EL MISMO DESTINO
CAPITULO 1.- El encuentro del mar y el viento.
-Salud-Dijo la hermosa joven de cabello aguamarina mientras chocaban las copas y le dedicaba una bella sonrisa.
-Por nosotros-dijo su rubia acompañante sonriendo y guiñándole un ojo.
Se encontraban en un elegante restaurante con toques de arquitectura barroca, Haruka había reservado una mesa en el amplio balcón de este, donde las luces de la ciudad les brindaban una asombrosa vista.
Cenaron plácidamente acompañados de velas y una suave música de fondo.
Conversaban animadamente y por momentos callaban, viéndose mutuamente, comunicándose sin palabras, expresando todo lo que sentían solo con la mirada. A Haruka le encantaba ver esos hermosos ojos azules como el mar, llenos de ternura y nobleza, esos ojos que lo cautivaban y lo llevaban a perderse en sus incomparables olas. Michiru por su parte, no podía dejar de mirar las verdes esmeraldas de Haruka, que la hipnotizaban, aquella mirada tan llena de valor y comprensión, que parecía fría, pero a la vez, era la más cálida de todas.
Terminada la romántica cena se dirigieron al auto amarillo convertible.
-Pase usted bella dama-Le dijo Haruka con tono galante, abriendo la puerta del copiloto para Michiru y haciendo la invitación con la mano.
-Muchas gracias apuesto caballero- Le contesto ella con una delicada sonrisa.
Después de algunos minutos en el auto, se detuvieron en un risco donde se visualizaba perfectamente el cielo bañado de estrellas y la resplandeciente luna iluminando el tranquilo mar. Bajaron del auto y se dedicaron a ver el hermoso espectáculo natural, mientras Michiru recargaba su cabeza en el hombro de la rubia, mientras esta la abrazaba rodeando sus hombros con su fuerte y a la vez, delicado brazos.
-Haruka?-Pregunto dulcemente la joven de cabello aguamarina mientras volteaba a verla al rostro, la luz de la luna le confería a la joven de ojos azules una gran belleza.
-¿Si? ¿Qué sucede amor?-Le pregunto mientras volteaba su vista hacia ella.
Michiru entonces recostó su cabeza en el pecho de Haruka apoyando también su mano, cerro los ojos y prosiguió a decirle:
-¿Recuerdas como comenzó todo esto? ¿Como llegamos hasta aquí, a sentir todo lo que siento por ti?
-Claro que lo recuerdo, como podría olvidar el día que mi vida cambio gracias a ti-Le dijo, levantando su rostro por la barbilla y depositando un dulce beso en sus labios, para después mirarla tiernamente. La violinista volvió a posar su cabeza en el pecho de la corredora de autos oyendo los latidos de su corazón.
-Como olvidarlo…- dijo en un susurro la joven rubia mientras levantaba la mirada para ver la hermosa luna y acariciaba el sedoso cabello aguamarina de su sirena.
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Michiru Kaioh, una linda niña de 12 años, se aproximaba a su primer día de clases en secundaria, cursaría esta en el colegio Osaka, un instituto que tenia función de internado, donde se enseñaban los niveles de secundaria y preparatoria.
-Vaya, al parecer la compañera con la que compartiré habitación ya se ha instalado- dijo observando la habitación donde se instalaría, y varias maletas encima de una de las dos camas que se encontraban ahí. Asi que se dispuso a dejar también sus maletas y dirigirse a su salón de clases, que comenzaban dentro de 10 minutos.
Durante su camino se puso a reflexionar, ella había estado en colegios estrictamente particulares toda su vida, y era la primera vez que cursaba en una institución que no fuera del todo privada, aunque Osaka tenía un gran prestigio, por eso se sentía algo nerviosa, quería llevarse bien con sus compañeros y hacer amigos, esperaba poder acoplarse, sus padres al principio no aceptaron muy bien la idea de que su hija, la que todos opinaban, era una niña prodigio, estuviera en una escuela de una categoría mas baja, aunque ella estuviera feliz, nunca le había gustado la sobre protección de sus padres, y ahora por fin podría tomar ella sola sus decisiones.
Haruka Ten'ou, niña de 12 años se disponía a ir a su salón de clases en su primer día en el Instituto Osaka, ya había dejado sus maletas en la habitación que le asignaron y donde tendría que estar durante toda su secundaria; se dio cuenta que faltaban 15 minutos para que empezaran las clases, decidió ir a buscar su salón con calma. Mientras, pensaba como pasaría su día, seguramente todos la confundirían con un chico, como siempre, por su cabello corto y portar el uniforme masculino, lo cual le costo una discusión con la directora y sus padres, que terminaron por aceptar su elección de ropa, que la hacían pasar por un guapo chico. Lo cierto era que desde pequeña no le había gustado portar el uniforme femenino, y solo en aisladisimas ocasiones se ponía vestido para acudir a fiestas. Ella se sentía mejor portando pantalones y camisas,"todos somos libres de elegir, hasta nuestro atuendo", afirmaba.
-Oh no, llegare tarde!- pensó Michiru, ya que aun no había encontrado su salón, así que corrió lo más rápido que pudo por el patio, y cuando iba a dar vuelta en un sector del edificio donde se encontraban los salones de secundaria, tropezó con una persona
-Lo siento, disculpa- se excuso ella asiendo una reverencia.
-Esta bien, no hay problema- le dijo "el" levantando sus libros y entregándoselos. Cuando lo hizo, se quedo sorprendido, la persona que tenía enfrente era una bella joven de cabellos ondulados de color aguamarina, semejante a las olas del mar llegando a la orilla y unos cautivantes ojos azules.
-So-soy Ten'ou Haruka, mucho gusto-dijo rápidamente "el joven" tendiéndole la mano.
-Hola, yo soy Kaioh Michiru- le respondió, dándole también la mano desocupada por sus libros.-Estoy buscando mi salón de clases, podrías ayudarme?
-Bueno, la verdad es que hace poco que acabo de llegar de los dormitorios, así que estoy igual, je.- le dijo Haruka rascándose la nuca. – ¿En qué salón estas?-
-En el 115-A-
-¿En serio?,Yo también voy en ese-
-¿Y si lo buscamos juntas?-Sugirió Michiru.
-Si, claro… ¿Juntas? , ¿Dijiste juntas?-Entonces con sus manos señalo su propio cuerpo, como para dar a entender mejor a que se refería-Vaya, tu si lo has notado-
-Pues claro, aunque tengas esa apariencia, puedo notar que eres una chica-Contesto Michiru divertida, riendo un poco.
Cuando termino de escuchar lo que decía, Haruka también rio un poco y dijo:
-Ja, pues tu eres la única que lo ha notado a simple vista, todos se dan cuenta de eso mucho después. Me gustara mucho ser tu compañera, Michiru.- Le dijo con una gran sonrisa.
-Si, a mi también me gustara- dijo ella sonrojándose un poco y agachando ligeramente la cabeza, aunque también alegremente.
Después de esto se dirigieron a buscar su salón.
