Hallowen en la Mansión Andrew
Por: Loly Sayol
Esta noche no es una noche como cualquier otra, es una noche muy especial. Todos los Andrew se encuentran reunidos, hasta la Tía Abuela Elroy, (para disgusto de algunos), Annie, Patty y su abuela Martha, La Srta. Pony y la Hermana María, junto con todos los niños del hogar de Pony, incluso Tom y por supuesto Candy (como no podría estarlo, si es la esposa del anfitrión). También los Leegan, aunque algunos se preguntan que carrizo hacían ellos ahí, se supone que seria una fiesta alegre y divertida, y precisamente ellos no son el alma de las fiestas, pero Candy insistió y a Albert le gusta complacer todos los caprichos de su adorada esposa (aun los mas locos).
Como decíamos, esta noche era diferente. El camino hacia la mansión Andrew se encontraba iluminado por antorchas, lo que le daba un aspecto sombrío, tanto que nadie se atrevía a salirse del aro protector de la luz, por temor a que alguna criatura de la noche saliera y los arrastrara hacia el bosque. Era una tontería, todos lo sabían, solo era producto de su imaginación, alimentada por las extrañas historias que los lugareños contaban sobre la cosas que pasaban en la mansión durante esa época del año.
Una vez en el portal creyéndose a salvo, dejaban escapar un suspiro de alivio, pero en cuanto se abría la gran puerta de la mansión, su corazón volvía a latir frenéticamente, ya que un hombre vestido con un habito de monje, con la cara tapada y una gran guadaña de acero, les daba la bienvenida y los invitada a pasar al gran salón. La entrada del salón estaba guardada por dos gárgolas de piedra, sus ojos eran un par de gemas de color rojo sangre, las cuales, las hacían parecen que estaban vivas y que en cualquier momento alzarían vuelo y saltarían sobre ellos.
De dos en dos, tomados de la mano, los invitados fueron entrando al gran salón, asombrados y a las vez temerosos contemplaban la decoración. Habían colocado en las esquinas del salón, siniestras telas de araña, y los grandes ventanales estaban cubiertos por cortinas de terciopelo negro, que le daban ese toque tétrico y en el techo de madera colgaba un candil antiguo, cuyo macilento resplandor daba a la estancia la apariencia de casa embrujada.
En un lado del salón se encontraba sentada en su sillón, la Tía Abuela Elroy, vestida de toda negro (como era su costumbre) y con el ceño fruncido, como si estuviera enojada (o sea, con el mismo humor de siempre o ¿Alguna vez la han visto sonreír?), en el centro del salón los esperaban sonrientes Albert y Candy, disfrazados como el Conde Drácula y su esposa, respectivamente.
Los primeros en recuperarse de la impresión fueron los niños que corrían directo a la mesa para comer las manzanas acarameladas, los dulces de chocolate en forma de fantasmas yo murciélagos, seguidos de Tom y Patty, los cuales se habían disfrado de vaqueros (Tom no quiso disfrazarse, así que Patty, decidió colocarse una falda acampada, como las que usan las esposas de los vaqueros, una camisa a cuadros y unas botas), la Abuela Martha estaba vestida con el uniforme del Colegio San Pablo (¿Qué esperaban?). Archie se disfrazo de Don Juan tenorio (con la camisa toda llena de volantes y encajes) y Annie colgada de su regazo llevaba un vestido de Princesa Gitana (modesta la niña). Los últimos en entrar fueron Eliza que llevaba un corsé y un vestido con enaguas, estilo Dama Victoriana y Neal un traje como el de Red Bottler ("Lo que el viento se llevo").
La gran fiesta de Hallowen, organizada por Albert para Candy (ya que ella nunca había asistido a una), había empezado. Todos los invitados se divertían viendo como los niños arrodillados ante una tina llena de agua, intentaban coger unas manzanas, solo con la boca, todos lo estaban pasando bien, menos Eliza que casi no podía respirar por el corsé y Neal que no hacia más que beber por los celos que sentía al ver a Candy y Albert juntos.
Cuando faltaban cinco minutos para la media noche, un destello ilumino la mansión, se escuchó el retumbar de un trueno, las ventanas se abrieron de golpe dejando entrar una ráfaga viento, el cual apago las velas y dejo al salón sumido en las tinieblas. Mientras Candy trataba de tranquilizar a los invitados y Albert ordenaba a los sirvientes que encendieran las luces y cerraran las ventanas, un segundo rayo cayo con estruendo e ilumino a una figura vestida a la usanza escocesa, que apareció misteriosamente en el centro del salón.
Todos se preguntaban quien era. De repente, el hombre comenzó a caminar en dirección hacia la Tía Elroy, se inclino y la saludo – Es un placer volver a verla madame.
Han pasado muchos años Sir. Andrew – Le contesto ella muy seria
50 años para ser más exactos – respondió el hombre
¿Hoy es el día? – le pregunto la Sra. Elroy
Así es
No se si estén preparados… - exclamo la anciana dudosa
Ese no es mi problema – le respondió el misterioso hombre y dirigiéndose a los invitados – Señoras y señores, permítanme presentarme. Mi nombre es Sir William Andrew I, patriarca del Clan Andrew.
Albert se quedo mirando a la Sra. Elroy - ¿Será una nueva jugarreta de ella? – pensó, así que antes que el hombre siguiera hablando, decidió tomarlo por un brazo y llevarlo hacia la biblioteca para aclarar el asunto. Pero para su asombro, su mano atravesó el brazo del hombre. Este sonrió y le dijo – Tranquilízate querido tatara..tatara… nieto déjame hablar - Candy se acerco a su esposo asustada y Albert la tomo entre sus brazos.
Como les iba diciendo, antes de que mi nieto me interrumpiera. Soy Sir William Andrew I, y como se abran dado cuenta… "Soy un fantasma"… pero no se asusten, no vengo a hacerles ningún mal… ¡por lo menos no a todos! – exclamo casi en un susurro… Como él patriarca del Clan Andrew mi deber es el de velar por todo aquel que por sus venas corra la sangre de los Andrew ó sea un Andrew de corazón – dijo guiñándole un ojo a Candy. Por tal motivo, se me encomendó la tarea de seleccionar a un pequeño grupo de entre los miembros del Clan Andrew y hacerles pasar por una prueba o lección de vida, como prefieran llamarlo. Esta prueba se hace cada cincuenta años y hoy exactamente, se cumplen 50 años. Así que si me permiten – Sir Andrew se puso a buscar en los bolsillos de su chaleco y saco una lista de uno y unos anteojos de otro – Los escogidos son:
William Albert Andrew
Candy White Andrew – Andrew
Archibald Cornwell Andrew
Annie Britter – Andrew
Eliza Leegan Andrew
Neal Leegan Andrew
Y Patricia O´Brian
Un momento grito la Tía Abuela Elroy, la Srta. O´Brien y Annie, No son Andrew.
La Sra. Annie Britter está casada con un Andrew y sobre la Srta. O´Brien, a petición de una persona, haré una excepción, por hoy – le respondió el fantasma de Sir Andrew.
Un momento…- protesto Albert – Nadie nos había dicho nada y no permitiré que mi esposa u otra persona corran algún riesgo. Si alguien debe pasar una prueba en nombre de los Andrew, ese seré yo y nadie más.
¡MAMI¡ gritaron Eliza y Neal, corriendo a refugiarse tras las faldas de su madre… ¿Verdad que nosotros no tenemos que hacerlo? – le pregunto Eliza
Me alegra ver que la sangre de los Andrew corre por tus venas querido nieto – exclamo Sir Andrew, mirando a los chicos Leegan y sacudiendo la cabeza de un lado a otro, pero quien participa y quien no, lo decido yo.
¿De que trata la prueba? – le pregunto Archie dando un paso adelante
Otro orgulloso Andrew – se rió el viejo – les explicare, a media noche, se abrirá una puerta que comunica este mundo con el mundo de los espíritus. Mientras el reloj da las doce campanadas, ustedes cruzaran esa puerta.
Asustada Annie se aferro al brazo de Archie ¿Qué nos pasara?
¿Debemos enfrentarnos a algún espíritu? – pregunto Candy armándose de valor y apretando con fuerza la mano de Albert.
No lo sé – les respondió Sir Andrew – lo que pase una vez que crucen esa puerta dependerá de lo que haya en sus corazones.
No te preocupes Ccandy, iremos juntos y no te soltare – le dijo Albert
No, lo siento… cada uno deberá entrar solo – En el momento que el fantasma dijo eso, el reloj marco las doce y unas campanas comenzaron a sonar.
1 Dong – La oscuridad envolvió a todos en el salón
2 Dong - ¡CANDY! – grito Albert al sentir que eran separados
3 Dong – En mitad de la oscuridad apareció una luz a los lejos
4 Dong – Archie camino hacia la luz
5 Dong – Cuando llegaron al otro lado…
Cuando el reloj dio la última campanada, las velas se encendieron, el fantasma de Sir Andrew había desaparecido y en su lugar los siete chicos aparecieron en mitad del salón.
.- Candy y Aubert felices se abrazaban y un aroma a rosas se percibía a su alrededor.
.- Archie con un extraño brillo en su mirada, tocaba una gaita, mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.
.- Annie, miraba avergonzada una carta y una cinta de ceda azul que tenia entre sus manos.
.- Patty abrazaba con ternura un muñeco en forma de ángel.
.- Eliza yacía desmayada en el piso
.- Neal, sentado en el piso, con los rodillas contra sus pecho y la cara oculta entre sus manos, lloraba y solo decía ¡Mami!...!Mami! como si tuviera 5 años.
¿Qué abra pasado?... acepto ideas…..
