Que tragedia la mía, ver a mi amigo de la infancia y mi primer y único amor transformarse en el monstrua que es ahora, todo por culpa de esa pastilla roja y blanca, porque tuvo que probar esa droga experimental, porque tuvo que hacerlo en el instituto, ahora por culpa de esa droga todo el instituto esta en caos y pánico, igual que yo todos estábamos en peligro por el monstruo que antes era Shinichi Kudo. ¿Y dónde estoy yo en todo esto? Pues escondiéndome del que una vez fue mi primer y único amor, escondiéndome en los pasillos y cuartos del instituto al mismo tiempo viendo las escenas terroríficas que tenían, ya había llegado el atardecer dando al ambiente un color rojo casi igual al de la sangre. Por cada rincón por el cual avanzaba me encontraba sangre y cuerpos desmembrados de los estudiantes que alguna vez fueron mis compañeros; piernas, cabezas, brazos y cuerpos era todo lo que me encontraba acompañados de charcos de sangre, eso era lo que yo veía, por donde sea que iba la situación era igual.
Como es posible que solo una persona haya ocasionado toda esta destrucción en tan solo unas horas. Luego de estar recorriendo por los pasillos sin saber a dónde me dirigía termine en la cafetería, al parecer las puertas estaban cerradas y bloqueadas con mesas que no fueron lo suficiente para protegerse de Shinichi o del monstruo en el que se convirtió, las puertas estaban destruidas y las mesas estaban tiradas por todas partes al igual que los restos de los estudiantes y de las manchas de sangre, todo estaba en silencio total a excepción del goteo de sangre que se producía por la entrada del conducto de la ventilación de la cocina. De la nada se escuchó que provenía de una radio que estaba encima del mostrador de la concina, era la voz de una reportera que decía.
-La policía ha puesto manos a la obra en la matanza del instituto teitan, se cree que es un ataque terrorista, ya han mandado a los agentes: Wataru Takagi, Miwako Sato y Ninzaru Shiratori. Equipados y armados con equipo swat, según parece están listos para entrar, seguiremos informando en breves momentos.
En ese momento me puse a pensar si esos policías podían matar a Shinichi, la sola idea de ver a mi mejor amigo muerto a causa de una balacera me producía tristeza y no sé si fue un momento de valor pero lo primer que hice fue ir a la cocina en busca de un cuchillo, y me entro la idea de matar a Shinichi con mis propias manos , si alguien tenía que matarlo mejor que sea yo, si alguien tenía que matar al monstruo que antes ame era yo y no un desconocido y con tristeza me dije a mi misma que Shinichi debía morir ante mis manos y no las de nadie más. Así que decidí ir a buscarlo para que ponga fin a su vida, aunque tal vez el haga lo mismo conmigo, pero no había vuelta atrás.
Fui merodeando por todo el instituto en busca de Shinichi pero no encontraba ninguna pista de él y lo peor era que tenía que encontrarlo antes de que la policía, la única ayuda que tengo son los gritos de los estudiantes que eran atacados por Shinichi, pase media hora vagando por todo el instituto pero aun así no encontraba rastros de Shinichi, hasta que escuche unos disparos que se escuchaban muy cerca de mí, fui corriendo hacia ellas teniendo miedo de que los policías ya hubieran encontrado a Shinichi y ya los estuvieran matando, apresuré el paso lo máximo que pude para poder ver que era lo que sucedía, luego de unos segundos los disparos se transformaron en gritos fueron 3 en total, cuando llegue al origen de los gritos y los disparos me encontré a Shinichi había cambiado desde la última vez que le vi, casi toda su espalda era hueso con algunos rastros de piel, su cara seguía igual a excepción de sus ojos que ya no eran azules llenos de alegría e inocencia sino que eran rojos y llenos de furia y odio, los dientes de su boca crecieron siendo el doble de grandes, sus manos se convirtieron en garras agrietadas y rojas al igual que la lava, además de eso todo su cuerpo estaba repleto de sangre, ahora iba a gatas como si fuera un animal, la escena que yo presenciaba fue totalmente traumática los 3 agentes que fueron enviados a matar a Shinichi se encontraban muertos, además de eso pude ver como Shinichi le arrancaba la cabeza a uno de ellos, el crujir de los huesos fue lo único que se escuchaba, el cuchillo que llevaba en mis manos fue cayéndose al piso por el miedo que me daba presenciar tales escenas el sonido que provoco al caer al suelo alerto a Shinichi y el rápidamente agarro la cabeza del policía y empezó escapar por el ducto de la ventilación que se encontraba en el pasillo. Me fui acercando a los cuerpos de los 3 policías, uno de ellos se encontraba en el tumbada en el piso con el cuello roto parece que fue el primero en morir pude notar que en su chaleco tenia impreso el nombre de Miwako Sato, el segundo cuerpo se encontraba sentado con la espalda apoyada en los casilleros parecía que había muerto por el impacto ya que su casco estaba repleto de sangre, también tenía inscrito un nombre y era el de y Ninzaru Shiratori, el ultimo cuerpo era el que Shinichi decapito con sus propias manos llevándose con él su cabeza, este también se encontraba en el suelo y su nombre era Wataru Takagi, al lado de sus cuerpos estaban sus armas que estaban partidas en 2 seguramente Shinichi era el responsable, después de revisas cada uno de los cuerpos me decidí a seguir a Shinichi entrando por el ducto al igual que hizo él, al entrar seguí el rastro de sangre que se encontraba en el ducto. Finalmente el rastro acabo en el cuarto de calefacción del instituto, al bajar del ducto me di cuenta que estaba repleta de sangre pero eso no fue lo que más me impresiono, me cuenta que la habitación estaba repleta de cadáveres, toda la habitación estaba repleta de montones de cadáveres y sus paredes llenas de sangre, el calor que producía la habitación descompuso los cuerpos más rápido dejando un hedor en el cuarto, era el hedor de la muerte, a cada paso que daba pisaba algún cadáver dejándome las suelas manchadas de líquido rojizo, un chillido de dolor me llevo hasta Shinichi que se encontraba en el cuarto de limpieza que estaba continuo al que me encontraba, no podía creer lo que veía pero tenía que aceptar la realidad, Shinichi estaba devorando a mi mejor amiga, Sonoko Suzuki, podía ver como rompía sus huesos y tragaba toda la sangre que surgían de ellos al mismo tiempo que se los comía, finalmente empezó a comerse su cabeza, le hicieron falta 4 mordiscos para hacerlo y a cada mordisco se escuchaba el crujir de su cráneo , de alguna forma se enteró de mi presencia y corrió directamente hacia mí en apenas unos segundos lo tenía frente a mí, cara a cara, pude ver mejor sus ojos rojos llenos de maldad y sus sobresalientes dientes llenos de sangre de mi mejor amiga y también de su cabello que no había cambiado nada, nos quedamos así por unos 4 segundos hasta que de la nada sus ojos volvieron a su original color azul dejándome ver de nuevo su inocencia y alegría, sentí sus brazos en mi espalda y empezó a empujarme para acercase más a mí, nuestras bocas se acercaban a cada momento que pasaba, finalmente empezó a besarme, por alguna razón ese beso calentaba mi cuerpo cada segundo que duraba probando así el sabor de la sangre y al mismo tiempo provocándome dolor por sus dientes afilados pero no era nada comparado con lo que sentía en mi cuerpo, lentamente le clave el cuchillo que llevaba ,se lo calve en su cabeza, no podía creer que estaba matando al único amor de mi vida aun transformado en un monstruo mi amor por el seguía siendo el mismo, lo comprobé cuando me beso. Shinichi fue alejándose de mí poco a poco, quedando finalmente cara a cara otra vez, sus ojos volvieron a cambiar de color regresando al rojo lleno de ira, otra vez acerco su cara contra la mía pero esta vez era para comerme, pude sentir el aroma de la sangre y la muerte, lo último que vi antes de cerrar los ojos fueros sus rojizos dientes afilados acercándose, todo quedo oscuro, solo por unos segundos ya que pude abrir los ojos nuevamente y lo primero que vi fue a mi amiga Sonoko gritándome.
-Vamos Ran despierta que ya acabaron las clases por hoy.-Me decía mientras me empujaba.
Pude ver que estaba echada en mi asiento con la cara apuntando hacia la ventana observando el gran atardecer que había ese día, el único pensamiento que se me vino a la mente fue, el de no volver a desvelarme viendo películas de terror
