Disclaimer: Haikyuu! pertenece a Furudate Haruichi.
Wakatoshi estaba perdiendo el control.
Y Oikawa lo sabía.
Oikawa lo sabía, sabía todo desde el principio.
Sabía la razón por la cual Ushijima cruzó aquella puerta. El porqué no pidió permiso para entrar. El porqué no le dejó hablar, o siquiera negarse.
Pero...
Desconocía la causa del porqué no le impidió la entrada desde el principio.
Iwaizumi se encontraba durmiendo en el cuarto de al lado, eran las tres de la mañana, cualquiera estaría en los brazos de morfeo a esa hora.
¿Le costaría tanto decirle 'vete', en un momento cómo aquel?
¿Cuando las proporcionadas manos le recorrían con una brusquedad característica?
La magnitud de la situación se resbalaba deliberadamente entre sus dedos, pero al parecer, Tooru le restaba importancia necesaria al tema.
Le restaba importancia a cómo la ropa se le adhería a la piel ocasionándole un sentimiento de incomodidad, a cómo la sensación térmica se volvía a una temperatura de más de cuarenta grados. De la forma en que unos dedos helados serpenteaban contra su tez caliente.
Sus falanges se enredaban en las hebras que debido a la oscuridad, parecían azabaches, tirando de algunos mechones lisos que caían en cascada contra la nuca masculina: Sus extremidades siendo entumecidas ante cada roce recibido.
«¿No dirás que deje de llamarte Ushikawa-chan?»
Con un poco de esfuerzo logró dejar algunas marcas de uñas en la espalda tostada de Wakatoshi, lo oyó gruñir. Pudo oír cómo murmuraba su nombre.
Quiso desaparecer.
Lo último que sus oídos captaron fue el sonido de la puerta cerrarse con el mayor sigilo posible, y su mirada se perdió en la pared pintada de blanco que se postraba frente suyo.
¿Podía pulverizarlo ahora?
Rió secamente. Era patético.
—Déjalo ya.
Tooru se pasó las manos por el rostro.
—Lo siento, ¿Viste todo eso, Iwa-chan?
No contó cuantos segundos pasaron, o si esos segundos llegaron a minutos, solo sintió que Iwaizumi se sentaba a su lado y le ofrecía su hombro.
No lo rechazó, y se sorprendió cuando se encontró al borde de unas lágrimas de cocodrilo.
Era inútil querer remediar lo irremediable.
Nota: Este intento de drabble, o más bien... esta cosa amorfa(PWP, prácticamente.), se me ocurrió mientras oía un playlist y me sucumbieron las ganas de escribir algo. Tengo una costumbre de querer shippear a Tooru con todo, quien sabe porqué. De todas formas, pido disculpas si hay algún error ortográfico, alguna incoherencia, o por si no se entendió la temática. Me dejé llevar, jojojo.
Anyway, ¡Gracias por leer!
