Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimot. Los tome prestado solo por pura diversión 3

Desesperación

Eran las 7 de la mañana y nuestra protagonista Hinata, estaba al borde del colapso. ¿Por qué? Se preguntaran, pues ella era una escritora de libros de romance. Y ahora mismo estaba metida en un gran problema (Como ella pensaba claro). En todos sus libros ella había evitado olímpicamente a escribir escenas de sexo, porque claro. ¿Qué podría escribir ella con 25 años y aun siendo virgen?

Sus libros de romance eran muy buenos, eran perfectos para romances adolescentes, inocentes, dulces. Eran muy aclamados, y habían sido bien aceptados. Pero claro, ella quería dar el siguiente paso, no quería estar estancada en eso toda su vida. Necesitaba hacer algo urgentemente, el libro ya estaba completo. Solo faltaba esa escena, solo esa. Ya había intentado un millar de veces escribirlas, pero no lo consideraba lo suficiente mente bueno o real. A su parecer claro está, ella creía fervientemente que si a ella no le gustaba ¿Por qué había de gustarle a los demás?

Una idea paso por su mente, la hizo ruborizarse hasta las orejas. Porque claro, ella había perdido ya los ademanes que solía usar cuando era pequeña o los tartamudeos incluso. Pero su piel siempre actuaba en su contra, aunque tal vez se debía a que era demasiado blanca y eso hacía que se le notara tanto. – Ahhh maldita seeaaa – Exclamo con furia – No puedo estar pensado eso.

La idea que paso por su mente fue nada más y nada menos que hacerlo, ya sabes, acostarse con alguien. Tenía 25 años, ya no era una niña, su cuerpo era todo lo que un hombre podría desear. Y eso lo sabía muy bien, tanto adolescentes, como jóvenes o viejos (La verdad ese último no le agradaba mucho), siempre adulaban su belleza en las calles o en la universidad que trabajaba. Claro siempre de forma respetuosa, aunque nunca faltaban los irrespetuosos, los cuales la irritaban en gran manera.

Se fue al baño y se mojó la cara, y suspiro mientras se apoyaba en el lavabo. – ¿Que voy a hacer?- Se preguntó. Entonces vio en el reflejo un espejo de cuerpo completo que ella tenía a fuera en su habitación. Salió y noto su forma de caminar pausada y a su forma ver muy sensual, comenzó a quitarse la sudadera y luego ese horrible pantalón deportivo, ya estaba viejo y ella lo sabía, peor era tan cómodo; Entonces se miró al espejo y vio su rostro, libre de imperfecciones, piel pálida, ligeramente sonrosada en sus mejillas, ojos grandes y muy bonitos acompañados de unas bellas y largas pestañas, sus nariz no era ni muy grande ni muy pequeña y porque no decirlo era perfecta para su rostro, encajaba a la perfección, sus labios, esos labios carnosos rosados casi tirando a un rojo suave, que ínsito a varios a tratar de besarlos a la fuerza, pero para su buena suerte siempre estaba allí su nii-san para defenderla. Prosiguió viendo, bajo su mirada por su cuello hasta sus voluptuosos y grandes senos, para ser sincera ella estaba muy orgullosa de ellos, sin embargo eso no justificaba que fuera por la vida con escotes enormes y demás, no ella prefería ser discreta y enseñar solo lo suficiente, eso en cierta forma le encantaba, ver como los hombres quedaban embobados con ellos, tratando de imaginar lo que había detrás de esa ropa. Los acaricio suavemente y sintió como una corriente eléctrica los recorrió hasta la punta de sus rosados pezones, se sonrojo ante esto y decidió dejarlos en paz, bajo su mirada a su abdomen ligeramente marcado y plano, su piel era suave y sin imperfecciones, siguió bajando hasta sus caderas eran grandes sin exagerar claro, siguió bajando su vista, ella naturalmente era lampiña así que se ahorraba sus buenos dólares (y claro el dolor de la misma) en depilación y demás, sabía que bajo su ropa interior no había si quiera un bello, lo cual le saco una pequeña sonrisa, porque sus amigas la envidiaban por esto. Siempre le causaba gracias sus reacciones. Se giró y pudo ver su trasero bien formado a causa del ejercicio al que se sometía cada semana y sus piernas largas y hermosas. La verdad no tenía nada que envidiarle a nadie, siquiera a esas modelos de pasarela, ella lo tenía todo para tener al hombre que ella quisiese a sus pies. Y NO! No era solo su ego el que se lo decía, las reacciones de los hombres como ya habíamos mencionado antes se lo hacían ver, y ahora que se había tomado el tiempo de examinarse, lo corroboraba.

Si bien podría tener a quien ella quisiese a sus pies, la verdad no se metería con el primer imbécil que pasara por sus narices. – ¡Estoy loca! – Se dijo a si misma mientras se tiraba a su cama, y se levantó rápidamente al sentir dolor en su cabeza, su cabello llegaba hasta sus muslos – Auuuhh – gimió, ya estaba harta de eso, la verdad estaba considerando cortarlo. Suspiro sonoramente, la verdad le costó que llegara hasta allí, además, se sonrojo un poco, a él le gustaba ¿no? Claro a Neji le había alagado un sin fin de veces, que le gustaba su cabello largo, y que esperaba que nunca se lo cortara.

En ese momento escucho que tocaban su puerta – Adelante - dijo, mientras miraba al vacío pensando en él. Ella sabía que era el su primo… si su primo. Su corazón se estrujo al recordar esa relación con él.

-Buenos días Hinat… –Dijo el pero se detuvo y trago en seco al ver a su prima sentada en la cama en ropa interior; sintió un calor apoderarse de sus mejillas levemente, pero eso no le preocupaba, lo que le preocupaba era el calor que se estaba aglomerando en su entrepierna. – Maldita sea! – pensó y corrió su mirada hacia un lado. Ella lo miro extrañada, no entendía porque corría su mirada de ella. Entonces ella dirigió su mirada hasta el punto donde el veía. –Mierda! – Grito al ver su ropa tirada allí y recordar que estaba allí de lo más tranquila en ropa interior. –Perdón Nii-san – Dijo mientras cogía las sabanas y se envolvía en ellas. El solo atino a aclarar la garganta y suspirar – Hinata deberías tener más cuidado, recuerda que soy un hombre. – Si, si! Lo lamente Neji – Bajo la cabeza avergonzada, mientras se formaba un silencio incomodo entre los dos. – En fin – dijo Neji rompiendo el silencio – Solo venía a avisarte que te deje el desayuno preparado en la mesa y que bajes a desayunar rápido antes de que se enfrié. Yo regresare recién hasta las 11 de la noche, esta noche saldré a cenar con Tenten y sus padres. – Hizo una pausa – Ya sabes, por lo de la boda– ella solo se mordió el labio inferior y dejo caer un poco sus sabanas dejando entre ver un poco de sus senos. Al notar esto Neji, prefirió irse antes de que el bulto en su entre pierna se hiciese visible – Nos vemos Hinata, no te esfuerces tanto – Dijo seguido de cerrar la puerta y suspirar para sus adentros, la maldijo en su mente por ser tan sensual e inocente a la vez. – Bueno no importa, debo apresurarme o llegare tarde - Dijo, mientras apresuraba el paso al bajar por las escaleras y salir por la puerta principal. Hinata no se movió hasta escuchar la puerta de la entrada cerrarse. Entonces se levantó y suspiro – Mi nii-san pronto se ira – Lo dijo claramente triste, volvió a suspirar y se vistió de nuevo, lista para bajar y desayunar.

El día paso sin mayor preocupación hasta la hora de la siesta, donde se volvió a sentar frente al monitor de su pc, dispuesta a no seguir torturándose con su primo. Estuvo media hora viendo la pantalla sin que nada se le ocurriese. Se tiro hacia atrás dejando caer su cabello detrás del respaldo de su asiento – ¿Qué haré? – Se dijo a sí misma. Se levantó y se acostó en su cama en posición fetal, la verdad la idea de acostarse con alguien no era tan mala, aunque ella tuviese una idea más romántica que hacerlo solo por el bien de su libro. Suspiro, no es que no haya tenido oportunidad de hacerlo, la verdad ella tuvo 2 novios, uno fue Naruto Uzumaki, un chico rubio y desastroso, era muy buena persona, pero, tenía un defecto muy grande, era un adicto al sexo y desde que empezó a salir con el hasta que cortaron no dejo de insistirle con hacerlo, aunque eso ella ya sabía que sucedería ya le habían advertido, de hecho la gota que rebalsó el vaso fue cuando intentó abusar de ella en la sala de su casa. Para su buena suerte justo llego su primo y la salvo de sus lujuriosas garras. Estaba realmente asustada, esa noche Neji durmió con ella y no se despegó de ella hasta el otro día cuando tuvo que ir a trabajar. La verdad no podría quejarse él había hasta dejado de lado a su en ese momento novia por mí, aunque suene raro me sentí tan bien que él me prefiriera a mi antes que a esa tipa, que nunca le había caído bien. Siempre fue una arrastrada, pero no le quedaba más que soportarla, además que cada que estaba a solas con ella, trataba de humillarla por ser según ella "Una mojigata sin escrúpulos". Para ser sincera nunca supe porque me decía eso, pero bueno. Ahora evito a toda costa estar cerca de ella. Luego tuvo como novio a su mejor amigo Kiba inuzuka, aunque… solo duro 2 semanas, puesto que él le rebelo que era gay y se fue con Aburame Shino. Se sintió feliz de que sus 2 amigos fueran felices, así que no tenía nada que reprocharle. Pero ninguna de esas relaciones fallidas le importaba, ella estaba enamorada de alguien y ese alguien nunca seria suya, porque claro, el destino era tan hijo de puta que no solo se tomó la molestia de ponerlo como su primo hermano, sino que también lo comprometió con esa zorra. Se froto las sienes y pensó – ¿Y si seduzco a nii-san para hacerlo con él?- Se sonrojo hasta la punta de sus cabellos – ¿Cómo puedo estar pensando en esto? – Suspiro y cero los ojos mientras quedaba boca arriba - Aunque… Pensándolo bien no estaría mal, su boda es en una semana, solo sería una bella despedida de solteros la que le daría – Rio para sí misma, eso es una buena idea, sonrió de oreja a oreja. – Esta noche será el momento perfecto – Estaba ansiosa, tendría a su nii-san al menos por una noche y su historia se completaría. ¿Qué más podría pedir?

Gracias por haber leído este capítulo, espero poder actualizar pronto 3

No soy muy buena en esto, más teniendo en cuenta que la última vez que escribí fue en 2012 . Espero que no haya estado tan mal.

Tenga un bonito día 3