Es mi segundo fic de esta pareja. Espero que les guste. Besos.
El plan estaba hecho.
Y Matt era la carnada.
Entonces ahí estaban; unos momentos antes de que todo empezara. Solos, y el íntimo silencio que algunos considerarían incómodo se apoderaba de sus oídos. Matt miraba fijo al piso, como si tuviera algo de interesante, recostado en el sillón. Y Mello estaba allí, parado de espaldas a él, maldiciendo el caso por primera vez. Cómo si por primera vez notara la gravedad del asunto.
Se pasó una mano por su cabellera rubia y suave, dejando paso a unas gotas de sudor en su frente, a pesar del clima frío que reinaba en la habitación.
Las cortinas estaban cerradas, no había ruido. Casi no había luz. Y Mello estaba helándose.
-¿Mello, alguna vez has oído hablar de la luz al final del túnel?
Mello no contestó.
Matt se pasó la lengua por los labios que estaban comenzando a secársele. El ruido de una puerta abriéndose – o cerrándose- cerca de su habitación le sacudió.
-Bien.- dijo, como si hubiera estado esperando ninguna respuesta por parte del rubio.
Mello hizo una mueca, parecía como si su malhumor estuviese estropeado y no daba indicios de aparecer, al menos no esta noche.
-Dicen que la luz es el paraíso. O alguna incoherencia así.- continuó- Yo creo que esa luz, representa aquello que te hace feliz por el simple hecho de estar ahí.
Matt se paró, sus piernas estaban entumiéndose. Las sacudió, movió su cuello de lado a lado y finalmente dejo caer la cabeza hacia atrás, exhalando aliento con olor a cigarro. Hacía mas de 10 minutos que lo había dejado caer, harto de fumar.
-Quisiera decirte que todo estará bien. – pronunció Mello, como si cada una de las palabras le hiciera un corte profundo en la garganta, cerrando los ojos. Ignorando las palabras que el pelirrojo había pronunciado antes que el. Esperando…
Matt sonrió. Sentía un estremecimiento involuntario en su pecho. En su piel. Y de repente tenía impulsos de hacer. Pero por el momento su mente estaba llena de nada.
Se acercó a el en pasos cortos, se le acababa el tiempo.
Paró cuando quedo detrás de el. Suficientemente cerca, y a la vez, tan lejos. Su mandíbula estaba situada por arriba del hombro de Mello, quien lamentaba cada uno de sus estúpidos actos. "Estúpido Matt… Si tan solo…" Fue ahí cuando su mente quedó en blanco. ¿Si tan solo qué?
Si tan sólo no se interesara por el caso. Si tan sólo no estuviera apoyando todo lo que hacía. Si tan sólo lo siguiera más como un amigo y menos como un perro obediente. "Eres un perro estúpido, Matt…" (Le había dicho alguna vez)
Si tan sólo hubiera aprendido a no quererlo, antes de llegar a esto. Si tan solo su nombre no encajara tan bien con el suyo. Si tan solo sus suaves y jodidamente tersas manos no lo tocaran de esa manera. Si tan solo no estuviera hecho para él...
-Oye- la voz de Matt lo hizo reaccionar- Todo va a salir bien. Es el plan perfecto
-Parece que no estas consciente de lo que implica.- inquirió dando un suspiro.
-Por supuesto que estoy consciente- dijo acercando mas su rostro- Y es que todo va a estar bien.
-Claro que no. No vas a salir vivo de ésta.
-Tú tampoco.
Mello sonrió.
Era una de esas sonrisas que le hacían ver a Matt, que al fin y al cabo, Mello no estaba con el, -aunque el lo negara- sólo por sexo.
-¿Sabes? Siento que no voy a tener que atravesar ese túnel del que todos hablan
-¿Qué dices? – pregunto Mello desorientado.
-Bueno, es que yo desde hace un tiempo que estoy viendo la luz.
