Notas de la traductora: Hola! Ya vuelvo con otra traducción ^^ Esta vez del mismo fandom (Star Wars) pero otra pareja: Kylux :3 La verdad es que este fic supone todo un reto para mí porque tiene 11k palabras y consta de 5 capítulos diferentes.
Como el fandom en español es muy pequeño y no hay casi nada pensé que esta serie de AUs aportarían más riqueza que un solo one-shot, así que espero que os gusten tanto como a mí nwn
He tenido problemas con los verbos ya que el inglés funciona de diferente manera al español, con lo que al final me he decantado por pasarlo todo a presente (aunque siempre suelo usar el pasado, no quería estar mareándoos entre esas dos formas verbales.)
Dedicatorias y agradecimientos: Este fic en particular se lo dedico a TheSupremeBitch, que me pidió traducir un fic kylux y, por tanto, me dio los ánimos suficientes como para embarcarme en esta traducción.
También agradezco un montón a BrightBennu por beta testear todos mis fics (y este sobre todo, que me has ayudado un montón ;v;)
Y, por último, le agradezco infinitamente a GoddessofRoyalty por dejarme traducir su fic, que podéis encontrar en su perfil bajo el mismo nombre, "Invisible lives"
Disclaimer: Ni los personajes ni la trama me pertenecen.
Notas de la autora: "My eternal struggle with the Star Wars universe Republic: Is it like the United Nations? A giant country? Like seriously how legally binding are the decisions they make really? Because each planet seems to still maintain its own form of government and they can break from it at any time and UGH. Having a person who studies law as a sister really makes me too aware of things like this and they bother the crap out of me (and that's before we get me started on the Jedi and how the fuck they fit into all of this). Added onto that the fact the New Republic probably works a little different than the old one and well... I'm just gonna' avoid actually explaining it as best I can here.
Also everyone's a bit younger. Like ~5 years younger.
Apparently deaging them and switching to this verse makes me write Hux as just head-over-heels falling in love with Kylo, and it's so funny to me because that's not how I normally write them at all."
(Las notas son bastante largas así que me limitaré a poner lo más relevante a la historia: Todos son unos 5 años más jóvenes)
Advertencias: Unas afirmaciones un tanto problemáticas (Hux POV), consecuencias al hablar de violación y personas mayores de edad deseando un personaje menor de edad.
Senador Ben Amidala
En realidad Hux no quiere estar aquí. Los odia a todos. Odia a estos falsos políticos de la República, actuando como si tomasen decisiones democráticas cuando en realidad solo están celebrando reuniones de té mientras la galaxia decae lentamente.
Sin embargo tiene que estar ahí, tiene que fingir ser agradable con ellos hasta que se complete el proyecto. Solo entonces podrá destruirlos y empezar a reparar el daño que han causado. Pero hasta entonces sonreirá y les seguirá el juego e imaginará sus muertes.
Al menos habrá un punto de interés en esta reunión: la asistencia del heredero más joven del legado Skywalker; Ben Amidala (nacido como Ben Solo, Hux encuentra la decisión de cambiarse el apellido como otra evidencia más de los pequeños intentos de la República de volver a errores anteriores). Rey Skywalker (hay una apuesta entre algunos oficiales de la Primera Orden sobre cuánto tiempo se quedará con ese apellido- Hux piensa que es estúpido, Skywalker es un nombre con una connotación muy diferente a Solo), siendo 10 años más joven que su primo, tiene solo 15 años y finalmente está haciendo su aparición debut. En un debate público. Hux no se sorprendería si ya hubiese jugado un papel político en reuniones más pequeñas y seguras con gente más cercana a su familia.
Ella es la verdadera razón por la que todo el mundo esté aquí, a nadie le importa el tema de hoy, todos están emocionados con la perspectiva de sangre política fresca. También es la razón por la que Hux esté ahí. Está para determinar cómo se maneja y cómo trata la situación, para evaluar si puede ser una amenaza e informar al Líder Supremo. Y si todo sale bien puede que haya un ascenso para él.
La sala enmudece y parece que los invitados de honor han llegado. Hux sabía que los Skywalker eran atractivos, era algo que siempre se mencionaba en todos los artículos sobre ellos que había leído la noche anterior para ayudarse a preparar y completar su objetivo (para ver qué información faltaba y qué necesitaba esclarecerse). A demás, estaba la cruel broma de los oficiales sobre qué harían a ese Senador si conseguía sobrevivir la caída de la Nueva República. Aun así a Hux le lleva un momento volver a darse cuenta qué está pasando en la sala cuando entran, e incluso entonces echa una rápida mirada para asegurarse de que nadie más había hecho un movimiento brusco antes de devolver su atención a los nuevos ocupantes.
Llevan ropas de estilos similares pero no de colores. El Senador Amidala engalanado en morados oscuros y negros, acentuados por bordados dorados y anillos mientras que su prima viste de rojo y blanco, con joyas y bordados plateados. Sus rostros están pintados con tanta capa de maquillaje que ninguna parte de su piel estaba al descubierto. Hay una diferencia de altura notable entre los dos y la atención de Hux es pronto desviada hacia la persona del Senador a pesar de sus órdenes de analizar a Rey. Hux se pregunta si su piel es tan pálida como como sugiere el maquillaje o si ha sido aclarada intencionadamente para aumentar el contraste con su oscuro pelo y ojos; se pregunta cómo es su piel bajo su camisa; se pregunta si hay alguna marca de nacimiento o pecas escondidas a lo largo de su cuerpo; se pregunta cuál sería el sabor de la piel del Senador.
A pesar de lo que Hux había asumido de sus descripciones de segunda mano, el Senador no parece tan femenino como para ser hermafrodita. Pese a los intentos del ropaje de ocultarlo está claro que tiene unos hombros anchos y un cuerpo fuerte. En otra vida podría haber sido un luchador mortal (todavía puede serlo en esta así que Hux hace una nota mental para añadirla a su informe – no permitirá que la Primera Orden caiga por una subestimada potencial amenaza).
Aparentemente el Senador puede sentir que está siendo observado ya que sus ojos se encuentran con los de Hux. Alza una ceja y esboza una sonrisa satisfecha con esos labios pintados de negro y Hux frunce el ceño. Quiere borrarle esa sonrisilla o quizás convertirla en un jadeo. De cualquier manera quiere ver a ese hombre luchar por respirar.
Hux intenta dirigir su atención de nuevo a Rey, pero no la mantiene por mucho tiempo. Desde luego, es atractiva, su cuerpo bien entrado en la pubertad ya no parece el de una niña (especialmente por cómo está diseñada su ropa en una manera que se supone que la hace parecer mayor). Hay muchos ojos en la sala puestos en ella por su apariencia. En unos pocos años cuando se case (si es que sobrevive) su marido será un hombre muy feliz.
Sin embargo, no es nada comparada con su primo, al menos no a los ojos de Hux y pronto se encuentra observando de nuevo al Senador, que vuelve a sonreír pero no le devuelve la mirada, esta vez su atención está centrada en el hombre que se le acaba de acercar, presentando su prima al otro Senador.
Hux en realidad hace su trabajo y observa mientras las presentaciones se llevan a cabo. Cada político exige un poco del tiempo de Rey pero su primo les echa si se quedan cerca demasiado tiempo. Ciertamente es capaz de manejar las conversaciones y parece desenvolverse fácilmente hasta con los hábitos más excéntricos de los políticos. Hux se da cuenta, una o dos veces, de que cuando alguien se le acerca demasiado, tanto como para poder tocarla, mueve el cuerpo lo suficiente como para desviarlos; ellos no se dan cuenta o piensan que no es intencional o es un accidente, pero Hux lo ve. Es algo que merece la pena informar.
La asamblea es anunciada pronto y Hux observa cómo los Senadores se marchan de la sala, observa a Ben Amidala desaparecer por un pasillo, seguido de cerca por Rey.
Los pocos minutos antes de que al público le sea permitido entrar son una tortura, ver a todos los prometedores y capaces políticos moverse por todas partes nerviosos es agonizante. Todavía no son lo suficientemente importantes como para tener alguna influencia en el patético sistema pero creen que la tienen por la manera en la que está establecido. Creen que tienen derecho a su propia opinión y que todo el mundo debe oírla, creen que por derecho merecen un poco del tiempo de los demás. También eran ellos los que asaltaban desesperados al Senador y su prima y ahora están hablando sobre ellos, sobre qué guapos estaban, qué realeza. Y hablan como si tuviesen derecho a juzgarles, a disfrutarles. Es un recuerdo que Hux planea aprovechar cuando llegue el momento de dar la orden que sellará sus condenas.
La visita al público se abre y Hux pasa la siguiente hora intentando escuchar lo que el conferenciante está diciendo a pesar de que sabe que no es importante. Sus ojos escudriñan a cada representante, buscando el rostro que anteriormente le había cautivado tanto.
Encuentra a Ben Amidala y Rey Skywalker cuando el Senador se levanta para hablar. No tiene mucho que decir, simplemente presenta a su prima y le da paso a que hable. Aun así, Hux puede jurar que sus palabras son infinitamente más interesantes que las del resto, aunque puede que sea por la voz detrás de ellas y el pelirrojo se pregunta cómo sonaría gimiendo su nombre o pidiendo más fuerte, más rápido, eso que Hux, por supuesto, cumpliría.
Se pregunta qué otras cosas podrían hacer esos labios. Está seguro de que quedarían maravillosos rodeando su pene, los ojos negros de lujuria mientras Hux guía sus movimientos con su oscuro pelo.
Consigue centrar su atención en lo que está ocurriendo en la sala cuando Rey comienza a hablar.
Rey Skywalker habla bien para tener 15 años. Se mantiene fuerte y dice lo que tiene que decir en un tono claro que demanda ser escuchado sin sonar presuntuoso. Con unos pocos años más de experiencia podría ser definitivamente una amenaza a todo aquel que se le oponga en una lucha verbal. Es a ella a quien deberían vigilar.
Después de que se sienta y Hux termina de tomar sus notas mentales vuelve la atención a su primo. El Senador tiene una sonrisa orgullosa en su rostro que pronto se disuelve en una máscara de pasividad. Sus ojos se encuentran con los del General y este sabe que el Senador sabe que ha estado tomando notas durante el discurso de Rey. Hay una intensidad en esos oscuros orbes que hace que Hux quiera temblar. No lo hará. Está demasiado bien entrenado como para encogerse ante una simple mirada intensa de otro ser.
El resto de la reunión no es realmente importante. Hux no ha sido enviado allí porque les importa lo que sea que la República esté disputando hoy, sino que ha sido enviado para analizar cómo se comporta Rey Skywalker y ya ha tomado suficientes notas como para poder realizar el informe durante la noche. Ahora es libre para observar al Senador Amidala el resto del tiempo. Es libre para contemplar exactamente qué quiere hacerle al hombre, contemplar las diferentes maneras en las que le gustaría intentarlo, preguntarse qué oculta a la vista de todos la ropa y el maquillaje.
Finalmente son liberados para comer. La mayoría de los políticos vuelan fuera para respirar un poco de aire fresco mientras intentan ganar el favor de cualquiera que tenga una posición mayor que ellos.
Hux se queda atrás, esperando ver dónde Rey Skywalker (y su primo) van en el descanso. Le importa poco la chusma de políticos y prefiere ver si ella revela algo de utilidad durante el descanso técnico (cualquiera con cerebro sabe que el periodo entre reuniones es tan importante como las propias reuniones).
Finalmente los dos salen del hall principal. El Senador Amidala habla con su prima en voz baja antes de acompañarla fuera. Hux se pregunta si debería seguirles pero entonces el Senador se dirige hacia él y ya le deja de interesar adónde va la chica.
—Creo que no nos han presentado. —Dice el Senador, tendiéndole una mano—Soy Ben Amidala.
—Hux. —Responde con un firme apretón de manos (que el Senador fácilmente corresponde).
—¿Tienes apellido, Hux?
—Ese es mi apellido.
—¿Un nombre, entonces?
—No uno que dé fácilmente.
El Senador responde con un "Hum" desde el fondo de su garganta y toma asiento en el banco al lado de Hux, el cual está de pie.
—Eso es algo que entiendo. —Dice, y de pronto Hux se encuentra re-evaluando la elección de abandonar el nombre de su padre en favor de su abuela.
—¿De verdad?
—Sí. —El Senador deja que caiga el silencio y Hux se da cuenta de que es su trabajo rellenarlo. Su trabajo es el de darle un tema de conversación y hay muchas rutas que podría tomar, todas ellas motivadas por obligación personal o profesional de diferente alcance.
—Tu prima ha hablado bien hoy, considerándolo todo. —No abandonará sus obligaciones para con la Primera Orden solo por una cara bonita, a pesar de lo cautivadora que sea dicha cara.
—Sí, lo ha hecho. —Ambos se dan la vuelta para ver las puertas abiertas, donde Rey Skywalker está a la vista y rodeada de políticos. Sin su primo como guardia parece que han decidido acosarla en un intento de ganar su atención. El Senador no corre a su rescate así que Hux puede llegar a ver cómo se cómo se desarrolla la situación. —Patético.
—¿Disculpa? —Se vuelve a ver al Senador, que tiene el ceño fruncido pero pronto desaparece bajo la máscara.
—Nada.
Hux decide arriesgarse con sus próximas palabras:
—¿A alguno de ellos les importaba el tema del debate? —Sabe la respuesta pero quiere ver cómo reacciona el Senador, quiere ver qué se oculta bajo la máscara y que ha podido vislumbrar antes.
—Probablemente no.
—¿Entonces no es esto un derroche de recursos? Seguramente hay otras maneras que podrían haber planeado para poder conocerla.
—Por supuesto.
—¿Los odias? —Hux hace que la pregunta suene despreocupada, ocultando el hecho de que en realidad está pensando en todos los informes anteriores que habían retratado mal a Ben Amidala, clasificándole solamente como una potencial amenaza y juzgándole mal al no considerar que pudiese ser un potencial aliado.
El Senador deja escapar un suspiro y se inclina hacia Hux. El cuello de sus ropas baja así Hux puede echar un vistazo a la piel que se encuentra debajo. No es tan pálida como el maquillaje pero es lo suficientemente pálida como para contrastar fuertemente con la tela oscura de su ropa. Quiere ver más.
—Te lo diré de esta manera. Hay otro apellido en mi familia que preferiría haber reclamado.
Sus ojos tienen una intensidad que hace que se le seque la boca, Hux traga saliva y se humedece los labios, solo entonces siente que puede formular la pregunta que su mente ha creado.
—¿Entonces por qué no lo hiciste?
El Senador se recuesta y su ropa vuelve a su sitio, el atisbo de piel recubierto de nuevo.
—Amidala me es más útil en mi situación actual. Los nombres pueden significar mucho respecto a cómo te juzgan. —Y esa era la razón por la cual a Hux no le gustaba dar el suyo.
—¿Y si estuvieses en una situación en la que Amidala no sirviera a dicho propósito?
—Re-evaluaría para ver qué otro me ayudaría más.
—¿Y si ningún nombre te ayuda?
—Dudo que haya una situación en la que ningún nombre de mi familia no sirva y si realmente se diese el caso estoy seguro de que encontraría otro nombre que satisfaga mis necesidades. —Hux se pregunta qué nombre escogería si reclamasen el trono del universo juntos, se pregunta cuándo Ben Amidala fue quitado de la lista de bajas necesarias y trasladado a la más corta de aquellos que merecen ver la victoria de la Primera Orden a su lado.
Ben le observa de cerca con una intensidad que haría que un hombre más débil (uno de los políticos que están apelotonados fuera de las puertas alrededor de Rey Skywalker) sintiese la necesidad de bajar la cabeza en señal de sumisión. Hux apenas le devuelve la mirada. El Senador sonríe.
—¿Qué tal si nos dejamos de formalidades y me preguntas lo que de verdad quieres saber?
—¿Y qué sería eso? —Hay muchas preguntas que quiere hacerle al Senador, especialmente tras la conversación que han tenido. Tiene curiosidad sobre a cuál se refiere (tiene curiosidad si es alguna de las que quiere preguntar).
El Senador se levanta y acorta la distancia entre ellos. Es un poco más alto que Hux (algo que ni se había dado cuenta hasta que estaba allí mismo de pie) y agacha la cabeza, con lo que Hux siente su agradable aliento en su oreja.
—Debes tener una habitación de hotel en algún lugar para esta reunión. Sugiero que nos retiremos ahí para continuar esta conversación y, quizás, si tienes suerte, cumplir alguna de esas fantasías que han estado rondando tu mente desde que llegué a la sala.
El Senador se separa y Hux nota que se le ha quedado la boca seca. ¿El Senador ha estado en su mente o simplemente ha leído las expresiones de Hux? ¿Sabe su verdadero propósito por el cual está ahí? ¿Conoce el proyecto secreto de la Primera Orden?
Si ha visto el plan que Hux ha trazado para cada una de las sanguijuelas que son los otros Senadores y políticos, no parece horrorizado; por el contrario, se ha alejado lo suficiente para que Hux pueda ver su rostro y la anticipación que ya no se esconde en sus ojos.
— ¿No tienes que volver a la asamblea en unos pocos minutos?
Hay un reloj en la habitación pero no puede verlo desde su posición. Tampoco es como si hubiesen tenido tiempo para escabullirse a un hotel para conversar o satisfacer sus fantasías incluso si hubiesen salido en el primer segundo que empezó el descanso.
—Ninguno de nosotros tiene que estar aquí y dudo que haya algún conferenciante que merezca la pena ser escuchado. Si me permites ir a rescatar a mi prima de la atención de otros y enviarla a nuestra habitación podré ser tuyo el resto del día. —Dice el Senador. A Hux le apetece poco quedarse allí y continuar escuchando los intentos desesperados de otros Senadores por justificar su presencia en la reunión como cualquier otra cosa que comerse con los ojos al primo de la Senadora. Nunca ha tenido paciencia para declaraciones vacías que en realidad no dicen nada y ver cómo es el Senador cuando no hay nadie a su alrededor (y potencialmente cómo es bajo las capas de ropa y maquillaje) será una manera de pasar el tiempo mucho más útil.
—Dudo que necesites mi permiso para ir a hablar con tu prima. Yo, al contrario de lo que estás acostumbrado viendo la compañía que has sido forzado a mantener, no estoy tan desesperado como para requerir atención constante para sentirme seguro de mí mismo.
—No, no creo que seas nada a lo que estoy acostumbrado. —Dice el Senador, su voz profundizándose con las palabras y Hux espera que el deseo sea la causa de ello. —Quédate aquí.
Hux observa mientras el Senador camina hacia las puertas y al enjambre de políticos que todavía no se han cansado de su patético agarre a la atención de Rey Skywalker. Hux observa mientras Ben interrumpe educadamente la conversación que uno de ellos está teniendo con su prima y consigue alejarla.
Hux observa mientras el Senador se inclina para tener una conversación privada con su prima. Aparentemente le ha informado de con quién planea irse porque los ojos de Rey se dirigen rápidamente hacia Hux. Tienen la misma intensidad que los de su primo (pero en la mente de Hux no son ni de cerca tan cautivadores) y sabe que ella será tan peligrosa como su primo cuando sea mayor. Se pregunta si compartirá las mismas opiniones que los políticos que ocuparán su vida, si los primos siempre estarán en el mismo lado o si les verá enfrentándose un día; desde luego sería una experiencia muy interesante de presenciar y muy interesante el ver si, con la edad y experiencia, Rey Skywalker será capaz de superar a su primo.
Hux observa la expresión de la chica transformarse en confusión cuando su primo saca algo de su ropa y lo esconde en las suyas (Hux no puede ver qué es, está seguro de que nadie puede ver qué es por la manera en que el Senador usa cuidadosamente sus cuerpos para esconder la transacción- Hux solamente ha notado el movimiento). Rey se gira hacia su primo para decirle algo y el Senador responde antes de inclinarse y darle un beso en la mejilla. Hux observa mientras ella frunce el ceño pero no replica. El Senador la envía fuera y ambos miran cómo se hace paso entre la multitud (siendo parada por prácticamente cada persona con la que se encuentra, todos queriendo conseguir un último segundo de su atención.)
Finalmente consigue abandonar la sala y el Senador Amidala devuelve su atención a Hux. Vuelve a la sala y sonríe mientras se queda parado justo al alcance de un brazo. Una silenciosa provocación porque ambos saben que Hux quiere alcanzarle y tocarle pero no puede.
—Creo que tenemos otro lugar en el que estar.
—Sí, eso creo.
Notas de la traductora: Y hasta aquí Ben Amidala AU :)
Siento haber tardado tanto en traducirlo y subirlo pero he estado fuera descansando con lo cual no apetecía mucho ponerse xD además las traducciones (al menos para mí) me resultan mucho más difíciles y esta la quiero hacer perfecta.
Intentaré actualizar semanalmente pero no prometo nada porque voy bastante lenta ya que intento mejorarlo todo continuamente
Nos leemos!
