Disclaimer:
Soul Eater no me pertenece, por desgracia. Todos los personajes y demás son de su autor, pero la trama de este fic es MIA y SOLO MIA.
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Veo su silueta acercarse desde la oscuridad. Su pelo liso recogido en dos coletas, su cara regordeta y su cuerpo flacucho… y por fin sus ojos. Cuando está a varios pasos de mi, extiende su mano.
-Soul-kun…
-Lucy… -extiendo mi mano hacia ella y justo cuando nos vamos a tocar, un brazo invisible tira de mi amiga hacia atrás -¡Lucy! –Grito con desesperación, corro detrás de ella pero no puedo alcanzarla, es demasiado tarde -¡LU…!
Me desperté sobresaltado en mi cama. Otra vez ese maldito sueño. Miré el reloj que había sobre mi mesita de noche. Las 6:45. Si volvía a dormirme tendría que despertarme otra vez en 15 minutos para levantarme e ir a la escuela, así que aparté las sábanas u me dirigí al cuarto de baño. Desde ahí se escuchaba a Mi compañero de apartamento, Black Star, roncando. No era un mal tipo, de hecho era mi mejor amigo, pero era un dolor en el culo. Me miré en el espejo y reparé en que parecía un puñetero fantasma. Yo, Soul Evans, el tipo mas cool del Shibusen el más perseguido por las chicas, estaba blanco como la cal, con regueros de sudor recorriéndome el rostro y rastros de lágrimas en las mejillas. Opté por darme una ducha. Nuestro apartamento no estaba nada mal. Un salón con la cocina al lado, dos habitaciones y un bonito cuarto de baño. Aunque el baño tenía una ducha y los demás útiles de aseo ya instalados, pusimos una gran bañera de hidromasaje y aún quedaba sitio. No reparábamos mucho en el dinero porque, sencillamente, tenía pasta. Me quité mi pijama y me metí en la ducha con agua templada. Dejé que la calidez del agua me envolviera y dejara mi mente en blanco por unos minutos. Después cogí el shampoo y masajeé mi cuero cabelludo. Mientras tanto, escuché el equipo de música de Black encendiéndose y reproduciendo una canción rock a todo volumen. La vecina vieja cascarrabias de abajo se quejaría más tarde por eso. Jodida vieja, se quejaba por todo.
Aclaré mi pelo y enjaboné mi cuerpo con una esponja que raspaba un poco la piel y jabón de limón. Después de unos minutos, cerré el grifo y me puse una toalla alrededor de la cintura. Salí del baño y me encaminé a mi habitación. Cerré la puerta y me vestí con unos jeans desgastados y una camiseta ajustada blanca. Un poco de colonia, y listo. Después de desayunar con Black Star cogimos mi moto y nos dirigimos hacia el Shibusen. Si, a mis 16 años tenía el carnet de conducir y Black, a sus 17, no.
Al llegar al instituto, nos reunimos con las chicas en la entrada. Elisabeth y Patricia eran dos hermanas rubias, delgadas y con… digamos buenos atributos. Cariñosamente las llamábamos Liz y Patty y, aunque eran hermanas y vestían a conjunto todos los días, se parecían tanto psicológicamente como Black y yo. También nos esperaban allí Tsubaki y Chrona. Tsubaki era la novia de Black Star, ambos de 17 años. Estábamos en el mismo curso porque ella había caído enferma y había perdido un año, y Black perdió el curso porque… Bueno, Black es Black. Levaban saliendo desde los 15, después de que el idiota de mi amigo se confesara de una manera un tanto… bueno, eso es otra historia. Aún no se como ella lo soporta. Tsubaki es dulce, amable, cariñosa… una bella persona. Y Chrona… Bueno, pues es una chica, supongo. No habla mucho conmigo, ni con ninguno de nosotros, en realidad. Pero es una buena persona, así que la adoptamos.
-¡Hey, chicos! –Chilló Patty -¿Cómo estáis?
-Bien, bien. Buenos días, chicas –les contesté yo con una sonrisa.
-Buenos días –respondieron todas-.
A continuación, Death the Kid, también conocido como Kid, se acercó a nosotros. Él era el hijo del director del Shibusen. A pesar de ser un poco estirado, nos caía bien. Era un tanto rarito… tenía un trastorno obsesivo-compulsivo con la simetría. Si algo era asimétrico, sufría brotes psicóticos.
-Hey, chicos –Saludó con la mano – ¿Han escuchado que hay una chica nueva?
-¡Ah, si! La vi esta mañana al salir de casa, es una monada de chica –Exclamó Tsubaki cuando se le encendió la bombillita –está en nuestro curso, ¿verdad?
-Pues sí –confirmó Kid-.
-Hablaremos con ella para que se nos una, antes de que se vaya con las furcias –propuso riéndose Patty, refiriéndose con furcias a las chicas de nuestro instituto que vestían como ciertas mujeres que ejercen una profesión muy respetable en sus horas de trabajo-.
La verdad, a mi no me gustaba la idea de que otra persona se uniera al grupo. Excepto Liz, Patty, Tsubaki y Chrona, todas las chicas del instituto eran un dolor en el culo. Todas con sus corazoncitos en los ojos, sus tonterías, su música mala… y todas me acosaban constantemente. No necesitaba otra de ellas. Verdaderamente, no me interesaba ninguna chica. Y chico tampoco, no piensen mal.
-Pues a mi no me parece bien –todos me preguntaron con la mirada –quiero decir, estamos bien así y ahora, ¿no? ¿Y si alguien más lo estropea?
-¿Y si no lo estropea, Soul? –Me rebatió Tsubaki-.
- A lo mejor te gusta y todo –me codeó Black Star-.
-Bah, haced lo que queráis, yo voy a pasar de ella –dije mientras me encaminaba hacia el interior de la escuela, sintiendo a las chicas sobornar a Cupido para que me lanzara flechas.
Mis amigos me siguieron varios metros por detrás, y entramos a clase. La primera asignatura fue latín, ya que había escogido el bachillerato de Humanidades. Después tocó Historia, y después Literatura. Cuando terminó el primer bloque fuimos al patio para nuestro descanso. Nos sentamos en nuestro banco de cemento habitual y a la media hora volvimos a clase. Después de la clase de Educación Física tuvimos una hora libre que aproveché, básicamente, para no hacer nada.
La última clase de la mañana era Arte. Teníamos como proyecto pintar algo en un lienzo, así que los alumnos de esa clase cogimos el material y nos pusimos en pie. Después de diez minutos haciendo mezclas de colores, el director del Shibusen entró a la clase. Al ser el padre de Kid, también es un poco rarito. Dicen que de tal palo, tal astilla.
-¡HOLA, HOLA, MIS QUERIDOS ALUMNOS! –Dijo con su habitual máscara de esqueleto de feria-.
-Hola, Shinigami-sama –contestaron todos a la vez-.
-¡Les he traído una alumna nueva! –dijo con su entusiasmo de siempre. Oh, no, la nueva- ¡Esta es… Maka Albarn! ¡Adelante, Maka!
Una chica vestida con vaqueros y una camiseta del mítico AC/DC 10.000 tallas más grande entró por la puerta. Era bajita para su edad, de pelo castaño claro ondulado y con un flequillo liso que le tapaba el ojo derecho. El izquierdo lo tenia de color azul. No se distinguía su cuerpo con tanta ropa grande, pero no podía estar buena siendo tan enana. El profesor la mandó ponerse dos mesas por delante de mi, y observé como pintaba en silencio y cabizbaja. Cuando finalizó la clase, en su lienzo se distinguían un par de árboles. En el mío, un trozo de un monumento de Death City.
-Hey, tío –me dijo Black Star mientras secaba y guardaba mis pinceles –hoy a las 8 vamos a ir al Death Bar para tomar algo, ¿Te apuntas?
-Claro, hermano. ¿Vienes ahora a casa?
-No, voy con Tsubaki a comer, luego nos vemos.
-Ok, pásalo bien.
Terminé de recoger y le di una última mirada a la nueva. Me miraba con curiosidad y asombro. Lo que me faltaba, otra acosadora.
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Bueno, bueno, mis queridos lectores. Esta es una historia nueva que se me ocurrió durante el verano y que he empezado a escribir recientemente. Y diréis: ¿Y por que narices no escribes el epílogo de "Puntos débiles"? Pues sencillamente es que de todas las ideas que tengo en la cabeza, ninguna me gusta lo suficiente. Y como realmente amo ese fanfic (es mio, MUAJAJA) no voy a darle el epílogo hasta que no sea suficientemente bueno.
Volviendo al tema de la historia, se que este capítulo puede resultar monótono y un poco aburrido, pero es que es el primero y quería introducirlo bien. No tengo escrito ningún otro capítulo, así que no sé cuando subiré el siguiente. No obstante, necesito inspiración, y unos cuantos reviews ayudan mucho. Pues eso, que espero que os guste y que me dejéis un comment antes de salir ^^ Recibiréis una postal con una foto de Soul bañándose si lo haceis.
¿Review?