CAP.1: PESADILLAS

La pelirroja se incorporo sobresaltada en su cama, su respiración era agitada y estaba toda empapada en su sudor. Mientras recuperaba el aliento, cerró los ojos para intentar relajarse y bajar a una velocidad normal sus pulsaciones-otra vez ese maldito sueño-murmuro para si.-¿Por qué siempre se repite lo mismo?¿Y qué narices significa?- miro el reloj de su mesilla , eran las 4:47 de la mañana, y como cada día la misma pesadilla le atormentaba por la noche. Se veía a si misma en una sala llena de gente sin rostro definido, , no sabe por que motivo, busca incesante a su padre, a pesar de tener 20 años, se siente tan asustada como una niña pequeña que se ha perdido. Tras recorrer varios pasillos con salas a los laterales, llega a una habitación en el fondo. Es una sala de quirófano con azulejos y suelo verde, salpicado por doquier de lo que parece sangre y en el centro, hay una camilla con alguien tumbado en ella. Dos figuras con batas también manchadas de sangre que parecen ser los médicos, manejan bisturís, tijeras e hilos con rapidez sobre el paciente. Como están de espaldas, no puede ver sus rostros, se acerca despacio y para su horror descubre que el paciente…es su padre. Grita horrorizada al ver la mutilación que se está realizando, su cuerpo está lleno de remiendos maltrechos como un muñeco de trapo y su cara esta blanca, desencajada e inmóvil. Ambas figuras con bata verde se giran a mirarle, como si se acabasen de dar cuenta que esta allí, sus rostros azulados de ojos brillantes, dientes largos y aliento gélido la perturban mas de lo que ya está con sus excéntricas risas. Se miran y comienzan a dirigirse hacia ella, moviendo esos huesudos y decrépitos cuerpos alargados. Su corazón late con fuerza, tanto que en sus oídos suena doble, como con eco… se da media vuelta y comienza a correr, pero a pesar de intentarlo con todas sus fuerzas no avanza, cada vez están mas cerca y siente que no puede escapar. Y cuando están justo tras suyo, una de sus manos esqueléticas le toca en el hombro, en ese momento despierta ahogando un grito en la oscuridad de su habitación.

Tras unos pocos minutos, su corazón volvía a latir con normalidad, y tras un profundo suspiro de resignación, volvió a tumbarse en su cama. Cada vez que tenía esa pesadilla no podía evitar pensar en qué habría ocurrido con su padre, en dónde se encontraría…

Hace dos años, su padre debía volver de realizar unos estudios en Nagoya. Sora y su madre fueron a recogerlo al aeropuerto a la zona de llegadas, pero el, nunca salió por esa puerta. Decidieron esperar al siguiente avión por si se hubieran equivocado en la hora de llegada, pero tampoco llegó en este. Preguntaron en la oficina de información, y les confirmaron que el billete estaba efectivamente a nombre de su padre, pero nunca llego a embarcar. Tras meses y meses de búsqueda de la policía, amigos y familiares, sin ningún resultado, la esperanza de encontrarle poco a poco fue evaporándose, dejando un vacío de tristeza e incertidumbre. Un año después de su desaparición, los agentes archivaron el caso. Esto destrozó a Sora y a su madre, la cual cayó en una grave depresión. Tai estuvo al lado de su novia en todo momento, consolándola y alentándola a seguir adelante, a penas salían desde hacía un par de meses cuando todo esto sucedió y a día de hoy, siguen estando juntos.

Tras darle vueltas a todo esto en su cabeza, la pelirroja al fin se quedó dormida. Esa era su rutina, su pan de cada día desde hacía unos meses.