¡ACLARACIONES DE LA HISTORIA!
HOLA QUERIDO PUBLICO:
VAYA QUE ESTA IDEA ME HA VENIDO RONDANDO YA POR MUCHOS MESES AL VER NUESTRAS AMADAS PELÍCULAS DE CUENTOS DE HADAS Y POR SUPUESTO AQUELLAS IMÁGENES QUE CIRCULAN MUCHÍSIMO POR INTERNET DE LA VERSIÓN MASCULINA DE TODAS LAS PRINCESAS DISNEY.
MI INTENCIÓN ERA SUBIR UN SOLO FIC EN DONDE ENGLOBARA CADA UNA DE LAS HISTORIAS QUE WALT DISNEY YA HA CREADO PERO CLARO CON EL TOQUE YAOI QUE A MAS DE UNO LE ENCANTA.
SIN EMBARGO AL SER DEMASIADOS CUENTOS QUE OBVIAMENTE TENDRÍA MAS DE UN CAPITULO CON MAS DE 500 PALABRAS -AQUÍ EN CONFIANZA ODIO LOS FICS CON TAN ESCASAS PALABRAS QUE SE VEN OBLIGADOS A REPETIR SUS RENGLONES 15 VECES- BUENO, VOLVIENDO AL TEMA, SI HACIA LO ANTES MENCIONADO ME LLEVARÍA DEMASIADOS CAPÍTULOS Y NO LE CREO MUY ESTÉTICO SI NO SE TRATA DE LA MISMA HISTORIA.
EN FIN, ES POR ESO QUE DECIDÍ SUBIR LAS HISTORIAS POR SEPARADO DÁNDOLE SUS ESPACIO A CADA UNA.
LAS HISTORIAS USTEDES YA LAS CONOCEN: EL REY LEÓN, MULA, POCAHONTAS... BLA, BLA, BLAS... TODAS ESAS ADAPTADAS AL YAOI BAJO MI MANO Y LETRA, POR SUPUESTO DÁNDOLE EL DERECHO Y AUTORIDAD CORRESPONDIENTE A LOS AUTORES DE LOS MISMO PERSONAJES.
OTRAS COSA QUE ME GUSTARÍA ACLARAR ES SOBRE LA CATEGORÍA DEL FIC. POR SUPUESTO QUE LA CATEGORÍA PRINCIPAL ES LA DE DISNEY AL SER LOS PERSONAJES E IDEAS SACADAS DE LAS PELÍCULAS DE DICHA EMPRESA. PERO TAMBIÉN ME HE TOMADO LA LIBERTADA DE AGREGARLAS A LA CATEGORÍA DE ORIGINALES PORQUE EN PRIMERA, LA HISTORIA NO SERA 100% IDÉNTICA A LA PELÍCULA, SI BIEN ME BASE EN LAS MISMAS, HE CAMBIADO GRAN PARTE PARA ADAPTARLAS AL MUNDO YAOI. ESTO INCLUYE LOS NOMBRES DE ALGUNOS PERSONAJES Y EN ALGUNOS HABRÁ PERSONAJES DE MI PROPIO AUTORIA.
LA PRIMERA HISTORIA QUE ME HE DISIDIDO A PUBLICAR ES EL DE LA BELLA DURMIENTE, SIN EMBARGO NO ME BASE EN LA PELÍCULA QUE DISNEY SACO HACE YA TANTAS DÉCADAS. ME PARECIÓ MAS ADECUADO -Y CON MAYOR JUGO PARA EXPRIMIR PARA VERSIONES POSTERIORES Y QUE CONFORME LA HISTORIA SE DESARROLLE, ENTENDERÁN MEJOR- LA VERSIÓN DE MALÉFICA.
COMO YA DIJE ANTES, HE UTILIZADO LA HISTORIA Y PERSONAJES DE ESTA PELÍCULA PARA INSPIRARME Y ME TOME LA LIBERTAD DE TOMAR ALGUNOS DIÁLOGOS DE LA MISMA PARA COLOCARLOS EN EL FIC POR SUPUESTO DÁNDOLE TODOS LOS DERECHOS Y AUTORIA A SUS RESPECTIVOS DUEÑOS.
CREO QUE HASTA AHORA ES TODO LO QUE TENGO QUE DECIR, SI EXISTE ALGO MAS QUE HAYA OLVIDADO, SE LOS COLOCARE EN LAS NOTAS FINALES DE ESTE CAPITULO.
MUCHAS GRACIAS Y ESPERO LO DISFRUTEN.
COMO NOTA FINAL, ESTE FIC YA HABÍA SIDO PUBLICADO CON MI ANTERIOR CUENTA EN WATTPAD CON EL NOMBRE DE "TSUMURU" PERO PERSONAL OJETES Y MALDITAS DENUNCIARON MI CUENTA Y ES POR ESO QUE HE VUELTO A PUBLICARLA.
LAMENTO TANTO LOS INCONVENIENTES.
PÁRAMO MALEFICO.
CAPITULO 1
Esta historia es demasiado vieja y fue contada hace ya mucho tiempo. Existen diferentes versiones, pero ten por seguro que la que yo te cuento, es la más clara y veredicta de todas.
Había una vez, siglos atrás, dos reinos que eran pésimos vecinos. Sus desacuerdos eran tan grandes entre ellos, que se decía que solo un gran héroe o un terrible villano, podría unirlos.
En un reino, vivía gente como tú o como yo, que era gobernada por un terrible rey, arrogante y lleno de ambición. Aquel rey –de quien no vale la pena recordar su nombre- sentía envidia de la riqueza y belleza que el otro reino y sus habitantes poseían, pues en el otro reino, llamado el Páramo, habitaban toda clase de criaturas mágicas que vivían de la naturaleza en pacifica armonía.
El páramo –que al igual que el reino de los humanos- era gobernado por un rey, que a diferencia del primero, era justo y dirigía a su pueblo con sabiduría. *Seigi, amo y señor del páramo, tenía la apariencia de un hombre al inicio de sus cuarenta, elegante porte y cuerpo alto y musculoso que era marcado por algunas cicatrices que evidenciaban su participación en guerras sangrientas, y que eran cubiertas por la ropa que usaba. Una hakama blanca que dejaba entreabierta, dejando ver la mitad de su fornido pecho cubierto por una capa de vello. Aquella hakama bajaba hasta su cintura en donde un obi negro la sujetaba junto a sus pantalones holgados. Terminando con unas botas largas que llegaban hasta un poco más debajo de sus rodillas.
Su cabello negro levemente ondulado que cubría el nacimiento de unos grandes cuernos que se inclinaban hacia atrás, terminando un una punta puntiaguda, junto con su rostro varonil de facciones duras que era decorada por una abundante barba negra en forma de candado que le otorgaba una aire de increíble sabiduría que su longeva vida fácilmente respaldaba, no era lo único que lo hacía resaltar.
Seigi pertenecía a una extraña y casi extinta clase de hada que vivía en el páramo hace muchos, muchos años con abundancia. Sus enormes alas emplumadas, semejantes a las de un halcón que les permitían volar a grandes velocidades y en donde concentraba gran parte de su poder mágico, junto con su habilidad de controlar todo el poder mágico de la naturaleza, le hacía destacar de las demás hadas que, con alas más pequeñas y frágiles, y con solo la capacidad de controlar el poder mágico de la estación en la que nacían, les dada.
Por aquellas características, aquellas hadas fueron las encargadas de proteger el páramo de las mentes invadidas por la avaricia y la destrucción que se atrevieran a invadirlo.
-¿Cómo está el sur del páramo, Diaval?.- pregunto Seigi al cuervo que se acercaba y que se transformó en un apuesto hombre maduro de cabellos negros despeinados justo enfrente de él.
-todo en orden. La tormenta no causo ningún daño.- dijo la criatura mágica que únicamente tenía la habilidad de transformase en cualquier animal que deseara, siendo la de un cuervo su favorita.
-gracias a la madre naturaleza.- suspiro aliviado.- lamento tener que dejarte la inspección a ti, pero sabes que es más rápido y eficaz hacerlo por los cielos, y lamentablemente es algo que me es imposible hacer por mi cuenta desde hace mucho tiempo.- dijo moviendo su única ala, recordando la perdida de la otra en aquella guerra contra algunos cambia-formas de tierras lejanas, hace ya algunas décadas.
-no te preocupes. Sabes que para mí es un placer ayudarte a hacer este trabajo.- dijo Diaval, restándole importancia, dándole un golpecito al hombre que era su mejor amigo.
-por cierto, Diaval ¿sabes dónde está mi hijo?
-no lo sé, quizás…- el grito entusiasta de un niño, interrumpió las palabras de Diaval, quien soltó un pesado suspiro.- volando por la catarata como es su costumbre dese que aprendió a volar.- dijo el pelinegro, viendo a lo lejos como una figura pequeña se movía a gran velocidad por las nubes.
Seigi, quien miraba todo, enfocaba muy bien la maestría con la que su único hijo *Hayato, se movía sobre la catarata con tan solo siete años de edad. Edad increíblemente corta para seres tan longevos como ellos.
-¡viste padre! ¡Cada vez puedo volar más rápido!.- dijo el pequeño de cabellos tan negros como los de su padre, bajando a tierra de un solo aleteo.
-lo vi. Cada vez eres mucho más hábil.- dijo acariciando los cabellos de su hijo que eran adornados por unos pequeños cuernos en crecimiento.
La atención de Hayato fue reemplazada rápidamente por algo que se encontraba algunos metros de donde estaba Diaval, corriendo con apuro hasta unas flores que estaban estropeadas casi en su totalidad. Con las cejas fruncidas, levanto sus manos a la altura de las flores, emanando de sus extremidades, magia amarillenta, curando con ellas a las plantas que en pocos segundos volvieron a estar tan hermosas como antes.
-te cure.- dijo el niño con una sonrisa antes de volver a marcharse volando.
-es idéntico a su papá.- pronuncio Seigi nostálgico, recordando al padre doncel de Hayato. Un bello hado de su misma especie a quien le encantaba usar su magia para curar a los otros habitantes del páramo, apasionándole el cuidado de los donceles y sus crías. Su amado esposo había muerto –irónicamente- después de dar a luz a Hayato, tras darle una fuerte infección que ni el poderoso hado lleno de conocimiento en esos temas, pudo resistir.
Con dolor, Seigi aun recordaba vívidamente la terrible congoja que le causó la muerte de su esposo, sumiéndolo en una profunda depresión que afecto tremendamente la estabilidad de su poder mágico que era el que alimentaba y mantenía en su máximo esplendor al páramo al ser él el encargado de protegerlo. Su bajo estado de ánimo lo orillo a permanecer encerrado en la cueva que compartía con su esposo, inhalando entre lágrimas, el aroma de su amado que aún se mantenía impregnado entre las pieles de búfalo que lo envolvían por las noches, llevando a su reino a un precipitado y crudo invierno que termino únicamente cuando Diaval –enfadado y arto de su debilidad- le había hecho entrar en razón dándole un fuerte golpe –que le habida dolido por varios días- gritándole su responsabilidad no solo para con el páramo, sino también para con su hijo de escasos días de nacido y por quien su esposo se había sacrificado.
-Diaval, ¿Por qué ya no hay más hadas como mi padre y como yo?.- el pequeño Hayato pregunto mientras bajaba del gran árbol que había junto a la enorme cueva en la que vivía con su padre. Al poseer alas tan enormes que les impedían entrar en las chozas comunes en que otros seres mágicos habitaban, las hadas como Seigi vivían en grandes cuevas cálidas que los protegían de la lluvia o invierno, durmiendo en el suelo entre cálidas pieles de animales.
-porque humanos malvados acabaron con ellas.- dijo el mayor recargándose en el árbol.
-¿todos los humanos son malos?.- pregunto cómo su tutor y niñera ocasional, sacaba un cigarrillo de entre sus ropas negras.
-no. Hay algunos hombres que son buenos, que ayudan y viven en paz con las criaturas mágicas.- dijo dándole una calada a su cigarrillo.- pero son muy escasos.- agrego.- por eso es mejor que no te acerques a ellos.
-yo nunca he visto un humano. ¿Cómo son?
-bueno, se parecen a nosotros. O quizás nosotros nos parecemos a ellos.- pensó esto último.
-¿pueden volar?.- pregunto curioso interrumpiendo las palabras de su tutor.
-no. Ellos no poseen alas o algún tipo de magia. Solo son seres mucho más frágiles y con vidas demasiado cortas.- explico.- pero eso sí, muy inteligentes. No debes subestimarlos nunca. ¿Entendiste, Hayato?
-claro que si, Diaval.
MUCHOS AÑOS DESPUES…
El fuerte aire hacia mover las plumas de sus alas, que extendidas en todo su máxima magnitud se movían con gran velocidad por las montañas del páramo. Ahora como nuevo señor del páramo tras la muerte de su padre hace algunas décadas atrás, Hayato hacia su inspección diaria por todos los rincones de su reino e impregnándolo con su magia.
Sobrevolando por los riachuelos del oeste, sus orejas puntiagudas escucharon los cotilleos de de algunas elfas que canturreaban aterradas sobre la presencia de un humano robando en el rio de las joyas brillantes. Sin pensarlo detenidamente como era su costumbre, Hayato emprendió vuelo hasta el rio, sintiendo la adrenalina recorrer todo su cuerpo, ansioso de conocer a la criatura que se atrevía no solo a invadir sus terrenos, sino también a robarle.
Su mente se cuestionó como seria aquel humano, pudiendo asegurar que sería fornido y de buenos músculos, probablemente negándose a marcharse lejos del páramo como era costumbre, viéndose obligado a tener que pelear en el peor de los casos si unas simples palabras de advertencia no funcionaban.
A lo largo de su vida había visto gran variedad de humanos, siendo la mayoría altos y de cuerpos anchos, iguales a los machos de su especie. Sin embargo en otras ocasiones –sobre todo en viajes que realizaba a hurtadillas o en compañía de Diaval- había visto seres más pequeños y con cuerpos mucho más delgados. Los había comparado una vez con las hembras de su reino, pues al igual que estas eran tan hermosos y con miradas encantadoras que hechizaba a cualquier varón sin importar su especie.
Hayato ya no era un niño que se espantaba fácilmente con los cuentos "aterradores" que Diaval le contaba sobre lo humanos, ahora era todo un hombre al que le habían crecido ya sus diminutos cuernos que apenas si se veían, sabiendo lo que era un doncel y lo que su belleza –y sus cuerpos torneados y de caderas anchas y apetitosas- podía producirle a machos como él.
Su olfato, sensible a aromas extraños, capto en seguida de su llegada al rio de las joyas brillantes, el dulzón aroma del humano, que asustadizo se refugiaba tras unos anchos arbustos.
-al igual que en tu mundo, en el páramo no es correcto hurtar pero no asesino a quien lo hace.- dijo con voz fuerte pero apacible.- ahora sal y muéstrate ante mi.- pidió Hayato.
-no me mates.- dijo el jovencito flacucho y con ropa malgastada de no más de doce años que salía de entre los arbustos.
-pero si solo eres un niño, y doncel además.- dijo un poco decepcionado.
-¿¡cómo es que lo sabes?!.- pregunto espantado el muchachito de que criaturas tan extrañas como la que estaba frente a él, supiera algo así.
-poseo un gran olfato que me permite identificar a una hembra fértil sin importar la especie.- dijo observando mejor al niño que viéndolo bien no eran tan feo. Dejando a un lado la delgadez característica de su edad, el joven poseía un cabello castaño largo hasta las orejas y unos ojos chocolate que eran cubiertos por unas espesas pestañas.
-¡que vocabulario! ¡Si tú también eres solo un muchacho!.-.- dijo algo enojado por ser llamado "hembra", calculando que aquel hombre no tendría más de 30 años.
-no te dejes llevar por mi apariencia. Fácilmente puedo triplicarte la edad. Mi desarrollo es muy diferente al de ustedes los humanos.- explico sin la necesidad que lo hiciera.- ¿Quién eres?
-m-me llamo Stefan. ¿Quién eres tú?.- pregunto, logrando que su cuerpo dejara de temblar, temeroso de morir esa misma tarde.
-soy Hayato.- dijo.- dime Stefan, ¿Por qué intentas robarle al rio de las joyas brillantes?
-y-yo no he robado nada…
-soy el guardián de todo este reino, y puedo sentir como el poder de la joya que ocultas en tu mano derecha se debilita poco a poco al encontrarse fuera del lugar al que pertenece.- dijo señalando la mano fuertemente apretada de Stefan.- no eres el primero que lo intenta.
-l-lo lamento…- dijo avergonzado de haberse convertido en un vulgar ladronzuelo.- ¡yo solo quería un poco de su poder!.- se excusó apretando con más fuerza la joya que ocultaba en su mano.- escuche que las joyas de este rio logran curar las enfermedades o pueden traer a los muertos de nuevo a la vida. ¡Iba a regresarla después de usarla! ¡Lo juro!
-estas equivocado.
-¿ehh?
-esa joya no tiene ese poder.- dijo Hayato acercándose a Stefan y tomando de entre su mano la joya que comenzaba a perder su fuerte color azul.- las joyas que ves en el fondo del rio, nutren su agua otorgándole la magia para poder curar heridas superficiales. Es cierto que puede sanar algunas enfermedades pero solo si estas no son mortales. Ningún tipo de magia puede revivir a un muerto.- aclaro llevando de vuelta la joya al rio, retomando su potente color en cuanto se sumergiera de vuelta al agua.- aun si te llevaras un puñado de joyas y las colocaras en cualquier rio, su poder no funcionaria.
-¿Por qué?
-porque necesitan estar en su hogar para existir. Morirían si las sacaras de este rio. Todo debemos estar en nuestro lugar para funcionar correctamente.- dijo viendo de nuevo al jovencito.- y tu.- señalo a Stefan.- no perteneces aquí. Vamos te regresare a tu casa.- dijo acompañando al humano fuera del páramo.
-lamento haber intentado llevarme esa joya.- dijo arrepentido mientras caminaba entre los espesos árboles que resguardaban el páramo del otro reino.
-no creo que seas malo.- dijo Hayato deteniendo su caminar.- devolviste la joya y te estas disculpando por lo que hiciste. Eso habla bien de ti.
-tu tampoco eres tan malo como creí.- dijo con nerviosismo al estar tan cerca de un hombre tan apuesto.
-dime ¿Dónde vives?.- preguntó ignorando el extraño cumplido que el humano le había dado.
-en una granja a varias millas de aquí.
-ya veo, tus padres son granjeros.- dijo haciendo uso de su conocimiento en cuanto a la vida humana.
-no. Mis padres murieron hace algunos meses y fui enviado a esa horrible granja en donde cuidan a niños huérfanos como yo.- dijo cabizbajo, dándole a Hayato una idea del porque quería el poder de la joya del rio.
-lo lamento. Mis padres también murieron hace mucho.-dijo sin sentir el dolor de la pena. Habían pasado tantos años que su corazón ya había cicatrizado. –me gustaría poder acompañarte un poco más pero si los humanos me vieran se armaría un gran pánico.
-sí, lo entiendo. No es normal ver a personas como tú, con alas tan hermosas.- dijo viendo la enorme envergadura que tenían aun sin ser extendidas. Eran simplemente fascinantes.- me gustan.- el sonrojo de Stefan, no fue desapercibido para Hayato quien sonrió sinceramente para el muchacho.- ¿puedo verte de nuevo otro día?.- pregunto con timidez.
-no deberías volver aquí, no es una buena idea. No es seguro para un humano como tu merodear estos lugares. No todas las criaturas mágicas son comprensivas y tan tranquilas como yo. La mayoría te devoraría sin dejar rastro de tu cuerpo.
-ya veo. ¡Aun así vendré!.- dijo decidido caminando hacia su hogar.
-¿acaso no escuchaste lo que te dije?.- pregunto con una ceja levantada pero con una sonrisa que no demostraba enojo alguno.
-si lo escuche, pero cuando me gusta algo, quiero verlo.- dijo demostrando su lado pícaro.- y ya te dije que me gustan tus alas. Así que vendré a verlas otro día. ¡Te veo después, Hayato!
De aquella manera poco inusual, Hayato y Stefan se hicieron buenos amigos, y por un tiempo, fue como si, al menos entre ellos, el viejo odio entre hombres y criaturas mágicas hubiera sido olvidado.
-creo que de nada sirve decirte que no vengas ¿verdad?.-dijo Hayato quien esperaba por Stefan sentado sobre una roca.- quizás si te lo ordeno, entiendas.
-no haría porque no te estoy pidiendo permiso para venir a verte.- dijo siguiendo al hado que caminaba internándose en el bosque cercano al páramo.
-creí que venias a ver a mis alas.- comento viendo por el rabillo del ojo al castaño.
-b-bueno si, p-pero…
-shh.- Hayato silencio deteniendo el paso y callando las palabras tartamudas de Stefan.
-¿Qué sucede?
-mira.- señalo con un ademan de cabeza al cervatillo que comía a algunos metros de ellos.
-¡es hermoso!.- exclamo bajito intentando no asustar al animalito.
-¿quieres tocarlo?
-¡sí!
-dame la mano. Si vienes conmigo, no se asustara.- dijo ofreciendo su mano a Stefan que con mirada entusiasmada, la tomo.-¡ahh!.- se quejó apartando con un movimiento brusco la mano del humano.
-¿Qué sucede?.- pregunto dolido por la reacción de Hayato al tocarlo.
-tu anillo.- señalo el anillo que Stefan usaba en su dedo medio y que estaba hecho de hierro.- el hierro quema a las hadas de cualquier especie.- dijo mostrando su mano enrojecida por el contacto con el metal, y que poco a poco se recuperaba de la quemadura.
-¡lo lamento, no lo sabía!.- dijo apenado arrogando su anillo lejos.
Hayato, quien en su vida había conocido a un humano como Stefan, pensó en como el joven –a quien apenas conocía- había arrogado su anillo sin pensarlo para que sus manos pudieran unirse de nuevo. Aquel simple acto fue suficiente para que su corazón, conmovido, fuera robado por aquel joven que había intentado robar una joya. Logrando llevarse algo mucho más valioso.
Como era de esperarse con el paso de los años, su amistad poco a poco fue convirtiéndose en algo más. Llevando a ambas criaturas a un bello romance clandestino.
Stefan, ahora con casi dieciséis años, era todo un hermoso adolescente que había dejado atrás aquel niño flacucho que una vez se internó en el páramo. Ahora poseía un lujurioso cuerpo embarnecido, lleno de curvas que mostraba cuando su ropa se humedecía al sumergirse al rio para lavar la ropa que la dueña de la granja en la que vivía le ordenaba. Sus prendas pegadas a su cuerpo dejaban ver sus pezones rozados que se paraban sensibles al frio, erizando con ellos su piel. Stefan era consciente de la belleza que ahora poseía, y como cualquier jovencito coqueto, le encantaba sentir la mirada libidinosa de los hombres sobre él. Sabiéndose deseado, inclinaba a veces –con toda la intención- su culito redondo y carnoso, empinándolo para recoger alguna camisa que "accidentalmente" se le callera de nuevo al rio.
Sin embargo su coquetería no lo hacía un chico fácil que llevara a un sinfín de hombres a su cama. Stefan se mantenía virgen y puro, esperando que aquel hombre alto y de grandes y gruesos cuernos en su cabeza, lo poseyera haciéndolo suyo. Deseaba que lo envolviera con aquellas espesas alas en un cálido abrazo que le hiciera sentir a su cuerpo desnudo la piel del hado pegarse a la suya. Ansiaba sentir las manos de Hayato recorrer su cuerpo con libinosidad y que hurgara con su dedo su agujerito que deseaba llenarse de los fluidos sobre naturales del hado.
A pesar de conocerse desde hace cuatro años, en ningún momento había existido un contacto tan íntimo que sobrepasara un abrazo. Las manos de Stefan solo habían tocado las de Hayato durante sus paseos mientras se contaban sus actividades del día, despidiéndose con un abrazo que quizás duraba más de lo normal pero que al final los separaba.
El humano de cabellos castaños en más de una ocasión se preguntó si Hayato sentía alguna atracción realmente física por él. Por supuesto que el hado le había dicho –en más de una ocasión- lo hermoso que era y lo mucho que disfrutaba de su compañía, pero en ningún momento reaccionaba como el esposo de la dueña de la granja en la que vivía quien se ponía nervioso, tirando los tenedores y las cucharas cuando se acercaba a darle el café de las mañanas. Sintiendo su mirada recorrerle el trasero sin ningún descaro.
Stefan entendía que Hayato era muy diferente a los humanos, y que como criatura sobre natural que era, quizás solo se encontraba sexualmente atraído a hadas que tuvieran hermosas alas de colores y cuerpos sensuales.
-¡Hayato!.- Stefan grito, rodeando con sus manos su cuerpo que sentía la ligera brisa, esperando que el hado se apareciera en el lugar donde siempre se encontraban.- ¡Hayato!
-llegas tarde.- dijo el hado, saliendo de entre los árboles.
-lo lamento. Me dieron más tareas de lo normal y no pude terminar antes.- argumento.
-lo importante es que viniste.- le dijo tomando algunos mechones castaños y colocándolos detrás de la oreja de Stefan, que lo miraba cautivadoramente.- te extrañe.- admitió.- vamos, internémonos en el bosque o te congelaras.
-¿no te pesan?.- Stefan pregunto estando ya en el bosque. Sentado junto a Hayato quien se encontraba sentado en el suelo y recargado sobre un árbol.- se ven como si pesaran una tonelada.
-¿Qué cosa? ¿Mis cuernos?.- dijo sintiendo el cosquilleo que los dedos de Stefan le causaban al tocar sus cuernos.- no en realidad. Aunque cuando era niño y comenzaban a crecer, recuerdo que sentía como mi cabeza se hacía de lado acostumbrándose al peso extra.
-¿no naciste con ellos?
-no. Comenzaron a crecer cuando tenía seis o siete años. Aunque tardaron bastante tiempo para verse como los ves ahora.
-¿y tus alas?
-brotaron más o menos a esa misma edad.
-¿brotaron? ¿Solamente salieron así?.- pregunto curioso, atento de las respuestas que Hayato le daba.
-algo así. Una mañana sentí una comezón desesperante en la espalda que me hizo correr asustado con mi padre. Con la calma que lo caracterizaba me explico que mis alas pronto emergerían y que era normal las sensaciones que mi cuerpo sentía.- dijo con una sonrisa.- Te confieso que fue muy extraño sentir como salían de mi cuerpo en pequeñas porciones cada hora pero valió la pena porque al final de ese día poseía unas hermosas alas.
-fascinante.- susurro encantado.- aunque me es difícil imaginarte como un niño. No has cambiado nado en estos años. Sigues teniendo la misma apariencia apuesta que cuando te conocí.
-mi desarrollo es muy diferente al tuyo. - dijo viéndolo con aquellos singulares ojos verdes que eran rodeados por una aureola negra sobre toda la pupila.- recuérdalo.
-lo sé. Yo envejeceré y me convertiré en un…
-en un joven mucho más hermoso.- dijo deteniendo las quejas de Stefan.- por cierto, feliz cumpleaños.- dijo acariciando el rostro del doncelito.
-t-te acordaste…- musito en un susurro.
-por supuesto que me acorde, incluso te traje un regalo.- de entre su ropa, saco un collar que había sido hecho con una de las piedras que Stefan había intentado robar hace cuatro años y que a pesar de encontrarse lejos de su hogar, brillaba con fervor.
-¡pero Hayato, la piedra no puede…
-tranquilo. Aprendí un truquito mágico y ella estará bien. Pero si no la quieres…
-¡no! Si la quiero.- dijo impetuoso, dándose la vuelta para que Hayato le colocara la joya - ¡es hermosa!.- dijo admirando la piedrecilla.
-no más que tú.
-h-Hayato, yo también te tengo un regalo.
-¿un regalo? Pero ere tú el que cumple años, no yo.
-lo sé, pero aun así quiero dártelo.- dijo bajando un poco la mirada.- es algo que nunca antes le he dado a nadie, y espero que… lo aceptes.- con las manos temblorosas y sudorosas, Stefan se acercó un poco más a Hayato, rozando con sus labios los del hado que se mantenía apacible en espera de las acciones del doncel. Nervioso, saco su lengua para humedecer un poco sus labios resecos, que torpes se juntaron con los del otro en un beso inocente. Sus labios se movieron un poco, alegrándose de sentir como Hayato participaba en la caricia con mayor experiencia, guiándolo a una más apasionada y profunda.
Así fue como el día en que Stefan cumplió dieciséis años, le había entregado a Hayato, un beso de amor verdadero.
CONTINUARA….
Y ASI ES COMO EMPEZAMOS!
EL ESTOMAGO SE ME REVUELVE DE LA EMOCION!
COMO LO HABRAN NOTADO HE CAMBIADO EL NOMBRE DE QUIEN SERA EL PERSONAJE PRINCIPAL POR QUE NO ME GUSTO COMO SONABA EL NOMBRE DE MALEFICO DE BUENAS A PRIMERAS. DE HECHO AUN NO DESIDO SI DEJARLE EL NOMBRE DE MALEFICO CUANDO SE CONVIERTA EN UNA COSITA MALA. ¿USTEDES QUE OPINAN?
ME DECIDI EN QUE MI HAYATO -MALEFICO PARA LOS CUATES- FUERA EL PROTAGONISTA NO SOLO PORQUE EN REALIDAD LO ES EN LA PELICULA DE MALEFICA , SI NO TAMBIEN PORQUE EN LAS IMAGENES QUE SAKIMICHAN HA DIBUJADO, HA HECHO UNA VERSION SUPER SEXY Y COMIBLE DE MALEFICO. SI NO LAS HAN VISTO, TIENEN QUE VERLAS.
DE HECHO SAKIMICHAN FUE UNA DE LAS PRINCIPALES PERSONITAS A QUIEN DEBO AGRADECER POR HACER TAN MAGNIFICOS DIBUJOS QUE HICIERON QUE MI MENTE SE INSPIRARA Y DECIDIERA HACER ESTE CONJUNTO DE HISTORIAS.
BUENO, VOLVIENDO AL TEMA DE MI HAYATO, DECIDI QUE TUVIERA ESE NOMBRE PORQUE EL NOMBRE SIGNIFICA LITERALMENTE HALCON Y CON EL ASUNTO DE LAS ALAS GRANDOTAS CON PLUMAS Y TODO ESO, CREI QUE ERA LO CORRECTO.
ME DEBATI ENTRE OTROS NOMBRES, QUE TENIAN COMO SIGNIFICADO AMABILIDAD Y PROTECCION, HIJO DE DRAGON Y BLA, BLA... PERO AL FINAL ME DECIDI POR HAYATO. ESPERO SEA DE SU AGRADO.
Y BUENO COMO ULTIMO PUNTO EL NOMBRE DE SEIGI SIGNIFICA LITERALMENTE JUSTICIA. EN ESTOS MOMENTOS NO TIENE DEMACIADO TRANSFONDO YA QUE EL PERSONAJE ES FUGAS PERO QUIZAS CON EL TIEMPO SE HAGA UN EPILOGO EN DONDE SE HABLE MAS DE ÉL, AUN NO SE MUY BIEN. COMO SE, EL NOMBRE ME PARECIO CHULO Y PUES LO PUSE... JEJEJE.
CREO QUE AHORA SI ES TODO. ME DESPIDO NO SIN ANTES DECIRLES QUE SI TIENEN ALGUNA DUDA, PREGUNTA, SUGERENCIA, QUEJA, CRITICA - LA CRITICA ES MUY DIFERENTE A LOS INSULTOS EHH- PUEDEN DEJARMELOS EN LOS REVIEW.
PLATIQUENME QUE HISTORIAS DE CUENTOS DE HADAS QUIEREN VER PROXIMAMENTE.
NOS LEEMOS PRONTO, HABITANTES DEL REINO.
BYE BYE
