Espero que les guste, es una historia poco convencional y bastante aburrida, así que espero críticas ^^. Estoy emocionada es la primera vez que publico en Fanfiction :) (WIIIIIII POR FIIN!)
También fue publicada en Mundo Yaoi, soy Araña13 por allí
Parejas: Shindou Takuto x Kirino Ranmaru Oda Nobunaga x Mori Ranmaru
Aclaración:
~Oda Nobunaga, el que hizo el mixi-max con Shindou, tuvo un amante, llamado Mori Ranmaru, si te he cambiado la vida... Revi
~Esta historia se ubica al final de Chrono Stone y antes de Galaxy
※FLOR※
※PRÔLÔGÔ※
QUE HABLA DE SOLEDADES Y DUDAS EXISTENCIALES
Dicen que algunos nacen entre estrellas y otros estrellados. Según él debía haberse dado de bruces contra un asteroide, y este debía haber aterrizado en un planeta perdido en alguna recóndita galaxia, dejando un cráter de tamaño considerable. Más razón no le podía buscar.
Sus ojos cyanes miraron al exterior con gesto cansado, apoyando todo el peso de su cabeza en una mano. Estaban en otro viaje del tiempo, y por lo tanto el paisaje era un repetitivo arco iris. Pero por interesante, por interesante era más interesante el calidoscopio de colores de fuera que el interior de esa especie de nave en forma de bus.
¿Alguna vez has sentido ser el que desentona? Kirino se sentía así. El resto del equipo reía por uno de los pésimos nombres que ponía Kariya a las cosas, mientras algunas pequeñas pareja de amigos, como la de Hamano y Hayami, hablaban de –para variar– pesca, y otros grupos de algo más que amigos, como Sangoku y Shinsuke, que el segundo dormía acunado en los brazos del primero. No sabía que pintaba ahí.
Porque... ¿Qué era él? No era bueno en el arte plástico, por no decir que no sabía dibujar ni un palo, era pésimo en hacer amigos, no era antisocial, no nos equivoquemos, pero le costaba coger confianza, y se podía decir que en la situación económica en la que se encontraba no era mala, era horrible Sólo destacaba por tener el aspecto delicado de una chica, con el pelo rosa chicle atado en dos pulcras coletas y largas pestañas que enmarcaban sus ojos cyanes, y por tener a Shindou Takuto como amigo.
Shindou…
Su amigo, era según una abrumadora cantidad de personas, la perfección encarnada en un apuesto chico de pelo marrón apagado y ojos marrones con reflejos rojizos. Su lista de virtudes – más que larga – se podía resumir en que hacía bien todo en cuanto se proponía y en que su inteligencia hacia posible siempre destacar, lo que provocaba que brillara tanto que su luz te cegaba.
Eso le pasaba, cada día más. Se cegaba con su presencia. El brillo que irradiaba se le había hecho cada vez más inalcanzable hasta parecer algo lejano, irreal. Notó que se fue alejando de él, primero pequeños detalles, como no quedar después de clase algunos días, no invitarlo a su casa, no jugar juntos en los entrenamientos… Para acabar simplemente ser un extraño para Takuto, que parecía ajeno a el alejamiento que había sufrido su amistad. Y eso le dolía como no tenía idea.
Lo miró de reojo hablando con Tsurugi y Tenma de formaciones para el equipo, su ondulado cabello se movía con gracia, tal y como le pasaba cuando tocaba el piano. Su sonrisa, dirigida a un comentario de Tenma, le hizo un nudo en el estómago, esa sonrisa sólo se la dedicaba a él. En la soledad de su asiento, a falta de alguien que lo acompañara en el viaje, sintió crecer esa sensación de ser invisible para todo el mundo. Y es que no sólo Shindou se había alejado, también los demás parecían ignorarlo. Se sentía un intruso. Ya ni Kariya le dirigía la palabra, ni siquiera para insultarlo con sus crueldad velada.
Una sacudida indicó que iban a aterrizar ya. El oso Wandaba entre gritos callados por Fey, intentaba no estromparse contra algún árbol cercano, que como le habían relatado los que viajaron a la era Edo, eran muy abundantes. Al fin y al cabo un premio se merecían después de tanto esfuerzo, había sido elegido por sorteo y había tocado ir al lugar donde el estratega del equipo había logrado su mixi-max.
El brusco aterrizaje no impidió que salieran todos a prisa, especialmente Shindou, que deseaba ver a una tal Okatsu, eso le dolía, le dolía estar enamorado y ser ignorado por la persona que lo sabía todo ti. La mezcla de emociones se profundizó aún más, una heterogénea formada por dolor, soledad y dudas sobre la utilidad de su existencia. Puso los pies en la húmeda tierra y observó como un campo de flores se extendía por sus pies, todas diferentes, hermosas. Se alejó de el equipo que miraba maravillado tal campo y se apoyó en el tronco de un viejo árbol. A su lado había un flor, todavía un capullo, que desentonaba entre todas las demás. Se agachó y acarició su pétalos aún cerrados. Una tímida sonrisa apareció en sus labios, pugnando por salir.
Esa flor era él sin duda.
※CONTINUARÁ※
Es corto y malo, pero espero que haya gustado .~
Sayoooooooo
