Disclaimer: Los personajes de Hetalia, no me pertenecen o.ó

Parejas (Si se puede decir asi): Francia x Seychelles x Inglaterra

La situación esta dada en el momento en que Inglaterra comienza a interesarse por el archipiélago Seychelles. Vale aclarar que primero perteneció a Francia, hasta que el dominio paso al poder ingles pero en fin, es sólo la presentación fugaz entre Inglaterra y Sey.


Doncella.


Francia tenía buen gusto; ya había sucedido con Canadá, y como era de esperarse, Inglaterra apuntaba a dichos "gustos".

"¿Seychelles?" parpadeo confuso. No conocía sobre aquellas tierras lejanas y no tardo mucho en saciar su curiosidad.

Llego a la costa principal del archipiélago, quedando mas que asombrado por el lugar: la flora resaltaba en verdes y colores alegres, dando un aire pacifico pero salvaje; las rocas formaban escalones altísimos dispuestos a ser caminados y hasta las aves se mostraban en vuelos y cantos exóticos. En verdad era una isla maravillosa.

"Los gustos del francés son exquisitos" pensó con la mirada hacia el cielo azul, como el mar. Se agacho y, entre sus manos, dejo que la arena blanca se deslizara.

-¡¿Qué haces aquí?!-grito alarmado.

Levanto la vista encontrándose con Francia, quien tenia el ceño fruncido y movía los dedos, demostrando su reacción.

-Pues vine a conocer tu nuevo triunfo-lo decía con mucha tranquilidad, acostumbrado a "explorar" lugares. Rió un poco, tapándose los labios al ver la camisa y pantalones remangados del francés. Hacia calor, lo admitía pero la imagen le resultaba chistosa.

"¡¡Sr. Francis!!".

Ahora sus ojos se dirigieron hacia donde provenía la voz femenina. Las mejillas de Arthur se sonrojaron ante la joven de piel trigueña. Sus ojos cafés eran profundos y su cabello negro, dividido en dos largas coletas sujetas prolijamente con moños rojos, brillaba reluciente; todo combinaba perfectamente con aquel rostro jovial e inocente.

-Vamos Seychelles-del hombro, la hizo caminar dándole la espalda a Inglaterra. Apuro los pasos, así como los de ella.

-¡E-espera!-pidió, poniéndose de pie para alcanzarlos, por poco no resbalaba y caía.

Apartándola de Francia, le tomo la mano y besándosela, se presento cordialmente. Alzo las cejas, con una mirada lo mas encantadora posible, no sabia si le daría una buena "primera" impresión pero estaba seguro que funcionaria en algo.

La joven medio sonrió nerviosa, soltándose rápido. Era callada, se notaba. La timidez de la muchacha estusiasmo mas al ingles.

Como si fuera a saber lo que sucedería, Francis hizo otro intento de llevársela, lográndolo.

Los observo marcharse, sonriendo plenamente, lleno de satisfacción. Inspecciono por ultima vez a la muchacha y todo lo que le rodeaba.

"Serás mía... Ha valido la pena el viaje, he conocido a una bella perla" se dijo así mismo, volviéndose a su barco. Cerro los ojos, dejando que la luz del sol diera de lleno en su rostro.

Sin entender se apego al rubio, sonriendo feliz por su calidez. Sin saber lo que vendría, le pidió a éste que no la dejara nunca.

Francis le devolvió la sonrisa melancólicamente; él si sabía lo que esa visita traería; lo que debería enfrentar, pero mientras tanto disfrutaría los momentos con su pequeña Seychelles, en aquella tierra llena de vida y pureza.


Nombro a Canadá, ya que para esa epoca, pertenecia a Inglaterra, luego de disputarselo con Francia.

En fin, cortito lo sé. Espero que les haya agradado :'D