Black se casaba en una semana.
Y ella pensaba impedirlo, costara lo que le costase.
No tenía pensado permitir que Lilliane Evans se casase con el merodeador que ella quería y deseaba.
Antes preferiría exiliarse al mundo muggle que soportar verles juntos y felices.
Sin tener que cuestionárselo mucho decidió visitar al único mago que podría ayudarla a separar aquél enlace.
Al llegar a su destino no se sorprendió mucho al encontrarle borracho junto a una botella semi vacía.
"El amor te vuelve tonto" pensó entristecida apartando de su alcance la causa de sus males
Vio cómo él protestaba antes de caer dormido sobre el sofá.
"Pasar la tarde junto a un borracho, lo último que me faltaba" se dijo apesumbrada
Caminó hacia una de las estanerías para coger un libro de hechizos.
Al menos si tenía que estar allí, aprovecharía el tiempo con algo interesante.
Horas después lo cerró frustrada al comprender que no había nada que la ayudase con sus planes.
-¿Tan difícil es encontrar algún hechizo de amor verdadero?
-El amor es una mierda- gruñó una voz a su espalda- No sirve para nada
Sonrió al saber que el bello durmiente ya había despertado.
-He venido en busca de tu ayuda, Potter
-No estoy para ayudar a nadie- suspiró él caminando hacia el mueble bar en busca de más bebida
Le miró fijamente para darse cuenta de que tenía razón.
-Lo que no sabes es que ayudándome a mí, te ayudas tú.
Sacó su varita y conjuró la botella que había ido a parar a sus manos.
No quería perder el tiempo viendo cómo se compadecía de si mismo.
Por ello decidió ir directa al grano.
-Lily y tu amigo se van a casar dentro de una semana
-Ese... ser ya no es mi amigo- musitó él fríamente- Dejó de ser amigo mío cuándo se acostó y luego comprometió con ella.
-¿Y no te importa que la convierta en su esposa para siempre?
-¡Cállate! No quiero oírlo
-Tienes que oírlo- musitó caminando hacia él- Anoche se comprometieron. Es un hecho que su boda se celebrará dentro de una semana
-¡He dicho que te calles!- bramó James tomándola de los hombros con fuerza mientras la zarandeaba- ¡Maldita seas, no quiero pensar en Lily!. ¡No quiero recordar que ella y mi mejor amigo me traicionaron!. ¡No quiero sufrir más!
-Entonces lucha por ella. Lucha por lo que sientes. Ayúdame a impedir ese enlace. Únete conmigo, Potter
-Estás loca- suspiró alejándose de ella- completamente loca
Le miró pensando que iba a ser más difícil convencerle de lo que había supuesto.
Parecía demasiado dolido para actuar con sensatez y equilibrio.
Tenía que usar toda su artillería si quería que su plan funcionase.
-Sigues amándola
-Eso no es asunto tuyo
-Sí lo es. Puedo ayudarte a conseguirla. ¿Acaso no deseas volver a tenerla entre tus brazos¿Dormir y despertar abrazado a ella todos los días de tu vida?
-Lily no me ama- susurró casi sin voz- me traicionó.
-¿Y si te dijera que ella aún te ama?
-Tú estás loca
-¡Maldito seas ahora tú!- gritó a punto de perder la paciencia- Te necesito para lograr impedir esa boda. Sólo tú puedes ayudarme
-¿y cómo demonios crees que podría ayudarte?
-Diciéndome las cosas que atraen de una mujer a Sirius- susurró mirándole fijamente a los ojos
-Planeas seducirle... ¿tú?
No le respondió.
La respuesta estaba grabada en su rostro.
Miró el reloj y lamentó que hubiera pasado otro día sin haber hecho nada productivo.
Sólo le quedaban seis días.
-Seis días, Potter. En seis días ellos serán marido y mujer. Tú te quedarás solo y te sentirás desgraciado por no haber hecho nada.
-¿No entiendes que ella no me quiere?- casi gimió él sufriendo- Le eligió a él. Le ofrecí mi corazón y...
-¿Y piensas regodearte en tu miseria eternamente¿De verdad quieres vivir pensando en lo que pudo ser y luego no fue? Nunca pensé que James Potter fuera un cobarde.
Bingo.
Al ver un brillo en la mirada del mago supo que había dado en el clavo.
¡Ya estaba más cerca de lograr su objetivo!
-Cuenta conmigo
