Hoy era el día en que se lo pediría, su proyecto parecía marchar sobre ruedas. Lo que empezó como una idea algo lejos de la realidad y como un juego había ya tomado forma de algo importante, un proyecto que podría ayudar a la humanidad a entenderse mejor.
Como primeros testigos de todo pensó en llamar a las naciones pero… aún no estaba terminado, sin un prototipo su idea era igual o más descabelladas que las que decía el americano en las juntas para resolver los problemas a escala mundial.
Así que por ello es que estaba cogiendo el teléfono, ya había llamado a uno de ellos y con eso sería más que suficiente ya que aunque Alemania lo negara el italiano le seguiría a donde fuera y lo más seguro es que estuviera en su casa. Al poco tiempo supo que le llamaban en la entrada y no solo era la voz gruesa de uno de sus amigos sino que también había una voz más suave que le dejaba escuchar suaves "Ve".
-Qué alegría que hayan podido venir; Alemania-san, Italia-kun por favor pasen, espero que no sea mucho problema venir hasta acá…-
Ambos agradecieron el gesto y negaron lo último. Simplemente querían saber el porqué de tan sorpresiva llamada de parte del oriental ya que siempre que hablaba era para algo de importancia, ya sea solo para él o para todos, si necesitaba de ayuda ellos no dudarían en brindársela después de todo lo que hubieran pasado tiempo atrás.
-Ve~ Japón… ¿Qué es lo que necesitas de nosotros? Si es algo en lo que podamos ayudar no dudes de nosotros.-
Como siempre el italiano mostraba una gran confianza cuando se trataba de ayudarles en algo, aunque después podría ser uno de los obstáculos a superar, y eso solo hizo sonreír al oriental ya que sin saber qué era lo que les pediría aun así este aceptaría.
-Japón vaya sorpresa al llamarnos, si hay algo en lo que podamos ayudar como dijo Italia trataremos de hacerlo…-
Y allí estaba el serio alemán que aceptaba de igual manera el ayudarle en lo que pudiera pero de él no estaba tan seguro que siguiera aceptando cuando le dijera para que era para lo que le necesitaba. Les invitó a pasar y les dijo que le esperaran en la sala principal ya que deseaba mostrarles algo.
Así lo hicieron, ambos fueron a la dichosa habitación y se sentaron como debían en espera del japonés…
Estaba nervioso, muy nervioso; tal vez a simple vista no se creyera que lo estuviera más de lo normal cuando pensaba que algo le podría salir mal o que estaba en peligro por algo absurdo, pero esta vez era diferente, este miedo no era algo infantil. Se sentó junto al alemán como siempre lo hacía pero esta vez se sentía diferente, se acercó aún más viendo como este hacía un leve gesto de incomodidad haciendo que se sintiera más inseguro ante lo que deseaba decirle.
Pero aún así quería decirlo.
-Doistu… Yo deseaba saber si a ti… si a ti te parezco… inútil y m-molesto…-
Se había quedado estático ante aquello, no podía responder, la sorpresa le había dejado mudo y la reacción no se hizo esperar por parte del italiano que lo había tomado para mal. De nuevo como pocas veces había abierto sus ojos con una expresión de dolor en ellos como deseando no creerlo. Fue allí cuando el alemán se dio cuenta que le estaba causando cierto dolor al italiano, quiso decirle que no, que todo estaría bien y que al contrario de lo que pensaba no podía estar demasiado tiempo sin su compañía o en verdad se empezaría a sentir solo como antes.
Pero ninguna palabra salió de la boca alemana, después de todo el miedo a que se le considerara extraño y la intervención del japonés al entrar con la comida en una gran charola lo habían hecho sellarse. El italiano simplemente volvió a sonreír como siempre ante Japón haciéndole preguntarse a Alemania si es que esa sonrisa era falsa o no y si lo era… ¿Cuánto le había estado ocultando tras ella?
Esta vez fue el asiático quien empezó la plática hablado de su gran proyecto, ambos impresionados por la idea de crear algo llamado "Hetadolls" ya que al parecer no eran muñecas normales sino que estas se movían y actuaban como personas pero estas podían no dormir si el usuario no deseaba y no necesitaban de cuidado alguno, o eso estaba previsto en el proyecto.
-Pero para empezar con esto… yo necesito la ayuda de ustedes, al ser una réplica humana debo de recopilar datos del cerebro aunque es algo así como un proyecto personal y no deseaba meter a nadie más en esto. Solo será cosa de unos minutos, ya he hecho las medidas de precaución para que nada salga mal así que Alemania-san e Italia-kun me ayudaran serían de gran ayuda… por favor…-
Había dejado la comida e hizo una inclinación esperando la respuesta de ambas partes. El italiano estaba bastante interesado ante la idea de ver un pequeño Italia pero el alemán no estaba en las mismas, eso de que estuvieran escaneando su cabeza y su forma de pensar no era algo que le agradase demasiado.
-No lo sé Japón… eso es algo nuevo y el hecho de que escaneen mi mente no es algo que me emocione. –
Así el japonés trato unos minutos más de convencerle argumentando el avance que esto podría ser ante la sociedad, como los niños podrían aprender a interactuar con las Hetadolls y los beneficios para personas enfermas o solitarias pero el alemán seguía algo reacio ante la idea.
Durante ese tiempo Italia había estado jugando con el gato que se parecía tanto a su dueño, le acariciaba y cargaba aunque a este no le parecía gustar demasiado aunque no hacía mucho por evitarlo ya que de cierta forma a todo gato le gustaba que le mimasen.
Cuando el japonés iba a pedirlo de nuevo Italia se paró de su lugar, con el gatito en brazos, le miró a los ojos como pocas veces hacía examinándole haciendo sentir incómodos a las dos personas que estaban en la misma habitación.
-Sabes Japón, no creo que sea el riesgo el que le preocupe a Doitsu, sino el que solo sea él quien sea expuesto de aquella manera Ve~. Ya sabes cómo es en ese tipo de cosas –Dijo ocultando una pequeña risa.- Si en verdad deseas que sea parte de todo eso entonces yo también lo seré, así podré apoyarle y tú también Ve~-
No se había negado, la discusión de antes con Italia le había hecho asentir a lo que fuera que decía ya que de alguna forma sentía que se lo debía. El japonés contento de que quisieran participar ambos no se negó de igual manera ser uno más de las personas a las que escanearía. Emocionado a su forma trató de demostrar el agradecimiento con más pequeñas reverencias a lo que el italiano le detuvo y simplemente le abrazó diciendo que no necesitaba hacer aquello, Alemania simplemente se quedó mirando con una pequeña sonrisa sabiendo que aquello eran de las cosas que le gustaba de su vida, que aunque tuvieran que vivir con la carga de su historia ellos podrían estar juntos de esa manera.
Y allí se encontraban, en una de las tantas habitaciones que se encontraban prácticamente ocultas dentro de la casa del japonés. Sus signos vitales eran monitoreados constantemente mientras que tenían un montón de cables en sus cabezas, el alemán estaba bastante nervioso ya que aunque no lo dijera toda cosa que no pudiera entender era algo nuevo y ciertamente desconcertante para él pero no dijo nada y más confiado al ver un italiano distraído y a un japonés sonriente se quedó en la silla paciente mientras se iniciaba todo.
Solo fue cuestión de minutos como lo había dicho antes para que el estuviera ya levantado de esa silla y el italiano fuera el siguiente esperando lo mismo que él sentado y luego cuando el japonés seguía le dio unas indicaciones para que continuara el proceso sin su ayuda.
De nuevo ese silencio se hizo entre ambos, sin el japonés el italiano había dejado de sonreír como siempre lo hacía y eso le daba cierto miedo. ¿No se suponía que aunque le dijera que era un tonto o un debilucho este sonreiría? Todo el mundo se lo decía todo el tiempo y ahora sin que él se lo dijera y solo se diera un malentendido Italia se había puesto así…
Estaba uniendo sus fuerzas para hacer a un lado el miedo y así pedirle una explicación y si era necesario perdón pero… como siempre algo se interponía.
Los estudios habían terminado y era la hora del té, e japonés se mostraba más que impresionado con toda la información que había podido recaudar, tanto que no se despegaba de la computadora portátil a la que había traspasado todo.
-Ve~ si Japón puede hacer las muñecas no puedo esperar a verlas, deberán ser igual que nosotros…-
Estaba de nuevo en las nubes pensando en lo lindos que serían, en especial la de cierto alemán y estaba ansiosa de poder verlas. El alemán solo suspiró, ese día el italiano estaba más que extraño y solo era con él, así que cada vez que Japón iba con ellos este volvía a la normalidad… Solo esperaba que no fuera tan serio como parecía ya que sino en verdad no sabría qué hacer.
Lo que quedaba del día se la habían pasado entre una que otra conversación, en el jardín o dentro de la sala de la casa oriental. Pero lo que les parecía curioso al italiano y al alemán era como su amigo no soltaba la computadora, tecleando a una velocidad casi irreal mientras hablaba con ellos. En cierta forma estaban más que fascinados por cómo podía hacer ambas cosas a la perfección y algo preocupados ya que ese tipo de cosas era de esperarse de una persona que estaba pegada al ordenador demasiadas horas.
Italia simplemente trataba de no acercarse demasiado al alemán ya sea ayudando a Japón con la comida o simplemente jugando con su gato, trataba de no acercarse de una manera disimulada. Pero esto claro que no pasa desapercibido para Alemania…
En verdad sentía algo de incomodidad ante la lejanía del italiano…
