Este fanfic está inspirado en la canción de Mizu no mitako de Rin y Len, espero que lo disfruten. Pues sin más aquí les dejo una linda historia de RinxLen

Mizu no Miyako

Capítulo 1: Inicio

-¡Rin!-la llamó desde la puerta un joven peliazul de cortos cabellos.

-¡No quiero!-gritó la chica desde el otro lado de la habitación.

-Rin, tienes que entender que todo esto es por tu bien-le dijo él intentando mantener la calma del otro lado de la puerta.

-¡No es así! ¡No puedes tomar decisiones por mí!-dijo ocultando su rostro en la almohada de su cama.

-Ya había hablado con tu tía Meiko, esta fue su última voluntad-dijo Kaito del otro lado de la puerta.

-Era de esperarse, le tomara un tiempo poder asimilar la noticia-dijo un joven de cabellos morados amigo de Meiko acercándose al peliazul-Por el momento creo que será mejor dejarla sola.

-Supongo que es lo único que puedo hacer-dijo Kaito dirigiéndose con Gakupo a la salida de aquella pequeña cabaña en donde solo vivían Meiko y su pequeña sobrina rubia.

Al salir de aquel lugar ambos divisaron a la chica de cabellos dorados salir corriendo en dirección al bosque.

-¡Rin!-gritó Kaito en un intento por detenerla y salió corriendo para detenerla junto con Gakupo.

-¡Rin, espera!-escuchó a lo lejos la voz del pelimorado.

Las gotas de lluvia comenzaron a caer cada vez con más fuerza mientras la chica rubia corría desesperadamente por el bosque intentando llegar a algún lugar. El cielo se había tornado de nubes negras iluminadas a ratos por los rayos.

Rin se apoyó contra la pared de la cueva con la respiración agitada y con su vestido negro sumamente empapado, con pasos delicados se adentró en aquel lugar y comenzó a cantar al tiempo que se acercaba a la orilla del hermoso y cristalino lago que se encontraba en medio de esa cueva.

-Mira más allá del fondo de tus ojos no cubras tus oídos atacados por las preocupaciones permanece tranquilo lugar de los recuerdos permanece así…no lo hagas

La joven se sentó en la orilla dejando de cantar mientras miraba su triste reflejo en el agua. Hundió su mano en el agua causando que una honda se expandiera por todo aquel pacifico lago mientras la chica esbozaba una sonrisa ya que debido a eso los Lirios se movían dejando salir de ellos a hermosas luciérnagas que iluminaban con su brillo la oscura cueva.

En aquel lago había un sendero levemente empapado con agua el cual guiaba al centro de todo aquel lugar. Rin se quitó los zapatos adentrándose por el sendero mientras sentía la fresca agua a cada paso que daba.

Recordó inmediatamente la escena sucedida hace algunos momentos, en aquella cabaña muy cercana al bosque solo vivían ella y su tía Meiko, quien se desvivía trabajando mientras ella se encargaba de la casa, pero toda cambiaria sin Rin se casaba con Kaito, quien era hijo de un noble, que había quedado enamorado a primera vista de la chica, por lo que procurando su futuro bien Meiko la comprometió con el peli azul poco antes de morir y justamente ese día después del funeral querían llevársela a la mansión del joven.

-¿Por qué tenías que dejarme tía Meiko?-se preguntó Rin mientras se tiraba de rodillas en la punta de aquel sendero importándole muy poco mojarse de nuevo mientras las lágrimas se resbalaban por sus mejillas-No quiero casarme con él-chilló la rubia.

A pesar de que Rin sabía que su querida tía Meiko la había comprometido solo procurando su bienestar no quería casarse forzadamente y menos cuando solo tenía 16 años de edad.

-Desearía irme lejos de aquí… a otro mundo-sonrió levemente entre sollozos, pues sabía que eso no se podía y seco sus lágrimas.

La joven se inclinó al ver algo brilloso que parecía estar en el interior de aquel lago, estiro su mano intentando alcanzarlo aunque sabía que eso era imposible, pero la luz se veía tan cerca y a la vez tan lejos. Hundió mas la mano en el interior del frio lago sin saber la profundidad a lo que aquella cosa se encontraba, pero termino inclinándose demasiado y alguien la empujo, y como si su cuerpo fuera muy pesado, ella misma se fue hundiendo mientras lograba vislumbrar la silueta de una mujer parada en el mismo lugar en el que la chica se encontraba.

Rin se fue hundiendo más y más sin poder hacer nada mientras débilmente cerraba los ojos dejándose caer en un profundo sueño al ver las ultimas burbujas de su respiración flotando hacia la supervise, no había nadie quien pudiera salvarla sin duda moriría ahogada. Aunque tal vez no le importaba volverse a ver tan pronto con su tía Meiko.

La figura de la mujer sonrió satisfactoriamente.

-Ten cuidado con lo que deseas, pues se te puede hacer realidad-dijo la joven pelirosa.