RESUMEN: El atleta popular, el niño rico, el tímido... todo era normal en Abraham Lincoln High, hasta que fue transferido un estudiante nuevo de Inglaterra que carga un oscuro pasado. AU – usuk-franada-austria/hungría- Rumania/Bulgaria– Fic renovado
NOTA:
Hola, primero que todo. Sé que este fic NO es nuevo. Pero pasa que me ha atormentado desde hace meses (Desde que empecé a publicar "La media vuelta" más menos) la mala calidad del escrito; los errores de caracterización, la mala fluidez de los diálogos, etc. Pienso que una historia que tenía que ser fuerte como esta, no debería tener tanto fluff al principio y tanto hardcore al final y que la forma de narrarla no fue la correcta ya que para ser algo así de violento, la narrativa debería haber estado a la altura la trama.
Así que lo reescribo avisando que no solo cambia el estilo y la temporalización. Cambian algunos personajes, se agregan otros. Se agregan escenas, se suprimen otras, cambian circunstancias; igual trato de mantener la trama principal y por supuesto, mantendré el final. Una de las principales novedades es que el OC ya no es OC y ya no se llama Brian sino Vlad y es Rumania.
No es loco pensarlo ya que ambos en un strip de Himaruya son parte del club de magia; a ambos les gusta la magia negra y me dije: sí... a ambos les gustan las cosas oscuras.
También Arthur en esta nueva versión no es hijo único, tiene cinco hermanos: Scott (Escocia), Glenn (Irlanda), Charles (Gales) y Peter (Sealand). Sus padres son los mismos que vengo utilizando siempre. Robinson y Mary, OC ambos.
Cada nombre de cada capítulo tendrá el título de una canción de Placebo, sin olvidar que la escencia de este fic era la relación con el angst de esa banda. Pero también al estar Rumania de personaje habrán relaciones con el romanticismo y oscurantismo decimonónico – Específicamente relaciones intertextuales con "Drácula" y "Frankenstain" y otros libros - todo para darle más énfasis a los conflictos de los protagonistas y eso básicamente, si se me fue algo, iré informando a tiempo. Ojalá disfruten la remasterización. Y los que no lo leyeron antes ¡Sorprendanse! xD
ooo
1. Summer's gone
Siempre todo igual
nada nunca cambia
la lluvia inglesa de verano
parece durar eras
(English summer rain - Placebo)
-¿Cómo estuvo tu primer día?-
Mary hizo la pregunta, esperanzada, mientras observaba al interrogado. El adolescente levantó una de sus tupidas cejas; la que no estaba perforada, le costaba mover un poco la otra. Scott observó con gesto malhumorado a su hermano menor. Glenn no levantó su vista de la comida, decidido a ignorarlo, Charles hizo lo mismo y Peter, el menor de los cinco hermanos Kirkland, que no entendía la actitud de sus hermanos mayores hacia Arthur, se arrimó más cerca de él esperando su respuesta y de paso un mimo. De los otros no podía esperar otra cosa que un coscorrón o un pellisco y por eso estaba determinado a pensar que la mala disposición de los mayores hacia Arthur era porque ellos eran pesados y punto.
-Estuvo bien – contestó en forma insípida el penúltimo de los Kirkland. Glenn miró de forma sospechosa a Charles y Scott rechinó los dientes.
-Me alegro, cielo, ya vas a ver como haces amigos pronto -
-Si necesitas hablar, ya sabes que puedes contar con nosotros ¿cierto? - agregó Robinson, el padre notando lo mismo que habían notado sus hijos mayores.
-Sí sé, papá... ¿puedo?-
-Sí, sí... entendemos que estás cansado-
Arthur se puso de pie y se retiró de la mesa dirgiéndose a la escalera de su nueva casa.
-Madre, te ayudo con los platos – ofreció Charles, pegándole un codazo a Glenn quien a su vez, de modo falsamente angelical, tomó al pequeño Peter y anunció – y yo voy a acostar al enano-
Robinson sonrió complacido y se fue a la sala a ver la televisión. Scott, agil y traicionero como una serpiente pecosa y pelirroja, subió la escalera anunciando que iba a estudiar. Últimamente con la transferencia a Columbia pasaba mucho tiempo estudiando para poner al día las materias que no le fueron convalidadas. Le creyeron.
Arthur apenas había alcanzado a cerrar la puerta para mirarse al espejo. Se observaba atentamente. Quería descurbrir alguna huella de él en su propia palidez. En sus cicatrices. Se miró el cuello, la clavícula queriendo descubrir si quedaba un moretón, pero nada. Todas las marcas habían desaparecido del mismo modo en que las manchas de colores se disolvían con cada ducha desde su cabello rubio trigo ¿Estará él, donde sea que se lo hayan llevado, mirándose y buscando alguna marca de Arthur en su propio cuerpo? Arthur deseó que los espejos fueran realmente portales a otros mundos, como leyó por ahí; quiso que todos los espejos llevaran al mismo mundo y que ambos pudiese atraversarlos y llegar en un universo donde nadie los encontrase jamás.
En ese momento fue cuando Scott irrumpió en el baño . Ceño fruncido, cara de demonio rojo. Arthur se arrinconó contra el lavavo asustado. Podía adivinar a qué había venido.
-Mira, mocoso... no nos hemos cambiado a vivir al otro lado del mundo para que luego de salir del centro de rehabilitación te vuelvas a meter en la misma mierda.-
-No he consumido...-
-Claro que no, se te nota- Arthur guardó silencio escuchando el sermón – Tampoco hemos venido acá para que sigas escapándote del colegio. Porque sé que no has ido al colegio.-
El menor no se atrevió a emitir una palabra mientras el pelirrojo cerraba la puerta tras él, con sus ojos verdes – el mismo tono de todos los Kirkland – hechos una furia.
-Mañana te iré a dejar yo... ¡Ey! No me interrumpas... te iré a dejar todos los días que sea necesario, te iré a buscar al final de la jornada y me mostrarás tus malditos cuadernos con apuntes y más te vale tomar apuntes del mismo modo que lo hacías antes de meterte a esta porquería, porque sino...-
-¡Ya entendí!-
-Pues bien, eso... y que sepas, si crees Glenn van al colegio a tontear y no se fija en lo que haces estás muy equivocado, está muy pendiente de tí, mocoso. -
Y tan rápido como llegó, se fue. Arthur, suspiró cansado fijándo nuevamente la atención en su propia imagen. Tocó el vidrio murmurando el mismo nombre que murmuraba todas las noches desde hacía ciento veinticinco días. Los ciento veinticinco días que no se veían.
-Vlad...-
Le contestó su propio eco.
Ooo
Fue en Brooklyn. Luego de las vacaciones de año nuevo. Los primeros días de Enero eran más fríos que nunca y en Abraham Lincoln High se respiraba un desánimo evidente. Nadie quería volver clases, menos después de haber festejado por semanas, y si a eso se le sumaba el frío y que la semana siguiente estaba poblada de exámenes, el panorama era desolador.
Ese día los hermanos Jones llegaron en el navigator de Alfred. Pese a que Mathew insistió enormente que no quería irse en otro vehículo que no fuera su scooter, la señora Jones le prohibió terminantemente andar en motocicleta mientras hubiera vestigios de la nevada en los suelos. De mala gana el menor de los gemelos Jones salió del auto tan furioso que sus botas quedaron marcadas fuertemente en la nieve. Alfred acostumbrado a los ataques de misantropía de su hermano no se dio por aludido y se ajustó el cierre de su chaqueta antes de salir.
Ambos eran altos y fornidos,tenían diesciseis años y estaban en tercero de preparatoria. Alfred era un poco más ancho de músculos debido al futbol y más bronceado porque pasaba más tiempo al aire libre. Medían uno ochenta, pelo rubio cobrizo. Al menos Alfred. Mathew se lo teñía de negro o con mechas azules como una forma de confirmar su identidad, luego de años confundido con Alfred. Ahora simplemente era ignorado. Pero no podía importarle menos o al menos eso le gustataba aparentar.
Alfred andaba siempre de jeans una camiseta, su chaqueta del equipo de football y unos tenis Adidas, mientras que Mat usaba jeans apretados color negro, la polera de alguna banda y una chaqueta de cuero color rojo. Ambos usaban anteojos, pero Al tenía unos de marcos semi al aire y Mat unos marcos redondos, negros gruesos y vistosos. Sus facciones eran idénticas, pero la expresión sonriente de uno y la seriedad del otro los hacían ver totalmente distintos.
Apenas el más popular de los gemelos atravesó la puerta del instituto decenas de jóvenes se acercaron a saludarlo. El adolescente correspondió sonriente, hizo unos "hi5" a algunos compañeros, les guiño el ojo a unas niñas, respondió unas preguntas sobre cómo había pasado las fiestas a los del periódico escolar mientras soltaba unas risas estridentes y se fue a reunir con los otros del equipo del futbol del que ahora era Quarterback. Todo era perfecto para Alfred: era bienparecido, popular, exitoso, tenía buenas notas en ciencias, el MIT y la Universidad de Colombia tenían puestos sus ojos en él, lo único que le faltaba según algunos era una novia. Pero a él siempre le había atraído más la idea de salir con varias y de paso molestar a François con esa estúpida competencia por la popularidad que tenían desde… siempre.
Mathew decía que tarde o temprano alguno de los dos debía cansarse de ese absurdo instinto primitivo por demostrar quién era el macho alfa. Al mismo tiempo se preguntaba cómo era que siendo una paria en el círculo social escolar, su único amigo fuera un idiota extrovertido y ególatra igual que su gemelo.
El quarterback vio desde lejos llegar a su "archienemigo". Se bajó de su auto deportivo, venía con un atuendo extraño de diseñador, pavoneándose por los pasillos con su melena rubia dorada ondulada, con unos lentes oscuros Rayban que se sacó dramáticamente para mostrar sus ojos azules mientras algunas jovencitas suspiraban, como si se tratara de una comedia francesa de mal gusto. Acto seguido fue a saludar a Matthew que resopló con algo parecido al cansancio saludando a su amigo. François parecía no notarlo porque hablaba incesantemente seguro de alguna fiesta a la que atendió durante su estadía en Francia en el año nuevo.
Tanto él como sus padres eran franceses. Los Bonnefoy habían llegado hace diez años a Estados Unidos; François había aprendido a hablar inglés con bastante rapidez y no había querido ir a una escuela privada porque no podía vestirse como le daba la gana allí. Y esta deisición parecía una excentricidad de niño rico. Tal eso eso era, porque su familia era dueña de una cadena de restaurantes y hoteles de lujo del estado de Nueva York, así que estaba forrado – he así su popularidad mal habida, pensaba Alfred – pero pese a eso parecía disfrutar enormemente de la compañía del taciturno Matt.
Alfred decía a su hermano que de seguro eso es "porque es un ególatra y sabe que tú no le harás sombra". Matt tendía a pensar en lo mismo. Si le hubieran preguntado a François, se hubiera reído de un modo encantador y habría dicho que era porque Matthieu era la persona más honesta que había conocido en toda su vida.
Ese día de enero, debido a la nevazón y al camino resbaladizo los estudiantes estaban llegando más tarde de lo normal. Había pasado el horario de inicio del primer periodo y los chicos seguían apareciendo irregularmente e incorporándose a sus clases. Nadie puso mucha atención al viejo Datsun amarillo que se estacionó en un costado de la cancha de Football ni mucho menos en sus ocupantes.
Nadie vio al joven pelirrojo que se bajó abriendo la puerta del copiloto mientras llenaba de recomendaciones a otro muchacho rubio más joven que él mientras otro chico de cabello anaranjado un poco más claro se bajaba agarrando bruscamente al más pequeño.
ooo
Había comenzado la clase de historia, el profesor divagaba sobre la segunda guerra mundial y en una de las filas de la derecha de la sala François y Alfred discutían – teniendo al pobre Matt en medio – sobre cuáles playas eran mejores para pasar las vacaciones.
-Los Ángeles, hombre… todo el mundo sabe que ahí están las mejores playas.-
-No has visitado nunca la costa mediterránea en Francia mi estimado Alfredo.-
-No me llames así, Françoisse – provocó Al, sabiendo que al chico de ascendencia francesa le molestaba ser "mujereado", aunque según él tenía bien merecido porque era un poco más bajito que ellos y tenía pelo de chica, modos amanerados y ¡Por dios! Nadie podía llegar vestido así y esperar no ser molestado.
- Algún día me mudaré a una isla solitaria… lo juro – resopló Matthew cansado.
- ¿Por qué harías tal cosa? – preguntó Alfred con esa cara de cachorro herido que lo hacía ver igual que François cuando no encontraba la ropa que quería en el centro comercial, lo que provocó que Matt enterrara su cara contra el cuaderno.
- Atención, jóvenes – llamo el profesor Steward para tener la atención de los chicos. – Hoy ha llegado desde Basildon, Inglaterra, un nuevo alumno, Arthur Kirkland – Todos miraron al chico en frente de ellos, era delgado, no muy alto, como un uno setenta, vestía unos pantalones chupines negros, unas zapatillas converse negras, una camisa roja a cuadros afuera del pantalón y un chaleco de tela encima, llevaba un bolso de cuero color marrón colgado del hombro con un varios pins de bandas en él. Tenía un sombrero de copa sobre su cabeza y unos pelos rubio ceniza con mechas púrpura se esparcían desordenadamente casi cubriendo sus tupidas cejas y ojos verdes. Tenía un gesto desinteresado y hasta serio. Lucía como un hipster y al parecer lo era porque cuando el profesor le pidió presentarse el chico solo dijo "Preferiría no hacerlo" con una voz monótona.
- Muy bien entonces, François, vente acá adelante, a ver si logro que dejes de distraer a los Jones- El rubio hizo una mueca de espanto , pero no replicó, solo se alejó de su amigo y su "archienemigo" con un gesto dramático mientras Alfred contenía la risa y Matt le pegaba un codazo a su gemelo. – Señor Kirkland puede tomar asiento al lado del señor Matthew Jones, él le pondrá al día.-
Alfred siguió interesado el camino del inglés hacia el asiento junto a su hermano, luego volvió a mirar adelante y comenzó a hablar con Ludwig , el tacleador central y estratega del equipo de futbol, quien le estaba convenciendo de la posibilidad de ingresar a Feliciano, el chico italiano como pateador o corredor Halfback.
-Bueno, comenzó Mathew, vamos ahora en la segunda guerra mundial, para el examen de la próxima semana entra la primera guerra mundial y la segunda, te puedo dejar mis apuntes para historia, filosofía, y literatura, pero te recomiendo pedirle a Alfred los apuntes de Biología, Química, física y cálculo, es el mejor de la clase en esas cosas.-
Al final de la clase, Arthur salió junto a Mat y François. Alfred, aun distraído copiando la línea de tiempo del pizarrón, vio salir a su manada. Ludwig agarraba de la mano a su ligue e Iván parecía tener intenciones de ir a acosar al estoniano. Entonces el quarterback estuvo a punto de ir a hacer lo de siempre: interceder por el más debil, decirle a Iván que no fuera bestia con los chiquillos de primer año. Pero en vez de eso fue guiado por la curiosidad ir tras su hermano.
Matthew, con bastante molestia, notó que era seguido. François se dio vuelta a mirarle con ese gesto suyo tan chulo y preguntó
-¿Se te perdió algo Alfuck?-
El nuevo soltó una risa burlona que ofendió un poco al aludido.
-No, pero pensé que mi deber como delegado del curso era explicarle al nuevo las actividades extracurriculares y otras normas del colegio...-
François entre cerró los ojos en un gesto de suspicacia. El nuevo había comenzado a decirle que no era necesario, que Matt ya lo había hecho, pero Alfred ignoró todo intento de evasiva comenzando su interrogatorio.
-Así que Basildon ¿ah?, nunca había escuchado de ese lugar.-
-Claro que no hermanito, no eres bueno en geografía tampoco, pero te puedo decir que es una ciudad que queda fuera de los Estados Unidos, si es que puedes imaginártelo– contestó Matt con su consabido sarcasmo. François amplió más aún su sonrisa y Alfred no se dio por aludido, solo se acomodó los anteojos como para examinar mejor al inglés.
- Y ¿qué vinieron a hacer a los Estados Unidos? – preguntó de nueva cuenta.
-Bueno, no a poner bombas ni a hacer atentados terroristas si eso te preocupa, capitán América – contestó con sorna el inglés provocando la risa de François y Matt. Eso fue todo lo que necesitaron para decidir que el nuevo les caía bien.
- ¿Por qué habría de pensar eso? – preguntó confundido Alfred, desoncertando al inglés. Obviamente el pobre yankee no tenía dominio del sarcasmo.
-Mis padres son académicos, mi papá es profesor de literatura, un experto en Shakespeare, mi mamá toca el chelo, es concertista y decidimos mudarnos todos por... cambiar de ambiente...- Ahora el nuevo parecía estar yéndose al país de las maravillas. Alfred no era bueno leyendo atmósferas y había abierto la boca para pronunciar otra pregunta, pero fue interrumpido por el gabacho que comentó:
-Muy interesante , buen sombrero por cierto.-
-Gracias, me gusta no tener que usar uniforme…-
-¡Wow! Uniforme, ¿ibas a una escuela militar?- volvió a preguntar Alfred.
François rodó los ojos intentando calcular cuánto cerebro le habrá absorbido Matthew a su pobre gemelo durante los meses de gestación. El inglés, sin embargo, con un poco más de paciencia, respondió.
-No, a una escuela anglicana… De La Salle School, Dios sabe que no la extrañaré.-
-¿Alfred no tienes que ir a juntarte con tus amigos Neardentals? – preguntó finalmente Matt algo irritado por el asedio molesto de su hermano.
-Oh, no, pueden vivir sin mí un rato – contestó el otro Jones examinando sin disimulo al nuevo. Nadie vio venir al altísimo y grueso atleta que agarró el bolso de Arthur y salió corriendo por el pasillo rumbo a la cancha de Futbol.
-¡Hey! , ¿qué mierda fue eso?- preguntó el britànico.
-Uno de los amigos neardentals de Alfred- contestó François con un tono que disgustó al hermano de su amigo.
-Pues ya verá ese abominable hombre de las nieves.-
El inglés comenzó a correr a gran velocidad tras el gigante, mientras los otros trataban de seguirle el paso. Matt por su poca costumbre al ejercicio se quedó atrás; lo mismo François que resopló dramáticamente contra los casilleros. Alfred, en cambio, le seguía a dos metros de distancia pensando, con una sonrisa ladina, que el inglesito era muy rápido.
Cuando ya iban llegando a la cancha, Arthur dió un salto hacia adeñante y le dio alcance al enorme rubio agarrándolo de su chaqueta de atleta, provocando que casi se fueran ambos de bruces.
-Bien – sentenció Ludwig con satisfacción - es rápido pero no es fuerte, podría ser un runningback – Los otros chicos asintieron y Arthur miró a Alfred con desaprobación para luego quitarle de un tirón el bolso a Iván, el tacleador guardián del equipo, que aún lo tenía cogido del tirante.
-¿Así que de esto iba todo? ¿De probar si soy bueno en los deportes? – escupió el británico.
-Pues más o menos… normalmente lo hacen una semana luego de que haya llegado el chico nuevo… - respondió avergonzado el capitán del equipo.
-Ya sabes cómo están las cosas Alfred, necesitamos corredores, en especial ahora que Wang está pendiente de las olimpiadas matemáticas y nos abandonó...-
-Pues, no gracias - interrumpió Arthur – mi buen amigo acá me estuvo hablando extensamente de las actividades que se hacen en esta escuela, y creo que me uniré al equipo de Soccer que es lo que hacía allá en Basildon, ahora si me disculpan – diciendo esto se alejó a grandes zancadas de los miembros del equipo de Futbol mientras los otros miraban con gestos poco amigables a Alfred.
-Oigan, yo no tengo la culpa de esto… Yo no le dije nada... fue Matt, además Ludwig es quien no sabe tratar con la gente ¿Una prueba sorpresa el primer día que llega? ¿En serio?-
-Está bien, no pensé que fuera tan temperamental, pero debes reconocer algo- comentó el chico de ascendencia alemana irguiéndose para quedar a la par con el capitán – No has hecho nada para conseguir gente nueva.-
-Puede que no aun, pero cuando te nombré co capitán no fue para que tomaras desiciones a mis espaldas sino para que me ayudaras a tomarlas para el bien de todo el equipo, y las desiciones se deben tomar en forma grupal y con más información, no lo conocíamos, no podíamos simplemente asumir que le gustaban los deportes y ahora gracias a ti sabemos que es veloz, pero lo has espantado.-
Los demás miembros del equipo comenzaron a murmurar y Ludwig ya tenía un tic facial por la rabia. Podrían haberlo resuelto a las trompadas. Como querían hacerlo hace tiempo. Mas, Alfred no era ese tipo de persona; haciendo gala de su título de capitán alzó la voz e interrumpió.
-Bien, por la tarde le haremos las pruebas a Feliciano Vargas y a Edward von Bock- y dicho esto, dio unas cuantas palmadas para disolver el grupo. En menos de dos minutos todos estaban camino a sus salones.
Ooo
Los Kirkland se estacionaron a dos cuadras de la casa. Eran las cinco de la tarde y Scott estaba con un cansancio acumulado de toda su jornada universitaria estudiando sobre estructuras moleculares. Glenn, sentado en el asiento de copiloto, puede que no estuviera cansado, pero no paró de quejarse de lo ruidosos que los americanos eran y de lo mucho que extrañaba a sus viejos compañeros en Basildon. Puede que no tenga tanto de qué quejarse – porque él mismo es mucho más ruidoso que cualquier otro - y en realidad lo estuviese haciendo para hacer sentir culpable a su hermano menor. Si era eso, estaba resultando de maravilla. Arthur miró por la ventanilla haciéndose el tonto cuando se detuvieron. Scott se volvió hacia atrás a enfrentarlo al mismo tiempo que Glenn y con un tono burlón, soltó la misma pregunta de la cena de la noche anterior.
-¿Y? ¿Cómo estuvo tu primer día?-
El menor, por un arranque de rebeldía más que otra cosa, no quiso contestarte en seguida. Scott estiró su brazo solo para golpearle el costado. Arthur se quejó maldiciendo en voz baja.
-Yo lo ví entrar a la hora y luego salir de clases con tres chicos, aunque luego se fue al campo de futbol americano y se puso a pelear con todo el equipo de gorilas con armadura... creo que mañana lo harán pedazos – reportó Glenn bastante serio. Scott abrió los ojos con sorpresa y volvió a manotear a su hermano menor.
-Contesta, gusano ¿es eso cierto? ¿ya estás en pleitos? Te recuerdo que eres pésimo peleando, ya te han molido a palos antes. -
-No me he peleado con nadie, solo pasa que me estaban haciendo una especie de novatada y me robaron el bolso, se los pedí de vuelta y les dije que no volvieran a molestarme, eso fue todo – Arthur vio directo a los ojos a su hermano mayor esperando haberle convencido. Scott se volvió a Glenn y este asintió confirmando que era una versión factible.
-Pues, bien, si es solo eso, está todo bien... ahora, dame tus cuadernos. -
Arthur suspiró, deseando ser más grande y más fuerte que Scott para poder llevarle la contra. Abrió su bolso e iba a sacar los cuadernos del día cuando fue asaltado con una nueva orden.
-Deja ahí, dame todo el bolso. -
No le quedó más que obedecer. Scott revisó los bolsillos, olfateando, porque él era bioquímico, conocía el olor de todas las sustancias que su hermanito se había echado en el cuerpo alguna vez, así que si había algo extraño se iba a dar cuenta. El otro hermano, observaba al rubio, espectante. Como queriendo encontrar temor en su rostro, mas Arthur parecía tranquilo, como si no tuviera nada que ocultar.
-Mira nada más – apuntó el mayor de los tres a Glenn- No solo está limpio, sino que además tiene los cuadernos de dos amiguitos... Matthew y Alfred Jones... ¿Has estado socializando tan rápido?-
-De pronto son unos drogos...-
-¡Podrían dejar de pensar lo peor de mí! - se exasperó finalmente Arthur – Son solo compañeros de curso, fueron amables de prestarme sus cuadernos ¿Querías verme estudiar o no? Ahí está... ¿contento?-
-Oye, gusano, escúchame bien, ¡mírame cuando te hablo! ¡A mi me importa una mierda si estudias o no estudias! Lo único que me importa es que no te vuelvas a meter en líos, porque no quiero ver a mamá llorando por ti, ni que a Peter por andar siguiéndote a todos lados se le peguen tus malas costumbres... - Glenn miró hacia arriba maldiciendo en su fuero interno el poco tacto de Scott para tratar a un crío en crisis - ¿Me oíste?, así que más te vale estar limpio y que tus amigos también lo estén...-
-Y que encuentre novia, estudie en la universidad, tenga hijos y los haga a todos muy felices y orgullosos con mi vida ¿O no?-
Scott gruñó, pegándole al volante y haciendo sonar la bocina. Glenn, dio un salto, pese a que tenía la misma contextura de vikingo de su hermano mayor. Al verlos a ambos tan alterados, decidió inetervenir.
-Entiende de una vez... no nos importa que seas gay, bisexual, dendrofílico o que te tires lo que se te pegue en gana... esto no ha pasado porque te enredaste con un chico.-
Y lo decía en serio. Scott también se lo hubiera dicho si no fuera tan bruto. Se lo podría haber dicho el mismo Charles si no estuviera en casa preparándose para rendir las pruebas de admisión universitaria. Robinson se lo dijo varias veces, Mary se lo había dicho; incluso Peter se lo podría haber dicho si fuera capaz de entender la situación.
Pero en ese entonces, para Arthur, con la idea de que toda su familia estaba conspirando en su contra, entenderlo era una cosa imposible.
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Nota posterior: Bueno, creo que ahora se entiende mucho mejor la idea, el problema y el Arthur que quise retratar sin éxito en la primera versión de esta historia. Los que han leído la primera versión probablemente se darán cuenta de la diferencia. De más está decir que me gustaría saber lo que piensan y si debo o no seguir con la remasterización.
Solo puedo decir que acá se mencionaron así ocultamente libros. El que leyó Arthur sobre atravesar espejos para irse a otro mundo, por ahí dije país de las maravillas y utilicé la frase "Preferiría no hacerlo" o "I would prefer not to". Si alguien leyó ese último y lo ama tanto como yo le pido matrimonio.
Lo otro. Nunca dije por qué escogí a Basildon como la tierra natal de Arthur. Simplemente porque lo quería hacer provinciano, para darle sus paseos nocturnos por la campiña inglesa y porque esa ciudad es la que vio nacer a Depeche Mode.
Y lo último es que trataré de actualizar todos los domingos, o a lo mejor más seguido si la remasterización va rápido.
