Todo el mundo se había reunido en la sala principal del Gremio pues un llamado repentino por parte del Maestro Makarov les había sacado de sus típicas rutinas y les llevo a reunirse en ese edificio que todos llamaban hogar. Conforme la multitud de jóvenes y adultos se reunía era que las teorías del porque los reunían tan espontáneamente comenzaban a circular, sobre todo entre los más impetuosos de todos como eran los jóvenes Slayer de Fuego y Acero así como el alquimista de hielo que tenían rondando por allí.

—¡Ojalá sea para un nuevo examen de clase S! —La voz hiperactiva y emocionada de Natsu fue la más sonora de todas, como era de esperarse y demostraba está chocando su palma con una mano dejando así un chispazo de fuego ser visible.

—Lo dices como si fuera bueno para ti: Solo sería una oportunidad más de que te patee el trasero—Se burló el que era su mejor amigo, no era novedad el verlos atacarse mutuamente con insultos u otros altisonantes.

—¡Lo dices como si pudieras conmigo maldito nudista! —Bramo furioso mientras ambos estaban listos para agarrarse a golpes, pero fueron detenidos por la poderosa Titania que les tomo del cuello por detrás y les azoto uno contra el otro para detener ese absurdo comportamiento.

—¡Calma los dos! —Su voz sonora y autoritaria, y claro con ayuda del buen golpe, hizo a ambos magos callar al instante—El maestro vendrá dentro de poco, ¡Compórtense como adultos! —Les ordeno severamente, sus brazos cruzados sobre su armadura eran una clara señal de "O me hacen caso o me verán enojada" y eso era algo que ningún hombre cuerdo querría por su propia salud. Ambos sintieron algo de pánico ante la idea por lo que decidieron dejar su pelea eterna para más adelante, pero en definitiva no estaba resuelta la rencilla.

—Vaya que son inmaduros—Dijo la maga celestial del gremio mientras volteaba hacia la pelirroja— ¿Qué crees que desee el maestro Erza-san? —Pregunto con genuina curiosidad pues era raro que se les reuniera de esa forma…Salvo cuando el consejo quería desmantelarlos por sus poco apropiadas expediciones.

—No lo sé Lucy, pero no dudes que será algo importante para que el maestro ordenara que todos nos reuniéramos—Declaro la joven Scarlet mientras seguía cruzada de brazos, pero en el fondo su apacible rostro ocultaba una gran curiosidad por la razón que su maestro tenia para llamarla de sus asuntos personales y de alta importancia…Véase ingerir pastel en cantidades industriales.

De pronto en la parte superior de la barra principal aterrizo un pequeño hombrecito, de gran bigote y calva cabeza. Todos sonrieron y con emoción clamaron "¡Maestro!" al tiempo que el hombre se alzaba para verlos a todos con una sonrisa.

—Mis queridos magos, muchas cosas han pasado pero debo informarles que debido al reciente golpe de Tártaros ¡A quien derrotamos! —Alzo su pequeño puño con gloria al tiempo que sus discípulos de gremio hacían lo mismo gritando orgullosos—El Consejo mágico ha decidido que se realizaran otros Grandes Juegos Mágicos para así poder recuperar la sensación de control sobre la magia que se ha perdido entre la población del país—Su voz seria y ceño fruncido eran señales de que no era para juego todo lo que decía, todos sonrieron feroces alegres y hasta emocionados ante la idea de competir una vez más.

—¡Excelente! —Natsu grito con emoción pues era la oportunidad de pelear con tipos fuertes de nueva cuenta.

—Como saben, la última vez nos fue de maravilla—Algunas risas se escucharon de fondo—Y esta vez no será la excepción—Dijo muy seguro lo que sus "retoños" podían llegar a hacer—¿Saben? Pensé en que quizás no deberíamos competir, que deberíamos seguir entrenando y recuperándonos de la batalla con Tártaros ¿Pero saben? ¡No podía pasar eso! —Alzo su mano orgulloso haciendo la famosa señal del gremio—¡Nosotros no huimos! ¡Nosotros nunca decimos no! ¡Nosotros somos…! —Los miro a todos y ensancho aún más su sonrisa.

—¡Fairy Tail! —El grito de emoción y orgullo de todos los integrantes, incluso de los más serios como lo eran Gajeel o Laxus resonaron al unísono mientras todos sonreían con alegría y júbilo.

—Ahora, ha habido algunos cambios… para empezar, los equipos constaran de seis personas no de cinco como era anteriormente y solo tendremos derecho a dos "bancas" así que yo mismo he elegido a los participantes de nuestro gremio… no se sientan ofendidos de ninguna manera de mis elecciones ¡Lo hago por el gremio! —Alzo sus manos viéndolos a todos, la tensión se apodero del lugar ¿Quiénes serían elegidos? Había algunos obvios pero otros tenían en duda si repetirían su puesto o algunos otros se preguntaban si eran lo suficientemente poderosos para entrar al equipo o siquiera como bancas.

—No abra un segundo equipo este año, solo llevaremos uno….Pero esta vez uniré a los miembros más poderosos: ¡Laxus!—El susodicho sonrió con arrogancia mientras era alagado por los miembros de su grupo—¡Erza!—Rápidamente la pelirroja fue abrazada por la maga celestial quien la felicito, aunque era algo muy obvio—¡Gajeel!—Una risa burlona se escuchó junto con un "Trágate esa Salamandra de cuarta"—¡Gray!—Por si las burlas para el mago de fuego no bastaran ahora eran por partida doble—También, ¡Mirajane!—La joven de cabellos blancos sonrió alegre ante el honor—Y por último… ¡Lucy!—Justo en el momento que lo dijo Natsu cayo desmayado mientras la rubia mencionada atrapaba al moribundo Dragón Slayer—¡Solo bromeaba! ¡Es Natsu por supuesto! —

Las risas del maestro rápidamente fueron acompañadas por el resto del gremio que reían del pobre Natsu quien aún no podía recuperarse de la brutal impresión que se llevó ante semejante elección del maestro, aunque quedase ya dicho que fue una simple y potencialmente homicida bromita.

—Preparen sus cosas mis jóvenes magos, ¡Todos partimos mañana! ¡Lleven todo lo necesario y recuerden porque luchan! —Gritos de emoción nuevamente—¡Por los ochenta millones que hay de premio! —Baba de emoción cayo de la boca del maestro justo antes que Natsu le arrojara una silla por payaso siendo acompañado de la pena general de los miembros de su gremio, rápidamente el grupo de seis elegidos para la competencia se reunían para hablar.

—Bien muchachos, ¡Vamos allá a patearles el trasero a todos! —Las palabras de Natsu por más exageradas que sonaran les sacaron una sonrisa a los otros cinco compañeros suyos, él tenía razón, Fairy Tail iba a ir allí a aplastar la competencia y demostrar de una vez por todas cual era el gremio más poderoso que había y hasta Laxus planeaba ayudar para llegar a ese fin.

—Preparen bien sus cosas no quiero contratiempos—La siempre maternal, y un tanto exigente, Erza se encargó de poner rápidamente orden al equipo que decidió hacer caso a lo que dijo separándose rápidamente para tomar rumbo hacia sus respectivas casas, todos a excepción de Natsu que se fue caminando con su gran compañera Lucy.

La rubia observo todo el camino al mago de fuego que no se percató hasta estar ya muy cerca del departamento de ella, él se giró para verla y alzo las cejas con curiosidad de porque le miraba. Ella él sonrió y negó con la cabeza sin tener necesidad de decir nada más él le sonrió de vuelta y sin más se despidieron. La rubia entro a su hogar subiendo tan rápido como podía para ir a su ventana y ver al chico alejarse lentamente por las calles hasta perderse de su vista.

—Ten cuidado Natsu…—

La chica suspiro pesadamente, aunque Natsu estuviera que estallaba de emoción ante la idea de encontrar poderosos enemigos en los Grandes Juegos Mágicos, la idea de que se enfrentara a tan poderosos contrincantes no hacia si no encoger el corazón de la chica de preocupación ya que no deseaba que ninguno de sus amigos fuera herido, suspiro de nuevo y se dio un ligero golpe en la frente con su palma.

—No seas tonta Lucy, ellos son fuertes no les pasara nada—Trato de convencerse a sí misma, más todas las palabras de apoyo no podían hacerla evitar sentir un terrible malestar acerca de asistir a los juegos, era como si algo muy dentro de ella supiera que sencillamente todo saldría mal allí… O incluso más que eso.

(Happy: ¡Then!)

Todo el gremio se encontraba listo para el viaje, mil maletas estaban preparadas y apiladas listas para ser subidas al barco a pesar de que la mitad de ellas fueran de la poderosa Erza quien no supo que llevar por lo que mejor lo llevo todo como era típico en ella.

—Oí, oí Erza… ¿No crees que ahora si te pasaste? —El mago de hielo la miro con duda en sus ojos.

—No sabes cómo es la vida de una mujer Gray, no te aconsejo que me critiques—Cruzada de brazos dio punto final a la conversación mientras de fondo Juvia se sentía fatal al ver a su amado Gray hablando con otra mujer, pero sobre todo porque era una mujer obscenamente más poderosa que ella.

—Gray-Sama—La joven lloriqueo suavemente mientras miraba a su amado.

—Prepárense muchachos, el barco no tardara en zarpar—Anuncio el maestro mientras rápidamente todos comenzaron a abordar el gran navío que era digno de ser llamado Titanic II…Solo que sin la parte donde se hunden, aunque es probable que a Lucy le gustaría que Jack la pintara como una de sus chicas francesas.

—¡No me harán subirme a esa cosa! —Natsu cayó en cuenta de lo que significaba ir a los juegos: Subirse a un gigantesco barco por dudosa cantidad de horas, rápidamente el equipo Fairy Tail recurrió al plan de emergencia en esas situaciones.

—¡Erza! —Y solo con la pronunciación de su nombre la pelirroja apareció golpeando a Natsu salvajemente en el cuello con ambos puños dejándolo fuera de combate…y probablemente desnucado.

—Listo, podemos irnos—La joven Scarlet arrojo al inconsciente Natsu contra la pobre Lucy que no tuvo más opción que cargarlo mientras todos alrededor les miraba con pena por el golpeado chico. Una vez todos abordo las habitaciones fueron repartidas y cada quien tomo por su lado, los Dragón Slayer por su parte se quedaron encerrado en sus recamaras rogando morir ya que un viaje en barco era algo sencillamente intolerable para ellos.

(Happy: Then!)

La noche caía sobre el inmenso mar, las horas para llegar se reducían cada vez más y todos los magos a bordo disfrutaban de su pasibilidad como la calma previa a la tormenta que se volvería el gran torneo. La poderosa Erza caminaba por la cubierta del barco, eran pasadas las tres de la madrugada así que nadie más estaría allí, solo ella y el silencio.

Sonrió suavemente, a pesar de que amaba la compañía de los demás miembros del Gremio que eran como una autentica familia para ella también disfrutaba un poco de la soledad, del silencio, de esos breves momentos donde podía pensar y serenarse de todo lo que ocurría en su vida.

Observo el mar, una melancólica sonrisa se formó en sus labios pensando ¿Dónde estaría Jellal? ¿Estaría bien? Y quizás algo que le consternaba, aunque nunca lo admitiría, ¿Pensaría en ella? Quizás sí, quizás no. Era un tanto irrelevante, negó con la cabeza a sí misma, no podía distraerse de esa manera, su mente debía estar centrada en los juegos y solo en los juegos para ayudar a su familia, a su gremio.

—Bonita noche, ¿No crees? —Ella se giró rápidamente para ver quién era el dueño de esa voz que el saco de sus pensamientos, un joven alto, mucho más que ella, de tez aperlada le miraba. Sus ojos eran oscuros pero a pesar de eso brillaban vagamente a la luz de la luna, él le sonrió de forma un tanto galante antes de saltar de la cornisa donde había estado recargado aterrizando no muy lejos de ella.

—No note tu presencia—Murmuro entrecerrando los ojos con cierta sospecha, pocas personas eran así de sigilosas y no le parecía de mucha confianza con esa sonrisilla en la cara. Por su parte el moreno no parecía estar ofendido en lo mínimo por esos ojos despectivos, lejos de esto se divertía claramente.

—Titania ¿No? Un placer—Dijo muy educado antes de darse la vuelta, no la dejo responder o decir nada más, no era necesario solo deseaba presentarse. La pelirroja le miro con duda, casi suspicacia puesto que no confiaba en ningún otro mago que no fuera de Fairy Tail sobre ese barco, si estaba allí ese joven era la competencia y ella no permitiría que nada ni nadie se interpusiera en su camino.

—Ni un día y ya he visto a la competencia…—Hablo para sí misma mientras volvía a ver la hermosa luna llena sobre ella, apretó un puño con decisión: No retrocedería.