I miss you but there's nothing I can Do...
El despertador la sobresaltó. Abrió los ojos de sopetón, al ubicarse en tiempo y espacio, le dio un manotazo al despertador muggle que le había regalado su padre hacía varios años, y aún conservaba.
Sintió como unos brazos bien formados la abrazaban cariñosa y posesivamente. Ella sonrió al sentir como besaba su cuello en forma de saludo cordial matutino.
-No, no te vayas.
-Ya es hora cielo- sonrió la pelirroja.
-No, no quiero que te vayas- La rodeaba con sus brazos.
-Quedé con mi hermano.
-Si, pero va a entenderlo, él siempre llega tarde.
-Hoy no puedo, prometo compensarte- besó sus labios- Además, debes llevar a los niños, en eso quedamos, amor.
-Si- bufó- Lo sé.
-Debo bañarme...
-¿Y si te acompaño?
-¿Y si preparas el desayuno?
-Mm... prefiero mi idea.
-Si, pero yo muero de hambre. Compláceme ahora y esta noche hacemos algo especial¿si?
-De acuerdo.
-¡Te amo!- Lo besó.
-Y yo a ti amor... Ahora ve a bañarte antes de que me arrepienta de dejarte ir.
Luego de bañarse, bajó a la cocina, en donde la esperaba su esposo, sus hijos, y el desayuno.
-Hola mis amores- besó la frente de su hija mayor, de cuatro años, y la de su pequeño de dos.
-¡Hola ma!
-Harry¿Sabes donde queda la casa a la que deben ir?
-Si, ayer me llamó Hermione tres veces para recordármelo.
-Debes llevar al pequeño también.
-Si, no lo olvido.
-Bien niños¡vayan a prepararse!, Lily cariño, ayuda a tu hermano a vestirse ¿si?
-Si, mami- sonrió la pequeña pelirroja contenta. Tomó a su hermano en brazos y subió las escaleras.
-Bien Harry, entonces... vamos a lo de Ron, tú llevas a Thomas y los niños, y yo a Lucy... Tu vas a la casa de Neville, y yo a King's Cross.
-¿Por qué yo lo más complicado?- Se quejó como niño.
-Porque Neville es tu amigo...
-Y por ende, el tuyo.
-...Y mi hermano me lo pidió.
-Pero¿a dónde va que no puede llevar a su hija?
-Se va a visitar a Bill, y Herms lo acompaña.
-¡Oh!, bien...- Dijo decepcionado.
-Arriba el ánimo, esta noche vamos a cenar afuera ¿si?- él sonrió y la besó. Ella contestó igual.
-Bien¡Lily,Charly!
-Ya estamos, falta que Charly se calce, pero no deja de patearme- se quejaba la pequeña desde el piso superior.
-Yo me encargo- sonrió el morocho.
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-¡Ya chicos¡Súbanse al auto!- decía Harry subiéndose en el lugar del conductor.
-Lily ponte el cinturón.
-¿Gin, aseguraste a Charly?
-Si, ya lo ubiqué- se sentó en el lugar del copiloto.
-Bien, asegúrate tú, y salimos.
El auto se puso en marcha y la familia Potter partió hacia las afueras de Londres, donde se encontraba ubicada la casa de Ron y Hermione Weasley. Al encontrarse frente a la puerta, tocaron la bocina un par de veces y bajaron del auto Harry y Ginny.
-¿Estás segura que no quieres el auto?- Le preguntó el morocho, pero no pudo esperar una respuesta ya que sus amigos salieron sonrientes.
-¡Amigo!- saludó Ron- ¡Hermanita!
-Ya crecidita, pero gracias- sonrió.
-¡Hola chicos!- Saludó Hermione con un beso en el aire ya que cargaba a su pequeña niña de 7 meses en brazos.
-¿listos?- preguntó Harry.
-Si, Thomas ya sale, nosotros nos llevamos a Emma y, Ginny se encargará de Lucy- Ambos asintieron.
-Harry ya sabe a donde ir, y yo...- miró su reloj- llegó tarde si Lucy no se apura... ¡Lucy!- gritó la pelirroja.
-¡Ya casi termino!- se escuchó de adentro de la casa.
-Está nerviosa- dijo con una sonrisa llena de culpa, la castaña.
-¡Aquí estoy!, Adiós Papi- se acercó y lo abrazó. Ron le susurró un par de cosas al oído y ella sonrió- ¡Adiós Ma!- Hermione dejó a Emma en brazos de Ginny y abrazó a su hija de once años.
-Hermosa...- la miró con melancolía- Luces hermosa- sus ojos se humedecieron- estoy tan orgullosa de ti, cariño... ¡Tu primer día en Hogwarts¡Como pasa el tiempo!.
-¡Ay, ma!, es solo un colegio.
-Yo pensé lo mismo, pero hoy, hace 18 años, conocí a tu padre- le sonrió.
-Y a tu tío...- acotó Harry- solo que luego se olvidó- ambos sonreían.
-Lamento no poder acompañarte en tu primer día... es tan especial que...
-Ya sé... sé que debes ir con Papá y Emma- la castaña sonrió emocionada- no te preocupes¡sé que me amas!
-Eres muy inteligente... ¡Dame un abrazo!
-Debemos irnos Herms- insistió Ginny.
-Si... Cuídate linda, te escribiré.- Se dirigió a Ginny- ¡Gracias!, significa mucho para mí.
-¡Vamos!, debes irte...- La saludó y ella junto con Ron y la beba, desaparecieron- Bien Lucy, mejor nos vamos también a menos que quieras viajar en auto volador hasta allí.
-Papi lo hizo, y tenía tan solo un año más que yo...- se quejó.
-Pero tu padre fue un inconsciente, igual que tu tío...
Mientras caminaban por King's Cross, chocando muggles, y demás... Lucy preguntó...
-Tía¿tú crees que encuentre a mi amor allí?
-¡Seguro!, allí o en cualquier lugar...
-Tú y papá siempre estuvieron enamorados de mamá y el tío, pero¿cómo lo sabré yo, que estoy enamorada?- Habían llegado a la columna que debían cruzar para subir al expreso.
-Esto es lo que haremos... Ahora no hay tiempo, y es un tema delicado. Tú escríbeme una vez a la semana, con detalles tus emociones y, te prometo que sola vas a notarlo, y si no¡yo te ayudaré!- sonrió transmitiéndole gran confianza- ¡Venga esa mano!- chocaron las palmas, agarraron sus meñiques e hicieron una vuelta rara la cual formaba parte de una especie de saludo fraternal- Ahora¡atraviesa aquella columna!
-¿Qué?
-mira, así...- dijo y la atravesó. Luego volvió- ¡Vamos juntas!
Ambas pasaron y se logró ver el imponente expreso de Hogwarts. Lucy estaba maravillada, definitivamente era mejor de lo que esperaba. Su ansiedad la hacía ponerse nerviosa.
-¡Tranquila!, todo irá genial.- Le sonrió Ginny.
-Tía¿qué pasa si no hago amigos?
-Te prometo que los harás, mantenme al tanto de todo ¿okay?
-Te lo prometo.
-¡Sube ya!, y te cuidas...- besó su frente. Eran las once y el expreso anunció su partida. Ginny la observó desaparecer siguiendo las vías- ¡Como crecen!- suspiró.
Dio media vuelta para volver a su casa, bañarse y luego encontrarse con su esposo. Pero sus planes se vieron frustrados al tropezar con alguien.
-¡Oh!, lo siento- Lo miró embelesada. No podía creerlo, frente a sus ojos estaba él, o eso creía- ¿Draco?
-¿Quién pregunta?- la pelirroja abrió la boca para responder, algo indignada, pero él la interrumpió- ¡Shh!, ya sé quien eres, solo bromeaba, Ginny- sonrió contenta.
