Disclaimer: A los verdaderos higlander les suda si las cosas son de Himaruya o de alguien más mientras lleguen a la botella de whisky.


Era una tarde tonta y caliente

Tocan la puerta de casa de Escocia, Francia insiste que pasaba por aquí. Pone la tele en mute dejando de ver una entrevista a Margaret Tatcher que dejó de ser primera ministra el año pasado y levanta las cejas porque esta tarde no había quedado con nadie.

—WHO? —grita sin levantarse siquiera y sigue flipando porque acaban de anunciar que el hit "Barcelona" de Freddy Mercury va a ser canción de los Juegos Olímpicos del año que viene (cosa que Mercury no llegara a ver puesto que morirá en Noviembre de este año)

—MOOOOIIII! Ábremeeeee! —se queda pegado al timbre. El escocés sonríe y hace los ojos en blanco.

—NO HAY NADIE EN CASA —responde mientras se levanta.

—Ya habrá cuando te hartes del timbre —empieza el tonito de la Marsellesa. Se arregla un poco el pelo pelirrojo de camino y abre la puerta.

—Si vas a romperme el timbre, al menos que no sea con una mierda de canción.

Francia sonríe aún pegado al timbre.

—Oh... ¿Una merde de canción? —falso drama.

El escocés hace cara como si hubiera dicho algo escandaloso y luego sonríe burlón apoyándose al marco de la puerta.

Francia suelta finalmente el timbre, le pone las dos manos en el pecho y se le acerca, dándole un buen beso en los labios. Él se sonroja pero sonríe, cerrando los ojos y devolviéndoselo.

Le muerde un poco la lengua y el labio con cierta fuerza. El británico mira un poco bestiecita para soltarse, peleando y sonriendo más.

—Eh, eh... ¡Cálmate! —protesta.

—No me da la gana —se relame aun sonrojadito, porque se ha levantado un poco de piel del labio.

—No seas chillón... Mira lo que traje —señala al suelo donde hay una cesta de picnic.

—Si vas a buscar setas, creo que tengo algo en la nevera que pueda hacerte vomitar —levanta una ceja.

—Siempre tienes cosas en la nevera que me hagan vomitar. Traje sangría con cognac... Del bueno.

—Esa cosa que me haces beber siempre, que es demasiado suave...

—No es nada suave, le puse el triple se lo normal... Sí conozco a mis bestias —le sonríe, cerrándole un ojo. Escocia se sonroja sutilmente de nuevo y sonríe un poco más, apartando la cara.

—Andaaaa, ¡carga! —le da unas palmadas en el brazo—. ¿Cómo estás tú y tus tierras libres?

—Espera —se mete a la casa y cierra la puerta.

Francia se encoge de hombros y saca un cigarrillo, haciendo los ojos en blanco

—¡QUE SUTIL!

Escocia se mete corriendo, apaga la tele, se pone unas botas, comprueba que lleve puestos unos calzoncillos nuevos que no estén rotos, toma algunos condones, no sin sonrojarse un poco, una piedra de Hachís, el tabaco... se sonríe un poco al espejo pensando que será una buena tarde, toma dinero también y vuelve a abrir la puerta.

—¿Trajiste condones? —pregunta sonriendo en cuanto abre la puerta.

—¿Para qué?, tú tienes una fábrica en ese bolsillo —señala la cadera y vuelve a sonrojarse igual.

—Nah, yo no traigo —sonrisa de anuncio de pasta de dientes—, será a pelo sino, no sería la primera vez. Anda... Llévame a un buen lugar para un picnic.

—Vas a tener que andar, ¿crees que podrás soportarlo? —se burla igual cambiando de tema nerviosito.

—Si no tendrás que cargarme... —palmada en el culo—. ¿Qué dicen los pastizales y las montañas y la LLUVIA?

—Que a la buena vida libre le suda un huevo Margaret Tatcher —cambio el peso del pie.

—Oh... Margaret. Tan agradable, ya la he visto —sonríe—. En realidad a mí me la suda Margaret Tatcher... ¿Quieres un cigarrillo? ¿A dónde vamos a ir?

—A todos nos la suda Margaret Tatcher, salvo my lovely lil' bro' con quien se acuesta regularmente. A Balgray —responde y niega a los cigarros—. Tengo algo mejor.

Francia arruga un poco la nariz con el asunto de Inglaterra y la Tatcher, sacudiendo un instante la cabeza para quitarse la imagen de ella. Escocia cambia de brazo la cesta y le tiende la piedra de Hachís envuelta en un papel.

—Bah, qué va a ser mejor esto que... —protesta un poco con el cigarrillo entre los labios, al tomar el papel y desenvolverlo un poco. Sonríe acercándose a él claramente satisfecho con lo que ha traído, le abraza un poco del cuello y se quita el cigarrillo de los labios—... que mis suaves y delicados cigarrillos de vainilla...

—No, no —trata de quitársela, sonriendo y sonrojándose de nuevo—. Sigue con tu mariconada de cigarrillos.

—¡Cual mariconada! Son unos deliciosos cigarrillos —no deja que se la quite, pero le pone la mano con todo y cigarrillo en la barbilla, con suavidad—, y tu vas a hacerte igual de maricón como los pruebes y TE GUSTEN.

—Ya sabes cuales son los que me gustan, no me ofrezcas esa mierda que seguro no sabe ni a puñetero tabaco —levanta la barbilla siguiendo la caricia sin dejar de sonreír.

—Creo que a estas alturas se bastante, bastante bien todo lo que te gusta —asegura confiado acercándole el cigarrillo a la boca igual para que fume. Se le acerca un poco y baja el tono de voz—. Y en general, no sueles decir que no a nada que te haga yo... ¿verdad?

Se lo lleva a los labios, absorbe profundamente y luego le hace un par de anillos con el humo como respuesta. Francia se muerde el labio riendo un poco y cerrándole el ojo.

—¿Ves? Nunca dices que no... ¿Qué es esta cosa de Balgayyy a la que vas a llevarme?

—Solo digo que no a las cosas que me convienen —se ríe acabando de soltar el humo.

—Yo siempre convengo, mon ami, espero que aprenda eso todo el mundo algún día —levanta los brazos mirando al cielo.

—Eso no es verdad y es, definitivamente, el único motivo por el que no te echo a patadas cada vez que vienes.

—Soy tremendamente incómodo e inconveniente... bien, eso quizás sea el mejor cumplido que me han dicho en años, cher —se ríe.

—Eso es porque la cosas cómodas y convenientes también suelen ser terriblemente tediosas e insoportables —se sonroja un poquito más mirándole de reojo sin dejar de sonreír, medio atontadito.

—Oui, pero a la gente suelen gustarle las cosas cómodas y convenientes... Al menos tengo que decir que lo soy, es agradable saber que alguien me ve de manera apropiada —le echa el humo en la cara.

Cierra los ojos y la aparta un poco, sin dejar de sonreír.

—No me has dicho a dónde vas a llevarme... ¿Es un laguito con monstruo? —da un codacito

—Es un lago, pero no habrá monstruo hasta que llegue yo ahí.

—A eso justo me refería —sonríe y otra vez palmada en el culo—. Y vaya monstruo... Que Nessi ni que nada

—Ness está más al norte y ese es otra clase de monstruo —saltito

—Ya, ya... ¿Un monstruo mejor entonces?

—No hay ningún monstruo mejor que yo —le quita el cigarro con la última calada.

—¡Ehh! ¡Marica! ¡Dame mi cigarro de vuelta! —protesta.

Escocia sonríe sosteniéndolo con los dientes y apartando un poco la cara.

—Pues si no lías uno bueno algo tendré que hacer.

—Quizás prefieras algo que no sean cigarrillos... —se humedece los labios. El escocés le mira de reojo y él sonríe con seguridad.

—Y no me vengas con que no sabes a que me refiero —se le acerca, un poco.

El pelirrojo se sonroja de golpe como respuesta

—¿Ves?... ese sonrojo...

—¿Qué sonrojo? —se sonroja un poco más y chasquea la lengua apartando la cara—. Ya flipas.

Francia se ríe tomándole de la mano y haciendo que le abrace de los hombros.

—Si estás sonrojado hasta el cuello, mon amour...

—Es el reflejo del pelo... —se inventa abrazándole igual y mirando a otro lado, sin dejar de sonreír, seguro puede notarle el corazón acelerado.

El francés le pone una mano en el abdomen, mirándole divertido.

—¿Falta mucho para llegar? —pregunta en ese tonito susurrante y seductor que taaaanto ocupa.

—¿Impaciente? —traga saliva.

—Más bien me fastidia caminar... ya lo sabes —asegura—. Pero hablando de impaciencia...

Vuelve a mirarle de reojo y el galo se ríe.

—¿Me has echado de menos? —pregunta.

—No me has contado como es que has venido a perderte tan arriba —huye al tema.

—Nah... Es que pasaba por aquí —siempre le dice lo mismo.

—¿De camino a dónde? —se ríe.

—Al... norte —sonrisa cínica—, y... es verano, aunque eso tiene algunos inconvenientes porque no podemos poner de pretexto esto de "no podemos salir a caminar porque hace frío, quédate conmigo en la cama"... pero dije, bueh... un picnic no es mala idea nunca.

—Así que decidiste que sí querías caminar... hasta que viste que no querías caminar, los sureños estáis para que os encierren.

—Pero es que una cosa es caminar un poco... ¡tú me estás haciendo aplanar todos tus pastizales! —protesta riendo.

—Hay que aprovechar la mano de obra barata... ya es ahí —pone los ojos en blanco.

—¡Al fin! Vas a tener que cargarme de regreso y sinceramente no garantizo que no estés lo bastante cansado como para ello.

—Puedo dejarte ahí a que alimentes al monstruo —se sonroja igual.

—Me parece que voy a alimentar bastante al monstruo...

Escocia se ríe. Francia se acerca y le da un beso en la mejilla a lo que se le corta un poco la risa y carraspea. Él le da unas palmaditas en el abdomen como respuesta al carraspeo.

—¿Tienes sed? ¿Necesitas algo para aclararte la garganta?

—Yes. Tú solo pedir, pedir... y no me cuidas.

—Pedir y pedir... mira si serás dramático. ¡Mírame! —pide medio riendo, levantando la mano y poniéndosela en la mejilla

El británico lo hace sonriendo. Francia sonríe también y le besa en los labios, un beso pueeeerco así todo lenguoso y guarro. Bueno... creo que esos le gustan. Al final se separa y le empuja un poco.

—Anda, donde va a ser el maldito picnic de los cojones... me muero de sed y de hambre...

—Tú sabrás yo ya te he traído hasta aquí.

Los ojos azules escrutan la zona con aire crítico.

—No quiero mojarme, no quiero llenarme el pelo de barro, no quiero llenarme el pelo de pasto... —mira al cielo—, no quiero que nos llueva en la cabeza, lo cual es realmente poco probable... y no quiero amanecer con dolor de espalda.

El escocés pone los ojos en blanco dejando la cesta en el suelo y empieza a desvestirse dispuesto a ir a nadar.

—Ehm... ¿impaciente? —pregunta levantando las cejas un poco descolocado con el movimiento. Sonríe de lado, eso sí, mirándole hacer.

—Hace calor —se quita las botas.

—Ya sé que te excito, no es necesario puntualizarlo —se muerde el labio, cruzándose de brazos.

—Será por eso que el ambiente está cargado —se sonroja un poco y vacila un instante antes de quitarse los pantalones, pero no los calzoncillos.

—Pretendes que yo me meta a nadar... ¿en el agua helada? —pregunta mirando el lago de reojo con cierto desagrado y antes de que se le ocurra levanta una mano—. Ni se te ocurra echarme con ropa que me regreso a casa.

—Pues no nades me importa una mierda —se encoge de hombros—. Quédate ahí plantado como imbécil quejándote mientras buscas un buen sitio —se va hacia el agua.

El francés le detiene del resorte de los calzoncillos antes de que se escape.

—Eh! Eh! Eh! —protesta

El escocés levanta el brazo pasándoselo por el pelo y le mira de reojo.

—¿Cómo que te largas así como "me importa una mierda"? —pregunta poniéndole la otra mano en la cintura y acercándose a él, recarga un poco la barbilla en su hombro, es más alto que Inglaterra y Francia, pero no demasiado.

—¿Quién es el dramático ahora? solo voy al agua en lo que te decides —le mira de reojo. El galo le magrea un poco el culo y le muerde un poco el cuello.

—Yo jamás he dicho que YO no sea dramático —sentencia agachándose y bajándole los calzoncillos de paso.

Escocia se cubre con las manos como acto reflejo, sonrojándose más. Francia le da un beso en el culo.

—Anda, saca las piernas —mordidita.

El británico levanta los pies, nerviosito, mirándole.

—Vaya... calzones viejos y con un agujero. Veo que no me esperabas —sonríe levantando la cara para verle, deteniéndose de una de sus piernas, inventándoselo, claro.

—What? —frunce el ceño—. No te esperaba pero estos me los compré nuevos hace poco.

Francia se ríe.

—¡Cómo estarán los viejos! —tira un poco de su pierna para ayudarse a incorporarse y cuando pasa por el tatuaje le pasa la lengua a lo largo de todo el dragón que tiene en la espalda.

La arquea un poco al sentir el tacto húmedo y tiene un escalofrío sin soltarse las regiones vitales.

—Anda pues... a bañarte —palmadita en el culo

Escocia le mira de reojo entrecerrando los ojos y estira la mano hacia él.

—Devuélvemelos —pide mientras se cubre con la otra.

—Ja! Evidentemente non, mon amour... son míos ahora —asegura sonriendo y dando un paso atrás.

—No me voy a meter al agua desnudo para que te largues corriendo con mi ropa —asegura dando un paso hacia él.

—¿Que tengo? ¿Cinco años? No voy a largarme corriendo con tu ropa... aunque me alegra saber que tú sí te largarías corriendo con la mía estando en esta misma situación.

—No me fío. Devuélvemelos —gesto con los dedos, sonriendo.

—No voy a devolverte tus calzoncillos —asegura dando otro paso atrás—. Y a menos de que no quieras verme salir corriendo en pro de que no me los quites, vas a tener que meterte al agua sin ellos.

—No me voy a meter al agua desnudo, eso te lo aseguro.

—Entonces temo decirte que no vas a meterte al agua... lo cual es una pena porque dices que tienes mucho calor... —sonríe.

—Venga, no me obligues a que te los quite.

—¿No es negociable? Quiero verte entrar y salir desnudo y tus calzones son extremadamente feos... ¿por qué me culpas a mi por no querer echar a perder el paisaje?

—Puedo... —traga saliva, cierra los ojos y mueve la mano con la que se está cubriendo hasta su cadera, sonrojándose hasta las orejas—. Dejar que me veas, pero no quiero entrar al agua desnudo. Y si tengo que pedírtelos una vez más créeme que vas a acabar de cabeza al barro —levanta la barbilla en la mejor postura que puede de "aquí no pasa nada".

—Vale... Vale, te los daré por hoy si es que entras y sales del agua desnudo. Puedes llevártelos en la mano si quieres, o en la cabeza...

—En la mano —asiente y le mira directamente a los ojos.

—En la mano sin cubrirte... —sonríe mirándole de arriba a abajo, mordiéndose el labio.

—Three... —se sonroja más con la mirada porque igual no se está cubriendo y vuelve a cerrar los ojos sin poder sostenerle la mirada.

Francia le lanza los calzoncillos a la cara. Escocia se los saca de la cara y empieza a andar hacia el lago, al cabo de unos pasos se los vuelve a poner y corre al agua echándose de cabeza.

—Ehhh! Eso ha sido trampaaa! —grita Francia riendo.

Escocia le muestra un dedo, saludándole desde el agua.

—Oui, ese es más o menos tu tamaño, entiendo que por eso no quieras enseñármelo —se burla.

—¡Serás idiota! ¡Si lo has visto!

—Sí que lo he visto y no parecía el monstruo ese del que me hablabas. Tendrás que esforzarte más para impresionarme —asegura tomando la cesta.

—No te voy a decir lo que tienes que hacer tú para impresionarme a mí —replica más para sí mismo antes de sumergirse.

Francia levanta las cejas, se ríe y lleva la cesta unos pasos más hacia donde encuentra el suelo lo más plano y el pasto lo más verde posible. Saca la manta de la cesta y la extiende. Es graaaaande y bastante acolchada para no ser voluminosa. Mira de reojo hacia el agua.

Después de haber nadado un poco, haberse desestresado y sacado la histeria contenida el escocés empieza a tener frío lo cual es MUCHO decir.

Francia para entonces ya tiene afuera un par de manzanas, un queso, un cuchillo y un GRAN termo con la bebida prometida.

—¿Sabes que no es tan divertido sentarse aquí a beber solo? —pregunta sacando oootro cigarrillo.

Así que entonces es cuando sale del agua, en cuanto HUELE el alcohol, porque otra cosa no, pero para eso olfato les sobra. Calzoncillos puestos.

—Aunque de hecho no vas a beber nada con esos calzoncillos puestos. ¿Qué es lo que te da vergüenza? —pregunta tomando el vino desde un vaso de cristal labrado en dorado.

—No me la da, es que no me gusta nadar y que se me vaya moviendo el asunto.

—Cual si trajeras una trompa de elefante entre las piernas, mon cher —da unas palmaditas a su lado—. Quítatela ahora que no quiero que me mojes toda la manta.

—La voy a mojar igual —se pasa las manos por el pelo para quitarse el exceso y se deja caer.

—¡Nooon! Pero no igual, ¡así vas a hacer un charquito! —protesta empujándole un poco, riendo.

El británico se pone la camiseta y se quita los calzoncillos. Francia le despeina un poco.

—Estás HELADO.

—Es la idea.

—La pregunta es... ¿qué sucede cuando un hombre frío y uno caliente se acuestan en la misma manta de picnic? —pregunta recostándose de lado y mirándole de frente, recargando la cabeza en el brazo doblado con el codo en el suelo.

—Es... —traga saliva y vuelve a sonrojarse, tumbándose—. Un misterio —va a por el termo de alcohol.

—Eh, eh! Sigues haciendo solo lo que te da la gana —le detiene poniendo una mano encima del termo... o al menos lo intenta y quiero decir que para ir por el termo ha tenido que cruzar por encima de Francia. Todo perfectamente planeado—. No seas bestia, toma del vaso.

—Iba a servirme en el vaso —le mira medio de rodillas sobre él.

El rubio levanta una mano y se la pone en el muslo, muy cerca de la zona de peligro. El pelirrojo sonríe de lado con ello, sin moverse

—Bien... ve por tu vasito entonces. Hay uno en la cesta.

Escocia le quita otra vez el cigarro y el termo.

—Ehh! —protesta riendo igual, acostándose boca arriba y mirándole de reojo.

El escocés pasa una pierna por encima de él para llegar a la cesta.

—Oh la la... —sonríe mirándole hacia arriba, doblando un poco las piernas y abrazándole.

El británico se apoya sobre sus caderas sonrojadito, sirviéndose en el vaso que ha sacado. El francés saca una mano de su costado, y por tanto de debajo del escoces y la pone en su muslo.

—Va a gustarte esta cosa... tiene más alcohol que la cosa esa que bebes tú.

—Veremos —choca el vaso con el de Francia antes de llevárselo a los labios.

Los ojos azules le miran, medio sonriente, porque sí que le ha vaciado como media botella de cognac. Escocia levanta las cejas, sonríe de lado y se relame.

—¡JA! ¡Sí que te ha gustado!

—No está mal, pero prefiero el zumo de manzanas.

—¡Ah! ¡No me jodas! —protesta riendo—, parece que se te está contagiando el aire del sur.

—Si se me contagiara algo tuyo —busca en su ropa el tabaco de liar—. Me gustaría esto.

—Y te gusta, y eso te hace un marica —le acusa riendo un poco, moviendo la mano de su muslo cada vez más al norte.

El rubor sube a medida que la mano sube, pero finge no hacerle caso.

—Marica tú, que fumas esa mierda de vainilla. ¿Qué has hecho con lo que te he dado?

—Está ahí junto a la manta —señala haciendo un gesto con la cabeza poniéndole la mano en la ingle.

Hay un suave carraspeo de incomodidad tomando la piedra y empezando a liarlo.

—¿De verdad vas a seguir ignorándome hasta que no haga algo completamente directo? —pregunta riendo un poquito

Escocia le mira a los ojos y sonríe de lado sin responder.

—En realidad yo tengo tooodo el tiempo del mundo, mon amour, y créeme que paciencia para algunas cosas, no me falta —se estira un poquito, se revuelve y mueve la otra mano, que aún tiene en su costado, para rozarle el culo. Sonríe cínico—. Puedo prepararte todo lo que quieras.

—No sé por qué lo dices como si eso fuera a ser algo molesto —aparta la mirada igual de incomodo, pero como es orgulloso a matar, se obliga a aguantar el tipo.

—Non, non... tú sigue a lo tuyo, no te preocupes —le hunde la mano en los pelitos de la parte baja del abdomen.

—No estoy preocupado en lo absoluto —se revuelve un poco lamiendo el papel de fumar.

—Veremos... —baja la mano y le toma el asunto y yo me pregunto por qué no están bebiendo o jugando baraja... no, Francia tiene que tener la... cosa de alguien en la mano, claro.

El escocés se revuelve de nuevo intentando no reaccionar para no parecer desesperado, pero no es tan fácil. El baño en el lago ha ayudado a que esté fría y limpita cuando llega la pregunta terrorífica.

—¿Hace cuánto que no te echas un buen polvo con alguien? —pregunta sonriendo de lado.

—Esta mañana —le mira con absoluta seguridad, nadie puede asegurar si miente, aunque es probable que haya sido consigo mismo—. ¿Tú?

Francia se ríe.

—¿Cuenta la azafata en el avión de venida? No puedo decir que haya sido un BUEN polvo la verdad, esos baños son incómodos —él no miente.

—Si no ha sido bueno no... —traga saliva con un movimiento que le requiere de su total concentración—. Cuenta.

—No... Cuenta —le imita burlón—, vaya... más aún tendrás que esforzarte para que los de hoy si cuenten.

—¿Yo? Yo no soy el que pasaba por aquí y ha venido a buscarme —se pone el canuto entre los labios y le guiña un ojo—. ¿Tienes fuego?

—Tienes que moverte un poco para que lo saque... está en el bolsillo de mi pantalón —sonríe quitado de la pena con la acusación. La realidad es que sí que había ido a buscarle, no le generaba ningún problema admitirlo.

—Lo sacaré yo entonces —mete la mano rebuscando no exactamente en el bolsillo y es más que obvio.

—Más al centro... más... mmmm —mueve su propia mano apropiadamente.

Escocia le deja caer la cabeza sobre él ahora ya si reaccionando y abriéndole los pantalones.

—Mon dieu... te ha tomado tres horas de indirectas bastante directas —"protesta" ayudándole a bajarse los pantalones y buscándole un beso.

—Es que yo tampoco tenía prisa —se deja besar.

—Que no ibas a tener prisa... —susurra después del primer beso—, si necesitaste... un... —le levanta la camiseta y sonríe—, remojo en agua helada.

El escocés se sonroja y no responde, prefiriendo dedicarse a lo que está pasando ahí abajo, mordiéndose el labio y apretando los ojos. Francia reacciona bien y con suficiente rapidez, si ha venido en gran medida a acostarse con él hasta cansarse.

—Veo que... has estado ensayando como —sonríe maliciosamente con los ojos cerrados —, mover esa mano.

—Para ti específicamente —suelta con sarcasmo, medio ahogado, mientras le muerde un poco el cuello ahora para hacerle una marca.

—Eso no tienes que... ahhh! Bâtard! —protesta un poquito, riendo—, ¡No me hagas marcas que sabes que lo odio!

El británico se ríe porque es tarde y la risa acaba convertida en otro tipo de sonidos mientras Francia va a buscarle ahí por debajo porque pretende tirárselo él esta vez, desde luego... ya después verá qué demonios. Aunque el escocés se muestra un poco reacio a ese plan porque prefiere del otro lado.

—¿Qué no vas a darme la flor de escocia? —pregunta Francia cuando ve que se resiste.

—Te la voy a dar yo a ti.

Francia se ríe.

—Al menos podríamos dejarlo al azar... no veo por qué tengas que estar completamente borracho como para dejarte empalmar —medio protesta.

—No me gusta demasiado de esa forma.

—Solo lo dices por prejuicio —le mira a los ojos y sonríe un poco, le toma del hombro—, pero como quieras, solo antes ve y haz cosas bonitas con esa boca asquerosa y esa lengua viperina que tienes.

—Utilizas unos bloody adjetivos tan rebuscados —accede igualmente, sonriendo de lado.

—Tais-toi... un poco de cultura no te viene maaaahhh —ok, hasta aquí las respuestas rebuscadas.

Escocia sonríe utilizando su lengua viperina para otras cosas que aun harán que todos pensemos todavía más que se laven la boca con jabón y la magia de las personas acostumbradas a chupar tabaco.

Francia en un rato está cantando la flor de escocia... mírale que hábil es cuando está contento y claro... soltando comentarios del tipo

—De verdad... que tocar... la gaita... tiene sus... utilidades...

Para entonces es cuando va dejar de hacer con la boca y empezar a introducir A en B.

Así que, vale, Francia hace todo lo posible por terminar al mismo tiempo que Escocia porque me da la pinta que al menos esta no va a ser muy duradera. No, no lo creo, el escocés ha mentido con lo de que se ha tirado a alguien por la mañana.

Sí, en realidad Francia lo sabe bastante bien, quizás requiera un poco de ayuda manual ya que estamos tan específicos, pero... mírale la sonrisa de pillo que trae, jodido Francia, no parece estar en lo absoluto triste con cómo van las cosas. No, si en realidad Escocia tampoco.

—Mmmm... Así como... un... polvazo de aquellos... —hay que picarle un poco. Le mira a la cara, que debe estar arriba de él medio aplastándole.

—Anda y que te jodan, a que te doy la vuelta —protesta.

Francia levanta la mano y se la hunde en el pelo de la nuca acercándose un poco a él, buscándole un beso. Y al pelirrojo se le baja un poco la agresividad otra vez con eso. El rubio se separa sonriendo.

—Si alguien va a darle la vuelta a alguien seré yo... ese dragón que tienes ahí atrás es toda una tentación —comenta refiriéndose al tatuaje.

—No es para eso —sonríe.

—Ah, non? —pregunta poniéndole una mano sobre el tatuaje.

—Ntsch, ntsch.

—A mí me parece muy claro que está puesto ahí para tentarme —asegura.

—Para tentarte quizás, pero eso no hace que vaya a dejarte.

El galo se ríe, echando un poco la cabeza hacia atrás.

—¿Ni si te prometo que vas a pasarlo bien y a disfrutarlo? —pregunta mirándole de reojo.

—Siempre me dices lo mismo y nunca es tan... divertido.

—Porque estás muuuuy tenso, mon amour, creo que te la pasas pensando que estás en la posición del marica en vez de pensar en lo agradable que es la dichosa posición del marica.

—No es por lo marica, joder, France, acabo de follarte, ¿no lo has notado?

—Lo que te digo es que en tu cabeza no es lo mismo follar que ser follado —explica y sonríe de lado.

—Vale, vale... como me jodes. Solo una vez.

El galo se muerde el labio y sonríe más abrazándole un poco. Créetelo Francia, es SOLO porque eres TÚ.

—Vas a ver cómo va a gustarte un montón... algún día, vas a pediiiirmelo de todo lo que te gusta —se ríe buscándole otro beso, mucho más lento y pausado.

Le besa de vuelta porque joder lo bien que besa Francia y no es que no le guste aquello de NO es solo que le hace sentir incómodo, le gusta más del otro lado y ya.

Así que me parece que un rato considerablemente más largo después, ya que Francia le dibujó con la lengua otra vez el dichoso tatuaje... y una buena parte del cuerpo, a hizo en serio un esfuerzo por hacerlo de manera delicada y agradable, ahí van de nuevo los dos a la manta agotados y no es que no le guste es que... este muchacho necesita una chica, simplemente.

—¿Aun no te convence? —pregunta Francia sonriendo porque a él le ha parecido bastante convincente ya que bueno... justamente este asunto de que no le guste mucho lo hace un área no especialmente... explorada, por lo tanto bastante... ajustada a las necesidades de algunos.

—No, debe ser que eres muy malo en esto —sonríe de lado. Francia niega con la cabeza.

—Eres el único idiota que se queja... —protesta riendo un poco porque en el fondo nota que solo es cuestión de gustos—, es una pena, con el jodido buen culo que tienes.

—Será que soy el único idiota con criterio y huevos suficientes.

—Mírame, Écosse... ¿crees que alguien se mediría al menos un poquito por temor a las represalias? ¿Qué piensas que podría hacerles? —se señala a sí mismo—, si a ti no te gusta es porque eres un fenómeno de circo.

—Podrías dejar de ir con alguien que te diga que no le gusta.

Francia levanta una ceja con esto y le mira, porque ha sonado extraño.

—No te creas que no me doy cuenta de la frecuencia con que vienes a verme... igual no me importa, porque es divertido así, pero eso no significa que no lo note.

El rubio se humedece los labios y piensa un segundo en Inglaterra... pero por otro lado no hay patrón alguno que...

—No... sé a qué frecuencia te refieres —responde vacilando un poquito.

—Ah, no me jodas, France, no te me pongas denso y dramático que me las piro.

—¡No estoy denso ni dramático! —le empuja un poco y hace un sobreesfuerzo por sonreír con naturalidad—, vengo cuando se me da la gana... ¡¿desde cuándo eso tiene una frecuencia específica!?

—Ahora si quiero fuego de verdad —recupera el canuto para no hablar de esto.

Francia se gira a buscar en su ropa, él mismo huyendo un poco del tema incómodo. Aun así, cuando vuelve con el encendedor en la mano y lo prende, le mira a los ojos.

—Me gusta venir aquí —asegura.

Escocia sonríe de lado y se acerca al fuego con el porro entre los labios. El galo se lo separa un poquito para que tenga que estirarse más y más hacia él, jugando.

El británico le mira intensamente levantando las cejas. Francia sonríe más y deja que prenda el carrillo poniéndole una mano en la pierna y acariciándole un poco, sosteniéndole la mirada.

El pelirrojo aspira profundamente y luego se lo pasa, con los ojos entrecerrados.

—Ahora no te pongas idiota con los besos indirectos.

El rubio suelta una carcajada y se lo lleva a la boca, aspirando y sonriendo aún.

—Pues es un beso indirecto... ¿qué le puedo hacer yo? No es como que yo haya inventado los besos indirectos —cierra los ojos y se lo devuelve, llevándose las manos al pelo y arreglándose un poco.

Sonríe y se sonroja un poquito porque a pesar de todo, hay que ver lo bien que se ve el cabrón de Francia, dando otra calada.


Bueno, no planeaba publicarlo todavía, hasta el mes que viene que ya haga más calor, pero alguien lo pidió en ask y... igual la semana que viene ya es mayo, a ver si sirve como invocación al verano. Además, en realidad, en pleno verano en Escocia debe haber como más o menos la temperatura que hay ahora, así que...

Además en la encuesta es de los que pidió más gente que puede publicarse sin estar pendientes de otros y para eso la pusimos esa encuesta.

En fin, quizás te preguntarás a que viene esta historia si dijimos que no teníamos consideración por los hermanos de Inglaterra y no nos gustan los OC blablablá. OK, mentimos. Era una prueba a ver como funcionaba Escocia y si tenía gracia usarlo o no. ¿Tú que dices? ¿La tiene?