La primera vez que se vieron fue cuando Tsuna se encontraba en el jardín de niños, tenia solo 4 años. Ese día era la primera vez que se encontraba lejos de casa y sin su mamá por tanto tiempo.

No fue un buen día para él. Estar con personas que no fueran su familia, entendiéndose eso como solo sus padres, lo ponía nervioso. Las veces que iban al parque jugaba solo, no le interesaba mucho intentar relacionarse con los otros niños que encontraba. Aunque algunas veces su madre lo incitaba a jugar con los otros niños. Pero él prefería estar solo.

Cuando su mamá lo dejo en el kinder se encontraba emocionado, aunque por motivos distintos a los que Nana pensaba, no le interesaba en los niños que conocería y los posibles amigos que podría hacer, sino ir a un lugar nuevo junto con su mamá. Cuando entendió que Nana no se quedaría empezó a llorar. Apenada Nana partió mientras una de las maestras lo sujetaba para evitar que el niño corriera con su madre. Más tarde se encontraba en un rincón de su salón de clases limpiándose las lágrimas. Se sentía muy solo aunque se encontraban otros niños en el salón.

Antes de la llegada de la maestra uno de los niños se le acerco.

−¿Por qué estas llorando? −le pregunto con curiosidad

−No quiero estar aquí –contesto hipando −quiero a mi mamá

−Jajaja −rió sin malicia −eres como un bebé si lloras por eso, yo soy un niño grande y no lloró −presumió sin darse cuanta que esas palabras lastimaban al castaño

Cuando la maestra entró. El niño corrió a su lugar y pronto olvidaría lo acontecido, a diferencia de Tsuna, quien quería volver a empezar a llorar.

El resto del día se la paso solito. Al terminar las clases tomo sus cosas y salió corriendo del lugar sin que nadie se percatado del detalle de irse solo. Para ese entonces había olvidado que debía esperar a su mamá. Camino por donde creyó podría ir a casa. Realmente nunca se había fijado cuales eran los caminos que recorría con su mamá, nunca se preocupó el poder perderse, pues nunca se alejaba de Nana.

Después de una media hora se dio cuenta que se encontraba perdido. Ante ese descubrimiento solo hizo lo único que se le ocurrió. Llorar. Era tal su angustia que olvido una de las cosas que su madre le dijo que hiciera si se perdía. Ir en busca de un oficial de policía y enseñarle el carnet que tenía su mochila, donde mostraba sus datos, y así pudieran reunirse.

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En aquel entonces Hibari tenía seis años. Había sido su primer día en la primaria. Vivía con sus padres y tenía un hermano mayor, quien se encontraba en cuarto grado. A pesar de su edad, se mostraba muy serio. Pero se debía a su fuerte deseo de ser un guardián. Esto se debía a varias cosas. A su deseo de ser igual a los personajes de los animes que veía. Por las historias que su padre contaba, aunque a veces exageraba, quien es un policía. Además de la gran admiración que sentía hacia su tío, un gran artista marcial.*

Aunque es pequeño, tanto edad como estatura, le gusta hacer las cosas por su cuenta. Por eso al terminar la escuela, le insistió a su hermano que él podía ir a casa por su cuenta, que no debía preocuparse por él. Solo por su insistencia y la presión de sus amigos de ir con ellos el mayor lo dejo.

Durante el camino a su casa, mientras se aseguraba que todo se encontraba en orden, escucho el llanto de alguien. Le costó trabajo identificar de donde provenía pero siguió el sonido hasta una bola de pelo castaño medio oculta detrás de un poste. Primero se emocionó pensando que se trataba de un gato. Le encantan los animales, pero no le permitían tener uno. Pero siempre le prometían que le darían permiso cuando fuera mayor, si aún insistía. Después se preguntó si los gatos lloraban, nunca había escuchado a uno hacerlo. Pero fuera lo que fuera lo ayudaría. Con cuidado se acercó, esperando no asustarlo.

−No eres un gato −se quejó al no encontrar un gatito, sino a un niño pequeño que se había hecho bolita.

A pesar de su decepción por no encontrar a un lindo animalito, Hibari ayudó al pequeño castaño a reunirse con su mamá. Intento descubrir donde vivía o donde fue la última vez que la vio. Pero el niño no tenia idea de donde se encontraban esos lugares. Luego decidió llevarlo con un oficial quien podría leer la información que tenia en el carnet que tenia Tsuna en su mochila. En aquel entonces pedía ayuda cuando las cosas se encontraban fuera de su alcance.

El oficial los ayudo y poco después Nana llego preocupada por hijo. Para ese momento Tsuna se había quedado dormido en el sofá. Hibari estaba a su lado, velando su sueño y pensando, que a pesar de no ser un gatito era muy lindo.

Ese fue el comienzo de su historia.


Hola de nuevo. Estoy de nuevo por aquí con un nuevo fanfic. Esta vez es un AU y como dice la sinopsis quiero hacer una historia sencilla. Originalmente quería escribir un oneshot, pero no estoy teniendo review y preferi dividir la historia :P

Como escribi esto en un día creo que podre actualizar rápidamente. Intentaré publicar una vez a la semana. Aún no decido si poner a los de la primera generación, aunque si van aparecer los arcobelenos, pero en su versión adulta. El resto de los personajes intentare ponerlos. Aunque los guardianes son los únicos seguros :3

No pondre muchos detalles sobre la vida del resto, pues me centrarén en Tsuna y Hibari.

Para quienes esperan la continuación de Lección del Futuro, tengo pensado publicarlo apartir de Enero del 2015, esto es porque quiero escribir por lo menos 10 capitulos del fanfic y poder actualizar continuamente, además eso sería casi la mitad de la historia, o eso espero, y cuando la tenga completa podre publicar más seguido. No sé si podre tener escritos los 10 capitulos que quiero, pero empezando el 2015 empezaré a publicar ese fic.

En fin. Espero les guste este fanfic y me dejen review.

Nos vemos.

* ¿Quién puede adivinar quien es el tío? :3