Lincoln
Un hombre gordo, no muy alto, ni tampoco bajo, estaba arrastrándose por el suelo mientras intentaba desesperadamente con una de sus manos volver a meter sus intestinos por aquella cortada grande que tenía en su panza. Mientras el se arrastraba un chico de unos 22 años de edad, de cabello blanco y con pecas en las mejillas. Aquel chico estaba vestido con una chamarra de cuero, con un pantalón de mezclilla oscuro, unos guantes de motociclista que dejaban ver la parte de arriba de sus dedos, y unos tenis de color negro con una paloma en sus lados.
Aquel chico tenía los ojos de color rojo, y miraba con una sonrisa macabra, como aquel hombre se arrastraba desesperadamente alejarse de él. El peliblanco no solo le había hecho aquella cortada con un cuchillo, también le rompió las piernas para que no se levantara. Se acerco lentamente al hombre gordo. Cuando este se dio cuentas que el chico de los cabellos blancos se le acercaba comenzó arrastrase desesperadamente, tenía miedo de que aquel chico lo volviera a lastimar. ¿Qué le había hecho?, nunca se había metido con él, entonces porque le hacia esto.
-Le has hecho daño a inocentes. - respondió a la pregunta que se había hecho en su mente. El peliblanco puso su pie en su espalda y comenzó a moverlo por los lados como si se tratara de un insecto. -Dime, ¿te arrepientes?
- ¡SI! -le grito con dolor. Ya que pudo sentir como su piel se estaba quemando.
-Mientes. -dijo mientras se agachaba, y le arrancaba su brazo derecho. El hombre soltó un grito desgarrador. El peliblanco volvió a sonreír. -Te voy a matar-le dijo mientras se ponía en cuclillas, y giraba su cuerpo para ver su cara llena de desesperación. -pero por ahora me divertiré un rato. -Metió su mano en aquella cortada. Comenzó a moverla por todo el estómago, revolviendo los órganos de aquel hombre, sintió otros órganos aparte de sus intestinos. Aquel hombre gordo solo gritaba, lloraba y suplicaba que lo dejara de lastimar. El peliblanco saco su mano y lo miro directamente a lo ojos de aquel hombre.
-Si me arrepiento-dijo entre sollozos.
-Te creo. -Le sonrió. -Pero, de todos modos, te matare, -aquel muchacho hablaba con una frialdad, que cualquier persona le daría miedo. Era como si no tuviera emociones, y lo único que le gustaba era matar. -mírame a los ojos, -su voz cambio a una gutural y algo diabólica. Mientras que de su cuerpo algo de humo comenzaba a salir-estas manchado con la sangre de inocentes, -el aspecto del peliblanco cambio por la de una calavera en llamas-siente su dolor. -el hombre revivió sus malas acciones. Revivió aquellos momentos donde había violado mujeres y niños. Él sufrimiento que les había causado, ahora lo sentía él. Sintió como él era violado, golpeado, cortado y también sentía la desesperación que les había hecho pasar a aquellas mujeres y niños, y no solo eso, también sentía el dolor que había causado sus familiares. Sus ojos estaban negros, como si hubieran sido carbonizados desde adentro.
Aquella calavera en llamas se levantó, mientras su cuerpo, regresaba a su aspecto original. El peliblanco fue a su motocicleta, la cual estaba estacionada a unos cuantos metros de distancia. Antes de irse miro el cuerpo de aquel gordo, lo escupió. Algo que el detestaba eran las personas con gustos por los niños, era algo que el odiaba y esa fue la razón por la que lo torturo y lo hizo sufrir, hacia sufrir aquellos que lastimaban niños. El peliblanco se subió a su moto, y se marchó.
Estaba en la habitación de aquel hotel barato donde se quedaba, que estaba en las afueras de la ciudad. Había estado dando vueltas, buscando algún sujeto que haya hecho daño, pero al no encontrar a nadie regreso al motel. Se quito la ropa dejándose solo en calzoncillos y se recostó en la cama, agarro una hamburguesa a medio comer, que estaba en uno de los muebles de la habitación, junto con una lata de cerveza. Aquella hamburguesa estaba fría, no le importaba, lo único que quería era comer algo. Agarro el control remoto de la televisión y la encendió.
El peliblanco se despertó de golpe, al oler a carne podrida junto con un olor a carne quemada. El peliblanco se tapó la nariz con sus manos, sintió ganas de vomitar. Aquel olor era insoportable, poco a poco se fue haciendo más fuerte. Aguanto la respiración, y rápidamente se vistió. Salió de su habitación, aquel olor seguía, pero no era tan fuerte como en su habitación, así que se quitó la mano de su nariz. Se dirigió a la recepción donde esperaba encontrar, aquella mujer de edad avanzada que lo había atendido. Cuando bajo las escaleras y estaba en la recepción del hotel se quedó sin palabras, aquella mujer estaba muerta de una manera horrible, sus ojos no estaban donde deberían sus ojos estaban en su boca haciendo un adorno algo espeluznante, su estómago estaba abierto con sus órganos regados por el suelo acompañado de una gran cantidad de sangre. Las ganas de vomitar regresaron, rápidamente se dirigió a la salida. Al salir vio el cielo, se quedó sin palabras, y algo alterado, el cielo estaba completamente rojo, mientras que de este caían luces blancas. Miro hacia el suelo, este tenía algunas grietas, acompañado de un líquido negro, las cuales parecían manchas de tinta.
El peliblanco esta confundido, ¿qué estaba pasando? El peliblanco fue sacado de sus pensamientos, cuando sintió una bola que lo golpeaba en la cabeza. Volteo a ver que fue lo que lo había golpeado, cuando miro lo que lo golpeo, se quedó completamente helado. Era la cabeza mutilada de su abuelo pop-pop. La persona que lo crio y le dio todo su amor. El peliblanco agarro la cabeza y la pego a su pecho, las lágrimas no tardaron en salir de su rostro. Se sentó en el suelo y comenzó a llorar.
-Siempre has sido un maldito maricón. -escucho la voz de su abuelo. Aparto rápidamente la cabeza. La miro con algo de confusión y miedo. -Así es, te hablo yo. -se quedó helado al escuchar que la cabeza de su abuelo le estaba hablando. -Crees que por qué tengas, al espíritu de la venganza te hace más fuerte. -le dijo la cabeza con burla-Seguirás siendo el mismo llorón de siempre Lincoln. El peliblanco sintió algo de furia.
-No eres mi abuelo-dijo mientras comenzaba apretar la cabeza. Aquella cabeza iba a hablar de nuevo, pero Lincoln la apretó fuertemente aplastándola. La lanzo de ahí. Lincoln se levantó del suelo y se limpio las lagrimas de su rostro. Sea quien sea el que haya hecho esto, lo iba hacer pagar.
-Dime, -de nuevo la voz de su abuelo. Volteo, y vio el cuerpo de su abuelo lleno de gusanos, se acercó donde la había tirado la cabeza y la puso en su cuello. - ¿Qué tal me veo? -Lincoln no respondió aquella pregunta. El cuerpo lleno de gusanos se le acerco, -que no te enseñe que debías responderles a tus mayores, -dijo, mientras se ponía enfrente de él y lo cargaba del cuello. Lincoln comenzó a sacar humo de su cuerpo.
-Si, pero el que me enseño fue mi abuelo. Tu solo eres un demonio. -dijo mientras que su cuerpo se convertía en llamas, y le arrancaba las manos. Las llamas comenzaban a salir con intensidad que derritieron el cuerpo de su abuelo y todo a su alrededor. Todo se quemaba, todo lo que estaba cerca se desintegraba al tocar el fuego. Lincoln y el espíritu de la venganza estaban enojados. Todo lo estaban destruyendo, parecía que la única forma en que se calmarían, era destruyendo todo a su alrededor.
Un hombre viejo, de cabello blanco, bigote, con una camisa blanca, pantalones vaqueros de color azul con un cinturón negro y tirantes de color naranja, con un tatuaje de ancla en su antebrazo derecho. Aquel hombre se le acercaba por la espalda a la calavera en llamas, sin importarle que su cuerpo estaba siendo poco a poco desintegrado. Estaba detrás de Lincoln, de la persona que amo en sus últimos años de vida, la vio con mucho cariño. Puso una mano en su hombro. Lincoln giro la cabeza y vio a su abuelo.
-Todo está bien Lincoln, no sigas… des… -fue lo último que dijo antes de ser desintegrado completamente.
Lincoln regreso a la normalidad, y entonces supo lo que había hecho. ¿Había devorado el alma de su abuelo?, no podía ser, el no lastimaba a inocentes. Lincoln de nuevo comenzó a llorar. ¿Por qué de todas las personas, tenía que ser su abuelo?, fue la pregunta que no dejaba de estar en su mente.
-Es porque eres un destructor vengador, -escucho una voz grutural. Volteo a ver de quien era aquella voz, y lo que fue a un hombre de cabello largo, con la cara calavérica y llena de sangre. -me acabas de hacer el trabajo sucio. -la criatura con forma de humano comenzó a reírse mientras desaparecía. Lincoln vio a su alrededor y entendió lo que le había querido decir. Él causo todo ese caos, mato todos asesino a toda la humanidad. Vio al suelo y pudo ver todos los cadáveres regados por el suelo.
Lincoln se despertó bastante agitado, con algo de sudor cayendo de su frente. Se levanto de la cama y fue al baño. Abrió la llave del agua y se hecho un poco en la cara. ¿Qué fue todo eso?, jamás había tenido ese tipo de pesadillas, y cuando si llegaba a tener alguna pesadilla, era de él haciendo el trato con Mephisto, o también de su abuelo Albert muriendo en aquella cama de hospital, por una enfermedad del corazón. Salió del baño, vio la hora en su celular, no habían pasado más de 60 minutos desde que se había ido dormir. Se vistió. Era el momento de irse, iba esperar al amanecer, pero aquella pesadilla lo altero un poco, así que mejor decidió irse.
Lincoln estaba recargo en una piedra con una cobija que tapaba su cuerpo, aunque no era el mejor lugar para descansar, tenía que acostumbrarse ya que aún estaba un poco asustado por aquella pesadilla hace unos cuantos días. no estaba seguro que fuera una pesadilla normal, por lo que había decidido solo tomar algún hotel solo cuando realmente lo necesitara.
Se tapo un poco más con aquella cobija. Cerro los ojos y se dispuso a dormir. Solo esperaba que no hubiera algún ladrón que le quisiera quitar su moto y tener que transformarse. Antes de quedarse dormido sintió una mordida en su brazo. El peliblanco se despertó de golpe, vio su brazo, y a la criatura que lo había mordido. La criatura era gris, jorobada, tenía cuatro brazos y cuatro piernas, sus manos tenían grandes garras, sus ojos eran pequeños y se les notaba un color rojo brillante. Rápidamente el cuerpo del peliblanco se convirtió en el vengador. La criatura al ver su transformación lo agarro con sus brazos, por todo su cuerpo sosteniéndolo con fuerza.
-En el nombre de Lucifer, -dijo una voz suave de mujer, que Lincoln no sabía de donde venia. Al escuchar aquellas palabras sintió un cosquilleo en su pecho- y en el nombre de Sariel, te ordeno que me obedezcas.
- ¿Qué? -dijo Lincoln, mientras sentía como todo su cuerpo tomaba una forma extraña y las llamas eran más que en su transformación normal, aquella criatura al sentir el calor se alejó de él. Tanto como el peliblanco, como el vengador comenzaron a gritar, escuchando sus voces en sus gritos.
- ¿Cuál es tu propósito? -pregunto aquella extraña voz, mientras salía de las sombras, dejando ver a una hermosa mujer de cabello negro, con unos enormes pechos, vestida con un hermoso vestido blanco y en su cintura llevaba colgada una espada algo pequeña.
-Castigar a los que están manchados con sangre inocente. -Respondió, entre una voz grutural y su voz real.
Aquella mujer lo miro sin expresión alguna, el vengador seguía gritando como si algo lo estuviera lastimando. La hermosa mujer miro a la dirección donde se había ido la criatura, de esa dirección a un al hombre de cabello rubio, aquel hombre se puso a un lado de ella.
- ¿Qué le hacemos? -pregunto el hombre.
-Matarlo, -respondió la mujer, mientras de su cintura sacaba aquella espada algo pequeña, -por lo que he leído, esta arma fue usada para asesinar demonios y ángeles. -se acercó a la calavera en llamas -no podremos conquistar este mundo, si tú y los otros diez siguen en el.
-Solo date prisa, que ya me quiero ir. -dijo el hombre mientras soltaba un bostezo y se daba media vuelta.
La mujer lo miro unos momentos, alzo su espada lista para enterrarla en su pecho. Un momento antes de enterrarla, la motocicleta la golpeo alejándola de ahí, poniéndose al lado de su dueño. El peliblanco se levantó rápidamente, de su moto saco su cadena con la que desterró a Mephisto al infierno. Miro hacia atrás, y pudo ver al hombre que se estaba convertido en aquella extraña criatura. No conocía demonios con ese aspecto entonces, ¿quién era? La criatura se abalanzo sobre de él, pero al abalanzarse sobre el vengador, este lo agarro por el cuello.
-No puedes lastimarme. -dijo mientras comenzaba apretar su cuello.
-Pero yo sí. -dijo la mujer. El vengador volteo a ver a la mujer, la cual lanzo rayos de sus manos.
El vengador, al sentir aquellos extraños rayos apretó el cuello de la criatura, y arrojo su cuerpo a un lado. Aquellos rayos no le hacían nada, se comenzó acercar hacia la mujer. La mujer al ver que no le hacían nada, miro hacia sus lados, pero no encontró la espada con la que lo iba a matar. Con algo de furia le disparo con mas poder, sus ataques resultaron hacer efecto, el cráneo del vengador comenzó a romperse en pedazos, cayendo al suelo, la mujer se acerco al cuerpo de aquel sujeto. Su cráneo estaba partido en dos. Soltó un suspiro, fue con su compañero, el cual seguía tirado en el suelo.
-Levántate. Está muerto. De todos modos, no era tan fuerte -dijo la mujer con algo de burla en sus palabras -pensar que podía detener… -no termino de hablar ya una cadena la partió por la cintura.
-Hablas demasiado. -dijo el vengador mientras la cargaba por el cabello -Mírame a los ojos, estas manchada con la sangre de inocentes, siente su dolor. -antes de usar su mirada de penitencia, su cuerpo fue atravesado por aquella espada. Aquel hombre se había levantado y le había penetrado el pecho. Lincoln perdió su transformación como el espíritu. Cayo al suelo, y quedo inconsciente.
Lincoln se despertó en una habitación de color blanco. Miro a su alrededor. Lo único que vio fue un mueble que se encontraba a su lado. Encima de este, había un jarrón con algunas flores encima. Se toco el pecho, solo esperaba que no tuviera alguna cicatriz, pero al pasarse la mano por el pecho no sintió nada, se levantó aquella prenda blanca que traía puesta para confirmar que no tuviese alguna cicatriz. No tenía ningún rasguño, eso lo alivio, por un momento pensó que iba a tener alguna cicatriz, era algo extraño ya que en ninguna de las veces que lo atacaban, lo llegaron a dejar fuera de combate.
Al levantarse de la cama, lo primero que hizo fue buscar su ropa, lo único que tenía puesto era la ropa que le ponían a los pacientes del hospital. Lo único que había encontrado fue su pantalón y sus tenis. Lincoln se molestó, no estaba su playera de color blanco que llevaba debajo de su chamarra de cuero. Lo había imaginado, le habían atravesado el pecho, de seguro que tiraron aquellas viejas prendas rotas. No le importo, salió de la habitación, miro a los pasillos, no vio a nadie, ni escucho a nadie, camino un rato buscando las escaleras o un ascensor, que lo llevaran al piso de abajo. Al encontrarlos bajo al primer piso, y al estar en el primer piso busco la salida, esperando que no hubiese algún policía o algún doctor que no lo dejara salir. Comenzó a caminar por los pasillos del hospital buscando una playera que ponerse. Si algún doctor lo llegaba a ver, entonces sabrían que es un paciente. No paso mucho tiempo cuando encontró una playera en un carrito, en aquel carrito había una playera tipo sport de color naranja. Dudo un poco en ponérsela. Aunque de niño le gustaba usar playeras de color era naranja, pero a cuando hizo el trato con Mephisto, jamás volvió a usar playeras de ese color. El chico que usaba aquellas playeras estaba muerto.
Es solo una playera, déjate de estupideces. -pensó, se la puso solo era una playera. Al cabo de unos minutos encontró la salida, la paso como si nada, la muchacha que está en la recepción no le dijo nada, eso lo alivio. Al salir del hospital se alejó. Ya al estar más lejos, se percató que no hubiese personas a la vista, lanzo un silbido. Solo esperaba que nadie se hubiese llevado su moto. Lincoln estuvo caminando durante un rato, esperando a que su moto llegase, pero al no llegar se imaginó que algún idiota se la había llevado, y ahora le estaba tomando algo de tiempo llegar por lo lejos que estaba de ahí.
Al cabo de unos 10 minutos su moto había llegado. Se subió en su motocicleta, se subí y se marchó. Lo que haría seria encontrar a aquellas personas o demonios, sea lo que sean, algo que quería saber era ¿de dónde habían conseguido aquella arma?, esa arma lo dejo fuera de combate algo que nunca había sucedido.
El peliblanco se pasó aquel rastrillo, el cual compro hace unas horas en un supermercado. Se estaba afeitando ya que su barba había comenzado a crecer, pocas veces se la dejaba, pero no era muy seguido, al tenerla larga parecía mayor y muchas personas lo confundían con un anciano. Se hecho agua en la cara, quitando todos los pequeños pelos que estaban en su cara, agarro una toalla y se secó la cara. Al salir del baño, se acostó en la cama de aquel motel donde se estaba quedando. Había decidido quedarse en un motel, para afeitarse y descansar decentemente. Agarro su celular y comenzó a buscar información, algo que le diera alguna pista sobre aquella criatura, relatos de personas, algún video que hablara de personas raras en medio de la nada, pero nada. Lincoln apago su celular, no encontró nada de nuevo. Apago su celular, encendió la televisión y recostó. Al día siguiente se iría de ahí e intentaría buscar más información, fue lo último que pensó antes de quedarse dormido
"-Entonces Lincoln, -aquel hombre con un abrigo de color negro, de cabello castaño claro y voz profunda, lo miro con una sonrisa en los labios. -puedo salvar a tu abuelo, pero a cambio me darás tu alma.
Lincoln pensaba con dudas. Su abuelo había sido golpeado por un grupo de hombres que lo habían asaltado, aquellos bastardos no estuvieron satisfechos con quitarle todas sus pertenencias, al no estar conforme decidieron golpearlo, de tal manera que estaba al borde de la muerte. No estaba seguro que debía de hacer, no quería perder a su abuelo, así que lo que hizo fue invocar a un demonio, y aquí estaba el demonio al que llamaban Mephisto.
-Vamos chico no tengo todo el día. ¿Aceptas si o no? -dijo el hombre mientras se veía las uñas. Lincoln no estaba seguro, aunque no era muy religioso, sabia que los demonios eran expertos en las mentiras.
- ¿Cuándo te llevaras mi alma? -pregunto. Aquel demonio sonrió maliciosamente.
-Cuando tu abuelo muera. -dijo el demonio -Entonces tenemos un trato. -le extendió una hoja que tenía escrito el trato que ambos harían. -Pícate el dedo con la pequeña aguja que está aquí, pon tu sangre donde dice tu nombre y cerraremos el trato.
Lincoln suspiro pesadamente. Si su abuelo se enterara se enojaría mucho, pero no le importaba, lo único que el quería era que estuviese un poco mas tiempo con él. Se pico el dedo, sacando un poco de sangre de su dedo y lo coloco donde estaba su nombre."
Lincoln abrió los ojos de repente. Odiaba tener esos tipos de sueños, donde lo único que hacía era repetir el trato con Mephisto. ¿Su mente no podía superarlo?, había hecho el trato y ya. No era para tanto. Negó con la cabeza, mientras soltaba un suspiro algo cansado. Se levanto de la cama con dirección a la ventana, que estaba al lado de la puerta. Aparto la cortina y vio a la calle, intentando distraerse.
El peliblanco noto algo extraño, no había luz, ¿todas las luces estaban apagadas? O cual era la razón. Tampoco escucho el sonido de los coches. Lincoln se extraño un poco, normalmente escuchaba alguno que otro carro pasaba de repente. Se vistió y salió de la habitación del motel. Se subió a su moto y se dirigió a la ciudad. Quería percatarse que todo estuviera bien. Se dirigió con rapidez a la cuidad. Pero mientras más avanzaba, la cosa se iba poniendo más rara y algo aterradora, ya que veía que algunas casas estaban con las luces encendidas y con las puertas abiertas, no solo eso también varios órganos de regadas por la calle acompañado de sus ropas. Acelero, hasta que llego al centro de la ciudad, no encontró a nadie, solo algunos carros la estacionados, había algunos de la policía, los cuales tenían las luces encendidas. El peliblanco bajo de su moto y se puso a buscar alguna persona, pero nada. No había nadie, la ciudad ahora parecía un pueblo fantasma.
- ¡HOLA! -grito fuertemente para saber si realmente no había nadie mas aparte de él. No recibió respuesta. - ¿Qué mierda le paso a todo el mundo? -pregunto con voz baja.
Lincoln se dirigió de nuevo a su motocicleta. Debía encontrar a la cosa que había hecho esto y hacerla pagar. Un momento antes de subirse, un fuerte zumbido se hizo presente en sus oídos, aquel ruido era insoportable, se tapó las orejas intentado dejar de escuchar aquel zumbido, pero nada ya llevaba así unos minutos, aquel zumbido comenzó hacer su cabeza le comenzara a doler. El peliblanco sintió algo que agarro su pie.
-Te tengo. -dijo en voz baja y rápidamente se convirtió en el espíritu de la venganza, aquel tentáculo se aparto de él, pero Lincoln en un movimiento rápido agarro su tentáculo y lo jalo hacia donde él estaba.
Lo que vio lo dejo confundido. Una criatura de gran tamaño de color amarilla, ojos de color rojo, la cual tenía unos pequeños brazos y piernas que casi apenas se podían ver, tenía varios tentáculos de color amarillo que salían de su espalda, en estos había órganos, ahora entendía lo que había pasado. El vengador lo miro. Soltó una risa y le arranco el tentáculo que estaba sosteniendo en su mano. La criatura no soltó algún grito o lo maldijo simplemente se quedó estático. Aquello lo confundió un poco.
-Mírame a los ojos, estas manchado con la sangre de inocentes, siente su dolor. -le dijo, pero aquella criatura no le paso nada. El vengador se confundió aún más, ¿Por qué su mirada de penitencia no funcionaba?
De la oscuridad unas garras aplastaron su cráneo. El vengador se apagó y cayó al suelo. La criatura que lo había hecho era larga y delgada, su cuerpo era oscuro, menos de sus brazos y ojos, estos eran de un blanco intenso. La criatura tenía la mano de una persona en su boca, la quito con sus garras, la apretó un poco y liquido rojizo salió, el cual se llevó a la boca, para luego comerse la mano. Al poco tiempo la criatura de color amarillo desapareció de repente, dejando solo a la de color negro, sin darse cuanta unas manos en llamas la atravesaron.
- ¿Qué clase de porquería eres? -pregunto, -No importa. Estas muerto. -dijo mientras abría todo su cuerpo, de este un líquido negro salió, el cual al caer al suelo comenzó quemo la calle.
Subió a su moto y se marchó. Mientras manejaba, imaginó las noticias, informando lo que había pasado y entonces, ¿qué pasaría?, esa era una buena pregunta, debía esperar hasta mañana.
Y sigo con lo mismo, publique y publique, bueno creo que es la última, o no lo se, jaja, es que la inspiración me llega de repente, de hecho tengo pensado hacer un drama, pero ahorita no.
Otra cosita aquí los Loud no son hermanos, las únicas que serán hermanas son Lana y Lola, pero de ahí nadie. También contare un poco de cada una por separado y sus habilidades ya que cada uno tendra poderes como Lincoln.
Bueno sin mas, espero que les haya gustado. Chao.
