Digimon no es mío. ¿Saben si lo fuera? Me encerraría en una habitación con TK a hacerle cosas que solo Dios sabría :D

Advertencias: Universo Alterno

Mejor que las drogas

El lugar

- Mimi, ya te dije que no quiero ir.

- Por favor, Kari, serán solo un par de horas, luego te llevo al departamento pero ayúdame con esto, ¿si?

- ¡No entiendo porqué me arrastraste a esto siendo que Sora está aquí también!

- Por Dios, la razón es súper obvia: quiere ver a tu hermano por segunda vez en el día.

- ¡Cállate Mimi, no es por eso que voy!

- Jaja, con negarlo no harás nada.

La más pequeña del grupo suspiró sonoramente mientras se hundía aún más en el asiento trasero de ese auto último modelo. ¿Por qué demonios había terminado en ese vehículo con sus dos mejores y más locas amigas? Ah, ya lo recordaba. Porque la noche anterior se había emborrachado tanto que había perdido el conocimiento y prometido cosas tontas como dejar sus vicios, limpiar el departamento la semana entrante y acompañar a Mimi a una estúpida fiesta con adolescentes estúpidos y babosos solo porque Yamato Ishida, alias "el más hermoso" para la Tachikawa, las había invitado a pasar el rato.

La verdad: él solo quería ligarse a su amiga y, si la suerte ayudaba, hasta tener sexo con ella. No sabía porqué Kari tenía que ir y hacer presencia o ser partícipe de esa idiotez.

No, mentira, sí sabía porqué. Porque Sora Takenouchi, su otra mejor amiga, estaba completamente enamorada de su hermano, el hiperactivo y súper sociable Taichi Yagami, quien había insistido que esa noche fuera a charlar un rato con él.

El problema no era acompañar a sus dos mejores confidentes a ver al chico de los sueños de cada una sino que era el saber con quién se encontraría allí. El NO saber, en realidad.

Últimamente, los amigos de Tai habían cambiado y se había involucrado con personas que no conocía pero que no tenían buen renombre en la ciudad, por lo que había oído. Y le asustaba un poco que su hermano se relacionara con individuos así. Tal vez, esa era una pequeña razón por la cual se había dejado subir al auto e ir a esa fiesta.

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- ¿Esto es la fiesta? – preguntó Kari, incrédula.

- Bueno… habría que mirarla con buena cara – replicó Sora, con el mismo tono de voz que su amiga más pequeña.

- Ánimo chicas, no puede ser tan malo… ¿o si? – intentó animar la pelirrosa portadora de tacones.

Hikari suspiró por quinta vez en la noche y se resignó mientras echaba un nuevo vistazo al lugar en donde se llevaría a cabo la fiesta. ¿Lugar? No era más que un edificio viejo que parecía caerse a pedazos. Estaba segura que una de esas pocilgas que pasaban siempre en las películas de matones y policías estaba en mejor estado que eso. Pero intentó ser considerada y, por primera vez, no juzgar al libro por su portada. Entonces, desvió la vista hacia la gente.

- Veamos quien está por aquí…

Ni bien comenzó a escanear a las personas con su oscura mirada, se arrepintió y las ganas de salir corriendo de allí se hicieron presentes. ¿Qué tenía en la cabeza Mimi como para traerlas a semejante… convocatoria?

Alrededor había cerca de cinco chicas de su edad que la miraban con cara de pocos amigos. Agradecía al cielo no haber seguido el consejo de Mimi sobre colocarse zapatos con tacos y haber optado por algo más cómodo como sus converse azules. Igual que con el jean roto que llevaba… y la campera gris con una pequeña inscripción que decía "Narrow rules!"…

Su largo cabello castaño se encontraba suelto, con el flequillo sujeto hacia atrás con un pequeño broche.

A diferencia de sus dos amigas, ella estaba tranquila con su ropaje. En cambio, Mimi y Sora llevaban botas altas con un jean ajustado que destacaban su envidiable silueta y un saco negro cada una.

Kari estaba segura de que más de una chica allí presente quería golpearlas tan solo de ver lo que llevaban puesto. Pero no dijo nada.

A continuación, dos muchachos salieron del lugar con un vaso lleno de una sustancia espesa en cada uno de ellos. Al divisar a las muchachas, ambos sonrieron y se acercaron inmediatamente para saludar.

Uno de los chicos era Yamato Ishida, más conocido como Matt. El líder de una banda de rock que, de a poco, estaba trascendiendo en la música local de Odaiba y ya se estaba haciendo conocido en muchas más ciudades. En pocas palabras era la obsesión de su amiga Mimi. Aunque, como pocas veces en la vida, no la culpaba.

Yamato era un chico extremadamente apuesto, eso cualquier chica lo notaría. Incluso… varios chicos también. Tal vez, esa era la razón por la que no era muy querido por los hombres de la escuela a la que solía ir, todo lo opuesto a lo que sentían las mujeres al verlo, obviamente.

Contaba con pelo rubio brillante, el cual volvía loca a más de una, inclusive a su mejor amiga. Sus ojos eran de un impactante color azul fuerte, su rasgo más importante. Después de todo, ¿Quién no se enamoraría de un rubio de ojos celestes? Parecía el cielo para las tantas fantasías que tenían las mujeres cada vez que les comentaban la figura de dios de este cantante en ascenso; fantasías que Hikari no tenía, por supuesto.

No lo conocía bien personalmente ya que siempre se limitaba a hablar con Mimi. ¿O tal vez porque ella nunca le había prestado la atención que él quería recibir? Y como Sora solo tenía ojos para su hermano (aunque éste ni se diera cuenta) la única que quedaba para adorarlo de ese pequeño grupo de tres era la pelirrosada. En fin, tal vez, esa podría ser la ocasión perfecta para conocer a Yamato un poco más y, quizás, descubrir que no era tan mala persona después de todo… o no.

Avanzando a su lado con un andar despreocupado y tranquilo se acercaba Taichi Yagami, el hermano mayor de Hikari.

Pelo castaño demasiado alborotado; ojos marrones enormes, llenos de emoción y sonrisa deslumbrante, la cual no tenía nada que envidiarle a la de su amigo Matt; ese era el hermano de la más pequeña.

Él era todo para Kari, al igual que ella sabía que también lo era todo para él. Desde muy pequeños, y a causa de la muerte de sus padres, ambos habían quedado a cargo de sus tíos. Ellos ya tenían hijos propios, sus dos primos y su prima pequeña, pero aún así se habían comprometido a supervisar la infancia de los Yagami y a hacerlos sentir como de su propia familia. Aunque técnicamente, eran la misma familia, ninguno de los dos había superado la muerte de sus padres y nunca se pudieron sentir como "en casa" por lo que ambos habían desarrollado una necesidad de estar siempre juntos y velar el uno por el otro, como si solo ellos conformaran una pequeña familia, o solo sostener el pensamiento de que, con ellos dos solos… bastaba.

Ahora, ya habían crecido.

Hikari estaba por empezar el primer año de Universidad, como estudiante de Diseño Gráfico mientras que Tai trabajaba de medio tiempo con su tío y estudiaba por las noches. El dinero que ganaba por su cuenta iba a parar a los estudios de su hermana, gesto que ella agradecía con el alma.

Su hermano era la luz de la su vida, junto con sus dos mejores amigas. Con esas tres personas ella era feliz. Y podía dar su vida ante el hecho de que no necesitaba nada ni nadie más

El Yagami mayor venía sonriendo. Paseó la vista por sus dos amigas Sora y Mimi y luego la frenó en su hermanita. Y allí dejó de sonreír. Eso desconcertó un poco a Kari quien, atónita, observó como él caminaba rápidamente hasta la Tachikawa y la arrimaba a su rostro para decirle algo al oído.

No entendía. ¿Por qué esa reacción?

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- ¿Quieres decirme por qué demonios trajiste a mi hermana aquí? – quiso saber, enfadado, enfatizando el agarre en la muñeca de su amiga, aunque a simple vista no se notara.

- Oye, tienes que parar con este asunto de la paranoia. No creo que estén "dándose" a simple vista, ¿verdad?

Taichi recorrió el lugar con la mirada y repasó con cuidado a cada una de las personas que se encontraban allí.

- Asegúrate de que nadie se acerque a ella, ¿entendido? – ordenó con tono de voz amenazador.

- Tai, no creo que…

- Hazlo – volvió a replicar, clavando sus enormes y enojados ojos en los de ella.

Mimi trazó una mueca con sus labios. No era de las que se dejaban manejar pero, en ese momento, algo en la voz de su amigo le dio miedo, razón por la cual aceptó a la petición… mejor dicho, obligación que Tai le imponía.

Al fin de cuentas, había sido una mala idea llevar a Kari allí. Después de todo, no era fácil ocultar a una pequeña e indefensa presa de todo lo peligroso y decepcionante que seguramente ocurriría esa noche en ese lugar.

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Taran. Les presento mi nuevo proyecto :)

Lo escribo estrenando mi nueva notebook, por lo que no puedo estar más feliz :M

Bueno, esto es solo el comienzo. Prometo que será algo totalmente opuesto a "Amigos especiales", aunque mantenga las parejas. (Eso por siempre :D)

Dejen reviews, amigos, díganme que les parece este pequeño anticipo de la historia y las ideas sobre lo que crean que será el tema central. Aunque el título ya diga un poco :P

Sin más que decir, me despido. Hasta el próximo capítulo :)

Hikari x Takeru