Este es un fanfic yaoi, o sea, cuyo contenido implica amor homo, chicoxchico, si no te gusta, absténte de leer.
Bueno... Una idea loca, muy loca que s me ocurrió cuando me fue a dormir, y que me quedé escribiéndola xD estos son mi pareja favorita, los shippeo desde el primer momento en que los vi, así que traigo un pequeño aporte.
Advertencias: OoC, lenguaje y quizá, si tengo inspiración, lemon.
Se lamentan todas las posible faltas de ortografía, estoy escribiendo en mi celular, es un iPhone, y si alguien tiene uno sabrá que el corrector es un maldito troll.
Disclaimer: Magi le pertenece al gran Shinobu Ohtaka, yo solo utilizo los personajes para crear mi historia.
Aquel día no tenía nada que hacer, llevaba las últimas horas sentado en el trono, jugando con su centro, y contemplando el rukh que volaba de un lado a otros su alrededor.
Realmente se aburría. Mucho. Muchísimo. Pero sabía que sin una excusa aceptable, no podía abandonar su sitio.
De pronto, unos alegres pasos comenzaron a escucharse; la niña interrumpió en la estancia con un torrecillo alegre y despreocupado, y aquella tan característica sonrisa suya.
—Titus, Titus —llamó.
El joven la miró ávidamente, aquella pequeña sería su salvavidas, irían a pasear o a hacer algo.
—¿Si, Marga?
—¿Es verdad que te gusta Sphintus?
Con aquella pregunta, Marga se encargó de quitar de lleno todo el aburrimiento que Titus tenía.
Comenzó a toser como loco, ahogándose en su propia saliva.
Parecía que el Magi explotaría de un momento a otro.
Su cara se pudo pálida, luego colorada y al final terminó pareciendo un arco iris.
—Titus, ¿te gusta Sphintus? —sin la más mínima señal de remordimiento, la niña repitió la pregunta, mientras lo observaba curiosa, ansiosa por la respuesta.
—Marga... —consiguió balbucear— ¿D-dónde escuchaste eso?
La chiquilla comenzó a relatar todo lo que había hecho durante el día a modo de explicación, le contó que después del desayuno había ido a visitar los caballos, que había estado jugando con una chica del clan Carmen, que después del almuerzo había ido a jugar a los viñedos, y que se había encontrado a Mu, con quien había estado charlando un largo rato.
—Entonces... ¿Mu fue quien te dijo eso? —inquirió sonriendo "inocentemente".
Marga asintió.
—Y también me dijo que nosotro parecíamos una familia, que tu eras como la mamá, y Sphintus como el papá.
Mu iba a pagar aquello muy, muy caro.
¡¿Quién carajo a se creía para andar metiendo esa clase de cosas en la cabeza de su dulce e inocente Marga?!
Se la haría pagar, en definitiva, aquel larguísimo cabello, el orgullo del fanalis dejaría de existir a partir de ese día, o al menos re vería muy reducido.
Casi sentía como una sonrisa malévola se iba extendiendo por su rostro, cuando Marga lo volvió a la realidad.
—Titus, respóndeme — exigió.
—Mo debes hacerle caso al imbécil de Mu, Marga.
—Entonces, ¿te gusta Sphintus?
Alexius se vio acorralado, si decía la verdad, se vería acorralado por una ola más de preguntas, y si mentía no funcionaría, aquella niña podía oler las mentiras a kilómetros.
Y es que la respuesta verdadera era un "sí".
Titus no sabía en que momento el mago de Heliohapt había dejado de caerle mal para caerle bien, y menos aún en que momento había terminado gustándole.
Así es, el Magi del Imperio Reim estaba enamorado.
Enamorado de su mejor amigo.
Por qué era su mejor amigo, aunque nadie pudiera explicar aquella relación de amor-odio.
Y es que realmente no se explicaba como era posible, en el nombre de Salomón, el haberse enamorado de Sphintus; después de que había vuelto a la vida, y el clan Carmen se había mudado a Reim, el moreno se pasaba molestándole, le encantaba decirle que con sí nuevo aspecto parecía una chica.
Pero aún así estaba enamorado, y mucho; sentía mariposas en el estómago y se sonrojaba cada vez que lo veía, de ahí que hubiera estado evitándolo todo este tiempo.
—¡Titus! —Marga comenzaba a impacientares, era hora de buscar una salida.
—Mira pequeña...
El rubio se pasó la mano por la frente, pensando que responder.
—Te gusta Sphintus —dijo, ya no como una pregunta, si lo como una afirmación.
El corazón del Magi se disparó.
—Mira Marga, esas son cosas de adultos, ¿si? Así qué no debes preocuparte por ello.
—No te preocupes Titus, no se lo diré, con una condición —la niña sonrió, y el chico no supo como interpretar esa sonrisa.
Debía vigilar mejor con que clase de persona estaba dejando que se juntara su pequeña, por que estaba claro que no le estaba haciendo nada bueno.
—¿S-si?
—Que te le declares antes de que pase una semana.
¿Qué les pareció? ¿Vale la pena que lo continúe? Si es así, haz meló saber un hermoso review C:
