensaba en aquello, la pregunta era ¿por qué ahora¿Por qué?
–…Y qué te parece, Sakura– Preguntó Tomoyo.
– ¿Hoe?, perdón, me decías...
La chica poseedora de unos hermosos ojos color amatista la miró preocupada, sabía que algo no andaba bien.
–Te he notado algo– Pensó la palabra– distraída. Hay algún problema con las cartas.
–No, para nada– Aclaró rápidamente–, es sólo que…–suspiró, y antes de continuar se vio interrumpida por un gran abrazo.
– ¡Sakura¿Cómo has estado? Ni siquiera un mailmandaste, qué mala y yo…
Dejó de respirar por un momento, su mente le juagaba una broma, con voz temerosa habló:
– ¿Meiling?
En respuesta recibió un abrazo más fuerte. Su mundo se detuvo en ese instante, no podía ser cierto, eso sólo implicaba una cosa– Pensó con ansiedad.
– ¿Qué haces aquí? – Susurró.
Ignorando el tomo de alarma de Sakura, Meiling contestó, como siempre, contenta.
– Pues es una sorpresa, en China hay vacaciones y decidimos venir a visitarlos– Se encogió de hombros como si el hecho fuera lo más común.
Al ver la conmoción de su amiga, y prima, Tomoyo intervino.
– ¡Hola, Meiling¿No piensas saludarme?
– ¡Tomoyo! – Gritó antes de lanzarse a, no literalmente, asfixiarla.
Una vez que los saludos pasaron, quedaron en silencio.
– ¿Cuánto tiempo planeas quedarte? –habló Sakura.
–Mmm– Se tomó el mentón y ladeó la cabeza, como pensando qué decir–, a ciencia cierta no sé, todo depende de mi primo.
– Y hablando de Li¿en dónde está? –Cuestionó Tomoyo mientras miraba por todas partes.
– Cuando veníamos se encontró con Yamazaki, y se quedó hablando con él– Suspiró resignada–, ya saben, chicos.
Caminaron mientras platicaban, llegaron a un hermoso jardín en donde las sakuras estaban floreando, tiñendo de un agradable color al paisaje. Se sentaron bajo uno se los enormes árboles, disfrutando de la paz que brindaba el lugar, y dándole tiempo a Sakura de calmarse.
– Las he extrañado mucho– Soltó de repente Meiling.
– Nosotras también– Habló, por fin, la card captor.
– Saben– Rió de repente– la otra vez estaba viendo los videos que Tomoyo tomó cuando capturabas las cartas.
– ¿Hoe? –Exclamó sorprendida la aludida–, Tommy, no me digas que se los enviaste–Reclamó con un leve sonrojo.
– Vamos Sakura no te enojes, fui yo la que insistí, además quería recordar viejos tiempos.
– Pero es que, qué pena– Ocultó su rostro en sus manos, tratando de disimular el sonrojo que se expandía por su cara.
– Sakura Kinomoto no lo puedo crees sigues siendo igual de tímida.
Ante el comentario Tomoyo y Meiling rompieron en carcajadas, contagiándola rápidamente.
– Hasta que las encuentro– Exclamó una cansada voz.
Las risas cesaron de momento y las tres chicas fijaron su mirada en el intruso.
–Syaoran…
Bien, ahora no había marcha atrás– Suspiró antes de salir de su casa–, no sin antes mirarse una vez más en el espejo.
Después de que Syaoran las encontrará no habían intercambiado más que un "Hola", ya que pronto empezaron a rodearlos viejos conocidos, ansiando saludar a los Li. Por lo que Mei propuso un paseo al día siguiente sólo ellos cuatro, como en los viejos tiempos.
Esa petición de "recordar viejos tiempos" le costó no pegar un ojo en toda la noche, sentía ansías, estaba expectante, y lo peor es que no sabía por qué. Salió de su casa, dirigiéndose al parque Pingüino, caminó por las pequeñas y no transitadas calles de Tomoeda, sintiendo el tibio aire de verano chocar contra su cuerpo y proporcionarle una inmensa tranquilidad.
Antes de cruzar la calle que la separaba del parque, una chica como de catorce años pasó corriendo con lágrimas en los ojos, sintió un escalofrío. Se recodaba a ella misma dos años atrás…
Había recibido puntualmente, como todas las semanas, la carta de Syaoran, con una gran sonrisa la abrió, anhelando leer su contenido. Sus ojos, hasta ahora abiertos de par en par, parpadearon varias veces, releyó una y otra vez deteniéndose siempre en el mismo párrafo:
..no sabes cómo me cuesta trabajo decirte esto, lo vengo pensando desde hace tiempo y creo que mereces saberlo. Te quiero, no lo dudes, pero como a una amiga, a una que me enseñó muchas cosas pero…
No continuó, las lágrimas se lo impedían, se arrodilló junto a la ventana, escuchando como la tormenta anunciada en la mañana empezaba, hasta el cielo lloraba con ella.
Cuando despertó de su letargo se encontró a si misma sentada en, una de las tantas, bancas que tenía el lugar, limpió las traicioneras gotas saladas que escaparon de sus ojos. Y se obligó a calmarse.
– ¡Sakura! – Al escuchar su nombre volteó, encontrándose con una sonriente Meiling que se acercaba corriendo –, perdón por hacerte esperar.
– No te preocupes – Concedió con una sonrisa.
Cuando miró por el hombro de Mei pudo ver a Syaoran acercándose a paso lento junto con Tomoyo, al parecer tenían una interesante plática, ya que no se dieron cuenta en qué momento llegaron a donde ellas.
– ¡Hola, Sakura! – Saludó Tomoyo, para después sacar su inseparable cámara y empezar a grabar.
– Tienes que hacer esto, Daoduji – Preguntó Syaoran con una enorme gota en su cabeza, que era enfocado.
– ¡Vamos, Li! No es todos los días.
Él suspiró resignado, tratando de distraerse miró hacia adelante, en donde su prima platicaba con Sakura, se armó de valor y se acercó.
– Mira quien se digna a saludar – Ironizó la morena.
Ignorando su comentario se dirigió a la castaña.
– Hola, Sakura.
– Hola, Syaoran – Contestó lo más tranquila que pudo.
Mei irrumpió el silencio que de momento se apoderó del lugar haciendo todo más llevadero, incluso logró que ambos hablaran sin tensiones. De vez en cuando Tomoyo intervenía, claro está sin soltar su cámara.
– Pero sabes que fue lo que más me sorprendió – Apuntó Meiling –, es que en verdad llegaste temprano.
–¿Quién dice que las personas no cambian, aunque sea un poco? – dijo encogiéndose de hombros.
– En eso tienes razón – Apoyó, interrumpiendo así, las miradas que se dirigieron ante el comentario Sakura y Syaoran.
– ¿Por qué no vamos por un helado? – Propuso Tomoyo.
Todos aceptaron, atravesaron el parque hasta llegar a un pequeño lugar. Todos pidieron su helado y salieron a comérselo a las mesas que estaban en un pequeño balcón. Tan distraídos iban que no se dieron cuenta que otra persona salía del lugar, chocando con Sakura y casi tirándola.
– ¿Estás bien? – Preguntó el individuo.
Sakura abrió los ojos al escuchar la pregunta, esa voz, esa voz ella la conocía, como si un rayo de luz llegara a su cerebro miró fijamente al chico que tenía a escasos centímetros.
– ¿Ryo? – Preguntó.
Él sonrió.
– ¡Sakura, qué milagro! – Acto seguido la abrazó, cosa que dejó a más de uno sorprendido – ¿cómo has estado, pequeña?
El trato tan cordial no paso desapercibido para nadie y menos para Syaoran que frunció el ceño, no entendía nada.
– Bien, gracias¿y tú?
– No muy bien, pero qué se le puede hacer – La mirada que le dirigió y el comentario la hizo sonrojarse por lo que miró al suelo, apenada –, sabes, iba a ir a buscarte esta tarde.
– ¿En serio…?
No pudo terminar ya que se vio interrumpida.
– No nos vas a presentar – Cuestionó Meiling, cosa que agradeció, mentalmente, Syaoran, no le gustaba el rumbo que tomaba la plática entre esos dos: demasiado íntima, para su gusto.
– Perdón, chicos, él es Ryo Katzuky, Ryo ellos son Li Meiling y Li Syaoran.
Katzuky alzó una ceja al escuchar el último nombre, y una expresión sombría se formó en su cara, aunque la disfrazó antes de que alguien se diera cuenta.
– Mucho gusto, joven dama – Besó la mano de Mei y con Syaoran sólo se limitó a darle un apretón de manos, que se convirtió en una pequeña batalla campal; si las miradas mataran…
– Bueno, Sakura me tengo que ir, nos vemos – Se despidió Ryo después de un incómodo silencio.
Los cuatro chicos decidieron que era hora de regresar a casa, sobre todo porque aún faltaba menos de una semana para que, Tomoyo y Sakura, salieran de clases.
Caminaron por varias calles, hasta que llegaron a la bifurcación que los separaba, se despidieron de Sakura y, tanto, Meiling, Syaoran como Tomoyo siguieron adelante.
El castaño iba callado, meditando el encuentro con ese sujeto. No pudo evitar sentirse incómodo al ver la 'familiaridad' con que se trataban. No prestaba atención a la plática que llevaban las dos chicas que iban delante suyo, no le interesaba, o no por lo menos hasta que mencionaron a Sakura y a un chico.
–…Ya veo – Dijo Meiling con un dedo en el mentón, como si acabara de descubrir algo.
– Sí, Sakura cortó con él hace un mes – Le informó Tomoyo con una mirada, un tanto, misteriosa.
Syaoran se paró en seco, Sakura ¿con novio? – Frunció el ceño y apretó los puños, un sentimiento de furia que no comprendía empezó a agolparse en su interior – ¿Qué le pasaba? Se suponía que debería de estar feliz¿no? Sakura es su amiga... No debería de estar ¿celoso? No, él no lo estaba¿o sí?
– ¡Syaoran! – El llamado de su prima lo sacó de sus pensamientos –, te quedarás toda la noche ahí.
Miró a ambos lados, estaba enfrente de su departamento, al parecer tan ensimismado iba que no se dio cuenta del momento en que llegó. Se apresuró a alcanzar a su prima, que amenazaba con cerrar la puerta, y posiblemente no abrirla hasta mañana en la mañana.
Pocas cosas lo incomodaban, pero esta era una de ellas, Sakura los había invitado a cenar a su casa, en donde estaba él; Touya Kinomoto.
Nunca, y cabe resaltarlo, se llevaron bien, los comentarios y miradas se hicieron presentes durante toda la cena. Cuando pensaba que todo iría mejor, ya que el mayor de los Kinomoto se tuvo que ir al trabajo, Kero bajó guiado por el olor a postre, lo que conllevó un enfrentamiento en el cual Syaoran acabó debajo de la imponente garra del guardián solar. Después de eso Sakura mandó al pequeño protector de las cartas Clow, ahora cartas Sakura, a su recámara.
– Tengo una sorpresa – Exclamó Tomoyo con su mirada soñadora, fue hasta su bolso y de él sacó unos videos.
– No me digas que son…
– Exacto Sakurita, son tus hazañas.
Todos los presentes se miraron resignados. Primero pasaron algunos antes de la llegada de Syaoran, aunque los más incómodos fueron después de que se presentara por primera vez. La oportuna Tomoyo siempre lograba captar lo 'mejor' de cada uno, desde los enfrentamientos Li-Kerberos hasta los sonrojos por parte de los dos castaños (cosa que ponía muy nerviosos a los dos).
Se puede decir que todo estaba bien, todo hasta antes de que tocaron el timbre. Sakura fue a atender el llamado. Pero pasó uno, dos, tres minutos y no regresaba cosa que los extrañó. Syaoran fue el elegido para ir por ella (después de una, no muy justa, votación).
Cuando se acercaba a la puerta, vio dos sombras que estaban afuera, hablaban bajito cosa que despertó su curiosidad. Sabía que no era correcto escuchar las pláticas ajenas, pero no pudo evitar acercarse.
–…Por favor, Sakura – Se sorprendió al escuchar esa voz, y sobre todo el tono con que lo decía, tan ¿meloso?
– Ryo, ya lo hablamos, no creo que…
– Sólo dame otra oportunidad, por favor.
Para este punto ya miraba por la puerta entreabierta.
– Por algo terminamos – Al escuchar no pudo más que abrir los ojos de par en par, el ex novio de Sakura era el tal Ryo, no eso no podía ser cierto, y lo ¿peor? Es que le pedía otra oportunidad. Si no fuera porque sabía que eso no estaba bien lo que hacía, hubiera saltada a romperle la cara a ese…
– Pero sabes que te quiero, sólo otra oportunidad.
– Yo, yo… – Escuchó tartamudear a Sakura algo que hizo su sangre hervir y pensó volverse loco cuando vio que Ryo se acercaba y la besaba, no fue un beso muy largo sólo un roce. Estaba enojado y herido, no entendía, se suponía que él ya no sentía lo mismo, tratando de controlar su ira se fue no sin antes escuchar la respuesta de ella.
– Lo pensaré – Dos simples palabras que hicieron parar su corazón¡lo estaba pensando! Tenía que hacer algo, no podía perderla, no, el tan sólo pensar en eso lo llenaba de angustia, no la perdería, porque si, demonios la quería. Se dio cuenta tarde, pero esperaba que no lo suficientemente como para no tener oportunidad alguna.
Con este pensamiento regresó a la sala.
Notas de una Cerecita LocaXD:
Bueno antes que nada, sé que algunos se preguntaran ¿No se supone que no tiene tiempo para terminar Coincidencias y ya está con esto? A lo que yo respondo, perdón (?), pero no lo pude evitar cuando Kmiya (a.k.a. infiel, y no por mi XD) hizo el reto fue imposible para mi negarme, por lo que este fic está dedicado especialmente para ella.
También hago la aclaración de que por ser un reto tiene ciertas "reglas", y una de ellas es que serán sólo dos capítulos así que el próximo será el final, y todo puede pasar XD, ya lo verán.
En fin, ya saben un pequeño comentario no me vendría mal, bueno, malo, regular, amenazas (?) lo que sea es bienvenido.
Se me olvidaba gracias a mi prima por Betearme sos una amor (?) y para mi hermosa Cide que me ayudó a no hundirme en el fango el otro día (prometo que pronto tendrás ese Tom sumiso XD).
