Salsa inglesa
Para Francia, Ana María era una buena cocinera…pero las ayudas internacionales en tiempos post-coloniales dejan sus secuelas. Venezuela.
Era una reunión mundial para celebrar el gran progreso obtenido últimamente en la ONU…La verdad, dicho progreso era nulo, pero era diciembre.
Los encargados de la cocina eran, por esta vez, los latinoamericanos. Mientras Perú presumía su comida gourmet internacionalmente reconocida, los gemelos México se encargaban de callar a todo el mundo a fuerza de tacos mientras que Venezuela iba por el plato principal.
La boca de todo el mundo se hacía literalmente agua.
Hallacas.
La mejor idea que la loca socialista pudo tener, en opinión de Estados Unidos. Ya los platos estaban servidos y las naciones estaban comiendo cuando a Francia, luego de probar el guiso, se le ocurrió hablar…
¡Ah¡ Mon Amour Venezuela…dime, cuál es tu secreto para cocinar
Lo lamento mucho Tito Francis…eso es confidencial
Francis lo acepto…aparentemente. Se quedó sin decir nada y resolvió aparecerse en la casa de la venezolana mientras preparaba las hallacas para robarle la receta…pobre francés.
Vio como ella lavaba y cortaba las hojas, preparaba la masa y picaba la carne del guiso…viviría feliz el resto de su vida si no hubiera visto lo siguiente. Venezuela abrió la alacena, saco un pequeño frasquito de apariencia inofensiva y todo hubiera ido bien si la aguda vista de Francia no diera para leer…Salsa Inglesa; Oui Salsa Inglesa ¡Ah! La vida era tan desgraciada! ¡Qué desdicha! ¡Qué pecado! Vio como ella vertía casi medio frasco en el caldero y se dispuso a desmallarse a lo doncella medieval…
-¿Tío Francis? ¿Cómo carajos entraste?
Francia la abrazó desesperado, no podía ser, aquello tenía que ser un error.
-¡Por favor mon cher dime que no es cierto! ¡Dímelo!- Rogó
Venezuela lo vio como si de repente le hubiera salido otra cabeza y le dijo
-¿De qué coño me hablas?
-¡Eso! –le dijo y señalo el pequeño frasco de la mesa como al peor asesino de todo el mundo.
-¿Qué? ¿La salsa inglesa? Pero si siempre se la hecho a las carnes.
Y con eso, Francis cayó al suelo. Ya se encargaría de cobrársela caro, muy caro al bastardo de Inglaterra.
Nota de autor: Intento de Humor. Aquí en Venezuela, se usa mucho la salsa inglesa para cocinar...estaba viendo a mi abuela aderezar un pollo, pensé en la cara de Francia y así nació este fic.
