Fue un breve instante; solo un par de segundos lo que tu mirada se clavo en mi. Y sin embargo, me pareció que te había visto desde siempre, que tu mirada encerraba la misma antigüedad que la mia; que habías andado de mi mano a traves de los siglos. Todas las batallas que he lidiado, las experiencias de una existencia milenaria, no me prepararon para ti. Para la forma terrible y dulce en que me has desarmado con solo tus ojos castaños fijos en los mios. Por solo un instante de ternura y fe infinitas…Me has destruido y rehecho a tu entero antojo. Jamas podre verte de nuevo y decir no a lo que sea que me pidas.

Me has dejado tan confundido; que tus palabras suenan lejanas, ajenas a tus deslumbrantes ojos. El kitsune que tanto quieres y el pequeño youkai , me suplican que reviva al padre de este … eso era lo que me pedias; un regalo de vida. Tan gentil y dulce, tan frágil…tan humana.

Me acerco con cuidado al enorme youkai, Tenseiga vibra mientras la saco con cuidado de su saya, los enviados del inframundo ya están aquí, es fácil; en un movimiento, el inmenso demonio, esta de nuevo con vida. Todos se alegran, incluso se muestran asombrados de que haya aceptado. Y no es que de pronto los niños me sean agradables… has sido tu. Tu y el poder que (gracias a Kami desconoces) ejerces sobre mi. El youkai ha dicho algo que me intriga, la frontera del inframundo, la tumba de mi padre. Naraku quiere el ultimo fragmento de la perla.

Empiezo a alejarme del lugar, pero tu voz me hace detenerme un poco

-Arigatou Sesshomaru sama…

Giro solo un poco el rostro, y alcanzo a ver tus ojos castaños; llenos de lagrimas, iluminados por una inmensa sonrisa… y se que hare lo que sea por saberte feliz. No importa que tu corazón sea para mi hermano, nada puedo contra eso…. lo que sea por contemplar la luz de tus ojos, durante el breve instante en que me permito aceptar; lo muy feliz que me haces…aunque no estes a mi lado.