Disclaimer: Esto debería venir incorporado en ff, algo así como una aplicación, porque después de casi dos años en el sitio, cansa xD
Claim: Leah. Menciones Leah/Sam, Emily/Sam.
Advertencias: Para nada.
Notas: Participa en el Reto Palabras para el recuerdo, del foro LOL.
A veces, sólo a veces
(46# Soñar)
Leah.
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A veces, pensaba que con cerrar los ojos sería suficiente, que podría ver cómo comenzaban a desdibujarse los bordes para luego convertirse todo en algo borroso, como si lo viera a través de un paño, de una cortina que no le permitía enfocar las figuras correctamente. Y que luego, todo se volvería siluetas amorfas y sin sentido, de colores que no conocía, que se volverían grises, y que todo se mezclaría con todo y el mundo desaparecería allí, frente a ella.
(Y luego ella estaría en la nada, no sabría qué hacer, se encontraría en medio de un amplio espacio blanco, como en las películas, pero no se sentiría mal o sola, porque estaba acostumbrada al sentimiento y nada le importaría).
A veces, pensaba que cerrando los ojos ella podría escapar de sus problemas, que pensar que todo era un largo e interminable sueño era una buena salida y que al abrir sus orbes luego, despertaría en un lugar mucho mejor, donde ella no fuese la arpía que era, donde no hubiese dolor, tristeza y lágrimas en cada célula de su persona, donde no hubiese Sam, Leah y Emily y la palabra imprimación y dolor en el medio. Donde ella no fuese ella y donde nadie fuese nadie, simplemente un inmenso lugar blanco -a veces verde, otras celeste- donde ella podría recostarse y respirar en paz.
A veces quería todo eso, y otras no quería nada. Porque sabía que era una mentira, y lo poco que quedaba de ella, de Leah, no podía internarse en un mundo hecho de sueños y fantasías, porque aunque lo quisiera (muchas veces llegaba a desearlo) sabía que aquello no existía, que Sam seguiría estando con Emily y que ella sería la mala del cuento, la única que saldría herida allí.
Y ya no le importaba, si era sincera. Porque cada vez que cerraba sus ojos, cansada y queriendo acabar con todo, siempre veía a los tortolitos, como si estuviesen grabados a fuego contra sus párpados internos, y el sueño entoces se convertiría en pesadilla. Porque no podía soñar con un mundo donde los lobos y vampiros no fueran reales, donde la magia fuera una mentira, donde fuese ella quien besara a Sam o riera por sus bromas y le tomara tontamente de las manos, porque simplemente las cosas así nunca irían a sucedes.
Y a veces, sólo a veces, quería cerrar sus ojos y no volver a abrilos más, hundida en lo que fuera que su mente le hiciera creer, rendida.
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